Capítulo 34
SAINT
He venido a visitar la tumba de mi madre, Zee tenía que trabajar y yo no quiero quedarme ocioso, mi cabeza da demasiadas vueltas si tengo mucho tiempo para pensar. Mi madre era una mujer extraordinaria, la he echado mucho de menos, pero el torbellino en que se convirtió mi vida después de que se fuera no me ha permitido llorarla como es debido.
Ahora estoy aquí delante de su tumba contándole como me va, sé que ella estaría orgullosa de mí si pudiera. Entonces como salida de la otra vida veo como una mujer con su mismo pelo, sus mismos rasgos y su sonrisa deslumbrante se acerca hasta mí. Creo que me estoy volviendo loco, pero entonces me doy cuenta que no es mi madre, esta mujer es más alta y sus pómulos fuertes son muy diferentes a los de ella.
-Hola Saint, han pasado muchos años – me saluda la mujer.
-¿Tania? – pregunto.
-Hola hermanito, estás muy guapo – me dice con una sonrisa.
Y acto seguido me encuentro unos brazos rodeando mi cintura y un beso en mi mejilla.
-¿Qué haces aquí?, creía que estabas en Estados Unidos.
-Así es, papá me mandó allí cuando murió mamá – me explica.
-Lo sé – le digo.
-Acabé mis estudios en telecomunicaciones y ahora trabajo en una empresa tecnológica – me explica.
-¿Y por qué has regresado? – le pregunto.
-El abogado de papá me llamó y me dijo que quería hablar conmigo en persona, que le debía al menos eso – me dice con un gruñido.
-¿Te llevas mal con papá? – le pregunto.
-Papá y yo no hemos hablado desde que me enteré que te había echado de casa, entonces él me cortó el dinero para mis estudios y tuve que buscarme la vida. Opté a una beca completa y conseguí trabajos de media jornada para el resto de gastos – me resume.
-¿Sabes lo que hizo para estar en la cárcel? – le digo.
-Me lo han contado por arriba, pero quería verte para que tú me dijeras la verdad – me dice mirándome a los ojos.
-Ahora vivo en Bangkok, me he casado y soy abogado – le informo vagamente de lo que se ha perdido estos años.
-Sé que eres abogado, he visto las noticias – me dice con un deje de orgullo en su voz.
-¿Quieres venir a casa y conocer a mi familia? – le pregunto con la esperanza de que me diga que sí. Tania es la única familiar directa que me queda y me gustaría mucho tener una buena relación con ella.
-Eso sería genial, me encantaría Saint – me dice tomando mi brazo.
Ni en un millón de años hubiese esperado encontrar a mi hermana de nuevo, me había hecho a la idea de que mi padre la hubiese puesto en mi contra. Cuando éramos niños teníamos una buena relación y espero con todo mi corazón poder recuperar esa complicidad que compartíamos.
ZEE
Ya tengo todo prácticamente preparado, el fin de semana partiremos de viaje. Tengo pensado raptar a Saint y conducir sin parar hasta la cabaña, pondré las maletas en el Hammer sin que se dé cuenta y luego solo nos quedarán quince días de absoluta tranquilidad, no he deseado algo tanto en mi vida. Pero aún debo sobrevivir a esta semana y a Michel Green.
Ese hombre es tan intenso cuando persigue una cosa, que me estoy arrepintiendo de haberle ofrecido mi amistad. Ahora que su "enamoramiento" sobre mi persona se le ha pasado, está obsesionado con Fiat. Por lo que me ha contado lo conoció en Kan Security cuando Kao lo tenía bajo protección, por lo visto hablaron y conectaron muy bien durante unos días, pero Fiat le dejó claro que sentía algo por alguien y que no era correspondido. Fiat le dijo que primero tenía que acabar con esos sentimientos antes de dejar entrar a alguien más en su vida. No sé si decirle que ese amor que siente Fiat es por mi marido, no quiero involucrarme más de lo que ya lo estoy en esta historia.
Quién iba a sospecharlo, yo haciendo de celestina para Fiat, ni por todo el oro del mundo hubiese aceptado esto hace tan solo un par de semanas. Pero como siempre me pasa acabo metido hasta el tuétano en algo que no es de mi incumbencia y por eso ahora estoy en mi despacho escuchando a un despechado Michael Green que ha sido rechazado por quinta vez consecutiva.
-Michael, Fiat está siendo honesto y por eso te pide tiempo para poder corresponderte – le digo por enésima vez.
-Pero el otro día lo besé y él me correspondió, sé muy bien lo que sentí y no puedo entender por qué se niega a darme una oportunidad – me dice muy confundido.
-¿Lo besaste? , Michel tú no conoces los límites, ¿verdad? – le espeto.
-A ver Zee, estábamos riéndonos viendo una película ridícula y me pareció que la atmosfera era propicia, detenme por aprovechar la oportunidad – me dice totalmente frustrado.
-¿Para qué me pides consejo si al final haces lo que te da la gana? – le pregunto, al borde de mi paciencia.
-¿Y si tú le preguntas? – me dice esperanzado.
-Eso no va a pasar, él y yo ni siquiera somos cercanos – le digo dejando claro mi punto.
-Por favor, por favor, por favor – me pide, es tan infantil a veces.
-Michael, me pones en una situación delicada, el amor no correspondido de Fiat es Saint, y como verás no creo que Fiat me haga caso – le explico.
-¿Saint, tu marido? – me pregunta con los ojos como platos.
-Así es, ahora ya puedes comprender por qué no puedo ayudarte – le digo recalcando lo evidente.
-¿Crees que Saint pueda ayudarme? – me pregunta, este hombre no se rinde.
-¡Por dios Michael, no tienes remedio! – le suelto levantándome de mi asiento para echarlo de mi despacho.
-Joder Zee, Fiat me gusta de verdad, y sé que él me corresponde, pero hay algo que no le deja ser feliz y estoy muy seguro que tiene que ver con tu marido – me explica.
-Tú ganas, hablaré con él, ahora déjame en paz que tengo mucho trabajo que terminar – le digo cerrando la puerta detrás de su espalda.
Santo Jesús, no sé cómo me las arreglo para terminar enredado en estos líos, ahora tengo que hablar con Fiat y convencerlo de que no debe sentirse mal por lo que pasó con Saint y que debe seguir con su vida. Hablaré con mi marido sobre este tema, él tiene más tacto que yo para tratar estas cuestiones.
SAINT
Zee y su manía de enredarse en problemas ajenos nos ha traído hasta esta situación, con Fiat, él y yo sentados en una cafetería hablando de su amor no correspondido por mí. Bien, espero que esto no acabe como el rosario de la aurora. Fiat está a todas luces incómodo con la situación y yo no estoy mejor, pero al fin y al cabo, de alguna manera hay que tratar este asunto, pronto empezaremos a trabajar en la misma empresa y prefiero que el ambiente sea el mejor posible.
-Bien, ya estamos todos, así que será mejor ir al grano – empieza Zee.
-Muy bien, ¿por qué estoy aquí? – pregunta Fiat.
-Porque hay algunas cosas que tienes que oír, necesitamos aclarar algunos puntos contigo – le contesta Zee.
-Vale, ya lo he cogido, Saint es tu marido y yo debo mantenerme lo más lejos posible de su persona. Creo que ya pedí perdón por eso, así que no sé a qué viene todo esto – le responde Fiat cortante.
-No es eso lo que venimos a decirte, ¿puedes por favor escucharme un momento? – le pido.
-Si no es eso, ¿qué es? – me pregunta algo confundido.
-Fiat, tú y yo no empezamos con buen pie, pero sé que podemos llegar a ser buenos compañeros de trabajo. Eres un buen abogado y una buena persona, solo cometiste un error de cálculo, nada más – le explico.
-Nada de lo que pasó es culpa tuya, tú no abandonaste a Saint, hiciste todo lo que te pidió y lo hiciste bien, me llamaste y ahora Saint está conmigo sano y salvo. Debes dejar de atormentarte con ese tema y seguir adelante – le dice mi marido.
-¿Quién dice que estoy atormentado por eso? – le pregunta Fiat a la defensiva.
-Michael Green – le contesta Zee.
-¿Michael?, ¿conoces a Michael? – le pregunta patidifuso.
-Somos algo así como amigos – le explica.
-¿En serio? ¿Todo esto es cosa de Michael? – pregunta sonrojándose un poco.
-No exactamente, también necesitaba aclarar contigo las cosas, vamos a trabajar juntos y quiero que salga bien, es todo – le explico.
-Pero Michael me ha insistido para que hable en su favor – dice Zee en tono de fastidio.
-Ese hombre es incorregible – se ríe Fiat.
-Lo es, y yo no sé cómo decirle que te dé tiempo – le contesta Zee poniendo los ojos en blanco.
-Bueno déjame que yo me encargue de él. Por otro lado gracias por preocuparos de mí y espero que de verdad podamos trabajar juntos, creo que hacemos un buen equipo y podremos ayudar a muchas personas – nos dice algo más animado.
-Yo también lo creo, por eso es que estamos aquí – le digo con una sonrisa.
Después de diez minutos de charla insustancial nos despedimos de Fiat y mi marido y yo volvemos a casa. Todavía tengo que hablar con Zee acerca de mi hermana, le conté sobre nuestro encuentro el otro día, no se fía de las intenciones de Tania, y no le culpo, toda mi familia es un puñetero desastre. Pero tengo que intentar acercarme a ella, es mi hermana al fin y al cabo.
Mientras Zee conduce de vuelta a casa intento sacar el tema, esperando una mejor reacción por su parte.
-Zee, mi hermana quiere conocerte – le suelto.
-No sé Saint, me parece muy extraña su repentina aparición – me dice negando con la cabeza.
-Estará solo esta semana en el país, después debe volver a su trabajo, no te pido que la ames, solo que le des una oportunidad, por mí – le pido.
Zee me mira un momento y parece estar sopesando sus opciones, entonces asiente en mi dirección.
-Hagamos una pequeña cena el viernes, le diré a mis padres y Gulf y Mew que vengan, pero si descubro que hay algo raro en torno a ella la saco de nuestras vidas de un plumazo. No voy a permitir que nadie vuelva a dañarte Saint, no ahora que empiezas a recuperarte de verdad – me pone sus condiciones y es lógico.
-Está bien, gracias por darle el beneficio de la duda. Y Zee – le digo.
-Umm.
-Te amo cariño, muchísimo.
-Y yo a ti mi ángel – me responde con una de sus sonrisas de un millón de dólares.
ZEE
He decidido conocer a la hermana de Saint, lo he hecho por él, no me fio de las intenciones de esa mujer. Su misteriosa reaparición después de tantos años me parece sospechosa, y prefiero mantenerme cauteloso con este tema de momento. Le he pedido a Preecha que la investigue un poco para ver si encuentra alguna cosa rara en su vida.
Mi madre está acabando de preparar su famoso asado, yo estoy acabando de poner la mesa y Saint atiende a Mew y Gulf que están sentados en el jardín. Mi padre ha ido a comprar una botella de vino con la que acompañar la cena, ya que según él, ninguna de las que tenemos en casa es válida para la carne de cerdo. Ya está casi todo listo cuando tocan a la puerta. Saint va a abrir y yo me uno a él para recibir a nuestros invitados.
Saint coge mi mano y yo se la aprieto en señal de apoyo. Abro la puerta y en el umbral me encuentro a la viva imagen de la madre de Saint. He visto infinidad de fotos de ella y no me extraña que mi marido pensara que estaba viendo un fantasma. Acompañando a mi cuñada viene un hombre alto y moreno y un chico de unos doce años.
-Bienvenidos a nuestra casa, soy Zee el marido de Saint – me presento mientras me aparto para que puedan pasar.
-Hola Zee, encantada de conocerte soy Tania y este es mi marido Scott y su hijo Sean – me contesta ofreciéndome su mano.
-Encantado de conoceros – les digo a todos.
-Por favor pasad, comeremos en el jardín aprovechando el buen tiempo – le dice mi marido, como siempre el mejor anfitrión.
Los hacemos pasar al jardín y Tania elogia nuestra casa con una sonrisa. Su marido parece agradable, me entrega una caja que contiene algunos dulces para el postre que yo agradezco mientras los dejo en la cocina.
-Este es mi hermano Gulf y mi cuñado Mew – les presento a la familia de Saint.
-Encantado de conocerlos – les dice mi hermano apretando las manos de todos.
Estamos sentados en la mesa cuando llega mi padre de sus compras de última hora y mi madre aparece desde la cocina avisando de que la cena está terminada.
Hechas las presentaciones oportunas nos sentamos a cenar. El ambiente parece relajado, pero mi padre está a la defensiva y mi madre no deja de lanzar miradas escrutadoras a Tania.
-¿A qué te dedicas Tania? – pregunta mi madre.
-Trabajo como coordinadora de desarrollo en una empresa tecnológica, estudié ingeniería de telecomunicaciones y la electrónica es lo mío – le explica.
-Parece algo muy interesante – le dice amablemente.
-A mí me encanta mi trabajo, a veces pienso que he tenido mucha suerte – le explica.
-¿Por qué no has tratado de contactar con tu hermano antes? – pregunta Mew seriamente.
-Mew – le reprende Saint, pero es algo que todos nos preguntamos.
-Es una pregunta válida Saint, cuando llegaste a Bangkok vivías en la calle y apenas tenías para comer, pero tenías una hermana que estudiaba en la mejor universidad de Estados Unidos – le espeta.
-Mew por favor, no es el momento – le pide mi marido.
-Tiene razón Saint, tienen derecho a saberlo. Veo que de verdad estas personas son tu familia, tal como me contaste. Te quieren y te protegen como debe ser en una verdadera familia.
Mi padre me mandó a Estados Unidos cuando murió mi madre. Saint tenía diecisiete años, a punto de cumplir los dieciocho, yo tenía dieciséis era una cría y no entendía por qué quería mandarme lejos. Cuando me enteré de que Saint no vivía en casa, hablé con mi padre, le pedí que te buscara, que no dejara que te fueras así sin más. Pero mi padre no quería dar su brazo a torcer y nunca me dijo dónde te habías ido. Le dije que si no te buscaba yo dejaría de hablarle y él me dijo que si no quería ser su hija entonces dejaría de mandarme dinero, que tendría que vivir por mi cuenta. Y así fue, me cortó toda financiación y yo obtuve una beca y varios trabajos para poder terminar la carrera. Esos años fueron duros y yo no tenía medios para volver al país o como enterarme dónde estabas. Me prometí a mí misma que cuando pudiera volvería a casa y te buscaría y eso hice – nos resume.
-Puedo asegurar que venir a buscar a su hermano es todo lo que deseaba. Desde que la conozco no ha tenido otra meta y cuando el abogado de su padre la llamó, no se lo pensó y nos metió a todos en un avión – nos dice su marido.
-Sé que no será fácil recuperar nuestra antigua relación, pero quiero intentarlo, te he echado de menos Saint, nunca me olvidé de ti – le dice y parece realmente sincera.
-La decisión es de Saint, pero quiero que sepas que nosotros somos su familia ahora y lo protegeremos en todo momento – dice mi padre para que quede claro ese punto en concreto.
-Estoy muy agradecida de que mi hermano haya encontrado gente tan maravillosa en su vida, me daba miedo pensar como pudiese encontrarse, tenía miedo de que estuviese solo y triste, pero veo que nada más lejos de la realidad – nos dice con una sonrisa.
Después de las aclaraciones, el ambiente se volvió mucho más relajado e incluso puedo decir que ha sido una cena estupenda.
Una vez despedimos a todos nuestros invitados, me meto en la cama a esperar a Saint. Mi marido se acuesta a mi lado enterrando su bonita cara en mi cuello y rodeando mi cintura con su brazo. Cálido, acogedor y tan íntimo que un escalofrío recorre mi espina dorsal, es fantástico.
-Gracias por esta fabulosa noche, creo que ahora está todo en su sitio, me siento completo – me dice Saint dejando un suave beso sobre mi cuello.
-Me alegro de que seas feliz mi ángel, eso es todo lo que deseo para ti – le digo abrazándolo un poco más fuerte.
-Te amo Zee – me dice acomodándose para dormir.
-Y yo a ti mi ángel – le respondo dejando caer mi cabeza sobre la almohada.
Poco a poco el sueño me va atrapando, mientras pienso en el viaje que tengo programado a partir de mañana, un viaje que será inolvidable para los dos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top