𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗶𝗳𝘁𝗲𝗲𝗻. tale as old as time
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𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ volumen dos
capítulo quince
❝ tale as old as time ❞
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Riven había sido mi niñera las últimas semanas, así lo veía yo a comparación de él, quien decía que era solamente para ayudarme pero sabemos que es lo mismo.
Todas las tardes me traía el almuerzo, ya no era grosero y agresivo conmigo, solo era diferente.
—Entonces lo hice caer y se enojo tanto que quiso atacarme otra vez— contó uno de sus entrenamientos.
Tomé una de las papas fritas y la metí en mi boca, sin dejar de prestarle atención.
—Que idiota, ¿Y tú que hiciste?— respondí.
—Correspondi sus golpes, obviamente, antes de que llegara Silva y nos detuviera.
Fruncí mi ceño —Espera, ¿Silva es el nuevo entrenador? Creí que Rosalind no lo quería aquí.
—Bueno, es el único que queda desde Andreas, no hay nadie más que pueda entrenarnos que él— encogió sus hombros.
—Pobre Silva— murmuré.
Riven asintió mientras bebía de su refresco, ninguno dijo nada en la habitación. Ah, si, me había pasado las últimas semanas en mi habitación por recomendación de Terra, ella dijo que así recuperaría fuerzas para levantarme y comenzar a seguir con mi vida.
Como si eso fuera posible.
—Pobre de mi, tengo que soportar la mayoría de las discusiones— rodó los ojos.
Entrecerré los ojos —Siempre eres tan dramático.
Ambos nos giramos cuando Terra de adentro a la habitación y nos miró con los ojos entrecerrados.
—Lo siento, no quería... interrumpir— dio pasos lentos —Ustedes, chicos, ¿Eh, qué hacían?
Se recargo sobre la pared con una mano, mientras Riven me miraba y yo a él, luego ambos a Terra.
—Desayunando— señalé, tomando una papa frita —¿Quieres?
Ella negó —Oh, no, no, provecho, ¿Desayunan hamburguesa? Es no es... saludable.
Asentí —Lo se, pero no pude evitarlo, ya sabes... lo que paso y así.
Terra asintió —Claro, entiendo, entiendo, bueno... solo vine...— miró a su alrededor hasta tomar la primera planta que encontró —Esto, Bloom me la pidió prestada, es todo, sigan... con lo que sea que estaban haciendo.
—Oye, ¿Puedes cerrar la puerta cuando salgas? Las paredes son de papel— pidió Raven.
Terra se detuvo, mientras asentía levemente y luego se daba la vuelta otra vez. Mi ceño se frunció al verla caminar lentamente y luego, finalmente el silencio se termino cuando cerró la puerta.
—Eso fue extraño— opino Riven, dándole un buen mordisco a su hamburguesa.
—Todo aquí es muy extraño— admití.
LANZABA LA PELOTA anti-estrés que Musa me había regalado justo cuando la mencionada entró a la sala.
La mire de reojo, siguiendo con lo mío.
—¿Por qué estás llena de tierra?— me pregunté.
Ella soltó un quejido, quitando su camiseta mientras iba en busca de una nueva.
—Limpiar es de lo peor ¡Es de lo peor!
Arquee ambas cejas —Voy a necesitar más que eso para entender.
—Me ganó mi lugar aquí limpiando, si no lo hago me echaran, ese es el contexto.
Suspiré, mirando otra vez el techo en lugar de lanzar la pelota.
—Todo va a terminar pronto— canturree.
Musa frunció su ceño —Te ves feliz.
—En el fondo no lo estoy.
El teléfono resonó sobre la mesa, el cual miré y apagué en cuanto mire la llamada de mi madre.
—¿Quién es?— inquirió Musa con curiosidad, sentándose junto a mi una vez limpia.
—Mi mamá, quiere hablar de ya sabes que— negué —Como si le importara.
—Si te llama es porque le importa.
—O porque quiere tener mi vida controlada— encogí mis hombros, volviendo a lanzar la pelota.
—Leigh, ya no puedo leer tus sentimientos pero se que algo pasa así que... si quieres dime.
Dejé de lanzar la pelota, girándome hacia ella.
—¿Prometes no ir a decirle a Terra? Dice que no debo estresarme y así.
Musa asintió —Seguro.
—Bueno, estoy casi segura de que me dará el sermón de mi vida y que me arrepentiré de contestar esa llamada, por eso he estado evitandola desde lo ocurrido.
—Uh...— formó una pequeña mueca —¿Y qué piensas hacer con ella cuando ya no puedas ignorarla más?
Encogí mis hombros —Mudarme de país y cambiarme el nombre.
—Esa no es una opción, leigh— ella estuvo apunto de reírse.
—Lo es para mi— suspiré —Es lo único que se me ocurre, necesito que al menos tu me apoyes.
—¿Yo?— frunció su ceño —¿Por qué yo?
—Porque eres mi mejor amiga y si no lo haces lloro— advertí.
Ella asintió —¡Agh! Pero que sea la última vez.
Asentí, sabiendo que no sería la última vez y que Musa aún así seguiria aceptando.
—¡HOY ES EL DÍA!— Terra abrió las ventanas.
Me di vuelta en la cama —No es mi cumpleaños.
—¡Hoy es el día! Y no, no hablo de tu cumpleaños.
Fruncí mi ceño, mirando como el reloj marcaban las seis de la mañana, devolví la cobija a mi cabeza.
—Me quedan ocho horas de sueño, déjame dormir— pedí.
Ella negó, —No, Leigh, hoy es tu día en el que ya te levantas y empezamos el Terraeróbico.
Logró hacerme quitar la cobija al escucharla decir aquello último.
—¿El qué, disculpa?
—Terraeróbico.
—¿En qué diccionario existe esa palabra?
Colocó ambas manos sobre su cintura —En el mío, vamos, es hora de desayunar algo saludable y no hamburguesas con un montón de grasa.
Solté un quejido —Adelantate, ire... en... cinco... minutos...-
Ella se mantuvo ahí, —Te vas a dormir otra vez.
Negué —No, no, estaré... despierta... solo descanso mis... ojos.
Escuche sus pasos, luego cuando menos me di cuenta me empapó la cara con el agua que usaba para regar sus plantas.
Solamente así me puse de pie tan rápido como pude, sintiendo el agua en mi boca.
—No era necesario— señalé con mis ojos cerrados —Pero gracias.
Ella asintio —Te espero en la sala.
Salí junto a ella de la habitación, mientras me encontraba con Flora leyendo en el sofá.
—Buenas madrugadas, Flora— saludé.
Ella me sonrió —Buenos días, Leigh.
Caminé hasta el baño, colocándose un suéter de rayas y mis comunes pantalones para después salir y partir de mi dulce cama junto a Terra.
Una larga hora del llamado Terraeróbico fue un sufrimiento para mi, sentía que moría con cada cosa que hacíamos en el ejercicio y en especial porque estuve apunto de quedarme dormida en dos ocasiones.
En conclusión, el Terraeróbico y yo eramos enemigos.
—Leigh, ¿Por qué despierta tan temprano?— se preguntó Stella, sentándose frente a mi.
Formé una mueca —Ni lo digas, siento... ¿Oye, si me duermo en el cereal diez minutos te enojas?
Ella negó —No, no, adelante.
Sonreí —Yo te adoro.
Recargue mi mejilla sobre la mesa, cerrando mis ojos unos largos segundos que fueron un paraíso para mi.
Sin darme cuenta me había quedado dormida todo el almuerzo hasta que sentí unos brazos en mis hombros y solo así me levante rápidamente.
—¡Eh, estoy despierta! ¡estoy despierta, lo juro!— miré a mi alrededor.
Stella me sonreía y al chico detrás de mi, frunci mi ceño, cruzandome con Riven en el momento.
—Ay, solo eres tu— suspiré aliviada.
Él se sentó junto a mi —¿Qué haces dormida?
Stella se levantó de su lugar —Bueno, chicos, los dejo que tengo clase— se giró a mi —Leigh, te veo después, adiós, Riven.
Asentí, mientras él se despedía de Stella y ella se marchaba, dejándonos así a ambos.
Arrastre mis manos por mi rostro —No dormí nada, Terra me esta haciendo pedacitos con el Terraeróbico.
Frunció su ceño —¿Qué carajos es Terraeróbico?
Encogí mis hombros —Pregúntaselo a ella.
—Deberías irte a dormir ya— paso mi brazo sobre sus hombros para intentar llevarme.
Negué —Tengo cosas que hacer.
—¿Como huir de terra?
Me levanté con su ayuda —Exacto y según mis cálculos su hora de comida es en cinco minutos así que me voy antes de que me vea.
Se levantó al igual —No llegaras ni a la esquina así.
Frunci mi ceño —Riven, estoy bien.
Titubee, sobando mis ojos con sueño y mareandome en el proceso.
No estaba acostumbrada a levantarme temprano, había tomado la bella costumbre de despertar hasta después de la una de la tarde y dormir hasta las cuatro de la mañana y eso me había destrozado los horarios.
Finalmente deje que me llevará hasta la habitación, agradeciendo al cielo y a todo lo bendito que ninguna de mis compañeras se encontrara ahí.
La mayoría estaba en clase a estas horas, la mayoría ni siquiera sabía dónde estaba pues todas estaban muy ocupadas como para si quiera darnos un retoque de maquillaje.
Pero quien lo necesitaba, ¿No?
FLORA SE ENCONTRABA leyendo sobre la ventana, mientras miraba de vez en cuando.
—Leigh— se levantó en cuanto me vio —Eh...
Mi ceño de frunció cuando Stella salió de mi habitación —Aquí estas— dijo ella.
Toqué mi frente —Si, estoy aquí creo.
Ella negó, tomando de mi brazo y alejándome de Flora a quien mire confusa.
—¿Qué pasa?— murmuré confusa —Comienzo a creer que es uno de esos sueños.
—Tu mamá está aquí— susurro y me dio un terrible mareo.
Mi frente ahora si comenzó a sudar frío y estaba segura de que mi piel se había tornado pálida.
—¿Qué?
—Bueno, no exactamente aquí pero si en video, quiere hablar contigo.
—¿Cómo se ve ella? ¿Sería? ¿Feliz?
—Ella...— negó, dándome la idea de que ella se miraba de todo menos feliz o seria.
Obviamente no estaría feliz.
—No puedo hablar con ella— me negué.
—No se va a rendir hasta que la llames.
—No puedo.
Retrocedí, mientras ella intentaba tomar de mi hombro —Leigh, esto iba a pasar, tarde o temprano.
—No puedo verla, Stella— insistí —Ella va a enojarse mucho conmigo... no puedo, simplemente no puedo.
Stella entendía perfectamente todas estas situaciones, las necesidades de huir de tu madre para que no te haga sentir como una basura.
—Voy a hablar con ella...-
—Oigan— Terra se adentró con Musa y Bloom siguiéndole —Ya colgó, dijo que llamaría más tarde y que si no le llevábamos a Leigh haría que nos echaran de Alfea.
—No me gusto esa conversación para nada— admitió Bloom.
Suspiré —Clásico de mi madre.
—¿Qué vas a hacer?— inquirió Flora con curiosidad.
Encogí mis hombros —¿Tengo otra opción?
Todas negaron, era obvio que no tenía otra opción.
Si o si tendría que hablar con ella.
━━━━ AUTHOR'S NOTE: holam, espero les guste el cap, es totalmente nuevo ya que quería añadir escenas extras antes del final y así. En fin, recuerden votar y comentar <3
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