Capítulo 5
SAINT
Apenas puedo caminar derecho y esta furiosa erección que tengo no ayuda en nada. Zee me carga sobre su hombro cuando ve que me balanceo más de lo normal. Me entra la risa, el alcohol rodando por mis venas me hace ser un poco más valiente de lo normal y mientras estoy sobre Zee coloco mis manos es su apretado culo y lo masajeo con ganas. Mi marido se ríe de mis ocurrencias, me tira sobre la cama y empieza a quitarse la ropa que lleva.
Primero se deshace de su chaqueta, debajo de esta tiene el arnés donde guarda su arma reglamentaria, por favor, es tan sexy que creo que me va a dar un pasmo.
-Joder amor, eres tan sexy con esa ropa, no me había dado cuenta que me casé con James Bond- le digo sin aliento.
Zee se ríe con ganas mientras deja el arma a un lado y desabrocha la camisa blanca que se ciñe en los sitios exactos de su perfecta anatomía. Ahora sí estoy babeando literalmente, no me acostumbro a verlo sin camisa, por mucho tiempo que pase siempre me deja tiritando por él.
-Bueno mi ángel, ahora es tu turno de enseñarme lo que llevas debajo de esa ropa- me dice en un susurro, mierda, ¿quiere matarme o qué?
No creo que esté lo suficientemente sobrio como para quitarme la ropa sin caerme de culo, y no creo que eso sea muy erótico la verdad, así que le pido que sea él el que me la quite. Zee me mira con ojos vidriosos y empieza a desnudarme lentamente acariciando cada parte de mi cuerpo de va dejando al descubierto. Su manera de amarme es tan intensa y arrolladora que cada vez que estamos juntos, cada maldita vez es precioso y único. Una vez desnudo y listo para él Zee empieza su propia tortura por mi cuerpo. Su boca me besa, la siento sobre mis labios, mi cuello y por fin en mis pezones que esperan por sus caricias. Mis manos recorren su cuerpo, nunca tengo suficiente, nunca es demasiado, necesito más de él, lo necesito todo. Con el tiempo me he vuelto codicioso, lo amo con todo lo que tengo y quiero absorber todo de él.
-Saint te amo, tanto cariño- me susurra al oído mientras sus manos lubricadas me abren para él. Me mezo hacía sus dedos una y otra vez, no puedo parar de desear más mucho más.
-Zee por favor, te necesito, ahora- le suplico.
Sus fuertes brazos me dan la vuelta, ahora con mi espalda y mi culo vueltos para él posa una mano en mi coxis apretándome hacia abajo y con un simple movimiento está dentro de mí tan profundo como es físicamente posible. Un gruñido animal sale de mí sin pretenderlo, no sé si es el alcohol quemando dentro de mi mente o la lujuria a la que Zee me ha llevado, pero me siento en una nube mientras los movimientos de mi marido me llevan al cielo.
Cuando llego al borde del abismo, en ese punto sin retorno donde sabes que pronto estallarás en mil pedazos, Zee pasa su mano por mi cintura y tira de mí hacia arriba para que mi espalda esté en contacto con su magnífico pecho. Atrapa mi boca en un beso salvaje y mis manos se posan en sus muslos para poder estabilizar mi cuerpo contra el ataque de sus caderas.
Zee gime sobre mi boca, su poderoso cuerpo dándome todo lo que tiene es tan excitante que mi orgasmo arrasa con mi cordura llevándome hasta donde solo él ha sabido llevarme, al borde de la locura. Mi cuerpo se sacude con los espasmos de mi placer cuando mi marido empuja su polla hasta los confines de mi interior y se corre gritando mi nombre, algo de lo que jamás me cansaré, su voz grave llamándome a través de su placer.
ZEE
El cuerpo de Saint es el lugar donde quiero residir, nunca tendré suficiente de él y nunca podré darle lo suficiente de mí, pero lo intentaré cada vez. Cuando llegamos a casa y el alcohol que flotaba en su cuerpo lo hizo más desinhibido de lo que había visto nunca, simplemente me dejé llevar, y el resultado fue totalmente magnífico. Lo amo, totalmente, cada día más.
Ahora de camino a casa de mis padres me tomo el tiempo de mirarlo con detenimiento mientras conduce con una mano en el volante y la otra sobre la mía. Es su manera de relajarse conducir con nuestras manos enlazadas. Pensar en que un día, no hace tanto tiempo, lo dejé solo cuando más me necesitaba hace a mi corazón romperse en pedazos. No sé cómo pudo perdonarme pero agradezco que lo haya hecho, porque pensar en un solo día de mi vida sin él es algo que me produce pesadillas. Elevo nuestras manos entrelazadas hasta mi boca y beso sus nudillos. Él me mira por un segundo y me sonríe con esa boca suya de la que nunca me canso.
Saint es un ser único, inteligente y muy capaz. Es generoso, falto de rencor y de odio. Su vida no ha sido un camino de rosas pero aun así ha sabido recomponerse y convertirse en lo que siempre quiso ser. Es tan valiente y trabajador, honrado y totalmente sincero con todo que no creo merecer la suerte de que se casara conmigo.
Llegamos temprano a casa mis padres, Gulf y Mew no han llegado aún y espero de verdad que podamos convencer a papá para que acepte esa relación. Saint me ha dicho que hablará con mi padre sobre Mew y la clase de hombre que es en realidad, espero de corazón que sea suficiente.
Mi madre no tarda en salir en cuanto oye el coche de Saint aparcar en la entrada delantera, abraza con amor a Saint y después arroja alguna migaja de su cariño hacia mí. Ha sido así desde el primer día que conoció a mi marido, lo ha amado sin condiciones y eso es algo que esperaba, mi ángel es adorable. Mi padre tampoco es inmune a los encantos de Saint, pero como siempre es menos efusivo al demostrarlo, así que le da un apretón de manos y lo deja pasar al salón.
-¿Cómo han estado Zee?- me pregunta mi padre en cuanto mi madre ha arrastrado a Saint hasta la cocina dejándonos solos en el salón.
-Bien papá, todo va bien- le digo y él asiente contento con mi respuesta.
-He oído de ese caso que está llevando Saint del violador múltiple, es algo horroroso que espero no esté haciéndolo sufrir- me dice, y ahí está la razón de su pregunta anterior, piensa que el caso pro bono que llevan en el bufete puede estar afectando a mi marido.
-El caso no lo lleva directamente Saint, lo está delegando en su nuevo ayudante y parece que es bastante bueno, Saint revisa el trabajo pero le deja casi todo a él- le explico para que se relaje.
-Estupendo, tu madre estaba muy preocupada al respecto y le dije que te preguntaría para que se quede más tranquila- me dice queriendo disimular su alivio.
-Gracias por preocuparte por él, me hace feliz que lo amen como yo lo hago- le digo.
-Por supuesto Saint es parte de esta familia y nuestra familia se apoya en todo momento- me responde.
-Entonces vas a tener que aceptar a Mew, Gulf lo ama y van a vivir juntos papá- le dejo caer.
-Mew no es como Saint, no tengo claro que ese hombre sea bueno para tu hermano, su negocio es oscuro y no me gusta- me dice frunciendo el ceño.
-No juzgaste tan duro a Saint cuando supiste a que se dedicaba antes- le contesto.
-Saint lo hizo movido por sus circunstancias y se ha convertido en un abogado respetable, ha tenido una vida dura y luchó para salir de eso. Mew se aprovechó de su necesidad y ganó dinero a costa de Saint y de muchos como él. No puedo estar de acuerdo con eso- me dice apenado pero muy seguro de su opinión.
-Déjale explicarse de todas formas, dale el beneficio de la duda con la mente abierta, hazlo por mí y por Saint- le pido.
-Haré el esfuerzo, escucharé lo que tiene que decir pero no te prometo nada- me contesta mientras me tiende una cerveza y me guía hasta el jardín trasero.
SAINT
Los padres de Zee nos acogen como siempre con cariño, cada vez que estoy en esta casa me siento como si fuese mi hogar, estas personas han vuelto a darme una familia. La madre de Zee está hermosa con su vestido de flores y su pelo azabache suelto a lo largo de su espalda. Lleva puesto el colgante de lapislázuli que le regalé la primera vez que vine a esta casa. Hoy es su cumpleaños y quiero que se sienta especial, así que le entrego el regalo que le compré en Barcelona y espero le guste.
-Madre, esto es para usted- le digo tendiéndole una cajita de terciopelo negro.
-¿Para mí?, eres un sol cariño, gracias- me dice y abre la caja para ver dentro de ella una pulsera de platino con un dije en forma de corazón que lleva inscrito en su reverso, "La sangre solo hace parientes, el amor hace familia"
-Gracias por hacer que vuelva a tener una familia, una de verdad, muchas felicidades madre, te quiero- le digo dándole un abrazo a su tembloroso cuerpo.
-Oh, mi niño precioso, gracias por este maravilloso regalo- me dice con lágrimas en los ojos.
-Lo compré en Barcelona en nuestra luna de miel, que por cierto fue genial- le digo cambiando de tema para relajar el ambiente.
-Me alegro que disfrutaran, Barcelona es una ciudad fascinante, la visité con mi marido hace ya algunos años y siempre hemos hablado de volver- me cuenta sacando la ensalada y las bebidas frías que va a servir.
-Yo llevaré eso al jardín, acabe de sacar el pollo del horno y la espero fuera- le digo dejando un beso en su sien.
Salgo al jardín trasero justo a tiempo de ver llegar a Gulf de mano de Mew. Mi amigo tiene un semblante serio, se ve lo estresado que está a la legua, tengo que ayudarlos de alguna manera. Espero tener algo de tiempo a solas con el padre de Zee para hablarle sobre Mew y como me ayudó en mi peor momento, quiero que conozca a la persona magnífica que hay en mi amigo y deje de lado su profesión.
De momento tendré que hacer de mediador en esta cena que vaticino va a ser tensa y difícil de llevar.
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