Capítulo 9
SAINT
Hemos trabajado toda la semana en el caso de la Sra. Campen, estoy agotado. Hoy es viernes y Zee llega esta noche a casa. Ha sido la semana más larga de mi vida, me cuesta mucho dormir sin él, esta noche seré suyo toda la noche. Me excito con solo pensar en sus brazos a mí alrededor y su preciosa polla en mi interior. Aparto estos pensamientos de mi mente y decido salir a comer algo, Ty está ocupado en el juzgado, no quiero comer solo. Decido ir a mi apartamento a ver si Gulf quiere venir conmigo, estoy muy cerca puedo ir dando un paseo.
Cuando llego saludo a Henry y él me devuelve el saludo, subo al ascensor y pulso el piso 16. Toco la puerta varias veces sin obtener respuesta, supongo que Gulf estará en el hospital. Ya que estoy aquí recogeré algunos libros de derecho que quiero revisar para el caso que estamos llevando. Marco el código de la puerta y entro en el apartamento. Está todo en silencio por lo que me aproximo al salón a coger los libros, cuando al pasar por la puerta del dormitorio lo que veo me deja en shock. Gulf está desnudo sobre Mew mientras lo cabalga fuertemente.
Quiero que la tierra me trague pero me quedo ahí plantado, viendo como mis dos amigos hacen el amor. Intento salir sin que me oigan, pero tropiezo con la maldita consola del pasillo de salida.
Maldigo bajo y recojo el puñado de revistas que he tirado. Gulf sale del dormitorio solo con una toalla atada a su cintura y se queda de piedra al verme. Detrás de él está Mew vestido con su ropa interior.
-Hola Saint- me saludo tan fresco.
Gulf lo atraviesa con una mirada asesina y él se encoge de hombros.
-Ya nos ha pillado Gulf, ¿Qué más da?- le dice tranquilamente.
Yo observo esta escena con los ojos muy abiertos y de repente me entra la risa tonta, no puedo dejar de reírme, la cara de Gulf es un poema y Mew se ríe conmigo hasta que los dos estamos llorando.
-Siento mucho haberos arruinado el polvo, venía a invitarte a comer he tocado muchas veces, pensé que estabas en el hospital y por eso entré- le explico a Gulf.
-Es tu casa Saint, no tienes que darme explicaciones- me dice Gulf muy avergonzado.
-Esta es tu casa mientras vivas aquí y no quería invadir tu privacidad, lo siento- le respondo.
-Bueno yo no me pienso disculpar, lo estaba pasando tan bien que no he escuchado ni el timbre- dice Mew descaradamente.
Me vuelve a entrar la risa tonta y esta vez Gulf también se une a la fiesta, ahí estamos los tres partidos de la risa sin poder parar.
Cuando nos calmamos los invito a comer al restaurante de sushi del barrio, ellos se visten y me acompañan. Pasamos un almuerzo estupendo y yo vuelvo a mi trabajo. Gulf tiene el día libre así que supongo que ellos volverán a retomar lo que yo interrumpí.
La tarde se pasa volando mientras comparo algunas notas e investigaciones con Ty, ya son casi las 20.00 h. y Zee llegará pronto a casa. Quiero estar ahí cuando llegue así que le digo a Ty que me voy a casa y salgo del despacho.
Ty me sigue al exterior y me alcanza en la puerta del edificio, me rodea la cintura con una mano y me invita a una copa en el bar donde suelen reunirse todos.
Yo le aparto la mano con brusquedad y lo miro directamente.
-Ty entre tú y yo jamás habrá nada más que una relación laboral- le suelto.
-No te cierres Saint, podríamos pasarlo bien, ¿Por qué esa negativa?- me pregunta jugando conmigo.
-Porque él ya tiene pareja- oigo una familiar voz profunda detrás de mí.
Zee está en la acera observando toda la escena apoyado en su impresionante moto. Va con una chaqueta de cuero y pantalones vaqueros ajustados, es un dios que hace parecer a Ty un hombre insignificante.
Se acerca hasta mí y me abraza con fuerza y yo le devuelvo el abrazo igualmente necesitado de él.
-Te he echado de menos mi ángel- me dice ignorando a Ty.
-Yo más a ti amor- le digo y le planto un beso.
-Como ya tienes toda la información a partir de ahora deberías ser más profesional y no intentar nada con tus subordinados. Respeta a mi novio, porque si no tú yo tendremos algo más que palabras- le suelta con una voz suave pero que pone los pelos de punta.
-Hasta el lunes Ty, que pases un buen fin de semana- le digo formalmente.
Zee coge mi mano y me ayuda a subir a la moto, me pongo el casco y salimos disparados dejando a Ty con cara de asombro en la acera.
Para cuando llegamos a casa ya estoy totalmente excitado, la velocidad, la ropa de Zee, como ha puesto a Ty en su sitio, todo junto me ha puesto a cien.
Entramos en el salón y Zee no enciende las luces , solo prende las velas que están sobre el aparador de la sala.
Cierra la puerta y me mira fijamente, no sé qué está pensando, tiene una cara muy rara. Por primera vez estoy un poco nervioso por su reacción.
ZEE
-Te he echado tanto de menos, he recorrido en moto casi 200 km para ir a buscarte al trabajo. Tenía que verte lo antes posible. Ahora te tengo aquí para mí, tan cerca que puedo tocarte. Odio a ese imbécil con el que trabajas, se ha atrevido a ponerte las manos encima. Yo no he podido tocarte en una semana y él se atreve a pensar siquiera en ello. Tiene suerte que tengo un autocontrol admirable, de lo contrario estaría a dos metros bajo tierra.
No me pienso reprimir, quiero ser irracional quiero tener celos y quiero ser posesivo contigo.
-De rodillas Saint- le ordeno con mi voz más autoritaria, y él obedece inmediatamente. Dios, me podría correr solo con verlo ahí con su cara levemente iluminada por las velas, sus labios rosas un poco abiertos para regular su respiración a la altura de mi bragueta.
Acaricio su cara y paso mis dedos por su boca. Él se lame los labios y me mira desde abajo con su preciosa cara buscando mis ojos.
Tengo que controlarme para no darle la vuelta y follármelo ahí mismo. Quiero que esto dure, llevo una semana deseándolo.
Me quito la camisa lentamente y veo como sus ojos se oscurecen por el deseo, me desabrocho el cinturón y bajo mis pantalones por mis piernas y de una patada los mando lejos.
-Abre la boca Saint- vuelvo a ordenarle.
Él lo hace inmediatamente, es tan perfecto que no me extraña nada que otros hombres deseen lo que es mío.
Saco mi polla del bóxer, está tan dura que me duele y la meto en su boca. Es la sensación más maravillosa del mundo, Saint usa su lengua y la chupa de arriba abajo, podría morir ahora mismo y no me importaría.
-¿Puedo tocarte?- me susurra desde abajo.
Lo levanto del suelo y le quito la ropa poco a poco, deleitándome con su cuerpo. Adoro sus ojos, son directos y limpios me dicen todo lo que mi ángel siente por mí y yo me derrito.
-Cuando quieras tocarme, hazlo Saint, soy todo tuyo, siempre quiero que me toques, necesito que lo hagas- le digo antes de besarlo profundamente.
-Zee, fóllame por favor, necesito tenerte ya dentro de mí- me suplica con desesperación.
-Muy bien mi ángel, serás mío toda la noche, sé que es tóxico e irracional pero déjame que esta noche te demuestre a quién perteneces para que todo el mundo sepa que has decidido ser mío- le respondo.
Cojo a Saint en mis brazos y lo llevo al dormitorio, lo pongo sobre la cama y empiezo a besarlo y morderlo por todo su cuerpo, todo lo que he sentido esta semana se derrama sobre él. Cuando he visto a ese baboso tocarlo he querido vomitar, mierda me ha faltado poco para pegarle un puñetazo en esa cara de presumido. Pero ahora Saint es mío todo mío, lo oigo gemir y pedirme más, yo se lo doy todo, todo lo que soy, todo lo que tengo es definitivamente suyo.
Cuando entro en él creo que me va explotar el corazón, me abraza con fuerza y me dice que lo que tenemos es para siempre, que es todo mío, que jamás me abandonará y yo le creo. Todo eso que me dice yo también lo siento, jamás podrán con nuestro amor.
Saint se corre gritando que me ama y yo exploto en su interior besándolo sin parar
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