Rayito de Sol
Buenas tardes, tenemos la última casa de este pobre Caballero del Zodiaco que, como suele pasar, ya llega todo abatido al duelo final.
Y como dice una bella canción:
"Y no me importa que digan que esta trillado, hablar de amor que maldigan, si no han probado, la noche en sus brazos de sol"
Esto es:
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Electrashock
-Rayito de Sol -
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Buenos días, papá...
Abre los ojos, dormilón...
Ara-ara...como dicen en las series...
Una risa cantarina se dejó escuchar después de esas palabras; Lynn, padre de 11, abría los ojos lentamente. De su vista borrosa se fue formando con lentitud un rostro que le veía, increíblemente sonriente.
-Ri-¿Rita?- Dijo el hombre con dificultad, la lengua se le trababa un poco.
-¿Qué si soy mamá? No, papito, soy yo, Leni, tu rayito de sol, ¿te acuerdas de que así me decías? Como me gustaba cuando me decías así. -Luego dijo en un susurro- Lori se ponía celosa.
-¿Le-Leni? ¿Amor?...¿Pero que...?
Lynn por fin pudo reunir conciencia suficiente para enfocar su vista. Estaba acostado en el suelo, en el cuarto de Lori y Leni, recostando su cabeza en las piernas de su hija. Se le vino el susto de golpe.
-Leni...¿Qué pasó?
Ella le volvió a sonreír y le acarició la cabeza. -Nada, papá, que corriste hacía mi desde las escaleras, me abrazaste, me besaste y luego te desmayaste. Me costó arrastrarte al cuarto y como no sabía bien que hacer, decidí recostarte en mis piernas como aparece en las caricaturas que ve Lincoln.
El señor Lynn, por fin, sonrió.
Mi Leni linda- Pensó, luego respiró con profundidad dejándose relajar un poco.
-¿Cuánto tiempo llevo dormido?
-No mucho, como unos 20 minutos. De hecho, te ves mejor, cuando te coloqué en mis piernas te veías muy rojo y parecías tener calentura. -Le puso la mano en la frente- Ahora ya te sientes más fresco. -
Y era verdad. Los 20 minutos de sueño al parecer habían relajado el cuerpo de Lynn y se sentía significativamente mejor. Quiso incorporarse, pero se sentía aun entumecido. Leni lo detuvo.
-No te vayas, quédate otro rato así, papá.-
Fue cuando Lynn cayó en cuenta de algo. -Leni, linda, por que no tengo pantalones...ni mi camisa...-
Don Lynn descubrió que solo estaba en bóxer y camiseta.
-¡Ah! Eso, bien, en la escuela nos enseñaron que para atender a una persona inconsciente es importante quitarle la ropa para que respire bien, y como yo te quiero mucho y quiero que estés sano y fuerte, decidí seguir las instrucciones. ¿Ya ves? No soy tan tonta.- Y sonrió.
-Tu no eres tonta, cariño, para nada tonta.- Dijo él de inmediato y sinceramente, no tuvo argumento para refutarle su acción. Sin embargo, no podía bajar la guardia, ya sabía que los efectos del perfume solían ser explosivos y no quería un incidente como el de Luna.
En ese momento recordó los momentos mas "duros" que tuvo con Luna, se le enrojeció el rostro y tragó grueso.
-Demonios.- Pensó.
Quiso moverse, pero su cuerpo aun se sentía pesado. Leni le acarició el rostro con dulzura al sentirlo agitarse.
-Pobrecito, papá, está tan cansado.- Dijo y le dio un beso en la frente.
Lynn sintió una calidez en el pecho. Leni siempre había sido una de sus hijas más afectivas.
-Hueles a batido de fresa, cariño.-
-Es mi lápiz de labios.-
Lynn volteó a ver a su hija. Su cabello rubio caía a los costados sostenido por sus siempre presentes lentes, sus labios brillaban, dibujados, nuevamente, en una sonrisa. Sus ojos azules, enormes y de pestañas largas, le miraban con ilusión.
Luego vio el atuendo que llevaba. Aquel que creía haber alucinado.
-¿Que...que traes puesto, Lenita?-
-Aaah, para eso te llamaba, este atuendo es nuevo y lo hice solo para que tú lo vieras- Contestó alegremente.
Lynn, recostado en las piernas de Leni, por fin notó que aquel baby doll rosado semi transparente no era un sueño, notó igual que dejaba ver que la joven no llevaba sostén alguno, por lo que sus rosados pezones (que notó erectos y levemente marcados en la tela) se alcanzaban a ver claramente, coronando unos muy firmes pechos que quedaban justo encima de su rostro.
Lynn desvió la mirada e hizo nuevamente a levantarse. Tenía que ir por la pastilla que estaba en su pantalón, el cual estaba a un lado de la cama fuera de su alcance.
-E-está muy bonito, Lenita.- Entonces Leni estalló en sonrisas y lo abrazó restregando el rostro del hombre directamente contra su pecho.
-¡¿En serio, papi?! ¡¿En serio te gustó?! ¡Me hace muy feliz!-
-Lenita...es-es-pera...- Balbuceaba con algo de problema ya que los pechos de Leni (sin contar sus pezones que se sentían como piedritas) iban y venían por todo su rostro, de mejilla a mejilla.
-Un momento más, papi, es que...se siente muy bien, déjame hacerlo...un poco más...- Dijo restregándolo mas fuerte aun que más lento.
-¡Ah!- Exclamó la nena, luego lo volteó a ver, Lynn pudo notar que su hija estaba sonrojada.
-Leni...espera...- Quiso zafarse, pero no tenía aún la fuerza suficiente. Leni lanzó un entrecortado suspiro al sentir sus pezones ardiendo por la frotación. El vapor del aliento de la rubia le golpeó el rostro.
-Te quiero, papi.- Y sin poder contenerse, se lanzó a los labios de Don Lynn dándole un tierno, pero firme beso sabor fresa. Lynn no pudo hacer mucho para oponerse, así que, teniendo ya experiencia de guerra, le dejó terminar.
Leni se separó lentamente dejando un leve rastro de saliva. Luego dijo suavemente -Me gustó más el que me diste en las escaleras.-
-¿Qué cosa de qué?-
-Si, subiste, me abrazaste, me besaste muy fuerte mientras tus manos me recorrían la espalda, me agarraste el trasero con las dos manos y bajaste a mi cuello y...luego te desmayaste. ¿Ya no te acuerdas? Me encantó mucho.- Esto último lo dijo en un suspiró, con los ojos entrecerrados. Volvió a acercarse con intenciones de besar a Lynn.
-Le-Leni...¿no me ibas a mostrar tu...tu nueva creación?
Al escuchar eso, Leni pareció salir de un trance. -¡Es verdad! ¡Casi lo olvido!-
Y sin mucho cuidado se levantó haciendo que Lynn se azotara en el suelo.
-
-Mi cabeza...- Exclamó el pobre sujeto.
Leni por su parte se había puesto de pie y, como una bailarina de ballet, dio dos vueltas con los brazos extendidos para quedar frente a su padre en una postura de baile.
-¿Qué te parece, papi?
Lynn reunió todas sus fuerzas para incorporarse y por fin pudo quedar sentado en el suelo, apoyado en la cama de Leni. La vio.
La tela rosa transparente que le cubría el dorso hasta levemente bajo de la cadera dejaba ver perfectamente la silueta de la joven, cintura estrecha y unas caderas bien marcadas; y ahora podría decir que ella era la que tenía mas pecho de sus hermanas. Debajo solo llevaba un panty blanca con lazos a los costados.
-¿Y bien, papi?- Preguntó nuevamente.
Lynn por fin recupero la voz.
-Eres...tan hermosa como tu madre...-
Leni pegó saltitos con las manos juntas. -¡Verdad que sí! ¡Verdad que sí! Déjame te muestro otro y rauda y veloz se sacó la tela y la panty. Lynn cerró los ojos y volteó al suelo. Aprovechó para alcanzar su pantalón y buscar la bendita pastilla.
-¿Por qué cierras los ojos, papá? ¿No te gusto?
-Es...para que me sorprenda cuando tengas el otro vestido, cariño.
-Siii es verdad.-Exclamó, terminó de vestirse y dijo coquetamente.
-¿Cómo se me ve este?
Lynn abrió los ojos y ahora eran unas medias negras, un bikini negro sin sostén y una especie de blusita negra semi transparente con acabados de terciopelo. Leni volvió a dar dos giros y quedar como bailarina de ballet.
-Eres hermosa, primor.- Dijo sinceramente, mientras alcanzaba su pantalón.
Entonces, Leni sonrió y de una carrera se lanzó hacía su padre su padre quedando sentada sobre él a horcajadas, lo abrazó con fuerza y le besó varias veces en el rostro.
-¡Qué bueno que te gusta! ¡Los hice para ti y solo para ti!- Le dijo mientras se dejaba resbalar hasta sentarse completamente. Apenas hubo contacto, Leni pegó un leve gemido y comenzó a mover sus caderas.
-Son todos tuyos...me los pondré cuando quieras...-Dijo suavemente abrazándole del cuello.
Lynn sintió la fricción directamente y su cuerpo reaccionó.
-¡Leni! Antes quiero que hagas algo...algo por mi. - Dijo mientras luchaba por sacar con una mano, la pastilla del pantalón.
-Si, papito, lo que quieras pero...espera...¡Ah!...oh... Espera un...un poco...- Y el movimiento de Leni se volvió mas intenso. Para estas alturas, la tensión acumulada que tenía Lynn había regresado y lo sintió en toda su potencia, haciendo presión contra Leni. La respiración se le agitaba, la pastilla no salía y los gemidos de la joven cada vez eran más fuertes. La humedad de ella comenzó a sentirse innegablemente. Sus movimientos se intensificaron.
Leni le abrazó con más fuerza del cuello, la respiración de la rubia era pesada y Lynn la sentía caer por su pecho.
-Te amo, papi...te amo, papi, mucho...- Decía cada vez más pesadamente mientras hacía más intensa la fricción.
Y la pastilla no salía del pantalón.
Leni le clavó las uñas en la espalda y lanzó apasionados gemidos entrecortados. Vino el movimiento más rápido y Lynn sintió 3 segundos de adrenalina al sentir aquel inquieto cuerpo moverse, acariciarlo y besarlo.
Cerró los ojos. Trajo a su mente la figura de su esposa.
Pasó la mano por la estrecha cintura, pegándole a él.
Sacó la mano del pantalón, rendido de buscar, y la abrazó por la espalda aferrándose del hombro de ella. La afianzó.
Comenzó un movimiento firme y profundo enfatizado por la forma en que la tenía tomada y Leni, la joven modista, comenzó a pegar gemidos cortitos y pequeños espasmos al sentir el roce tan, pero tan directo.
-Yo...papi...¡AH! Voy...¡AAAAH!- Entonces Lynn hizo un último movimiento de una serie de sacudidas rápidas que hicieron que Leni liberara un grito que le acompañó una sensación profundamente húmeda y caliente dispersándose en el bóxer de Lynn. La rubia le lanzó una mordida al hombro, completamente apasionada.
Lynn pudo sentir las contracciones, al mismo tiempo que los gemidos ahogados en los dientes de Leni.
El hombre sintió que iba a estallar.
Leni se separó para ver a su padre, tenía la boca abierta ahogada en su respiración.
Entre pequeños espasmos y respiración trabada, solo alcanzaba a decir- Es lo más hermoso...te amo, papi...- Y sus ojos azules brillaban con una eterna ilusión.
-No...no le digas a mamá, pero...creo que te amo y me quiero casar contigo...- Dijo con una vocecita quebrada.
Lynn suspiró muy profundamente, luego, con calma tomó su pantalón y lo sacudió hasta que cayó la maldita pastilla, la tomó y se la iba a llevar a la boca para realizar lo que ya era el proceso habitual, pero se detuvo cuando volvió a ver el rostro ilusionado de su hija que no dejaba de mirarle.
Aún estaba sobre él, aún estaba en contacto, con ella totalmente encima.
Le dijo. -Lenita...-
-Lo que quieras, papito...- Dijo aun con la respiración agitada.-Lo que tú digas...-
-Te tengo un dulce, ¿te lo puedes comer?
-Si, ¿de qué sabor es?
-No lo saborees, solo trágalo, así es como te deja el sabor en la lengua. ¿Me harías ese favor?
-Lo que quieras. - Y ella cerró los ojos y abrió la boca.
Lynn colocó la pastilla y la joven modista la tragó sin pensar.
-Lo fácil que hubiera sido si hubiera venido contigo primero.- Pensó.
Su nena se fue quedando dormida casi de inmediato, rendida por el orgasmo y la medicina. Se fue dejando caer sobre él deslizando sus brazos hasta apoyar su cabeza en el hombro.
-Yo soy...tu rayito...tu rayito de sol...- le dijo antes de caer rendida.
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Una vez que Lynn Loud sintió que su cuerpo estaba completamente recuperado de la medicina, tomó a su hija en brazos y la acostó en su cama. Le quitó la ropa, le puso pijama y salió de la habitación llevándose consigo los atuendos que Leni le había modelado.
Se desharía de ellos ya que, en teoría y según su pequeño genio, Lisa, nadie recordaría nada de lo acontecido. Bajó las escaleras y se dirigió al sótano para incinerar con el calentador las prendas.
De lo que había pasado con sus hijas ese día, no quería pensar, ni hablar, ni mencionar...nunca, jamás, nunca...
-Pero conocerán la furia de mi castigo...- pensó mientras tenía la imagen sonriente de Lincoln y Lisa.
Una vez abajo, aventó las prendas (junto con su boxer que se había cambiado) al calentador mientras pensaba que le encantaría que Leni le hiciera unas así para Rita...aunque ahorita quería a su mujer sin ropa y tomarla de sus enormes caderas y que hacer que sonara como cuando golpeaba la masa de las pizzas...
-¡Rayos! Debó darme un baño.- Pensó mientras la erección que no bajaba le recordaba cuando tenía 16 años.
Entonces cayó en cuenta de algo. -Es verdad, también debo quemar la camisa y suéter impregnados del perfume horrible ese.-
Mientras él hacía la labor de desaparecer evidencia, y pensaba ir a su habitación a "liberar energía" alguien abrió la puerta y se adentró a la casa. Corrió escaleras arriba y se encerró en el baño.
-¡Wow! Por poco y no llegó.- Dijo Lynn Jr. quien detectó un aroma extraño, proveniente del suéter de su padre.
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Y un capitulo más y esto termina. Esto que empezó igual como una plática sin futuro con el buen Tempestida y el Andrew en un viejo canal de messenger. Lugar donde han casi todos los fics que actualmente tengo activos.
Lynn Jr. llegó temprano porque se cancelo su partido ya que el arbitró le dio disentería al comer pollo frito rancio.
Y llegó en mal momento.
Saludos a todos y abro este espacio para decir: que les gustaría ver en un One Shot. Digan y quizá se haga. Quizá.
Gendo - FandeLenita - Uribe
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