𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁𝗲𝗲𝗻. the war is over

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𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂 𝐋𝐎𝐕𝐄 ━━ volumen dos
capítulo dieciocho
❝ the war is over ❞

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—¡Tampoco podíamos creerlo!— dijo Terra con entusiasmo.

—Y todo gracias a Flora— sonreí a la mencionada.

Ella asintió —No entendía por qué el compuesto no funcionó en el cementerio y luego las plantas se marchitaron y lo entendí, esto absorbía toda la esencia de la vida que podía.

Mostró el pequeño ramillete de hojas.

—Ya investigué— informé —Se llaman plantas de resurrección.

—Sí, son como cápsulas del tiempo— añadió Terra.

—Le vendría bien un poco de color, pero la función es importante— mencionó Stella y reí ligeramente.

—Le dimos la llama del dragón que quedaba en el cristal y la planta se abrio— conté.

—¿Estabas ahí?— inquirió Bloom a Dowling, quien sonreía ampliamente hacía nosotras.

Asintió —Mi espíritu, sí.

—Esto es muy raro, ¿No creen?— se preguntó Musa y todas asentimos.

—Imaginé lo que iba a hacer Rosalind y me vali de tanta magia como pude— contó Dowling —Le pedí al mundo natural que me preservara... les debía un último adiós.

Mi sonrisa se borró pero la de ella se volvió más alegre, haciéndome mirarle con preocupación.

—La vida es valiosa, pero la muerte también— repuso al mirarme —Ambas deben ser respetadas, no sobreviví al ataque de Rosalind así que no podré ayudarlas en la batalla. Pero tengo tiempo para una última lección.

—Uh...— trague en seco —Las clases de magia ya no son lo mio así que voy a... vigilar la... puerta.

—Sí, vale... te acompañó— Musa se unió.

—Todas son hadas— interrumpió nuestra salida —La lección es para todas.

Me volví a mi lugar, asintiendo como si fuese un regañó y quedándome ahí.

—Es sobre magia de transformación...— miré a Flora y ella a mi —Cuando era su directora, las protegía de las duras verdades del mundo. Yo creía que las emociones positivas eran lo fundamental para magia poderosa, Rosalind creía lo contrario, que la fuerza sólo se forjaba en esas duras verdades... ninguna tenía razón, para alcanzar la verdadera magia, deben hacer las pases con sus emociones. La alegría imprudente de las positivas y la desesperación de las negativas, existe belleza y poder en ambas. Estoy muy orgullosa de ustedes y de las mujeres en las que se están convirtiendo.

Sonreí levemente, sintiendndo mis ojos lagrimear un poco.

Estaba sentimental, Dowling significó una parte muy importante de mi vida y ella me enseñó demasiadas cosa sobre magia.

—Bloom, ¿Vamos a caminar?

Ella asintió y solo así ambas salieron de la cabaña, dándome la oportunidad de limpiar la lagrima de mi mejilla.

—Uh, ¿Estás llorando?— se preguntó flora con tono chillón.

Negué —No... me sudan los ojos.

Ella rió —¿Un abrazo?

Negué, formando una pequeña mueca  —Tal vez.

Sonrió mientras pasaba mi brazo sobre sus hombros y recargaba mi mentón contra ella, teniendo las miradas de todas las presentes.

—Bavani dice que Bloom no esta— informó Stella.

Nos separamos mientras mirábamos a la rubia —¿Según quién? ¿Beatrix?— inquirió Aisha —¿Vamos a creerle?

—Se esfuerza, ¿Si?

Todas me miraron así que encogí mis hombros —Es de las mías así que sí.

Stella sonrió —Es cuestión de tiempo para que vaya a nuestra habitación, se verá sospechoso si no hay nadie.

—Volveré yo— propuso Flora —Necesitan tiempo con la directora Dowling y yo no tengo la misma conexión con ella.

—Yo voy contigo— dijo Musa.

Mi ceño se aligero —Musa...-

—Leigh, será más creíble— sonrió —Dale un último abrazo de mi parte.

Negué —Iba a decir que me sentía más culpable al querer quedarme pero de acuerdo.

Las chicas rieron y entonces Flora junto a Musa salieron de la cabaña.

CUANDO FINALMENTE DOWLING nos explicó todo acerca sobre la transformación, le dimos un último adiós como se merecía y le prometimos que ganaríamos esta batalla aunque no supiéramos lo que pasaría después.

Me recargue sobre el lavamanos mientras miraba al espejo, mi reflejo, el cual se notaba algo descuidado, pues el maquillaje ya no era suficiente para ocultar mis ojeras y unos cuantos granos que guardaban mis mejillas.

Suspire con cansancio, realmente me veía tonta criticado mi aspecto cuando estamos en medio una guerra. Abrí la puerta y me detuve cuando miré al castaño apunto de entrar.

—¡Hola!— sonreí levemente a Riven.

El ceño de el chico se aligero al verme —Hola.

Me quedé unos segundos observándolo, las palabras simplemente habían salido de mi cabeza y no sabía que más decir.

—Lo siento, no se qué más decir— admití.

Sonrió, en un falso intento de ocultarlo —Ni yo, me quedé en blanco.

Reí —Que bueno, así no tendré que decir nada.

—¿C-Cuando llegaron?— tartamudeo.

Me recargue sobre la puerta —Uh, ayer, con Dowling, ayudamos a Bloom a escapar así que Flora y Musa fueron al colegio devuelta.

Asintió —Que bueno que estés viva.

Sonreí —Sí, aunque bueno, Flora no tuvo mucha suerte y no es que este muerta ni nada, por toda la Magia ¿Por qué dije eso? En fin, uh, están bien, van a estarlo o al menos eso quiero... creer, estoy hablando mucho, ¿Verdad?

Rió —No quería decirlo, pero esta bien, sigue contándome tu historia.

—Eso quiero pero, tengo que irme, ¿T-Te veo después?

Asintió —Claro, Silva esta afuera con los demás, hacen sus cosas de planes así qje deberías ir.

Retrocedí —Buena idea.

LOS ALUMNOS ESTABAN SIENDO drenados por más de esas cosas raspadoras, dándome más poder a Sebastián y dándonos desventaja a nosotros.

—No podemos quedarnos sentadas mientras te enfrentas a Sebastián sola— discutí.

Bloom se encogió de hombros —Es el plan de Silva, no el mío.

—¿Y si prendes fuego a alguien? Yo podría apagarlos— propuso Aisha.

—Estaré en el cementerio esperando a que todos se vayan.

—Necesitas una enfermera— aseguró Terra.

—Riven se encargará de los heridos y después los más heridos volverán aquí para el tratamiento.

—No olvides la parte más obvia, debo haberte invisible para que puedas entrar— dijo Stella con obviedad.

—¿Y arriesgarte a que los raspadores te roben tu magia?

Ella frunció su ceño —También podrían robarte la tuya.

—Si voy, obligare a Sebastián a que me regrese mi magia, seremos mas fuertes— aseguré.

Bloom negó —Es mejor si me transformó, seré más veloz y fuerte.

—Dowling ya nos dijo como transformarnos— recordó Aisha —Hay que usar todas las emociones, buena y malas

—¿Y ya lo hicieron?— cuestionó —¿Alguna?

—No intentamos, podemos probar— dijo Terra.

—¿En serio creen que hay tiempo para intentarlo?

Bufé —Con esa actitud, no.

—No tienes que hacerlo sola— aseguró Aisha.

—Sí, tengo que...— extendió su mano, mostrando una pequeña llama —Porque no tienen esto y esto es lo único que va a acabar con Sebastián, y soy la única que lo tiene.

Bajé la mirada mientras me sentaba sobre la mesa.

—Miren, las quiero mucho, pero esto...— se interrumpió a sí misma.

Titubeo sosteniéndose de la mesa, haciéndome fruncir el ceño y girarme a mirarla.

—¿Estás bien?— inquirió Terra de inmediato.

—¿Bloom?— me levanté cuando la mire caer al suelo.

Entonces Aisha y Stella también me siguieron, y después Terra, quien la tomó de los hombros para revisarla.

—¿Qué pasó?—  Silva se preguntó.

—Se desmayo— contestó Aisha.

—Creo que solo necesito agua— respondió Bloom.

Asentí —Te tengo— susurré sosteniendola.

—Vamos a levantarla, arriba— ánimo él.

—Estoy bien, estoy lista— aseguró Bloom.

—¿Segura?

—Sí.

Suspiró en rendición —Primero debemos deshacernos de los especialistas, así que espera.

Asintió —Sí.


ENTRÉ A LA PEQUEÑA ENFERMERÍA improvisada, buscando entre las cosas toallas para ayudar a que a Bloom se le pasara el mareo, pero justo antes de que pudiera tomarlas, Riven apareció frente a mi de la nada.

Comenzaba a creer que su manera de aparecerse era muy rara.

—Casi me matas de un susto— le dije.

—Solo... venía a despedirme— admitió él —Iré con el primer grupo para sacar a los especialistas.

Asentí —Uh, entiendo, buena suerte— sonreí un poco —Ten cuidado.

—Gracias.

Sostuve la toalla entre mis manos, mientras daba ligeros pasos fuera de la casa de campaña.

Pero algo me detuvo, un extraño impulso que me hizo girarme a mirarlo otra vez.

—Tal vez...— hablamos en unisonido.

¿Qué nos pasaba?

—Deberíamos...— seguí —Ir por un helado o algo cuando esto termine, si es que salimos con... vida.

Riven asintió de inmediato —Seguro, me gustaría.

—Si, bueno... tengo que irme porque Bloom no esta muy bien que digamos.

—¿Ella está bien? ¿Qué le pasa?

—Se desmayo, pero esta bien, Silva dice que tiene que descansar, Terra coincide y me mandan a mi por toallas— señale —Pero, en realidad no me quejo, intento ayudar, estoy hablando demasiado otra vez, ¿Sabes? Debería irme ahora.

Abrí la puerta de la casa de campaña y salí con el chico siguiendome.

—Leigh...-

Me giré a él —¿Si?

—No creo que hables demasiado— aseguró —Me gusta.

Mi ceño se aligero, mientras formaba una leve sonrisa en mis labios que pareció contagiarsele.

—Gracias— respondí —Y buena suerte, ten cuidado.

—Lo haré.


BLOOM SE LEVANTÓ TAN rápido como pudo al escuchar la notificación de su celular, haciéndome mirarle cuando lo coloco sobre la mesa en medio de todas.

—Creo que saben del ataque— Musa rápidamente dijo al otro lado de la llamada.

—¿Estás segura?— inquirió Bloom.

—No, pero están saliendo muchos especialistas.

—Si salen todos Silva no podrá entrar— aseguré.

—Tiene que hacerlo, debe abrirme paso— Bloom formó una mueva.

—¿Viste a flora?— preguntó terra.

—No, sé dónde la tienen, pero...-

—Bueno, no es mala noticia, aún hay tiempo, si los especialistas fracasan iremos nosotras.

Me levanté del respaldo de la silla —No quiero arruinarlo pero, ¿Qué hay con Grey? ¿Querrá rendirse?

Aisha me miró rápidamente y se encogió de hombros —Viste el video, ¿De verdad crees que quiere ayudarnos?

Tomé aire lentamente, mientras Stella tomaba su teléfono —Probaré con Beatrix de nuevo.

Asentí —Creo que ya se fue— dijo Musa.

—Bien, entonces, Flora está jodida, ¿Eso estas diciendo? ¿Que perdera su magia y no podremos hacer nada?— cuestionó Terra con voz entrecortada.

—No, si puedo hacer algo... les escribo luego.

Después de eso colgó, dejándonos con la duda de qué sería exactamente capaz.

Miré a Terra y ella huyó lo más lejos de nosotras, en lo que Stella la seguía.

Ahora, Stella era la consejera de todas pero, ¿Quién era su consejera? Ella había pasado todo el tiempo ayudándonos pero no veía a nadie ayudándola.

LOS SOLARIANOS VIENEN PARA ACÁ— informó Silva.

—¿Para pelear contra un mal antiguo porque tenemos miedo?— Stella se preguntó incrédula.

—Si es lo que hace falta.

Bloom y Sky habían desaparecido de la faz de la tierra y bueno, se tenía entendido que lo más seguro es que Sebastián ya se los había llevado al colegio.

Las cosas aquí cada vez se ponían peor.

—No habla en serio— reproche, cruzada de brazos junto a Stella.

Silva estaba frente a nosotras, junto a Riven, —Nos superan en número, Leigh — recordó Silva.

—Bloom está arriesgando todo por Sky, Musa no tiene magia y sigue ahí... Flora paso la noche en un calabozo rodeada de monstruos ¿y qué hace? Preparar un plan para matar a esos monstruos, son mis amigas, nuestras amigas y nos necesitan así que no esperemos a los Solarianos y peleemos de una maldita vez...-

Stella me sonrió orgullosa, mientras recuperaba el aire.

—Con todo respeto— añadí rápidamente.

—Es lo que Dowling querría— repuso Terra con una sonrisa —Que todos lucharamos juntos.

Noté como sonreía, para después asentir rendido —¿Quién soy yo para discutir con Farah, eh?

Sonreí, mientras él nos miraba a todos.

—Nada de magia hasta que eliminemos a los raspadores.

Asentí —Intentaré resistirme— bromee.

—Prepárense— pidió y asentimos.


EL TELÉFONO DE TERRA resonó en su bolsillo, mientras nos deteniamos a medio camino.

—¿Podemos entrar? ¿Eliminaron a las raspadoras?— preguntó de inmediato a quien supuse era Musa.

—¿Tienes más diluyente para terminar la formula que estoy haciendo? Ya... me acabe el tuyo— la voz de Flora resonó.

Musa si había logrado rescatar a Flora y eso había sido más que un alivio para todas.

—Dime para qué lo necesitas, ¿Cuál es tu plan?

Tardó unos segundos en contestar —Destilo una feromona de mi magia para atraer a los rasparores.

Mi ceño se frunció —¿Y luego qué?— me atreví a preguntar.

—Eldwyn no solo es toxica para los humanos...-

Terra negó —Flora, no

Deje de escucharla cuando Terra le quito el altavoz y se colocó el teléfono en la oreja.

Finalmente ella asintió —Vale, Bloom guarda aceite Gamsol con sus pinceles y el quitaesmaltes de Stella es de muy alta calidad, Musa tiene un flojatodo porque quiso arreglar la ducha y si eso no sirve, Leigh tiene una botella de vodka que le robo a su mamá en el último cajón.

Arquee ambas cejas con asombro, cruzandome de brazos y negando una y otra vez.

Terra sonrió mientras se encogia de hombros —Soy muy observadora.

—Y esa era mi única reserva de vodka— suspiré.

CUANDO LA NOCHE CAYÓ y finalmente llegamos al colegio, en el patio se encontraban todos esos especialistas peleando entre sí.

—Los superan en número— mencioné en un suspiro.

—Es una batalla perdida— añadió Stella, dolía escucharlo pero era verdad.

—Usemos magia— propuso Aisha.

Terra negó —No, aun no, las raspadoras tienen que enfocarse en Flora, solo así podrá destruirlas.

Espere unos segundos, buscando con la mirada a aquel chico específicamente.

—Miren, las hadas están libres— señaló Terra —Flora lo logró.

Silva se encontraba a unos metros de nosotras, mientras respiraba con cansancio, nos asintió y ese fue nuestro pase de acceso para entrar.

Caminamos largos pasillos, luego del desagradable encuentro con Grey, nos dejó pasar y lo haría sin importar qué.

Lo importante era llegar hasta Bloom antes de que fuese muy tarde, sin embargo; al escuchar la voz de Sebastián me hizo detener en seco, llevándome miradas de las tres chicas.

—¿Segura que puedes seguir?— inquirió Stella con preocupación.

Asentí y tomé todo el aire posible —Si.

Ella había usado su magia para hacernos invisibles por lo que sería más fácil ponerme frente a él.

Y así fue, mientras él se encontraba frente a Bloom, yo estaba a su derecha.

—... tus amigas están afuera peleando por ti— señaló él.

Entonces Stella quito la magia e incline un poco mi cabeza —Técnicamente sus amigas están aquí.

Él se giró a verme, mientras sonreía de lado —Vaya... que valiente.

—¿Me recuerdas?— inquirí irónica.

Se encogió de hombros —¿Cómo olvidar a la chica que me dio todo este poder?

Mi expresión se endurecio, mientras Aisha se giraba a Bloom.

—Puedes bajar la guardia— aseguró ella —Estamos aquí, no tienes por qué hacer esto sola.

—Váyanse— pidió —Váyanse y alejen a todos lo más que puedan.

Ninguna se movió, puesto a que ninguna estaba dispuesta a irse.

—¡Ahora!

La llama del dragón se encendió en sus manos inconscientemente.

—No, Bloom, no te dejaremos— aseguró Stella.

El fuerte bufido detrás de mi me hizo girarme, mientras Grey se encontraba junto a Sky.

—Su corazón se detuvo pero puedo bombear el musculo que lo rodea— informó él —Puede vivir.

Bloom corrió sin dudarlo hacia él —¡Sky!

—¿Quién lo diría? El muchacho vivio— dijo Sebastián con ironía.

Todo pasaba tan rápido.

—Se acabó, no más peleas— defendió Grey.

Sebastián se giró a él —¿Se acabó?

—¿Vas a obligarme a hacerlo de nuevo?— cuestionó Bloom.

Ella intento encender su magia pero no hubo respuesta, lo cual me dejó desconcertada.

—Ups... la magia de las hadas no es un pozo infinito— declaro Sebastián —Y parece que tu momento de rabia te dejo vacía, incluso la llama del dragón tiene limites, así que lo único que realmente cambio es que Beatrix se safrifico por nada. Una lastima.

Mi ceño se aligero, observando rápidamente a Stella y ella a mi.

—¿Se sacrificó?— cuestione.

Rebusco con la mirada y yo también, el cuerpo de Beatrix estaba sobre el suelo a unos metros de nosotras.

Con sangre en su cabeza, entonces Stella avanzo y tembló regresando con sus ojos llorosos y apunto de llorar.

—Eres un monstruo— declaró Aisha mientas sus ojos se volvían azules.

Sebastián asintió —Sí, también soy mucho más fuerte que cada una de ustedes, así que...-

Arquee una ceja —Sí, ¿Pero eres más fuerte que todas juntas?

La transformación es algo magnífico, esperaba que sentirlo lo fuera aun más si es que tenía esa oportunidad pero no fue así.

No tenía mi magia, no podría transformarmarme.

O bueno, eso creía

Sebastián atacó primero a Aisha, mientras ella se cubría con su magia creando un escudo.

Fue como si por un segundo todo a mi alrededor cambiará otra vez, como si pudiera sentir la electricidad pasar sobre mis brazos hasta mis dedos.

Pronto me di que conforme la pared aje cubría a Sebastián de nosotras se rompía, más sentía la magia volver. Se supone que la obtendría cuando él estuviera totalmente destruido, pero no fue así, no fue hasta que en mis manos una gran tormenta se formó frente a mis ojos, los cuales miraron a las chicas con una gran sonrisa que se les contagió.

Debía admitir que me sentía extraña, los relámpagos de magia se transmitieron hasta mis brazos, mi cabello y todo mi cuerpo entero, había algo extraño creciendo en mi espalda que optaron una forma de alas, las cuales me asombraron pues estas eran color azul brillante con líneas como si fueran relámpagos entre las mismas.

Me sentía mejor que antes.

El ceño se Sebastián se aligero conforme se daba cuenta de lo sucedido.

Éste uso su magia rápidamente, obligándome a crear un escudo usando mi magia, Stella fue la primera en atacarlo y luego Terra, dándole a entender a Bloom que sería la siguiente.

Ataque con todas mis fuerzas mientras el escudo se destruía al estar mi magia contra la suya, veía como se quemaba lentamente hasta que no hubo rastro alguno de él.

Hasta que la guerra finalmente se acabó.

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