Capitulo 3
*Este capítulo ha sido reescrito*
Abro los ojos lentamente, somnolienta. El sueño que tuve había sido demasiado profundo y relajante así tardo un poco en analizar mi alrededor.
Mi cuerpo se levanta de golpe al ver que estoy en una habitación que no conocía, en una cama que no era la mía. ¿Qué mierda hago aquí?
— ¡Ah mierda! —ahogo un grito y miro mi rodilla, completamente vendada, a la vez me percato de que mis brazos al descubierto con todas sus venas negras. Como un golpe a mi cabeza los recuerdos de la última vez que estuve consciente llegan.
Tengo que salir de aquí, no importa cómo. Pero antes de comenzar a pensar alguna idea, una de las puertas se abre.
Lo primero que veo es lo primero que agarro en un intento nulo para defenderme: Una lámpara. Y como espartana, gritando, voy corriendo hacia esa puerta y golpeo en la cabeza a la persona que salía de allí.
— ¡Ah! ¿¡Qué carajos!? ¿¡Que mierda te pasa!? — el chico agacho la cabeza mientras se la tomaba del dolor, y pude vislumbrar que detrás de él había un baño.
— ¿¡Por qué sigues consciente!? —exaspero, lo golpeé increíblemente fuerte, la lámpara esta destrozada y los vidrios por el suelo y su camiseta pero él sigue de pie. En un intento de volver a golpearlo él lo nota y me agarra las muñecas con fuerza, impidiendo que lo haga.
— ¿¡Me quieres matar!?
— ¡Es instinto de supervivencia! —le grito tratando de soltarme de su agarre, pero solo consigo que mis muñecas duelan más y mi rodilla flaquee.
— ¡Entiendo cómo te sientes pero no te voy a hacer daño! — por primera lo miro con detenimiento: tiene cabello castaño, un ojo gris y marcas en sus brazos y cuello, él también es un medar y no cualquiera, es el chico que había estado en la tienda de Folpos. Dejo de luchar en vano, y esto ayuda a relajar el dolor de mis muñecas — ¿Si te suelto las muñecas vas a escucharme sin tratar de matarme o algo así?
— Está bien— le respondo pero sin bajar la guardia, solo quería que me soltara, y eso hizo al oír mis palabras.
— ¿Quieres sentarte? Tengo que explicarte algo y puede tomar un tiempo— yo le niego con la cabeza, el suspira y continua— Ayer a la noche te encontré en un callejón inconsciente, no sabía dónde era tu hogar y pensé que recientemente te habían infectado por tu rodilla. Así que te llevé a este refugió-escuela donde yo vivo, ellos te enseñarán todo lo que tienes que aprender acerca de tus poderes para evitar ser capturada.
— Gracias pero prefiero irme, me infectaron hace años — la idea sobre aprender a controlar mis poderes me interesaba, pero mi fuerza moral me ganó.
—Las calles se están volviendo más peligrosas, ¿no te gustaría saber usar tus poderes o una ilusión para protegerte a ti o a un ser querido? —Titubeo un segundo y lo miro— ¿en serio nunca has soñado con controlarlos?
—Si— suspiro cansada, este chico sabe vender.
— Prueba unos días, solo unos días, y si no te gusta puedes irte.
— ¿Y qué le diría a mis padres?
— ¿Ya empezaron las vacaciones de los corrientes no? Si es así déjamelo a mí y con unas cuantas ilusiones haré creer que te has ido de viaje con tus amigos.
Lo analizo, para después analizar el lugar: la habitación era ni muy pequeña ni muy grande, poseía su propio baño, dos ventanas, armario y escritorio, cama de dos plazas, sofá en paralelo con los pies de la cama, al lado de esta otra puerta que seguro daba a un pasillo. Se veía que no la pasaba mal, podía tener unas vacaciones fuera de las personas que conocía sin tener que ocultar mis brazos u ojo, y además saldría de aquí sabiendo usar mis poderes.
—Solo unos días— cedo ante esta atractiva idea y observo como él sonríe, pero tratando de ocultar su emoción.
— ¡Genial! ¿Tu nombre?
—Ellie
—Está bien Ellie, yo soy Toma y te enseñaré todo el lugar.
**
Partimos de la habitación y me mostró los largos pasillos con miles de puertas que daban a habitaciones iguales a la suya, donde medars estudiantes se hospedaban.
Después de pasar por un gran salón, empiezo a sentirme desentonada y un poco confusa: hay muchísimas personas, de todas las edades, sin ocultar nada, ni sus marcas ni ojos. Incluso algunos hacen trucos con sus poderes de una forma majestuosa, yo solo puedo fascinarme ante todo esto. Un lugar libre, libertad era lo que inspira este lugar.
—Ey Toma, ¿Ella es la chica nueva? — un chico rubio nos alcanza, y Toma ante su pregunta asiente— ¿Qué tal? Me llamo Josh, ya estarás viendo que no es tan malo en este lugar estar infectado ¿Cómo te llamas?
—Ellie.
—Está bien, cualquier cosa que necesites no dudes en pedir ayuda tanto a Toma como a mí— me guiña un ojo para a continuación despedirse— ¡Nos vemos!
Seguimos caminando y nos adentramos a más pasillos, pero de los que al parecer daban a salones de clase. Esto se estaba volviendo un laberinto a decir verdad.
—Ese chico es mi mejor amigo, puedes confiar en él— me dice mientras se detiene frente a una gran puerta— y aquí es el comedor.
Al abrirlo deja salir un gran olor a café y ruido de cubiertos chocando con los platos, más el bullicio de la gente. No tan lejos, pude visualizar a un grupo de chicas que llamaban a Toma, y para mi desgracia él se les acercó.
No es por juzgar, pero mi instinto me gritaba que iban a ser unas imbéciles.
—Hola Toma— le saluda la que parecía ser la "líder": Una chica rubia impecable, con un cuerpo voluminoso y muy bello, y ella lo sabe, ya que usa pantalones apretados y una musculosa con escote.
—Hola Any— Toma le sonríe— ella es Ellie, nueva en el instituto.
— ¿Quieres que se siente con nosotras? — propone una de las otras chicas. Yo dirijo mi cabeza a Toma, tratándole expresarle mediante una mirada mi oposición a esa idea. Él al parecer la capta, por su sonrisa de complicidad, pero sin embargo...
— ¡Sería genial chicas! Necesita amigas nuevas — Lo condeno internamente y él, como si escuchara mis pensamientos, no puede evitar soltar una risa antes de irse y guiñarme un ojo.
—Siéntate que no mordemos— bromea otra chica pelirosada y yo tuve que hacerlo de mala gana.
—Y bueno, cuéntanos sobre cómo te infectaste— me pide Any y yo abro un poco los ojos ¿En serio preguntan algo tan delicado como si nada?
— Es una larga historia y prefiero no hablar de ello...— veo como algunas me miran con repugnancia y me incomodo aún más de lo que es posible.
—Vamos no es tan malo— exclama otra, al parecer sedienta de chismes. Rápidamente busco entre las personas alguna que me esté mirando, y afortunadamente encuentro una chica en otra mesa, de pelo castaño corto hasta los hombros que responde ante mi silencioso pedido de auxilio, levantándose y dirigiéndose a nuestra mesa.
—Hola chicas ¿Van a secarle la mente y dejarla sin cerebro a otra? ¡Por favor ya tienen muchas!— Sonrío, ni conozco su nombre y ya me cae bien.
—Mira, sé que te sientes mal porque no te elegimos, pero no vengas a asustar a la pobre chica nueva— ¿Qué carajo acaba de decir Any? ¿Elegir a las personas? Sabía que mi intuición tenía razón.
—Me parece que ustedes la están asustando— responde la chica que acudió a mi llamado, y yo finalmente decido hablar.
—Creo que quiero ir al baño— me levanto de forma rápida y gracias a eso siento una leve punzada debajo de mi rodilla, pero la ignoro.
— ¿Estas segura que sabes dónde es? —me pregunta Any.
—Sí, Toma me lo mostró— miento para salir de esa situación.
Y lo hago, por fin me encuentro sola en los pasillos que por alguna razón están desérticos, conveniente para encontrarme con mis confusos pensamientos.
Suspiro cansada ¿Cómo puede ser que esto esté pasando tan rápido? Me siento un pez fuera del agua, un pez de agua salada que estuvo siempre en agua dulce y que de repente sacan y meten al agua salada sin previo aviso.
¿Está bien esa analogía? ¿Los peces pueden estar en distintas aguas? ¿Ese pez se podrá adaptar? No lo sé, no puedo pensar muy bien.
— ¡Ellie! ¡Ellie espera! —oigo gritar a alguien detrás de mí e inmediatamente paro y me doy vuelta, para encontrarme con nada más ni nada menos que Toma corriendo hacia mí. Cuando está llegando, aminora la marcha — ¿Por qué te vas sola si todavía no conoces bien el lugar? Puedes perderte.
—Estaba exhausta e incómoda con tus amiguitas, con las cuales me dejaste ignorándome completamente— le respondo enojada— lo mínimo que podías hacer era quedarte conmigo, y eso que casi ni te conozco.
—E-está bien, tienes razón— lo miro de reojo, algo sorprendida por ello —No voy a volver a hacerlo, y ellas no son mis amigas la verdad.
— ¿Y por qué me dejaste con ellas?
— Que no sean mis amigas no significa que no puedan ser tuyas...
—Pfff...— suelto— me miraban con odio y desagrado, y tampoco me cayeron muy bien, asique no lo hagas de nuevo.
—Como tú quieras— respondió, y al siguiente momento un silencio incomodo nos invade.
Bueno lector@s, aquí se los dejo, perdonen mis errores de ortografía, no pude subirlo ayer porque mi hermana esta estudiando de la computadora y no la puedo escribir perdonen :(, muchichichichichisimas gracias por leer, poco a poco vamos siendo mas :D, recuerden: Voten, Comenten y Recomienden. nos vemos CHAO :D
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