𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗼𝗻𝗲. to the waters and the wild
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𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ volumen uno
capítulo uno
❝ to the waters and the wild ❞
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Apretaba con fuerzas las mangas de mi suéter mientras caminaba entre tanto alumno nuevo y otros no tanto, intentaba apresurarme y llegar a mi habitación.
—Pude sentir tu malhumor desde la cafetería— escuché a alguien, mientras rodeaba mis hombros con su brazo.
—Hey, Musa— salude con una sonrisa —Y mi malhumor es felicidad, lo has confundido.
—Uh, no, yo creo que yo— colocó sus ojos púrpura.
Musa y yo éramos mejores amigas desde que me mudé cuando tenía once años, era su vecina así que nos conocimos y desde entonces, somos inseparables.
—¡Deja de leerme!— pedí dándole un merecido choque usando mi magia de hada del aire.
Ella se quejó separándose de mi —Auch, no sabía que pudieras usar tu magia.
—Solo un poco, pero tu si puedes, no es justo.
—La vida no es justa— fingió tristeza, haciéndome reír.
Más tarde, nos adentramos a la habitación, donde había más habitaciones.
Deje cada una de mis pertenencias sobre la cama que me correspondía, donde la otra chica ya tenía bien organizado de plantas.
Salí, frunciendo mi ceño con confusión cuando me di cuenta de que era la persona con la que compartiría habitación.
—Todos amaban el jardín secreto porque era secreto— finalizó la rubia, quien le recriminaba a la otra chica por agregar demasiadas plantas a la sala.
Me recargue sobre el marco de la puerta —Ese no es el mensaje de el jardín secreto— recordé, haciendo que ella me mirara.
—Debes ser Leigh— supuso analizándome de arriba a abajo.
Asentí —Y tú debes ser Stella.
Ella sonrió con desagrado, mientras imitaba su acción.
—Es que si no compartes las cosas, sus beneficios no se aprovechan— agregó la chica, señalando cada planta.
Stella le miró obvia y ella asintió quitando un par de plantas y adentrándose a nuestra habitación, le sonreí siguiéndola.
—Bueno, realmente parece encantadora— suspire comenzado a acomodar mis cosas.
—Gracias por eso, aunque se que está bromeando, ¡Sorpresa! A Terra, el hada de tierra, le gustan las plantas aunque es de familia, mi prima se llama Flora, mi mamá Rose y papá trabaja en el invernadero.
—Esa es una familia muy grande.
Asintió sonriente —Por eso conozco a los de segundo, crecí cerca de Alfea.
Fruncí mi ceño —¿Stella es de segundo? ¿Qué hace acá entonces?
—¡Si! Uh, no lo se, la verdad, una cuestión administrativa y disculpa, yo no se lo mencionaría.
—No lo haré— asegure.
Ella asintió apunto de irse, abrí mi libro para comenzar a leer cuando se giró nuevamente a mi.
—¿Quieres una suculenta? Son modernas e independientes, como tú, aunque no te conozco...-
Le sonreí volviendo a cerrar el libro —Si acepto, ¿Me dejarás leer?
Trague mis propias palabras, había sido grosera, bien hecho Leigh.
—Terra, solo bromeaba— intenté arreglar con una sonrisa.
—Está bien— aseguró dándome la pequeña planta.
—Gracias, ¿Sabes algo? Nos llevaremos muy bien.
ME ADENTRE AL salón, colocándome frente a la mesa donde había comida y miles de diferentes dulces.
—Está es mi parte favorita de las fiestas— mencione a Musa, quien venía acompañada por alguien más.
—La comida— señaló ella asentí comenzando a comer todo lo que se encontraba.
—Hey, debes ser Leigh, la mejor amiga de Musa.
Mire a la chica de tez morena y le sonreí —Si, esa misma.
—Me llamo Aisha, quizá no me vista entrar pero compartimos habitación.
Asentí —Que gusto.
—Leigh, prueba esto, sabe a limón— pidió Musa y obedecí.
Forme una terrible mueca cuando probé el sabor demasiado ácido.
—Oh, no debí haberte hecho caso— mencioné intentando beber agua.
Ambas rieron por mis expresiones.
—Hola, Terra— le saludé cuando la vi.
—¿Por qué Leigh esta haciendo muecas?— les pregunto.
—Comió un dulce de limón que Musa le dio— le contestó Aisha.
Comencé a beber cada vez más agua.
—¿Ya escucharon lo qué pasó fuera de la barrera?— preguntó Musa de pronto.
Negué, al igual que Terra.
—Encontraron un cuerpo con quemaduras— informó Aisha, lo que me hizo mirarle preocupada y casi escupir el agua.
—¿Quien encontró el cuerpo?— inquirió Terra —Quizá murió de viejo, todos morimos.
—Claro, la famosa decapitación de la vejez— agregó Musa.
—Le pasó a mi abuela en medio del bingo— dijo Aisha —Ella solo... ¡pum!, rodó por la mesa.
Reí intentando no escupir la bebida —No te juzgo pero...— señale toda la comida que comenzaba a llevarse
—Como muchísimo en el día, si no nadará, sería enorme.
—Yo practicaba ballet, lo entiendo— le sonreí encogiendo mis hombros.
—Hablando de eso...—
—Dos veces al día, todos los días, no estabas bromeando— señalé riendo.
Ella negó sonriendo, mientras tomaba toda su comida y se iba con Musa siguiéndole el paso
Me giré devuelta a Terra —¿La oíste antes?— me inquirió.
Fruncí mi ceño —¿Qué?
—En el cuarto, pusiste tu mirada en el libro y fingiste que no podías oírme, pero oíste la conversación de Aisha y Musa.
Asentí entendiendo —Ah, no, soy una adicta al estudio, Terra.
—Si, parece que estudias mucho— señaló sarcástica —O solo cuando estoy yo.
—No, no es eso... es cosa mía, no es tu culpa.
—Ya entendí, hablo demasiado— se dio vuelta.
Intente hablar nuevamente cuando ella ya se había ido, dejándome con la palabra en la boca, no había podido explicarle la realidad.
—SIGUE IGNORANDO mis mensajes— mencionó Aisha, mientras me dejaba caer en el otro sillón.
—¿Será porque se sinceró contigo y la llamaste bicho raro?— le inquirió Musa.
—¿De qué esta hablando?— les pregunté mirando mi celular.
—¿Has visto a Bloom?
—¿La pelirroja? No, ¿Por qué?— mire a Aisha.
Ella negó y se giró a Stella, quien llevaba más de media hora tomándose fotos en su celular.
—Yo tampoco la he visto— se apresuró a decir, ella apagó la luz en un chasquido de dedos —¿Si?
—Te ves tranquila, pero sientes culpa— le menciono Musa.
—Eres un hada de la mente— le dijo Aisha.
—¿Un hada de la mente?- inquirió Terra, incluyéndose en la conversación —¿Cual es tu conexión? Recuerdos...-
—Ahora no— le interrumpió ella.
—¿Está todo bien?— volví a preguntar.
—En realidad, no, busco a Bloom y como sabes, Stella siente culpa.
—Dejen el drama para el club de teatro— pidió con fastidio.
Entrecerré mis ojos —Bueno, la vi hablando con Sky— recordó Terra.
—¿Y qué?
—Y se lo que le pasó la ultima persona que hablo con Sky, estuve aquí el año pasado.
La mire devuelta pero ella solo rió —Stella, ¿Donde está Bloom?— le cuestione.
Me miró —Se sentía nostálgica, fui buena y le presté mi anillo para que pudiera regresar al Primer Mundo.
—Tu anillo solo funciona fuera de la barrera.
Asintió —Si, y hay un portal en el viejo cementerio.
—Eso es en el bosque, Stella— regañe —Sabes qué hay ahí, ¿No?
—Si, lo se.
—SI BLOOM...-
—Ella estará bien— le interrumpí a Aisha.
Dowling caminaba frente a nosotras a paso firme, con su semblante a obscuridad y seriedad.
—Si, solo fue al Primer Mundo, ¿No?— preguntó Musa y asentí.
—La salvaremos y estaremos bien— ánimo Terra.
Dowling se adentró donde se suponía estaba el portal, mientras nos había ordenado quedarnos afuera, la impaciencia simplemente no nos dejaba, mucho menos a Aisha.
Solté el aire retenido en mis pulmones cuando vi a la de cabellera roja salir asustada.
—¿Estás bien?— inquirí, haciendo que Bloom se girara asustada.
—Si, eso creo— asintió desesperadamente —¿Qué fue eso?
-1Creo que se llaman quémanos— informó Terra.
—¿Ah? ¿Y Stella?
—Está en la escuela, ¿Por qué?— le preguntó esta vez Aisha.
—Esa cosa tomó su anillo.
ME RECOSTÉ EN mi cama, llevándome una mirada de Terra, coloqué mis pequeños auriculares y abrí el libro en la página donde me había quedado.
Mire a Terra de nuevo cuando me pidió quitar los auriculares.
—Se que quieres escuchar música y estudiar y realmente lo entiendo, pero estaremos todas juntas por un buen tiempo, así que...— dejó lo que llevaba en la mesa.
Le mire confundida cuando tomó una clase de bocina, ella me sonrió.
—Se lo pedí a mi hermano, un parlante, así no tenemos que hablar, puedes seguir en tu mundo y no estarás sola.
Titubee, arrepintiéndome cuando la vi nerviosa y arrepentida.
—O no, no es gran cosa— agregó girándose.
Me levante de la cama, viéndola regar sus plantas.
—No te enojes— le dije.
—No me enojo— contradijo.
—Terra, deja de fingir felicidad un minuto— pedí.
—¡Soy una persona muy feliz!
—Y yo soy émpata, se que estás enojada y estudiar no me hace sentir bien pero tengo que hacerlo— solté —Si no conozco cada parte de mi don, lo echare todo a perder.
—¿Puedo preguntar qué tipo de hada eres? Sin sonar como una mala persona.
Asentí —Hada del aire, si rompo esa barrera de tranquilidad todo será un desastre, Terra, no es que no quiera hablar contigo, créeme que quiero, me caes bien pero... también tengo que estudiar.
Ella sonrió —Claro, lo entiendo, es... esta bien, no hay problema.
—¿Lo dices en serio o lo dices para no sentirme mal?— le pregunté con una sonrisa.
—Lo digo enserio, Leigh.
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