Capítulo 14

Partimos hacia la cafetería.

—Y... ¿Desde cuándo sabes que eres...?—Preguntó curiosa Amber.

—Yo me entere el primer día que vine, en realidad Toma lo hizo...

— ¿Por qué no nos dijeron?— Josh se dirigió hacia Toma.

—Por dudas, igualmente no creo que de un día para el otro debe haberse convertido, seguramente tiene genes...

— ¡Oh que emocionante!— respondió Amber.

—Para mí lo emocionante es volver a comer, las tripas me rugen— sobé mi estómago.

—Es normal— dijo entre risas Josh— hace más de cinco días que no comes.

—Llegamos, glotona— Toma se dirigió hacia mí.

—Tengo derecho—Dije entre risas, cuando entramos esas risas se hicieron eco de lo vacío que estaba.

—Pero te aviso que solo podrás tomar una bebida y que no sea con gas.

— ¿Por qué? No es justo.

—Tienes la garganta en muy mal estado ¡Dios! Ya te hubieras muerto si no estuviera aquí.

Reí, quien lo diría, otra vez haciéndose el importante.

Nos sentamos en una mesa que estaba en medio de todas, el centro de la habitación. De una de las máquinas de bebidas sacó tres latas de gaseosa y una botella de agua con sabor.

—Que extrañas semanas que eh tenido—empecé adentrarme más.

—Con esto que nos has dicho, dudo que tu vida sea normal— habló Josh

—Dime: ¿Tus padres saben que eres medar?—preguntó Amber

—Si se enteran, me entregan—empecé a explicar— tienen puestos importantes en el gobierno, ahora mismo, creen que estoy de viaje con unos amigos...

— ¿Aquellos que te llamaron?— Toma se dirigió hacia mí— supongo que ellos tampoco lo saben, les mentiste en todo lo que te preguntaban.

—La única persona que lo sabía era el que me vendía los lentes de contacto y muñequeras.

Se escuchó como si abrieron las puertas de golpe, me di vuelta para ver quién era: Any y su equipo de súper zorras. Suspiré fuerte, no tenía ganas de lidiar con ellas.

— ¡Toma!— dijo corriendo hacia él, se sentó en su regazo— Tenemos que repetir lo que paso aquel día...— me miró con unos ojos maliciosos, lo que ella no sabía es que a mí me da igual. La miré con indiferencia, frunció el ceño.

—Tu misma sabes que no pasó nada... —respondió Toma quitándola de su regazo.

— ¡Ay!— dijo Any en tono irónico— ¿Qué te ha pasado en el cuello, Ellie? Seguramente cambiaste tu decisión rápidamente...— se bien a que "decisión" se refería:

*—Te equivocas, yo no lo acepte—*

No podía decirle que me había atacado un boss porque eso expulsaría a los chicos. Pero no me voy a dejar vencer por esa barata.

—No, no la cambie, además ya tiene otro juguete, solo enferme un poco de la garganta...

—Ahora ¿Te puedes largar? Estas de más— contraatacó Amber.

—Que exagerada y débil, semejantes vendas para una pequeña picazón...— ignoró el cometario de Amber.

—Dile todo lo que quieras menos débil, si no sabes no digas nada...— dijo Josh.

—Que piense lo que quiera, no vivo de opiniones y menos de las de ella.

—A si...— fue hacia mí y me agarró del cuello de la remera— Tú vas a temerme...

— ¡Any, déjala!—Gritó Toma al mismo tiempo que todos se paraban, pero Any los envió con viento a la parte más lejana de la habitación. Ella hizo lo mismo conmigo nada más que me envió a la parte contraria de donde estaban los demás. Cuando choqué contra la pared empecé a sentir el mismo dolor en ese lugar tan específico de mi cuello.

— ¿Quién va a temer a una niña caprichosa?— sabía que los insultos eran uno de su punto débil.

—Quiero...— me tomo del cuello y con ayuda de aire me levantó— que te disculpes...

Apretaba mis moratones y eso hacía que sintiera mucho dolor, pero me resigne a morderme la lengua.

— ¡Ellie hazlo y sal de esta!— me gritó Toma.

—Yo...— dije con el poco aire que me quedaba— yo pienso que eres una zorra— saque fuego de mis puños y los coloque en sus muñecas, ella empezó a gritar y comenzaron a salirle lágrimas de sus ojos. Me soltó y pude respirar, caí sentada, me sentía terriblemente cansada.

—Perra— gritó, con aire de color azul apretó mis muñecas contra la pared, me quede inmóvil— Veamos las marcas que tienes en tu cuello y descubramos quien es la verdadera zorra...

Empezó a desatarme la venda del cuello, yo trataba de moverme pero era imposible, ella me tenía bien encadenada.

*Me encanta mi puta suerte* pensé.

— ¡Ellie!— gritó Toma tratando de liberarse.

Alguien corría hacia mí, pero no podía ver quien era ya que Any me tapaba con su cuerpo.

— ¡¿Eres hueca o qué?! ¡Sal pedazo de basura!

Kenta apartó a Any y rápidamente me coloco la gran cantidad de vendas que me había sacado, pero por suerte no llego a desenroscarlo entero.

*¿Por qué todo esto me pasa a mí?*

—Bien— respondió con un suspiro, tenía su mano en mi hombro.

Any comenzó a llorar y sus zombies, o mejor dicho, zorries fueron corriendo para calmarla.

Ella bajó la calma y dejo libre a Josh, Amber y Toma. El ultimo vino corriendo hacia mí y aparto a Kenta. Josh hiso lo mismo pero más lento y Amber empujó fuerte a Any, quien calló de trasero. Esta rápidamente empezó a llorar descontroladamente.

Aparte a todos y me paré.

— ¡Ellie!— dijo Josh.

—Tranquilo, justo entre cuando le estaba sacando la última capa seguía con el tranquilizante— Kenta no le dio mucha importancia.

— ¿Y tú sabes lo que está sufriendo y lo que sufre cuando le quitan esas putas vendas?

—Tampoco soy un pobre ciervo recién nacido...— dije en tono enfadado, como si unos padres le estén diciendo a su hijo que tengas cuidado y él le respondiera si como si estuvieran locos.

—No, el problema es que te aguantas el dolor, si gritabas cuando ardía me imagino que yo en tu lugar ya hubiera muerto...

— ¿Qué yo no sé?— Continuó Kenta con la conversación. Él se paró en frente de Josh. Él se ruborizó un poco y trató de alejarse, pero Kenta lo sostuvo de los hombros, miró hacia un lado y se agarró el corto pelo que le rozaba la nuca, cuando hizo ese movimiento Josh se quedó callado.

Yo quise saber, tome a Kenta de los hombros y le vi la nuca: Parecían tres lunares negros de tamaño enorme, pero sé que eran las garras clavadas de aquel boss.

Me di vuelta hacia otro lado, Any y las demás ya se habían ido, y un profesor entró.

—Tendrían que estar en sus camas a esta hora.

Amber se fijó en su reloj de mano.

—Las diez...

El profesor nos hecho a todos de la cafetería. Toma y yo nos despedimos de todos y nos dirigimos a nuestra habitación.

Convencí a Toma de volver nuevamente a dormir en el pequeño sofá.

Cuando él ya estaba dormido y yo casi, se me ocurrió una idea: salir a buscar a Zoey.

Con mucho cuidado me vestí con los jans desgastados que traje cuando llegue aquí y mi campera negra.

Enfrente de la puerta me desenrosque un poco la venda para ver si me dejaba ponerla de nuevo, quien sabe, tal vez todavía tenga un poco de ese veneno. Pude volver a enroscarla. Salí con mucho cuidado para que Toma no despertara.

Me dirigí hacia la entrada de este lugar. Cuando abro esas puertas veo la oscuridad de la noche. 


hola bueno aqui les dejo el capitulo :33 REECUERDEEEEN: VOTEEEN, COMEEENTEEEN Y RECOMIENDEEEN por favor c:

Nos vemos en el próximo capitulo, CHAO :D

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