Helada confusión

Aun el cielo estaba gris, oscuro, no podía dormir, así que decidí levantarme. Me puse mi ropa de entrenamiento y me amarré una alta cola de caballo. Me asome en la ventana, sentí el aire frio tocar mi rostro.

Mi mente recordó el paseo que di ayer con Hans, fue divertido, hubiera sido perfecto si no me hubiera sentido observada, tenía el raro presentimiento que alguien estaba por los árboles, así que mire atentamente hacia ahí, desapercibida, no veía conveniente que Hans lo supiera, al poner mi mirada clavada creí ver una sombre pero no fue nada, tan solo pájaros salieron de las hojas de los árboles, eso me alivio, pero no del todo, aun me sentía perseguida, intente ignorar eso y poner más atención a lo que me hablaba Hans, él era divertido, sacaba siempre lo bueno en las situaciones malas, me encantaba eso de él , desearía tener ese don.

Deje mis pensamientos para después, ahora quería ir al lugar donde Dreik y yo entrenábamos, no sé porque pero algo en mi decía que tenía que hacerlo. Sabía que no iba a encontrar a Dreik pero eso no me importo.

Salí del castillo y una ola de viento me traspasó, era un día frio, me abrace a mí misma y seguí mi camino. A los pocos minutos llegue al lugar deseado. Me senté en el pasto y observe con más detalle el lugar donde estaba, hacia tanto frio, así que me acurruque, junte mis rodillas a la altura de mi pecho y me abrace a mí misma.

El cielo ya se estaba despejando, no estaba tan gris ahora, pero aun hacía mucho frio.

_ ¿Qué están haciendo tan temprano aquí? – dijo una vos muy familiar, una voz que al escuchar me hizo pararme al instante de susto, una voz que hacía que mi pulso se acelerará.

_Yo... - no sabía que decir, espera.... ¿Por qué tenía que darle explicaciones?

_ Acaso te quieres enfermar, hace mucho frio, si te enfermas no podrás entrenar – Dreik siempre vestía de negro, su gran chaqueta de cuero que le llegaba hasta las rodillas, sus botas, y su detestable sombrero negro que lo llevaba siempre inclinado en la cabeza.

_ No estoy enferma Dreik, ni tampoco lo voy a estar, tan solo quiero entrenar – quería mantener mi distancia hacia él, me sentí de una forma inexplicable, me propuse ser tajante en sus entrenamientos.

_ Hace demasiado frio para entrenar, iba a decir al rey Edgar que te avise que hoy no iba a ver entrenamiento – dijo con las manos en los bolsillos de su chaqueta.

Rodé los ojos.

_Acaso tienes miedo al clima o que, no puedes enfermarte solo por... por esto – dije señalando alrededor.

_Yo no, pero tu si – si voz salió ronca.

_ Solo fíjate en ti, yo estoy bien, este clima no me afecta – al mismo instante que termine de decir esto, estornude.

Maldita sea, estaba resfriada.

_Decías princesa – se burló Dreik.

_Eso no importa.

Hubo unos segundos de silencio, unos incomodos segundos de silencio, Dreik me observaba con esa mirada penetrante, así que rompí el hielo que había.

_Tú también llegaste muy temprano ¿Por qué?

El tardo' unos cuantos latidos del corazón para responder.

_Ya te dije, vine a decirle al rey Edgar que hoy no íbamos a entrenar.

¿El rey Edgar?, él estaba mintiendo.

_Eso no es cierto, no serias tan tonto para no saber que el rey Edgar no estaría despierto en estos momentos.

El no dijo nada, tan solo sonrió, y después todo paso tan rápido, literalmente. Dreik con una rapidez sobre natural se acero a mí, estaba demasiado cerca, tanto que nuestros cuerpos se rozaban.

_ ¿Sabes?, me he dado cuenta de algo Catrina – su voz salió ronca, se acercó a mi odio y creí sentir sus labios en mi oreja cuando dijo:

_Eres astuta, muy astuta, no eres cualquier princesa y tú la sabes más que nadie.

Sentí un hormigueo en todo mi cuerpo, retrocedí unos pasos, dije que me iba a mantener tajante y eso es lo que voy hacer.

_Eso no responde a mi pregunta y tú lo sabes bien – dije.

Siguió con su sonrisa arrogante, aunque la verdad no detestaba su sonrisa, de lo contrario, me gustaba que sonriera.

_ Estaba preparando un entrenamiento para hoy, un gran entrenamiento, pensé que el clima iba a mejorar, pero lamentablemente no fue así, por lo tanto mi maravilloso entrenamiento tendrá que esperar.

_ ¡No! – Me queje – eso no es justo, mientras más rápido aprenda más rápido podre ir a encontrar a Johanna y salvar a otras personas, no podemos detenernos solo por el maldito clima, o por un resfriado.

El me quedó mirando a través de esos ojos avellana, parecía confundido.

_Eres testaruda – dijo – pero me temo que tienes razón.

Quise saltar de alegría, o tal vez abrazarlo, maldita sea que estoy diciendo, ¿Abrazarlo?, estoy loca, debo estarlo. Note que las manos de Dreik estaban e puño, no sabía la causa, tampoco quería saberlo.

_Primero terminemos lo que empezamos, mejor dicho, termina lo que empezaste. No vas a avanzar a la otra prueba si aún no terminas tu prueba del arco.

Eso me irrito.

_La prueba del arco me tomara mucho tiempo en conseguir tirar una flecha en un insignificante circulo – dije frustrada.

_Se algo que te puede ayudar en eso.

Lo mire sorprendida.

_ ¿Qué clase de ayuda? – pregunte curiosa.

_Las flechas y el arco están ahí, tráelas – dijo señalándome con la mirada a un arbusto.

Asentí,

Agarre el arco y las flechas.

_Listo ¿y ahora?- pregunte'.

_Apunta al círculo – dijo.

_Pero...

_Solo hazlo – había algo en su voz que me hacía confiar en él.

Apunte al pequeño círculo que estaba dibujado en el árbol., estaba a punto de tirar la flecha cuando Dreik dijo:

_ Aun no sueltes la flecha.

Él se sacó el sombrero y pasó su mano por su cabello, después se paró en medio camino entre el árbol y yo con la flecha.

_Listo, ahora si suéltala – este definitivamente estaba loco.

_ ¿Acaso haz perdido la cabeza?, si suelto esta flecha tu saldrás herido – dije bajando el arco.

_No lo estaré, si es que tiras correctamente la flecha, y si no lo haces la flecha me dañara, solo si no lo haces.- acaso estaba demente.

_Sabemos que no lo voy hacer – intente ponerlo cuerdo, pero él no iba a quitarse de ahí.

_Solo ten confianza en ti misma, ¿o acaso yo soy tu objetivo al que tienes que apuntar? - pregunto arrogante, como si esto fuera un juego.

_Ahora deseo hacerlo.

_Bien, y si no lo quieres hacer no hay más remedio que cancelar el entrenamiento de hoy.

_No, eso es injusto – replique.

_Te daré cinco segundos para que hagas tu elección de quedarte aquí, pasar la prueba de la flecha y así poder pasar a otro entrenamiento, o irte a tu castillo por falta de valor.

¿Falta de valor? idiota.

_Uno....

No podre lograrlo.

_Dos....

Si fallo tan solo un centímetro puedo lastimarlo.

_Tres...

Por otro lado necesito lograrlo.

_Cuatro...

No llegare a nada si no lo intento.

_Y cin...

_Lo hare – dije de una forma dispuesta y segura.

El solo sonrió.

_Sabía que ibas a aceptar, ahora alza tu flecha y clávalo en tu objetivo, espero que no sea yo ese objetivo.

_Yo también lo deseo – ya no llevaba el sombrero y el viento jugaba con su cabellera que le llegaba tres centímetros después de la oreja.

Alcé mi flecha junto con el arco, y tome un suspiro, mi mano temblaba, mi mirada estaba fija en el círculo, pero Dreik estaba entre mi objetivo y la flecha ¿Cómo se supone que lo logre?

Concéntrate, no eres la única que confía en ti – se escuchó en mi mente, era Dreik, telepatía.

Los segundos pasaron tan lentos, mientras apuntaba al círculo intentaba buscar un espacio que marce a mi objetivo sin que apunte a Dreik.

Y solo cuando sentí un gran viento en mí, fue cuando deslice la flecha. Me quede en un estado donde no sabía lo que estaba pasando. Vi el círculo, y en el clavada una flecha.

_Yo... lo hice—tartamudee.

_Si, tú lo hiciste – dijo Dreik, pero en su rostro no había tanta sorpresa como en la mía.

Él se puso su sombrero y sonrió junto conmigo, lo había logrado.

Tire al blanco las flechas sin Dreik en el medio, apunte y clave tantas veces hasta cansarme. No sé cuánto tiempo había pasado.

_Ya aprendí lanzar flechas, ahora quiero tu gran entrenamiento – dije resaltando la palabra "gran entrenamiento"

Se quedó mirándome un rato.

_Bien, vayamos por lo que prepare.

_ ¿Vayamos?, ¿no iba hacer acá?

_No, vamos al bosque que no pertenece a ningunos de los reinos.

_ ¿En qué parte exactamente? – pregunte.

_Ya veras, ahora súbete a mi espalda.

_ ¿Que? – sabía lo que quería que haga pero no me apetecía hacerlo.

_Que te subas a mi espalda, quiero llegar rápido – diversión era lo que decía sus ojos.

No tenía otra opción así que lo hice. Mi corazón palpitaba de emoción, sabía que había algo muy interesante en esto, presentía que este día iba hacer distinto que los otros.

Nos tomó tan solo unos minutos al llegar aquel lugar conocido.

_ ¿El río? – dije mirando alrededor, era el lugar donde entrenaba con Hans.

_Si el río, es un lugar más amplio y pacifico – explico'.

Observe que traía en las manos el arco y las flechas.

_ ¿Por qué traes eso? Pensaba que ya había terminado esas lecciones.

_Lo vas a necesitar, créeme, ven – dijo mientras él se adentraba entre los árboles, en el bosque, dejando el rio atrás, lo seguí.

Nos hundíamos más y más profundo, con Hans había recorrido algunos lugares del bosque pero me di cuenta que no eran todos.

_Llegamos - dijo señalando alrededor, había árboles y más árboles, unos rayos de luz entraban desde sus copas, y ahí fue donde me di cuenta que en algunos árboles tenía amarrado una cinta amarilla en una de sus ramas.

_ ¿Qué son esas cintas amarillas? – pregunte'.

_ Yo los puse, tienes que trepar todos los árboles que tengan esa cinta, en total son veinte arboles con esa cinta amarilla, al final del camino te guiaran los a un... ¿cómo se podría decir?- dijo con un aspecto pensativo- Podría decirse que encontraras un obsequio por haber terminado la lección.

_ Un premio – murmure, la curiosidad se apoderaba de mí. ¿Qué clase de obsequio podría ofrecerme Dreik? ¿Qué regalo podría darme un vampiro? Y la última pregunta ¿Un vampiro podía obsequiarme algo?

_Muy bien, comencemos – me ofreció el arco y las flechas mientras yo aún salía de mis pensamientos – hay unos animales que pueden estar en los árboles, elegí estos árboles porque son los más seguros pero nadie está seguro de nada.

_ ¿Seguros?, ¿A qué puedes llamar arboles peligrosos? – pregunte'.

_No quieres saber – cogí el arco y la flecha.

Sus rasgos me parecían interesantes, también su expresión en la forma que explicaba las cosas, su vestimenta siempre era de color negro lo cual combinaba con su piel alvina.

Me dedico una sonrisa torcida, inclino su sombrero y dijo:

_Estas lista, que comience el juego.

***

Lema de hoy:

No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ya te dije que el mundo es incontable


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