Capitulo uno
—Vamos Electra has bebido demaciado, estás ebria vámonos a casa — hablaba el joven intentando en vano sacar a la chica de ese lugar.
—Vamos Niki, no seas aguafiestas ¡Vamos a divertirnos! — gritaba ella bailando entre toda la multitud.
—Algún día me lo vas a agradecer — bufó un poco irritado, sin pensarlo tomó a la joven de la cintura y la llevo directamente a su hombro para poder ir hasta el estacionamiento. Ella estaba tan ebria que no puso oposición alguna, en cambio balbuceaba algunas palabras que ni ella misma entendía.
—Niki bájame estoy mareada — habló la chica adormilada.
—Unos segundos más L.. — intentó hablar pero la chica lo interrumpió.
— Electra Niki, que no se te olvide nunca — ordenó la mujer mientras le ponían el cinturón.
El joven sonrió y cerró la puerta del copiloto para ir a donde el guardia estaba.
—Mandaré a uno de los chicos por el deportivo de la señorita, cuidelo bien ¿No querrá perder su empleo no? — preguntó el joven sonriente. El guardia asintió y el chico se subió al auto observando que Electra se había quedado dormida.
—Hay Electra ¿ Qué haré contigo? — pregunto para si mismo mientras ponía en marcha el auto saliendo del estacionamiento.
Un par de horas había pasado hasta que por fin aparcaba el auto en el garaje. Con pasos lentos subió hasta la habitación de la joven, abriendo lentamente la puerta para que no chillara y se adentró al interior, caminó a la cama y la recostó con delicadeza.
Electra estaba profundamente dormida debido a los efectos del alcohol y todos los cigarrillos de la noche, se le quedó mirando con detenimiento, para él Electra además de ser su jefa, era su amiga y estaba profundamente enamorado de ella.
Sonrió y se dió la media vuelta para salir cuando la chica lo habló.
— Niki no te vayas, por favor quédate hacerme compañia — dijo la chica aún con los ojos cerrados
El joven suspiro y camino hacia ella, la hizo a un lado y se sentó en la cama posando la cabeza de la chica en sus piernas mientras jugaba su cabello para que durmiera tranquila.
— No te preocupes, estoy para ti mi pequeña niña — habló el chico quedándose dormido en esa incómoda posición.
A la mañana siguiente la chica despertó por los rayos del sol que se colaban en la habitación, irritada y con jaqueca se puso de pie para jalar las cortinas, de nuevo caminó hasta su cama, pero de un momento a otro se quedó en seco. Al lado de su cama hacía Nick durmiendo sentado en el suelo, al verlo se conmovió mucho y camino hasta el.
—Gracias Nick por cuidarme siempre, ahora es mi turno— dijo propinandole un beso en la mejia. Tomó al chico y utilizando toda su fuerza lo cargo recostandolo en la cama para cambiarse y salir de la habitación.
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Estaba preparando el desayuno cuando su teléfono comenzó a sonar
— Electra por fin hemos dado con el paradero de Marco y sus hombres — la chica se quedó paralizada al escuchar aquellas palabras del hombre que se encontraba de tras de la línea, respiró y controló los nervios que la empezaban a comer viva. Cuando por fin pudo controlarse y no mostraba sentimientos tomó otra vez la llamada.
— Bien Kelvin, ahora a dar nuestro siguiente paso ¿Entendiste? Prepáren mi vuelo directamente hasta donde el está — dijo la chica apretando el huevo que tenía en las manos. Cuando sintió la babosidad de aquello colgó la llamada y se puso a limpiar todo para subir con el desayuno.
Entró a la habitación encontrándose aún a Nick derrotado por el sueño. No quería despertalo pero era necesario, él era su mano derecha y a quien le confiaba todos sus secretos además de que debían alistarse lo más pronto posible.
— Nick, hey despierta — decía la chica mientras lo sacudía
El hombre abrió los ojos lentamente y frotándondolos balbuceo un poco.
— Mm ¿Qué pasa? — decía el chico
— Pasa, pasa que estoy realmente felíz — gritaba la joven girando por todos lados, el hombre sonrió al verla así. Hace algunos años que Electra no se veía así de feliz — Nick encontraron a Marco y tenemos que irnos cuanto antes — termino la chica acomodándose el cabello
Al escuchar las palabras, él joven se tensó, apretó los puños y como pudo salió de la habitación dejado a la chica confundida por esa actitud.
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Salió a correr no importandole que iba en traje, solo quería descargar la ira que lo agobiaba ¿Qué podía hacer? Electra por fin había encontrado a Marco, hace años que lo buscaba. Ahora que ha dado con el, estaba seguro que no se daría por vencida hasta cumplir sus deseos.
— Que testaruda — gritó parándose medio de un parque. Todas las personas que estaban alrededor lo miraban extrañados, cualquiera diría que estaba loco. Rasco su cabeza y sonriendo siguió su camino hasta llegar a casa.
— ¿Dónde diablos estabas Nick? — preguntó chica molesta mientras caminaba hacia él
— Tenía un asunto que arreglar, pero ya estoy aquí Electra ¿Qué procede? — preguntó lo más serio que podía
— Alista tus cosas, saldremos mañana en la noche. Pero hoy a divertirnos de nuevo — gritó emocionada — Pero antes ¿Podemos desayunar por fin? No he comido desde que saliste hecho una furia — agregó adentrándose a la cocina. No le quedó más opción que seguirla y desayunar porque también se moría de hambre.
— Sabes, no deberías salir a fiestas tan seguido— habló el joven observando su reacción. Electra dejó su comida a un lado y se le quedó observando
— ¿Cómo dices? ¿Es broma no? — preguntó dudosa. Al ver que la cara del chico no cambiaba agregó — Sabes que desde niña he sufrido, carecido de cosas y ahora que tengo no dudó en hacer lo que mi yo del pasado le hubiese gustado. Me extraña que alguien como tú me pregunté todo esto — dijo confundida.
— Lo que pasa es que no quiero que busques a Marco — gritó furioso a la vez que golpeó la mesa. Se puso de pie y salió del comedor
— ¿Qué le pasa? — preguntó ella tomando su tasa de té.
Cuando terminó de desayunar se propuso alistarse para salir, puso su leggins convinandolos con un top al igual que sus zapatos deportivos, tomó su maleta junto con sus proteínas y salió directo al gimnasio.
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— Buenos días señora Electra, pase porfavor — indicó el guardia de aquel gym, la joven sin inmutar un gesto que demuestre debilidad agregó.
— No es necesario,entrenaré aquí — respondió pasando al interior del lugar.
Cuando la mujer entró al gimnasio todos los que se encontraban ahí se la quedaron viendo impresionados. Muchos, la mayoría hombres le lanzaban piropos por su cuerpo escultural y su espléndido rostro. Electra siempre fue una persona de rostro angelical, desde pequeña fue amable y cordial con todos los que conocía. Ahora con 22 años aun conserva aquel rostro amable, pero muy pocos la conocían de verdad, aquella mujer tenía un pasado doloroso el cuál ninguna persona quisiera recordar.
Ella imponente ignoro todo tipo de comentarios y se dedicó a lo que debía hacer.
No eran más de las dos de la tarde cuando acabó con su rutina, tomó sus pertenencias y salió directa a su auto sin despedirse de su encargado. La vida de la joven era muy cargada y aunque no trabajara en una oficina con más gente hasta las 10 de la noche, estresandose por entregar documentos y hacer reportes, salir a juntas y hablar mal de sus compañeros. Simplemente ser ama y señora de más de 60 hombres y mujeres le cansaba la vida.
Desde los 15 anos comenzó a bailar para los hombres, claramente sin venderse, hasta que a sus 18 años su padre le había heredado todas sus empresas, sus bares y sus casinos. Tuvo que madurar antes de lo que debía para poder llegar hasta donde estaba e invertir más dinero en negocios. Pero sin quitar la idea de que tenía que encontrar a Marcos a todos costa, el sería la clave de todo su sufrimiento.
Exhorta en aquellos recuerdos que odiaba, condujo lo más rápido posible a cada una de sus empresas dando órdenes y alistando todo para poder salir cuanto antes a su casería.
Holi, yo de nuevo. Pero está vez con una novela de género diferente *acción* nucna había escrito algo asi. Espero que les sea de su agrado .
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