Final Feliz en Diferentes Formas
La semana pasada lancé la pregunta: ¿Qué fic debo continuar? y alguien de buen corazón me dijo que le diera fin a este.
Gracias Graciasa
Este es el final de ese fic donde Lynn padre debe lidiar con las hormonas de sus hijas mayores. Espero kes guste.
ADVERTENCIA: Este fic, nunca tuvo lemon, puro roce incestuoso y calentamiento previo. XD
*************
La pequeña niña tomboy, Lynn Jr., fue abriendo sus ojos color avellana. Se talló la pecosa cara con mucha insistencia para que la vista borrosa se fuese aclarando. Bostezó de manera enorme.
Sinceramente, no tenía deseo alguno de levantarse de la cama ya que sentía el cuerpo suave, fresco, además con fragancia de recién bañado. Sin contar la sensación de relajamiento completa en toda ella. Supo que nunca se había sentido tan bien en la vida y se estiró soltando un chistoso ruidito.
Sin embargo, el aroma delicioso de algo en el aire estimuló su apetito y decidió vencer a la pereza.
Creo que primero iré al baño. Pensó de primera instancia...pero luego lo pensó bien y se quedó completamente pasmada.
Cierto, yo estaba en el baño... ¿Qué pasó en el baño?, Recuerdo que entré porque me moría de ganas de orinar, y luego...luego... ¿Me bañé? Definitivamente me bañé, puesto que huelo bien rico.
Sin embargo, otra cuestión curiosa es que el aroma que desprendía de su piel no era su jabón habitual.
Huelo a azúcar, flores y muchos colores. Pensó mientras se olfateaba con dedicación, dejando de lado que el aroma en su cuerpo le estaba gustando bastante.
Esto es como de Lola...
-¡Niñas! ¡Ya está la merienda!- Retumbó la voz de Lynn padre en la casa y Lynn Jr. sintió un fuerte y muy estimulante escalofrió en todo su ser que le hizo apretar los dientes, los puños y la piernas.
¡Que rayos fue eso! Pensó desconcertada mientras su corazón latía fuerte.
En la habitación de Leni, la joven rubia se desperezaba estirándose intensamente como un enorme gato naranjoso. Se movía en esa labor de un lado para otro de la cama haciendo extraños ruiditos.
-Que rico que dormí.- Dijo y parpadeó tres veces, como queriendo hacer memoria de cómo es que había acabado en su cama, además de que no se explicaba por qué sentía el cuerpo así de rico.
Si, así fue en su mente: "rico".
Sonriendo, frotó traviesamente un poquito más sus muslos degustando un poco más de esa sensación placentera. Luego miró a un lado y otro y se detuvo.
Esas cosas se hacen en privado.- Pensó sonriente llevándose una mano a la boca y riendo en un agudo "ji, ji, ji"
Y entonces retumbó la voz de Don Lynn en la casa -¡Niñas! ¡Ya está la merienda!-
Al escuchar la voz de su padre, Leni cerró los ojos lentamente y se estremeció. Luego, soltó un poco de aire por la boca mientras abría los ojos.
-Woo, ¿Eso de dónde vino?- Se dijo, pero el aroma de la comida que se presentó en el aire hizo que olvidara todo, había que ver que había para merendar.
Luna fue abriendo sus sombreados ojos, se levantó de la cama y de inmediato se llevó una mano al rostro. Sentía su cuerpo agotado y una sensación que no podía explicar con facilidad.
¿Dónde estoy? – Suspiró - ¿Qué hora es? -Luego por fin abrió completamente los ojos reconociendo algo que no cuadraba. - ¡¿Por qué me siento como si hubiera...?!
Se puso de pie tan rápido que las piernas le fallaron y se cayó.
¡¿Por qué siento las piernas como el maldito Bambi recién nacido?!
Si pusieron atención al capítulo de Luna, entonces comprenderán que de las hermanas mayores es la que tiene experiencia junto con Lori. Incluso más que esta. Por ende, conoce bien las reacciones de su cuerpo al momento de despertar después de haber tenido una noche que antecede a un final feliz muy intenso. El cual no recordaba haber tenido.
-¿Tan intenso soñé?- Dijo con algo de susto mientras trataba de ponerse de pie, temiendo que alguien la hubiera visto mientras gemía dormida.
-¡Niñas! ¡Ya está la merienda!- Retumbó la voz de Lynn padre en la casa y Luna se fue de nuevo al suelo al sentir sus piernas como si fueran de aceite.
¡Oh, Dios! Gimió de forma muy sincera, sintiendo palpitar con fuerza, dos corazones.
Por otra parte, Luan se había despertado y sentado en el borde de la cama. Como todas, estaba profundamente confundida de lo que había pasado. Recordaba con claridad haber comido con su padre y hermanas en una muy amena reunión como la de hacía ya muchos años, cuando los hermanos menores no les robaban la atención de su padre... recordaba haber tenido celos de Lori, pero ella siempre solía tener celos de que cualquier hermana pasara más tiempo con su padre que ella.
Absolutamente nada más se le venía a la mente salvo la sensación agradable de haber pasado un rato muy ameno haciendo algo que le gustaba mucho con alguien que amaba.
Quizá, soñé muy bonito -Pensó llevándose una mano al pecho y sonriendo como la haría una chica enamorada.
Entonces se escuchó el grito de su padre: ¡Niñas! ¡Ya está la merienda!
Y curiosamente, a diferencia de las demás, ella no tuvo ningún sentimiento de sorpresa desmedida, ni de temor alguno cuando el corazón le palpitó fuerte.
-Sip, definitivamente, si me siento así, es porque debí soñar con él. - Dijo y se puso de pie con una alegría muy típica de ella dispuesta a bajar las escaleras y abrazar a su padre.
Luego estaba Lori, viendo fijamente el techo de una cama, completamente confundida de cómo o por qué se había quedado dormida en la litera de las gemelas. No recordaba ni haber entrado allí, solo que sentía una enorme sensación de nostalgia tan fuerte que aun podía sentirla en el pecho. Algo que aún le empujaba a sentir tristeza por ya no ser la consentida de su padre.
También sentía un rico e inexplicable sabor en la boca.
Luego cayó un poco de realidad al pensar lo obvio; ella ya estaba grande para andar extrañando ser una niña pequeña. Era una universitaria, no una niñita de papá; ella ya debería estar planeando su futuro con un trabajo, una casa y luego casarse con...
Entonces se escuchó la voz de Lynn padre: ¡Niñas! ¡Ya está la merienda!
Y a Lori se le olvido de pronto que en sus pensamientos ya era una adulta casada y con hijos cuando gritó devolviendo a todo pulmón y casi al unísono con sus otras hermanas:
¡YA VOY, PAPI!
Y el tropel de chicas corrieron para empujarse en las escaleras, halarse el pelo, y algunas mordidas de Lynn Jr.
-¿Tu qué haces aquí?- Preguntó Luna forcejeando con Lynn mientras Leni intentaba pasar – ¿No estabas en tu partido? ¡Hoy es día de hermanas mayores!
-¡No me importa! ¡Yo quiero merienda igual!-
-¡¿Por qué no se quitan antes de que me ponga seria?!- Dijo Lori tratando de separarlas.
-¡Si lo que quieren es dolor, déjenme decirles que tengo 10 agujas escondidas en mi cabello!- Dijo Leni dispuesta igual a batallar.
-Huy, ¿la niña miedosa también quiere pelear?- Dijo Luan burlona, pero atrapada entre los empujones a media escalera.
-Silencio.- Se escuchó suave pero firmemente y las chicas voltearon a ver escaleras abajo. Su padre las miraba con seriedad. Demasiada. Las chicas detuvieron la pelea.
-¿No pueden hacer nada sin pelear? Hice para todas, no hay ninguna necesidad de estarse empujando. Con facilidad alguna puede caer y lesionarse de gravedad.-
Y las cinco, pasmadas, bajaron la vista con pena y con sincero sentimiento de culpa se soltaron entre sí.
Su padre NUNCA se ponía serio.
-Bajen en orden de edad, de menor a mayor, por favor.-
De esa forma fueron bajando hasta la sala, Lynn Jr., Luan, Luna, Leni y Lori; rodeando al Señor Lynn con la cabeza baja.
Y Lori hipeó al decir – Lo sentimos mucho, papá. Nosotras solo estábamos...-
Luego, el hombre con lentitud las abrazó a todas, las cuales, aprovecharon para pegarse a él.
-¿Estas molesto?- Preguntó Leni restregando su nariz.
-No, cariño, es solo que, si algo les pasa, y se lastiman, me sentiría el hombre más miserable del mundo.
-Ya no hueles tan rico como en la mañana, me gustaba más tu otro perfume.- Dijo Luan.
-Créeme, cariño, ese perfume nunca volverá.-
Lynn las separó a todas con suavidad y las observó con detenimiento. Todo en ellas parecía estar casi normal, sin síntomas de que alguna recordara algo de lo que había sucedido; justo como Lisa había dicho. Esperaba que su hija científica realmente estuviera en lo cierto o sabía que podía acabar preso ante las sumamente cuestionables acciones que se vio obligado a realizar.
-¿Alguna tiene algo que comentar antes de la merienda?-
Las conocía, era seguro que no estaban del todo bien, sobre todo Luna que era la más sonrojada y podía imaginar por qué. Pero definitivamente ya no era como horas atrás.
En otras circunstancias las respuestas hubieran sido "Para nada, papi" "¿De qué hablas, dude?" "¡Ya vamos a comer!" y cosas por el estilo, pero en vez de eso ellas se miraban entre sí, como si hubieran cometido una maldad colectiva.
Y él ya no quiso indagar más. Solo daba gracias al cielo, a las nubes, al universo, que ninguna parecía recordar nada.
***
Unas horas atrás, cuando no tuvo más opción que dar un baño de esponja a Lynn Jr. Y en dónde, además, él estaba punto de perder la razón (sentía como si se estuviera durmiendo debido a las pastillas que había tenido que pasar con la boca; entendiendo que ese "dormirse" era lo más peligroso que podía ocurrir) así que, para evitar que se perdiera como había pasado con Leni, (su mayor alarma se activó cuando la ropa interior de Lynn Jr. salió a flote en la bañera y ella le esperaba con mirada ansiosa y completamente sonrojada apenas asomada en el agua), silenció el celular y luego le pidió a su hija un reto.
Aquel que aguantara la respiración más tiempo, hacía lo que el otro quisiera, incluso colocar las manos donde el otro deseara (que era lo que Lynn le había pedido). Lynn Jr. sonrió al sentir que la retaban y aceptó sin más saliendo del agua, mostrando sin pudor sus pequeños pechos.
-Pero no te vayas a negar luego.- Le había dicho. Yo quiero que me bañes completita, completita.
-Nunca me negaría, campeona. Por cierto, es con la cabeza fuera del agua ya que no está muy llena la tina.- La junior no tuvo problema con eso, así que ambos solo tomaron aire y aguantaron la respiración.
¿Cómo fue que Lynn padre venció a los pulmones de una deportista de nivel como la Junior?
El simple conocimiento de que Lynn Jr. SIEMPRE cerraba los ojos para aguantar la respiración. Tomó la pastilla que aún le quedaba del pantalón y solo esperó a que a su pequeña se le acabara el aire.
En el momento en que Lynn Jr. en efecto, se quedó sin aire, abrió la boca de manera enorme para inhalar y ¡zaz! La perlita pasó sin ninguna resistencia siguiendo su camino hasta el estómago. Don Lynn lo había lanzado con pericia con un disparo desde sus dedos.
Lynn Jr. se llevó una mano a la garganta, sorprendida, viendo a su padre quien le sonrió dulcemente.
-Ese fue un gol perfecto.- Le dijo. La joven, claro, se enojó al ver que su padre había hecho trampa.
-Así no se vale, papá, así que yo gané.- Le dijo mientras se le iba encima dándole golpecitos en el pecho más de una niña caprichosa que los de su deportista. Lynn padre solo la tomó de las mejillas para calmarla, la miró con intensidad, le dijo que la quería y le dio un piquito en los labios que hizo sonreír a Lynn Jr.
-Eres mi héroe...papá...-Dijo mientras su cuerpo se fue suavizando en sus brazos.
Y con ella dormida, la terrible tarea provocada debido a un perfume experimental, al parecer y para paz del patriarca, había concluido.
****
Las chicas comían la merienda y platicaban de cosas triviales sin prestarle mucha atención a su padre. A como debían ser las cosas a según Lynn.
Después de decirles que las quería y besar la cabeza de cada una, las había dirigido al comedor y servido un pedazo de pan horneado con bastante queso gouda y pepperoni.
Como pizza en cuadritos, había dicho Lynn Jr.
En rectángulos -Compuso Luan.
-Da igual, están deliciosos.- Continuó Luna quien degustaba el queso derretido.
Hasta ese punto las chicas, al comer el postre de su padre, al parecer habían dejado de lado la extraña sensación que les había causado el escuchar su voz.
-Claro que están ricos, los preparó el mejor papá del mundo.-
Lynn les sonrió a todas y agradeció a Lori, luego se disculpó con ellas diciendo que tenía que atender un asunto en el garaje y que en un momento regresaba.
Aun con las quejas de sus hijas de que no se fuera, Lynn salió y entró con rapidez solo para dejarse caer en el viejo sillón y, por fin, suspirar aliviado.
Todo estaba como debía ser...todo como debía...y, sin embargo, aún no se sentía del todo tranquilo.
Después de haber sacado a la junior de la bañera y secado con la toalla, haberla vestido completamente a tientas con los ojos cerrados y llevado a su habitación para dejarla descansando, Lynn, aun bajo algunos efectos de las píldoras, se había dejado ir al baño para poder sacar toda la tensión acumulada, la cual no podía ni debía esperar más.
No tardó casi nada en dejar salir lo que consideraba su mayor "disparo" desde la concepción de Lori (por eso era la de huesos más fuertes a chiste de Rita).
Lynn, al llegar al baño, cerró con seguro y liberó a la bestia, apretó los dientes y solo se dejó ir tratando de mantener a su esposa en su mente, imaginando que Rita estaba en cuatro, con su enorme trasero al aire, esperándolo mientras con sus manos se separaba aquellas dos enormes esferas, invitándolo a perderse en ellas.
Cabe mencionar que tuvo que lavar casi todo el baño para no dejar ninguna muestra de ADN porque aquello fue un géiser sin control. Su más grande lucha fue dejar fuera de su mente cualquier pensamiento, el que fuera, cual fuera, de lo vivido esa espantosa mañana con sus hijas.
El negar la idea solo consiguió que su orgasmo fuera aún más fuerte.
Finalizado el asunto, quedó, por fin, más tranquilo en ese aspecto; pero había otro que le estaba comiendo el pensamiento: Rita iba a volver esa tarde con idea de pasar una noche de pasión desmedida y se iba a dar cuenta ¡Oh! ¡SI! Se daría cuenta que, pues, que el tanque estaba vacío. Se conocían bien y el debería (como solían hacer en sus sanos juegos sexuales) "bañarla" en su totalidad, por lo menos, cara, manos y pecho. Ahora Lynn sabía que no le iba a dar más que un chisguete de aire después de todo lo que había sacado.
Lisa y Lincoln le iban a costar, además de toda la faena que había tenido que realizar con sus hijas mayores, un pleito con su ardiente esposa.
-Hay que joderse.- Dijo llevándose una mano a la cara mientras se desvanecía en el sillón.
¡Familia! ¡Ya llegamos! Fue el grito de Rita Loud, con toda la camada quienes llegaron a pelear con sus hermanas el por qué a ellos no les había tocado nada de ese rico postre de queso con pepperoni en forma de cuadritos.
Rectángulos – Corrigió Lisa.
*****
Lisa y Lincoln miraban con atención desde la puerta de la cocina a las hermanas que aún estaban sentadas en la mesa después de devorar su merienda. Ambos sabían lo que había sucedido ese día ya que la cobarde de Lisa no iba a recibir la furia de su padre sola, así que le había contado todo a su hermano sacándolo de su cita, alegando, y con justa verdad, que Lincoln igual tenía culpa en todo el embrollo al encargar dicho perfume.
-No se ven raras, Lisa.- Comentó en un susurro, Lincoln.
-Ya el efecto debió pasar, sin embargo, las estoy sondeando para ver que no exista ningún efecto secundario.
-¡Que tanto nos ven, par de raros!- Dijo Lynn enojada.- Ya dijo mamá que a ustedes les toca hasta la cena.
-Queridas hermanas, no es nada de la comida, es solo que andamos buscando a la unidad paterna.-
-¿En serio eso hacemos? Creí que sería mejor huir y escondernos.-
-No tiene caso, Lincoln, nos va a encontrar y, además, necesito saber...-
-¡Lincoln! ¡Lisa! ¡Los dos genios de la familia!- Dijo Lynn con una sonrisa de oreja a oreja.
-Y...ya nos encontró.-
-Me acompañan un momentito al garaje, creo que hay un par de ratas que quiero fumigar.
***
Cuando la puerta del garaje se cerró, Lisa de inmediato inhaló, puso las manos como para hacer una oración y abrió los ojos grandes y llorosos.
-Unidad...Papito, sé que lo que hice fue un error, que me prohibiste hacer perfumes así desde aquel que hizo que los amigos de Lincoln se enamoraran de él y casi se volviera niña cuando Clyde lo besó pero te juro que nunca fue mi intención que esto pasara.-
-Nunca me volví niña, Lisa, y el beso de Clyde fue robado. Deja de inventar cosas para salvar tu pellejo.- El albino miró a su padre y luego bajó la cabeza. – Papá, yo, lo siento. Sé que un buen hombre no debe usar recursos así para conseguir chicas, pero, después del incidente del perfume y con mis amigos, quería quitarme la sensación sucia de estar vestido así, fue por eso por lo que le pedí me hiciera ese perfume para poder salir lo más pronto posible con una chica de verdad.
-¿Vas a apelar a la hombría para salir de esta, Lincoln? Por qué no le dices a papá que aun te pones la sucia peluca esa.-
-¡Calumnias!
-¡La tienes en tu cajón, no finjas!
-¡Se callan!- Dijo Lynn padre y los dos chicos se alinearon como soldados. La verdad es que temblaban de miedo.
-Quiero hervirlos. Quiero picarlos y servirlos en el menú de mañana.-
-Papá...me estas asustando...- Dijo Lincoln.
-¡Pues deberías! ¡No tienen idea de lo que he tenido que hacer para remediar la situación en la que ambos me metieron!-
-De hecho, si tengo algo de ide...- Lisa calló cuando vio la mirada de su padre. Luego continuó con voz muy aguda.- Pero si es importante lo que voy a decir...-
-Bien, termina.
Lisa se aclaró la garganta.- Como sabes, la importancia de dar por cerrado este caso es sumamente relevante, por lo cual necesito estar segura de algunos detalles que podrían afectar la efectividad del antídoto.-
-¿Qué estás diciendo? ¿Afectar? ¿A qué te refieres?
Lisa se rascó la cabeza nerviosa. -No se si quieras que esta bola de hormonas escuche lo que tengo que decir.
Lynn se dirigió a Lincoln. -¿Qué sabes de sexo?
-Todo, tuve una charla larga y tendida con mamá hace algunos meses.
-¡Con tu mamá! ¡Y por qué no conmigo!
-Esteee...
-La unidad fraternal considera a mamá mas apta para hablar del tema por que tu eres penoso.- Ayudó Lisa.- Acéptalo, lo eres. Hasta donde sé, todas de Lucy para arriba, han tenido la charla con mamá.
-¡Por qué son mujeres! Esperaba que mi único hijo varón tuviera esa... ¡Ush! Ya no importa. Di lo que tengas que decir Lisa, y hazlo rápido por qué ya quiero ver como me voy a desquitar con ustedes. Y tú, Lincoln, vamos a hablar largo y tendido de esa peluca.
-¡No hay ninguna peluca!
-Bien.- Dijo Lisa interrumpiendo a su hermano.- Voy con la pregunta.
Padre, tuviste sexo con alguna de mis hermanas y no me pegues ni me grites. No preguntaría si no fuera necesario.
A Lynn casi le truenan los dientes del coraje mientras Lincoln veía a Lisa con muchísima consternación.
-Nun-ca. No soy un enfermo.-
-Que alivio.- Suspiró la pequeña.- De ser así, posiblemente no se curaban nunca. Bien, continuo, ¿Hubo penetración vaginal con los dedos?
Lynn padre miró a su hija esta vez con mucha suspicacia. -En serio, Lisa, ¿Tú sabes ya todo de la vida?
-Me falta experiencia.- Dijo acomodándose los lentes.- Pero supongo que con el tiempo llegará.-
-No, no hubo nada de eso.
-¿Peneración...anal?
-¡LISA!
-¡Es importante, papá!, Una de las etapas del Electra es la etapa anal de los pequeños, en caso de que hubiese habido algún tipo de coito aunque sea con los dedos y/o lengua en esa región, la chica en cuestión no te olvidaría fácilmente.
-¡¡Si sabias todo esto, como es que dejaste es maldito perfume olvidado por allí!!
-Se lo di a tu hija número 12 y lo descuido.
-¡Oye, Lisa! ¡Te estas pasando! ¡Ya papá esta dudando de nuevo de mí!
-¡Si hubieras cuidado tu encargo, no estuviera en juego mi futuro académico, animal! ¡Y solo te estoy ayudando a salir del maldito closet!
-¡A callar!- Gritó Lynn, luego suspiró con profundidad tallándose la cara mientras murmuraba maldiciones ininteligibles. -No, Lisa, no, tampoco hubo absolutamente nada de eso.
-Entonces, padre querido, no creo que haya mayor problema, con la pastilla ellas no recordaran nada y cualquier cosa que hayan sentido por ti, se desvanecerá para siempre en el olvido.
-Bueno, de todos los males, eso es una buena noticia.
-Si- Y Lisa y Lincoln sonrieron nerviosamente.- Claro que si hubiese habido un orgasmo clitoriano, entonces igual tendríamos un problema, pero si los casos anteriores fueron negativos, este es aún menos proba...ble...¿por qué me miras así, padre querido?
-¿Qué es un orgasmo clitoriano? Pregunto Lincoln.
-Es cuando una mujer alcanza el clímax por estimula...-
-Lisa...-
-Ya me callo, papito.
-Y...si alguna de tus hermanas tuvo algo así, que podría pasar...
-Tendremos que darle otra dosis por qué podría recaer debido a una cuestión hormonal. Por lo que vi, la hermana en cuestión no recuerda nada, pero podría tener alguna reacción si llega a quedarse a solas contigo.
Lynn padre se quedó pensando un momento, no podía dejar que la situación fuera aun mas lejos. Debía terminar ya.
-¿Tienes mas de esas pastillas a la mano?
-En mi bunker, una super especial.
-Bien, ve por ellas, Lisa y Lincoln.
-Dígame.
Dile a Luna que venga al garaje, y te quedas afuera hasta que diga la frase. "Viva Inglaterra"
-Entendido.
****
Luna entró al garaje y cerró la puerta. Era raro que su padre la llamara así de la nada. Lo encontró cerca del viejo sillón simplemente de pie, observándole.
-Luna, gracias por venir, es que hace rato se me olvidó preguntarte, ¿Siempre si pudiste aprender ese solo de guitarra que estabas ensayando?
Luna se le acercó sin dar señales de nada, -Fíjate que no, no practiqué lo suficiente porque me quede dormida.- Entonces, de la nada, apresuró los pasos y se pegó completamente a él. -Me dormí de lo cansada que me dejaste, papi. Aun siento mis piernas temblar al recordar cómo me hiciste venir- Se le colgó del cuello y le estrelló un beso que Lynn zafó de inmediato, pero con delicadeza.
-¿Lo recuerdas?
-Ahorita que te vi, me acordé. La verdad lo había olvidado pero que bueno que vino a mi mente. ¿Podemos continuarlo?
Lynn sonrió nerviosamente. -Viva Inglaterra.
Entonces Lincoln y Lisa entraron. De inmediato Luna dio un paso atrás separándose de Lynn y sonriendo nerviosa.
-Entonces, papá, si, aun me falta ensayar un poco una última parte, pero seguro que para mañana la tengo lista. Me gustaría enseñártela. - Y le guiño un ojo. Para esto, Lisa se acercó a su padre y disimuladamente le dio una perlita, pero esta era de color azul.
Lynn dijo en un susurro -¿Con esto acabamos todo?
-Todo, unidad paterna, es infalible.
-Confío en ti.
Luna iba a retirarse cuando la voz de su padre la detuvo.
-Luna, quédate un momento. Por favor, Lincoln, Lisa, ¿Pueden salir? Hay un asunto que quiero tratar con su hermana.
Los chicos se miraron y, sin más, obedecieron. Al salir, de inmediato corrieron a un lado del garaje, donde sabían que había una abertura, para poder observar lo que sea que fuera a pasar.
Cuando los chicos salieron, la mirada de Luna se volvió nuevamente aguda y sonrió.
-¿Te quedaste con ganas de tu Luna, papi?
Lynn se paró erguido y sonrió confiado.
-Así es, Lunita, mi estrella de rock, quiero probar más de mi reina de Inglaterra.
A Luna se le subió el color y con velocidad se pegó nuevamente a su padre para darle un beso, pero este la esquivó nuevamente.
-Quieta, mi linda, tenemos tiempo, le dije a tu madre que estaría armando un rompecabezas y por nada del mundo vendrá en unas dos o tres horas. Así que, ¿quieres hacerlo aquí? ¿En el garaje?-
Lynn la tomó de la cintura con fuerza y bajó levemente sus manos a la cadera de la chica de forma firme; Luna se estremeció soltando un enorme suspiro.
-Papi, ¿Lo dices en serio?- Contestó con dificultad.
-Claro, amor.- Dijo acariciándole el rostro.
-Por supuesto que quiero, papá. Lo que tú quieras, cuando quieras, donde quieras. -Iba a proceder a quitarse la falda, pero Lynn le enseño algo que tenía en la mano y le volvió a sonreír.
Afuera, los chicos no perdían detalle.
-Es super raro ver a papá abrazando así a una de mis hermanas, y ver como ella se le restriega. Ahora entiendo a papá, si mamá ve esto, sería el acabose.
-Lo sé, somo terribles hijos.- Dijo Lisa sin perder detalle.
-¿Qué es eso?- Dijo Luna mirando una perlita azul que su padre tenía entre los dedos.
-Algo que nos hará volar, amor.
-Es lo que creo.
-Así es, es algo que alguna vez probé en Inglaterra, si lo tomamos, estaremos en éxtasis un buen rato.
-Creí que me había dicho que me alejara de estas cosas, papi.
-Pero es tu padre quien te lo está dando, reina.- Luego se le acercó y a Luna le temblaron las piernas cuando le dijo al oído.- Lo que sentiste en la mañana, lo sentirás 3 veces más fuerte.
Luna soltó un gritito, un vapor salió de su boca y los labios se le humedecieron, los ojos le brillaron.
-Hagámoslo ahora, papá.
Lynn intento poner la pastilla en la boca de Luna pero está le dijo -Así no, amor.- Luna le quitó la pastilla, se la metió a la boca y colgándose del cuello de su padre le beso apasionadamente.
Lynn, quien a su desafortunado entender ya tenía experiencia en estos embates y sabiendo que esta historia debía de terminar antes que su esposa, demás hermanas, vecinos, policía, gobierno, FBI y diosito se enteraran de las cosas que había tenido que hacer, se prestó al juego y abrazó a Luna haciendo un dramático giro sosteniéndola de la espalda mientras la besaba con pasión.
Afuera, a Lisa y a Lincoln no les quedó más que ver la bendita escena que se les quedaría grabada en la pupila hasta el día de su muerte; la contarían alguna vez a sus hijos y nietos y pasaría a la historia como aquella vez que un Loud besó a su hija de forma apasionada, para salvar a la familia del desastre. No obstante, sus caras de total susto eran de antología.
-¿Tu crees que ya se tragó la pastilla?- Preguntó Lincoln sin perder de vista la escena.
-Qué sé yo. Nunca he besado así.
-Ya llevan como 30 segundos.
-45 para ser exactos.
El beso aun continuaba y Luna sentía que flotaba sobre los altos edificios de Londres, viajando de la mano del amor de su vida mientras los Beatles tocaban de fondo and I love her.
Notas musicales le golpeaban el rostro como nubes vaporosas mientras su padre le acariciaba dulcemente la espalda y su lengua le dominaba con una experiencia que le enloquecía.
El beso se cortó y ambos Louds se miraron sonrientes.
Otros dos Louds se miraron no muy sonrientes en la parte de afuera.
-Esta fingiendo, ¿verdad? ¿VERDAD?
-La...la pastilla puede y solo puede que active en él algún tipo de efecto parecido al de las chicas, pero en sentido opuesto y...y...-
-Lisa, ¿Estas diciendo que esa cosa puede hacer que nuestro padre y una de nuestras hermanas se enamoren como Romeo y Julieta?
-Es...es...algo muy...muy...improbable...2% 5% a lo mucho.-
Luna no dejaba de ver a su padre con un amor infinito. Ambos aun estaban en ese giro parecido a un baile, donde el la sostenía por la espalda.
-No tienes idea de cómo te amo, papá, quisiera robarte en el tiempo y amarnos por toda la eternidad. Yo...- Y Luna, se desvaneció.
El señor Lynn la tomó en brazos y la acomodó en el sillón. Fue por una frazada y se la colocó. Luego le dio un beso en la mejilla.
-Ya pueden venir. No crean que no sé qué están espiando.-
Y así fue como Lisa y Lincoln regresaron. Temblaban pero ya no sabían ni por qué.
- Ambos están castigados hasta nuevo aviso. No pueden salir para nada y tú Lisa no puedes usar tu laboratorio. Lincoln, ve a tu cuarto, en un rato vamos a hablar de esa peluca rubia y si de verdad te gusta vestirte como niña.
-Eso no es...-
-¡Obedece!
-Si, papá.- Y Lincoln se retiró abatido.
Cuando quedaron Lisa y Lynn solos, este le miró con enojo. Lisa estaba por llorar.
-Papá, yo...-
-No puedo comprometer el futuro de quien seguramente pagará mi asilo en un lugar lujoso, así que iras a la mejor universidad. Tu término fuerte y estricto es que siempre me preguntes y pidas permiso para cuando vayas a realizar un experimento de dudosa ética. Si desobedeces, Lisa, no responderé más por ti.
-Si, papi, y gracias de verdad, gracias por perdonarme.
-Aun no, si quieres mi perdón sin mayor castigo, tienes que hacer algo por mí.
-Claro padre, lo que quieras.- Se acomodó los lentes -Dime, ¿Qué clase de artilugio deseas?
-Algo que me ayude a salvar este matrimonio.
*****
Esa noche, en un hotel de 2 estrellas y media, de esos donde llegas con todo y carro, en una cama que rechinaba y crujía, una pareja tenía una noche de dura pasión como la que solían tener, al parecer, una vez al año tomando en cuenta el número de hijos que tenían.
De pronto, todos los sonidos del amor se detuvieron cuando se escuchó con voz ronca:
-Prepárate amor, voy a bañarte toda...- Dijo él mientras con la otra mano se ayudaba para correrse en la cara, pecho y manos y donde más fuera de su amada esposa quien esperaba impaciente abriendo la boca y cerrando los ojos.
-Dámelo todo, cariño...- Dijo de manera ahogada.
Cabe mencionar que la susodicha terminó completamente bañada de cara, pecho, manos, hombros y alrededores... y él no paraba de soltar.
-¡Ay, amor!, ¡Me vas a ahogar! ¡Y sigue saliendo! Es la vez que más has soltado leche desde que concebimos a Lori.
-Me estaba guardando para ti, amor mío.- Le dijo aquel hombre que, en el pantalón que ya hacía en el suelo del cuarto, llevaba un frasquito vacío de un liquido ámbar, que su hija genio le había dado horas atrás.
"Tómate el contenido de este frasco y espera dos horas, querido padre, y soltarás más simiente que el caballo de un sacerdote jesuita.
¿No tiene efectos secundarios?
Para nada, es completamente biológico. ¿Ahora si me perdonas?
-Si funciona, estarás a salvo, pequeña demonia. –
Y el señor Lynn le frotó la cabeza a su pequeña de lentes, en símbolo de complicidad."
*************
Este fic fue posible gracias a mi querido amigo Tanque Ponce. En una charla de un chat surgió esta loca idea y se concreto algunos años después. Le estoy muy agradecido por apoyar esta idea.
Y a todos los que leyeron y esperaron demasiado,
¡GRACIAS POR LEER!
Gendo - El que no espera - Uribe
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