Capítulo 26
Después de todo eso descubrí que no se si volvería a estar en paz en mi vida.
Toma trata de ayudarme para llevarme a la cama pero yo niego levemente con la cabeza.
Voy caminando tratando de ir lo más normal posible para que no lo preocupe tanto, la verdad es que me siento mucho mejor comparado con el estado que tenía hace unos minutos.
Me tiro de forma brusca en la cama y trato de acomodarme. Toma estuvo sentado a los pies de la cama y hablando conmigo, riendo de comentarios que decíamos. Ahora no lo entiendo muy bien y siento que mis parpados me pesan...
Estoy adentro de una casa, pero ella no está abandonada, sino en muy buen estado. Me encuentro en el cuarto matrimonial, el cuarto de mis padres en los días que estábamos en Epsonin. Su cuarto era más grande que en el que duermen actualmente, tenía un color marrón claro, con unas lámparas majestuosas en la pared, cuadros hechos a mano por un pintor sin hogar, mis padres les encantaban sus obras. También tenía ese armario tan grande como si fueran dos puertas que llevaban a otra habitación, en el que yo me escabullía allí a jugar. La única y gran ventana estaba abierta, por el paisaje que se veía, estaba de noche y un viento azotaba débilmente las cortinas, las cual eran de una tela fina y blanca.
Delante de mí estaba Jack de pequeño, con su pelo corto, con una camiseta amarilla y unos vaqueros bien sueltos que tenían que arremangarse para no pisarlos, todas las prendas que tenía estaban un poco sucias por el barro. Su ojo verde me miraba con deseo y en su boca se dibujaba una gran sonrisa que hacia mostrar sus dientes.
Yo igual le sonrió y, sin pensarlo, pongo mi mano en su cabeza y le despeino suavemente el cabello, el ríe con gran alegría y me abraza la cintura, donde más alto puede llegar.
Pero de repente se acaba la armonía, alguien lo expulsa hacia la pared, el impacta de espaldas y resbala hasta quedar en el piso, mientras lo hace deja un rastro de sangre en la pared. Sus ojos, que estaban en un punto fijo y mostraban señal de terror, no concordaban con la expresión de sus labios, que seguían sonriendo mostrando sentimiento de alegría.
Me doy vuelta para ver quien lo había aventado y ahogo un grito: el joven extraño ahora estaba cubierto de sangre, parecía que moriría en ese momento pero tenía una sonrisa maliciosa en su boca.
—Nos vemos esta noche, Ellie... ¿Ellie, te encuentras bien? ¡Ellie! ¡Ellie despierta!
Abro los ojos y me encuentro mirando los fluorescentes de la habitación, tengo un dolor agudo en la coronilla. Por lo que veo ya es casi de noche.
Toma, que antes estaba a los pies de la cama, ahora estaba sentado junto a mí, apoyando su espalda en la pared y con las piernas estiradas, yo estaba apoyada en su pecho.
Lo miro y él me sonríe, yo también lo hago pero después, dándome cuenta de que los dos estábamos acostados en la misma cama, lo empujo como si quisiera apartarlo. No obstante, mi intento de alejarlo no fue a la perfección y yo me caí de la cama. Él empieza a reírse.
— ¿Qué estabas soñando?— pregunta con curiosidad.
—Nada que te interese— le respondo burlona. Hace ya mucho tiempo que deje de relatarle los permanentes sueños que tengo con ese chico. En realidad solo le confesé ese único sueño de la noche anterior del día en el que supe de la existencia de mis vareados poderes.
En ese mismísimo segundo tocan la puerta.
— ¿Quién mierd* es a esta hora?— gruñe, mientras se levanta sin ánimos y la abre.
Del otro lado estaba Josh y Connor. Los dos parecían muy serios, como si estuvieran por anunciar un grave problema, pero en el rostro de Connor se asomaba una pequeña sonrisa.
— ¿Qué diablos te sucedió?— Me pregunta impactado Josh. Yo me coloco al lado de Toma.
— ¡Hola! Yo estoy muy bien, gracias por preguntar ¿Cómo estás tú? — bromeo.
— Él...— masculla Toma, avergonzado. Parece que Josh comprendió muy bien.
—Tendremos que hacerlo otra noche...— suspira Connor decepcionado.
— ¿Qué íbamos a hacer?— le pregunto curiosa, mientras cruzo mis brazos. Toma suspira.
—Nada, será mejor que descanses...— responde Toma, mientras trata de apartarme de la puerta. Pero yo me niego.
—No soy tu perro para que me digas que tengo que hacer y que no— gruño algo enfadada, mirándolo con desprecio— Y bien, ¿Qué íbamos a hacer?
—Buscar a Zoey, he investigado en ciertos lugares donde podría estar...— responde Connor, yo voy al perchero que hay al lado de la puerta y me pongo mi típico abrigo.
—Ellie...— me susurra Toma con tono de súplica.
—Shh, es mi decisión, no la tuya.
Partimos a buscar a Amber, Alex y Eliot. Aeryn también quería venir con nosotros pero no la dejamos.
**
Nos estábamos acercando a lo que era un barrio de suburbios. Estaba perdida en mis pensamientos hasta que una voz me conecto de nuevo al mundo:
—Chicos, nos dividiremos así: Amber y Josh, en la calle A; Alex, Eliot y yo en la B y ustedes dos en la C— mientras lo decía señalaba a las respectivas personas— Ellie y Toma, ustedes tienen la vía con más hogares abandonados, revísenlos bien y no hagan ruido.
Todos se separaron y quedamos solo nosotros, que fuimos al lugar que nos tocaba supervisar.
**
Ya habíamos revisado todas las casas, no había tantas, solo tres.
—Mira, te mostrare algo— exclama Toma tomándome de la mano y tirando de ella, como una madre que supervisa a su hijo para que no se le pierda.
Me guió a una de las viviendas abandonadas que ya habíamos inspeccionado.
Era grande, construida a la mitad ya que en donde tendrían que haber ventanas y puertas se encontraban huecos. La construcción seguía sin pintar, por lo que se veían los ladrillos desprolijamente pegados, ya que el cemento los manchaba. Tenía en lugar de piso, pasto amarillento y seco, que cada vez que lo pisábamos sonaba un "track" casi inaudible, como si saltáramos sobre hojas secas en otoño.
Nos trajo al jardín de la casa, mucho más extenso que la misma. Para separar ese montón de yerba seca de los demás jardines, utilizaban la misma forma de poner ladrillos para crear paredes, solo que estas un poco más bajas.
— ¿Para qué me...?
—Shh, solo observa— me interrumpe.
Nos colocamos enfrente de uno de los muros, el levantó un brazo y, guiando con la yemas de los dedos, hizo un garabato de electricidad. Este sobresalía unos centímetros de la pared, parecía como si estuviera suspendida en el aire o colgara de algo invisible.
—Con mis padres solíamos hacer este tipo de dibujo— me dice, dirigiéndome una sonrisa, yo se la devuelvo.
Nos quedamos unos minutos admirando la luz que provocaba aquel garabato.
— ¿Ya te olvidaste?— me preguntó con cierta curiosidad, sin desaparecer su sonrisa.
— ¿De qué?
—De nuestros besos— respondió en tono divertido, como si esperara a que explotara.
—Solo fueron unos estupid*s besos...
— ¿¡Solo un beso!?—Supuestamente estaba imitando mi voz, pero lo hacía muy mal ya que la tonalidad que le daba era muy aguda— ¿¡Ellie, tú crees que puedes ir ilusionando a la gente como si no pasara nada!? ¡Hay chicos que verdaderamente se enamoran de ti y tu solo los tratas como un juguete y las desechas cuando encuentras otro!
—Ja ja ja, muy gracioso— ironizo.
—Gracias, gracias— dice dando una reverencia, como los actores después de una obra de teatro—Me merezco un premio.
—Tienes mucha razón, como premio... ¡Podrás dormir en la casucha del perro!— le señalo con emoción fingida y manos de jazz hacia el lugar donde supuestamente tendría que dormir un can pero, por el olor que desprende, seguramente yace el cuerpo en plena descomposición de un cachorro.
— ¡Ay!— finge estar ofendido— Después yo soy el malo...
Empezamos a reír hasta que escuchamos unas agudas voces que provenían de la construcción.
— ¿Qué pasa, Jimmy, si encontramos a unos infectados?— preguntaba una niña con terror.
—Descuida, Lucy, Yo y Bruno te protegeremos—Respondía el que parecía ser Jimmy.
— ¡A mí no me dan miedos esos patanes! ¡Yo puedo vencerlos...!— exclama otro niño.
Yo miro a Toma y él me sonríe.
—Niños que se meten en casan abandonadas, es muy típico— dice rascándose la nuca pero su expresión cambia al oír el grito de una pequeña.
Yo y Toma empezamos a correr hacia la casa.
Llegamos a la habitación donde se encontraban los gritos de horror y llantos sin control. Más de cerca se escuchaban risotadas bruscas.
Cuando tomo el picaporte, antes de girarlo miro a Toma. El asiente con la cabeza en señal de afirmación. Giro la perilla y empujo la puerta, la abro.
Los niños, todos de cabello castaño, estaban arrinconados en una de las esquina de la mediana habitación. Los brabucones resultaban de nuestra edad y medars.
Uno, que nos miraba perplejo, tenía cabello rubio que caía recto hasta su mandíbula, con una camisita blanca que dejaban ver sus hombros y un poco de su gorda barriga. Otro, rapado de color castaño, tenía una chaqueta de cuero negra, sus brazos cruzados pero con una expresión de asombro.
Sin embargo, el que parecía más inteligente y no tenía cara de como si fuera un niño que lo habían descubierto robando galletas del jarros era el del medio. Estaba mirando a los niñitos, pero se giró lentamente hacia nosotros. Tenía una sudadera gris topo y la capucha que tenía puesta dejaba ver muy poco de su cabello teñido de un gris un poco más oscuro que su prenda. Su ojo color avellana nos miraban con diversión y en su boca se dibujaba una sonrisa juguetona.
— ¿Creen que con sus simples poderes pueden vencerme?— nos dijo, luego soltó una carcajada, a la que se le unieron sus dos acompañantes, los niños miraban con temor.
— ¿Qué clase de diferentes poderes tienes?— pregunto siguiéndole el juego.
—Solo mira, y después corre, antes de que te mate...— abrió sus brazos por lo bajo y salieron como tentáculos negros de sus manos.
— ¿Elected, eh?— le digo con una mirada desafiante— para serlo eres medio cobarde, creyéndote invencible por asustar a unos niños.
En borra su sonrisa y me lanza estacas negras. Yo las esquivo, haciendo que todas se claven en la pared, y le largo algo parecido a unas telas negras que salen de mis palmas, pero él se escapa por poco.
— ¿Así que tú también lo eres no?— él se descuida un poco y trato de asustarlo, apuntándole con un objeto punzante creado al alzar en el brazo, pero el movimiento se desvía y termina en su ojo gris.
El grita de dolor y por el ojo dañando parece que llora sangre. Él y sus acompañantes se van corriendo.
Les dijimos a los niños que se fueran a sus casas y no salieran por las noches a lugares desolados.
Íbamos caminando a la calle A para reencontrarnos otra vez. Pero cuando la vimos encontramos a Connor, Alex y Eliot sentados en el suelo con cara de tristeza como si se hubiera muerto alguien.
— ¿Qué paso?— preguntó Toma cuando estábamos lo suficientemente cerca.
Después de que ellos intercambiaran miradas nerviosas, Connor decidió hablar:
—Es Josh y Amber... los ha capturado el gobierno.
Holaaa! ¿Creían que se iban a librar fácilmente de mi? ¡Pues NOOOO!!! BUAJAJAJAJAJA,okno .-. Perdónenme por no subir, no tengo excusas, perdón 3:. Pero ya que los capítulos que quedan se cuentan con los dedos de las manos (creo que, según los acontecimientos que van a pasar, son siete o por ahí, si son mas o menos no me culpen) tengo un plaan!!! que se los contare mas adelante, pero es algo para que ustedes también puedan participar :3, QUIERO HACERLES UNA PREGUNTA!! respondan en comentarios: ¿Que edad creen que tengo? bueno ahora espero que se cuiden y se quieran, y nos vemos en el próximo cap (que creo que no va a tardar tanto como este) CHAO CHAO :D :D
(Posdata: ¿Algún otaku que me recomiende una serie de anime de amor parecida a kimi ni todoke y que se pueda ver en youtube?? muchas gracias :D)
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