𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲. heavy mortal hopes
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𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ volumen uno
capítulo tres
❝ heavy mortal hopes ❞
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—No necesitas estar aquí, Aisha— insistió Stella.
—Esto es estúpido, me necesitas— insistió la chica —¿Que haras? ¿Cegarlo mientras intenta prender fuego?
—O electrocutarlo hasta que se muera— interferí mirando a ambas —Por favor, paren de pelear.
—Están tranquilas, que bien— se quejó musa
—¡Por fin!— señaló Stella.
—Necesitaba ayuda con el zanbak, ya estamos bien— dijo Terra.
—¿Dónde está el granero?— pregunte.
Y crucé la barrera mágica después de Aisha.
Más tarde ya nos encontrábamos en el bosque, cuando llegamos al granero, avance tras Bloom, quien abrió la puerta.
—No está aquí— señaló Bloom cuando se adentró.
Le seguí, dándome cuenta que era así.
—Tal vez ya se lo llevaron— supuse.
—Mi mamá me va a matar— se quejó Stella y le mire preocupada.
—¿Chicas? ¡Tenemos un problema!— gritó la voz de Terra.
Mire hacia la puerta, siguiéndole y quedándome paralizada con la escena frente a mis ojos, miles de guardias estaban tirados por los suelos, algunos ya estaban sin vida.
—El quemado— musité.
—Podría seguir aquí— agregó Stella junto a mi.
—Es el señor Silva— señaló Terra, al único sobreviviente que apenas y estaba despierto.
—Esperen, ¿Y Bloom?— preguntó Aisha de pronto.
—¡Bloom!— llame pero no hubo respuesta.
Corrí para ir a buscarla mientras Aisha me seguía sin dudarlo.
—Ire a buscarla, ustedes ayuden al señor Silva— indicó.
—¿Estás segura?— le pregunte y asintió.
Obedecí retrocediendo y casi chocando con Stella cuando le siguió, me acerqué a Terra.
—Tranquilo, señor Silva— pedí intentando acercarme con cautela —Somos Leigh Shaw, Terra Harvey y Musa, señor Silva.
—Se quienes son, por favor, retrocedan— nos apunto con su cuchillo.
—El quemado lo infectó, pero lo ayudaré— informó Terra.
Ella utilizó sus dones para quitarle la espada y poder tranquilizarlo, una vez que estuvo desarmado me acerqué con más confianza.
—Tengo zanbak para usted— volvió a hablar Terra —Esto parara la infección para que lo traslademos a la escuela.
Le mire —Yo le sostengo la cabeza y tú se lo das, ¿Vale?
Terra asintió y mire a Musa, quien no podía evitar dejar de usar su magia.
—Musa— llame —Tiene miedo, nosotras no, concéntrate solo en nosotras.
Ella obedeció y le tome la cabeza para que Terra me diera el zanbak.
—NECESITO UN BOTIQUÍN— pidió Terra.
Forme una mueca mientras ayudaba a cargar al señor Silva.
—Dane, ayúdanos a llevarlo al invernadero— ordenó Terra nuevamente.
Mire al hombre —Ya casi, señor Silva— intente tranquilizar.
—Sam, llama a papá— mire rápidamente a Terra.
Él obedeció y le mire de reojo —¿A papá?— cuestioné a Terra.
—Es mi hermano.
Eso me hizo detener todos mis movimientos, dejando a Terra llevar al señor Silva hasta su padre con ayuda de Dane.
Musa se detuvo junto a mi —Alguien esta nerviosa.
—Cállate— sisee.
—Y CREES QUE te enamoraste— supuso Musa y asentí.
Sonreí —No me enamoré, solo creo que es lindo y... lindo.
—Uh, alguien se sonrojó— se burló.
Le mire mal —Por favor, para.
Rió —Lo siento, es extraño, quiero decir, te he visto en otros noviazgos pero esta vez estás más rara.
—Lo peor de todo es que si Terra se entera me matará— fruncí mi ceño con preocupación —Y no me quiero mentir pero tampoco quiero perder su amistad.
—No se que decir— admitió —Díselo cuando sea el momento correcto.
Deje caer una almohada sobre mi cabeza, cubriendo mi rostro casi por completo —Odio mi vida.
—Tendencias suicidas, estrés, enamoramiento, mentiras— leía Musa de una libreta.
Quite la almohada para mirarle confundida —¿Qué es...?
—Ah, te estoy analizando, para saber con que estoy lidiando esta vez— sonrió mostrando sus apuntes.
—No soy un experimento— volví la almohada.
—No eres un experimento, eres mi conejillo de Indias.
Reí —Es lo mismo.
Negó —No, no lo es.
—Si lo es.
—No lo es.
Saque la almohada —Si, si lo es.
—Lo que digas— encogió sus hombros.
—Di que lo es— ordene y ella negó —Di que lo es.
—No lo voy a hacer porque si lo es y lo sabes pero tu orgullo no te deja sacar esas palabras de tu boca.
—Deja de analizarme— pedí fingiendo un sollozo.
—Estas fingiendo, lo se— sus ojos se pusieron rosas, dando a entender que me estaba leyendo.
Deje caer la almohada como barrera.
—Sabes que aún puedo leerte, ¿Verdad?
Asentí —Fingiré que no.
—ENTONCES, QUIERE UNA pera perfecta, ¿No? Eso debo hacer, porque si quiere comerse una pera, esta dura como una piedra— dijo Terra a la directora Dawling.
Suspire recargando mi mentón sobre mi mejilla, en lo que Beatrix practicaba junto a mi, mire por la ventana para esperar mi turno.
Mi mirada se vio desviada al tener el turno de Bloom, ya que la directora pasaba y presentaba tu don mientras tú lo mostrabas.
—Un fuego que destruye todo a su paso es instintivo e impulsivo, ¿Y si necesitas que se detenga? ¿Puedes encender una y dejar las otras intactas?— habló Dowling.
Bloom asintió, poniendo su mayor esfuerzo en ello y, por suerte logró encender solo una, se giro a verme y chillo de la emoción, le sonreí orgullosa y aplaudiendo con delicadeza para mi hacer un escándalo.
—Impresionante, Beatrix— felicitó la directora, haciéndome mirar a la mencionada —Sigue así.
—Entendido, seño— contestó, haciéndola detenerse —Directora Dowling.
Ella asintió, colocándose junto a mi.
—Déjame ver, Leigh, al igual que la señorita Beatrix, la electricidad puede llegar a ser poderosa si se concentra muy bien hacia su objetivo.
Respire profundo, cerrando mis ojos por un momento y al otro ya tenía la llave de metal volando por los aires gracias al campo electromagnético.
—Bien hecho.
Le sonreí levemente y ella pasó a Aisha, cuando de un momento a otro, la gota de agua que sostenía cayó, mojando el suelo y parte de su ropa.
Forme una mueca mientras Beatrix reía junto a mi.
—Aún queda por aprender, eso es todo por hoy— fue lo único que Dowling dijo.
—¿Estás bien?— le pregunté desde mi lugar.
Ella asintió —Solo estoy cansada, iré a nadar.
Informó, antes de salir del salón.
BEBÍ DEL JUGO DE manzana, teniendo a Bloom frente a mi y a Musa a mi otro lado, mientras ambas comían.
—Es raro ver que Aisha haga algo mal— mencione rompiendo el silencio y los pensamientos de ambas.
—Estoy de acuerdo, pero, ¿Por qué te sientes tan culpable, Bloom?— dijo musa.
Ella le miró rápidamente —Se que sientes las emociones, pero no hace falta que las expongas.
Se quejó haciéndome reír ligeramente.
Encogí mis hombros —Aisha está cansada.
Bloom asintió —Si, mis padres creen que Alfea está en Suiza, así que me llaman a las nueve de la mañana en Suiza, eso es...-
—A las dos de la mañana, lo se, te oímos— le interrumpió Musa.
Fruncí mi ceño, sabía que los padres de Bloom no eran hadas y pensar que Alfea sea Suiza sería extraño.
—¡Intentó no hacer ruido!— justificó.
Asentí —Como una anciana que abre dulces en el cine, haces mucho ruido, Bloom— musité lo último.
—Pero nos va bien en la escuela, y a Terra también— agregó Musa y volví a asentir.
Detuve mis movimientos mirando a mi lado, una sonrisa se formó en mis labios cuando vi a Sam pasar de desapercibido.
—¿Te perdí?— cuestionó Musa y pasó su mano sobre mis ojos, haciéndome despertar.
—Entonces, ¿Es tu turno de que exponga tus emociones?— me pregunto Bloom.
Negué —Por favor, no y no me juzgues por enamorarme de un extraño— pedí a Musa.
—No te juzgo por enamorarte de un extraño, te juzgo porque crees que es tu alma gemela— sonrió.
Mire a ambas —Bueno, son nuevas y es complicado así que les voy a pedir que no las expongan frente a...— el plato de Terra se estacionó frente a mi —Terra.
—Tengo una pregunta— dijo ella.
Me acomode en mi lugar, mordiendo el sándwich frente a mi.
—¿Desde cuando es genial ser nerd?— nos miró a las tres —No me malinterpreten, los apoyo, ¡Que vivan los nerds! Pero, ¿Es genial hablar de historia?
—¿Qué?— Bloom le miró confundida.
—Ya saben, me gusta la escuela, me gusta tener buenas notas y leer bebiendo manzanilla pero nadie comparte manzanas conmigo, aunque sea asqueroso.
Reí al igual que Musa.
—Necesitamos mucho más contexto— pidió la última mencionada.
—Beatrix, no se en que se diferencia de mi, ¿Por qué le funciona a ella?
Aclare mi garganta, viendo a Sam desde lejos ofrecer lo que parecían dos paletas de nieve de chocolate, no se por que se me ocurrió decirle.
—Ah, debo irme— informe —Lo siento, debo estudiar.
Bese su mejilla y me acerqué a él.
—¿De chocolate, en serio?— le hice reír.
—No me digas que no te gustan— pidió y sonreí.
—Lo recuerdas, es algo nuevo.
Miró detrás de mi —Siguen hablando, hay que irnos antes de que nos miren.
Extendió su mano y la acepte caminando por los pasillos del edificio, acepte la paleta de chocolate.
—Hace frío— se quejó Sam.
Asentí —Apenas empieza el invierno.
—Y estamos comiendo paletas de nieve— señaló y reí ligeramente —Pero me encantan, más si estas conmigo.
le sonreí sintiendo mis mejillas tornarse rojas, haciéndome bajar la mirada al mismo tiempo.
—¿Iras a la fiesta de hoy?— cambie de tema.
Asintió —Claro, ¿Y tú?
Negué —Tengo que estudiar, hoy empezare el que presiento será mi libro favorito.
—Bueno, si quieres puedo no ir a la fiesta y estudiar contigo— propuso.
Estaba por aceptar, pero luego recordé —Si Terra se queda... quedamos en que no le diríamos nada aún.
Asintió recordando y deteniéndose en una pared, recargándose sobre ella y mirándome.
—No tiene que ser en la misma habitación.
Negué levemente —Tu diviértete en la fiesta, pero no demasiado.
Rió tomando mi mano libre y entrelazando nuestros dedos, sintiendo su tacto me sentía bien, como si todo el mundo parara.
No tenía idea de cuán importante se había vuelta Sam en mi vida, quiero decir, tan solo llevábamos unas semanas conociéndonos y eran como si fuera toda la vida.
Me hacía sentir segura de mi misma, no dudaba ni un segundo de mi y me apoyaba en literalmente todo, incluso en mis estudios, me daba tiempo de realizar mis tareas y me ayudaba con algunas materias por menos que lo necesitara.
—Si cambias de opinión avísame— pidió.
Asentí con delicadeza, teniendo que volver al mundo pero sintiéndome demasiado bien con él a mi lado.
—¿LEIGH O STELLA?— rogó saber Terra.
Fruncí mi ceño adentrándome al baño —Esto es muy raro— señale.
Las tres chicas intentaban borrar el caído maquillaje que estaba en el rostro de Terra.
—Vístete, tenemos que ir a la fiesta— ordenó.
Abrí mis ojos como plato —Ah, yo no iré, tengo que estudiar.
—No, no, vamos a mostrarles a todos que somos divertidas y geniales y...—
—¿Sexis?— le interrumpió Musa.
Ella se levantó y me acerqué para vernos en el espejo con una sonrisa.
—Bueno, eso es lindo— halague en delineado perfecto de Terra.
Más tarde, ya estábamos rodeadas de adolescentes drogados e influenciados por el alcohol, había otros bailando y otros simplemente hablando entre sí.
—¿Qué es esto exactamente?— se preguntó Aisha.
—El ala este de alfea, la usaban para preparativos de guerra, pero como hace mucho no hay guerras, nadie viene aquí— contestó Terra.
—Excepto esta noche— supuse y ella asintió.
—¿Una cerveza?
—Una cerveza— le contestó Bloom, caminando junto a Aisha.
No me quedo de otra más que seguir a Musa y Terra.
—¿Buscas a alguien en particular?— le pregunte a Terra.
Ella negó —Uh, no, solo busco un lugar para dejar esto— señaló el envase.
Tome el primer vaso vacío y limpio que vi, echando en él aquel líquido transparente, lo olí antes de ingerirlo y formar una pequeña mueca al primer trago.
Musa abrió el envase de Terra, sacando el pequeño brownie de él y oliéndolo.
—Terra, son...—
—Puedo ser una nerd genial— sonrió con orgullo.
—No me digas que son lo que creo que son— pedí.
—¿Brownis con marihuana? No lo voy a decir.
Le mire con una sonrisa, negando varias veces con la cabeza y de nuevo, me paralice al ver a Sam llegar.
Con sus típicas entradas que me hacían sentir como si estuviese soñando, pero es lindo.
—Mira quien decidió venir— dijo él, viendo el envase —Con el envase de mamá, nada menos.
—¿Qué quieres, Sam?— le cuestionó con brusquedad.
Solo pude esconderme en mi vaso.
—Un tragó, relájate— me miró —Eres Leigh, ¿No?
Asentí —Si, soy yo.
Se giró a Musa —Y tú debes ser Musa.
—Yo no estoy aquí— se escondió detrás de mi, haciéndome ponerme más nerviosa aún frente a Terra.
Sonrió —Hola, soy Sam— se presentó, extendiendo su mano la cual acepte —¿Qué es?— preguntó refiriéndose a los brownies.
—Son para la fiesta, no para ti— informó su hermana.
—Pensé que no vendrías— un segundo chico se adentró a la conversación, haciéndome mirarle confundida al igual que Sam y Musa.
—Bueno, decidí venir a último momento— balbuceó Terra.
—Tan a último momento que preparo brownies de marihuana— señaló Sam.
Sonreí y Terra le miró —¡Adiós, Sam! Hablamos luego.
Mostró su vaso, dándome una última mirada -Adiós.
Terra rodó los ojos —Como sea, ¿Un brownie? Quizá prueba medio o un cuarto.
Le ignoro, dándole un buen mordisco al pan.
—O no... bueno, como sea.
—Les llevaré a Riven y Sky, nos vemos después, ¿Esta bien?
Mire a Terra devuelta —Si, claro, ¡Genial, genial, genial, genial!
Fruncí mi ceño —¿Qué fue eso?— le inquirí a Musa.
—No tengo idea.
—Necesito más que solo un trago— informe a ambas, antes de salir huyendo en busca de Sam.
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