Capítulo 3
ZEE
La mañana me pilla despierto mirando el cuerpo perfecto de Saint, llevamos una semana en Barcelona y he disfrutado cada momento, la cara de Saint es como la de un niño que descubre cosas nuevas. Yo he tenido la oportunidad de estar en esta ciudad en otras ocasiones como parte de mi trabajo en Kan Security, pero esta vez he podido disfrutarla como si no la hubiese visto antes, a través de los ojos de Saint.
Soy tan feliz en este momento, puedo acariciar su piel cuando quiera, besar sus labios o hacerle el amor porque este ser maravilloso es mi marido. Joder, lo he conseguido, he podido hacerlo totalmente mío y creo que no he hecho algo mejor en mi vida.
Aparto el pelo de su cara para poder verlo mejor, Saint ha dejado su cabello un poco más largo de lo normal y es perfecto para agarrarlo mientras lo empotro contra la pared, y el fogonazo de nuestro encuentro de anoche me atraviesa como una bala.
-¿Qué piensa esa cabecita tuya?- me dice todavía algo dormido.
-Recordando nuestro encuentro de anoche y deseando que se vuelva a repetir- le contesto.
-Umm, eso me gusta, creo que me apunto- me dice mientras tira de mí para que su cuerpo quede debajo del mío.
Su piel es tan suave que nunca me cansaré de tocarla, paso mis manos por sus costados hasta sus caderas y un escalofrío recorre mi cuerpo. Saint entierra su cabeza en mi cuello y aspira suavemente, esa costumbre suya es tan íntima que me duele el corazón.
-¿Qué voy a hacer contigo?- le digo con mi frente sobre la suya.
-¿Quererme?- me responde con una sonrisa.
-Eso es inevitable, estás metido en mi piel a fuego Saint, nunca dejaré de amarte y eso es algo que quiero que tengas muy claro, pase lo que pase piensa que yo te amo sin condiciones- le digo.
-Yo también lo hago, y siempre lo haré- me dice y sella su promesa con un beso arrollador.
Todavía no ha salido del todo el sol y yo solo quiero enterrarme en su cuerpo y no salir de esta acogedora cama en todo el día.
SAINT
Llegamos a Bangkok después de nuestra luna de miel, que ha sido fabulosa, agotados pero alegres de haber vuelto a casa. He echado de menos nuestra cama, nuestra cocina, nuestro lugar, en definitiva nuestro hogar. Ahora estamos casados y aunque ese hecho simplemente nos ha unido de forma legal, algo más ha cambiado en nuestra relación. Zee está eufórico, como si el estar casado le diera una seguridad que antes no tenía. Para mí es un paso natural, voy a estar con él el resto de mi vida, así que es lógico casarnos.
Acabo de colocar nuestro equipaje y decido preparar algo para cenar mientras Zee hace un par de llamadas de trabajo que tenía pendientes. A mí me quedan un par de días libres y volveré a la locura del bufete, pero mi marido se incorpora mañana mismo.
Entro en mi adorada cocina y empiezo a preparar los ingredientes para una cena sencilla de pollo salteado y arroz. Estoy cortando las verduras cuando mi teléfono suena encima de la mesa de la cocina. Miro la pantalla y veo que es Earth el que me llama, descuelgo y saludo a mi amigo.
-Hola guapo, ¿cómo estás?- le pregunto.
-Hola Saint, estoy bien, ¿qué tal tu viaje?- me pregunta.
-Muy bien, Barcelona es impresionante y el hotel era precioso, muchas gracias cariño ha sido un regalo fantástico, dale las gracias a Kao también- le digo agradecido de tener unos amigos tan maravillosos.
-Me alegro mucho que te haya gustado, nada es suficiente para mi hermano- me dice con cariño.
-¿Qué tal Gun?, ¿sigue bien en sus clases?- le pregunto.
-Muy bien, sigue empeñado en ser abogado como su tío Saint- me dice.
-Chico listo, será un gran abogado- me río un poco.
-Será lo que quiera ser, de eso no tengo duda. Kao sigue enfurruñado porque Off le ha dicho que se ha enamorado de Gun, ya sabes cómo es – me dice riéndose él también.
-Hay que reconocer que ese chaval los tiene bien puestos, no todo el mundo se atrevería a decirle eso a tu marido- le digo.
-Sí, ese chico es obstinado, pero de verdad se preocupa por Gun y le ha hecho mucho bien conocerlo, así que de momento me tocará lidiar con las dos partes para que la sangre no llegue al río- me contesta resignado.
-¿Cuándo saldremos a dar una vuelta solos tú y yo?- le pregunto.
-Eso sería genial, podríamos ir al club el fin de semana, como en los viejos tiempos- me dice alegremente.
-Pero estamos casados, así que no será como exactamente como en los viejos tiempos- bromeo.
-Bailaremos, beberemos y lo pasaremos genial, sin lo de ligar y follar en los baños- me dice burlándose de mí.
-Eso está hecho, hablamos durante la semana y lo organizamos, cuídate cariño- le digo colgando la llamada.
ZEE
Acabo de hacer unas llamadas de trabajo e inmediatamente me llama Gulf, no lo he visto desde la boda.
-¿Qué tal hermanito?- le pregunto.
-Hola Zee, por aquí todo bien, ¿qué tal la luna de miel?- me pregunta.
-Genial, ha ido genial, Barcelona es una ciudad preciosa y Saint lo ha disfrutado mucho- le respondo.
-Y tú has disfrutado de Saint, lo supongo por el tono de tonta felicidad de tu voz- me suelta el muy cretino.
-¿Me llamas para meterte conmigo o para algo en concreto?- le digo un poquito cansado de sus bromas.
-Te llamaba para decirte que Mew me ha pedido que viva con él y yo voy a aceptar- me dice.
-¿Quién parece el tonto feliz ahora?- me burlo a gusto.
-Zee, ya sabes que papá todavía no aprueba a lo que se dedica Mew, necesito que me ayudes- me pide poniéndose serio.
-Sabes que puedes contar con mi apoyo y el de Saint, mi marido conoce bien a Mew y podrá convencer a papá que es un buen hombre- le digo.
-Gracias por siempre apoyarme a pesar de que soy un imbécil contigo la mitad del tiempo- me dice.
-Eres mi hermano, así es como debe ser. ¿Sabes dónde vas a vivir?, ¿vas a dejar el ático?- le pregunto, ya que nos ha alquilado el ático durante el último año, aunque Saint le dijo que no era necesario Gulf no quiso quedarse sin pagar cuando se enteró que mi marido había rechazado varias buenas ofertas por el piso.
-Esa es otra cosa, Mew y yo queremos hacerle una oferta por el ático a Saint si todavía está interesado en venderlo- me dice.
-Se lo comentaré y te digo algo, pero seguro que no tendrá ningún problema en vendértelo- le contesto.
-Nos vemos en domingo en casa para la el cumpleaños de mamá- me dice.
-Nos vemos el domingo- le digo y cuelgo la llamada.
Mi hermano va en serio con Mew, he de confesar que no apostaba por ellos, Gulf tiene un temperamento bastante fuerte y Mew ya no es un crío buscando un rollo, pero parece que han encontrado un punto medio donde los dos están a gusto y me alegro mucho por ellos.
El olor de algo delicioso me hace buscar a mi marido en la cocina y como la persona perfecta para mí me espera en la mesa con una copa de vino blanco y una preciosa sonrisa pintada en su cara, saboreo esta sencilla felicidad de compartir con él una cena normal en nuestro hogar.
-Huele maravillosamente por aquí, por fin en casa, me encanta viajar pero soy feliz volviendo a casa- le digo sentándome en la silla frente a la suya.
Saint se levanta, me besa dulcemente dejándome con el corazón a mil por hora y sirve la cena en los platos, adoro mi puñetera vida.
-El viernes saldré con Earth un rato, como en los viejos tiempos- me informa.
-Noche de amigos, ¿al club?- le pregunto probando el delicioso pollo que ha preparado.
-Sí, baile y bebida, nada de ligues ni folleteos en el baño- me dice guiñándome un ojo.
-Me alegra saber que nada de folleteos- le respondo.
-Me parece que Earth necesita un pequeño descanso de su agitada vida familiar- le explico.
-Será genial, tenéis que poneros al día, el viernes tengo trabajo hasta tarde, así que si quieres los puedo recoger en el club cuando acaben, así no tendrán que coger un taxi tan tarde- me ofrezco.
-Sería genial no tener que preocuparnos de eso, eres el mejor- me contesta.
-El domingo es el cumpleaños de mi madre, quiere que vayamos a comer- le digo.
-Claro, ya tengo su regalo, lo compré en Barcelona- me dice, es muy previsor y detallista y me he ahorrado un par de broncas por despistarme de las fechas importantes, no sé si lo he dicho pero Saint es el hombre perfecto para mí.
-Por cierto ha llamado Gulf, Mew y él quieren vivir juntos y necesitan que le echemos una mano con papá, ya sabes que está un poco reacio con su relación- le cuento.
-No te preocupes, tu padre es un hombre justo y muy comprensivo, lo acabará aceptando- me dice muy seguro de eso.
-Quieren comprarnos el ático, el domingo nos harán una oferta, ¿todavía quieres venderlo?- le pregunto, ahora mismo no necesitamos ese dinero y sé que ese apartamento es especial para él.
-Vendérselo a Gulf será como casi no venderlo, ¿no te parece?, creo que es una buena idea- me dice con una sonrisa, parece que esperaba que esto sucediera.
-Muy bien, entonces el domingo cerraremos ese trato, ahora mismo quiero terminar de cenar esto tan rico que has preparado y ducharme con mi marido- le propongo.
-Es la mejor idea que oído en mucho tiempo- me responde con una malévola sonrisa en sus bonitos labios. Esa sonrisa que me hace mil promesas pone a mi cuerpo en acción, jamás podré cansarme de esto que compartimos.
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