Capítulo 33

SAINT

La primera parte del juicio se ha saldado con muchos años de condena a todos los acusados, incluido el primer ministro. Mi padre no ha dejado de hablar con el fiscal buscando una rebaja de los cargos que se le imputan, eso le ha dado herramientas a mis compañeros para acabar de enterrarlos a todos. Ha pedido hablar conmigo, no sé si pueda verlo y no arruinar la tranquilidad que he conseguido estos días. En cuanto se lo he comentado a Zee se ha puesto tenso y no ha podido evitar soltar un gruñido desaprobatorio. Sé que está asustado por mí, pero creo que tengo que hacer dos últimas visitas antes de mi fabuloso viaje de desconexión. Es algo que debo hacer para cerrar el círculo, para acabar definitivamente con mi pasado y empezar a crear mi futuro con Zee y el resto de mi verdadera familia.

Por eso he concertado una cita con mi entrenador y con mi padre en la cárcel del condado, hoy hablaré con el que fue mi entrenador y el culpable de mis peores pesadillas, además de la razón por la que Mild dejó este mundo. Llevo conmigo la carta que me escribió antes de morir, quiero que la lea, quiero que sienta el dolor y el miedo que Mild sintió, y espero que esas palabras lo persigan el resto de su vida.

Zee ha insistido en acompañarme, le he dicho que no era necesario, pero ahora que estoy frente al hombre que arruinó mi vida le doy gracias al cielo de que mi marido sujete mi mano bajo la mesa.

-Supongo que tendrás algo que decirme – me dice sin apartar sus ojos de mí.

Miro al hombre que se sienta frente a mí esperando al monstruo que ha protagonizado mis pesadillas pero solo veo a un hombre derrotado, con los ojos inyectados en sangre y un ralo pelo canoso. Nada queda del imponente deportista y entrenador del pasado. Me regocijo con la idea de que la vida le está haciendo pagar todo lo que nos hizo, y el dolor que infringió después de eso.

-Realmente yo no tengo nada que decirle, pero Mild me escribió esta carta antes de morir- le digo dejando el sobre en la mesa frente a él.

-Aunque sería más exacto decir antes de que se quitara la vida por lo que usted nos hizo. Espero que obtenga el castigo que merece, no solo porque se pasará lo que resta de su vida encerrado, sino porque su conciencia no lo deje vivir en paz jamás. Tengo que reconocer que pensaba que volver a verlo abriría en mí viejas heridas, pero ahora que lo veo solo siento pena por el destino que se ha forjado. Mientras usted estará encerrado siendo la zorra de cualquier recluso que se entere a que se dedicaba en su tiempo libre, yo estaré disfrutando de la vida por la que tanto he luchado, con gente que me ama – y sin más me levanto de la silla para tomar la mano de mi marido y dejar atrás todo el dolor de mi pasado.

Lo he hecho, he hecho justicia, he hablado por Mild, le he gritado al mundo nuestro dolor y el mundo ha escuchado mi plegaria imponiendo la pena máxima a todos y cada uno de los acusados, no puedo pedir nada más.

Mi padre ha vuelto a pedirme que vaya a verlo, pero he decidido anular mi cita y aceptar la cruda realidad, para mí ha muerto. Desde el momento que me dejó a mi suerte con la intención de que muriera él perdió el derecho a llamarme hijo suyo.

El padre de Zee me ha visitado hoy, no sé si por petición de mi marido o porque está preocupado por mí.

Le sirvo una cerveza y nos sentamos en el jardín trasero a disfrutar de la preciosa tarde de este día de Mayo. El calor del día deja paso a una brisa fresca que hace ideal un tiempo al aire libre.

-Me encanta la primavera, es como un despertar majestuoso – me dice.

-¿Despertar? – le pregunto.

-Sí, el invierno deja un paraje desolado y abotargado que solo la primavera puede despertar, es como un nuevo comienzo. La naturaleza explota con toda su belleza después de un largo periodo inactiva – me explica.

-Ya veo, está poético hoy padre – le respondo.

-Es como yo lo veo, también se aplica a la vida de una persona. Saint tú eres el ejemplo perfecto de un nuevo despertar. Tu vida hasta ahora se ha constituido de invierno y quizá en alguna ocasión de otoño, pero has luchado sin desfallecer y es hora de que por fin llegue la primavera a ella – me explica.

-A mí también me gusta la primavera, pero es difícil dejar atrás ciertas costumbres – le digo.

-Lo sé, es difícil creer que te mereces tener una primavera, pero créeme cuando te digo que nadie lo merece más que tú. Soy algo mayor Saint, y he visto muchas cosas, algunas que incluso  hubiera deseado no ver jamás, pero nunca he visto una determinación tan grande como la tuya. Te has arrastrado por un camino fangoso y has llegado al otro lado reluciente, es algo fuera de lo común.

Sé que muchas veces te he dicho que eres para mí como un hijo, y creerás que es algo que se dice para que te sientas a gusto con nuestra familia, más por Zee que porque sea verdad. Pero no es el caso, he podido ver qué clase de hombre eres, te he respetado como persona, me he sentido orgulloso de tus logros y triste con tus fracasos. A veces no he podido dormir pensando en que algo malo podría pasarte y eso es lo que uno siente por sus hijos. Así que, aunque no tengas mi sangre, a todos los efectos que realmente importan eres mi hijo, uno que nunca creí desear y del que me siento realmente orgulloso – me dice con toda la tranquilidad que le aporta su carácter sosegado.

No sé qué decir, el nudo de mi garganta me impide contestarle a su declaración. Siento que el pesar de no haber tenido nunca un padre de verdad se compensa por el amor incondicional que este hombre me da. Sin saber muy bien cómo me acerco a él y lo abrazo con fuerza, y me siento parte de algo realmente importante, algo más grande que yo.

-Gracias padre, realmente es un honor considerarme su hijo – balbuceo como puedo.

-Zee me ha dicho que tienen preparado un viaje – me dice carraspeando y cambiando de tema.

-Sí, queremos pasar unos días en la cabaña que Mew tiene en la montaña. Estamos esperando que Gulf se recupere un poco más – le explico.

-Creo que es una buena idea, reconectar y recargar pilas es algo que se merecen los dos – me dice con una sonrisa.

-Realmente amo a su hijo, no sé que hubiese sido de mí sin él.

-El sentimiento es mutuo, nunca había visto a mi hijo tan feliz. Incluso en sus peores momentos podía ver el amor tan grande que ustedes se tienen, ¿eso lo sabes, verdad? – me pregunta.

-Lo sé, tenemos mucha suerte supongo – le respondo.

-La suerte no ha tenido nada que ver aquí, han luchado y se han comprendido, eso es lo que hace una verdadera relación – me dice muy convencido.

Seguimos charlando mientras bebemos cerveza, el padre de Zee me cuenta historias de cómo le escribía cartas a su mujer cuando estaba lejos, una cada día, sin faltar uno. Para él era como si con esas cartas mantenía el contacto con ella, para no desfallecer hasta volver a encontrarse. Es hermosa la adoración con la que habla de ella, espero que nosotros seamos así después de tantos años juntos. Su lucha y su amor serán mi inspiración para los años venideros.

ZEE

Este viaje debe ser perfecto, quiero que mi ángel recupere fuerzas y vuelva a ser la persona brillante y divertida que ha sido siempre. He quedado con Mew y Gulf en la cafetería del centro comercial. Quiero que todo sea una sorpresa para Saint, así que le he pedido a mi padre que lo visite, y así de paso hable un rato con mi marido, creo que puede hacerle bien una figura paterna decente.

Llego algo tarde a mi cita y mi hermano y su novio ya están sentados delante de un café con hielo.

-Siento el retraso, una complicación con el trabajo de última hora – me excuso.

-No pasa nada, solo llevamos aquí diez minutos y no es que me queje de la compañía – me dice Mew con un guiño.

Gulf parece bastante recuperado, bastante más tranquilo, y eso es un gran alivio para mí.

-Bien, ¿entonces qué tienes pensado hermanito? – me pregunta Gulf.

-Quiero llevar a Saint a la cabaña que tienes en la montaña, un poco de naturaleza y desconexión es lo que le hace falta, a los dos en realidad – les explico mirando sobre todo a Mew, al fin y al cabo es su propiedad.

-Eso es una gran idea, hablaré con los señores que se encargan de ella y les diré que la preparen para ustedes. ¿Alguna petición en particular? – me pregunta con una mirada socarrona.

-¿Petición? – le pregunto, no sé si quiero saber a qué se refiere.

-Sí, cadenas, látigos o postes para colgar a Saint – me aclara mi hermano con una risita.

-¿Perdona? – le pregunto con estupefacción.

-¿Prefieres que sea Saint quién te cuelgue a ti? – me pregunta sorprendido Gulf.

-Gulf, deja de meterte con tu hermano, le va a dar un pasmo, tiene pinta de tradicional – le dice Mew riéndose de mí.

-Ten cuidado Zee, porque Saint es un hombre que ha visto muchas cosas, no vaya a aburrirse de ti – me espeta Gulf sin pudor alguno.

-Son tal para cual, prefiero dejar mis preferencias sexuales para mi marido, gracias por preocuparse tanto – les digo irónicamente.

-Bien, entonces te voy a advertir que no entren en la habitación que hay al fondo del pasillo, el resto de la casa es toda suya para que la exploren sin pudor. Hay una piscina en la parte trasera y un lago en el extremo norte de la propiedad. Los guardas te explicarán todo cuando lleguen, el resto del tiempo estarán solos – me explica Mew y no sé por qué tengo unas ganas locas de saber que hay en esa habitación.

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