Capítulo 24
ZEE
Saint me ha citado en las oficinas de Mew para hablarme del asunto de mi juicio que se celebrará pasado mañana. No sé a qué viene tanto secretismo, me está poniendo nervioso, lleva días con una actitud muy rara.
Llego a las oficinas y subo las escaleras hasta la sala de reuniones, allí me esperan ya Saint y Mew junto con Kao, Max, Tul y Sammy. No veo a mi abogada, ahora sí que esto no me gusta nada.
-¿Qué está pasando aquí exactamente?- pregunto a todos y a nadie a la vez.
-Cariño por favor escucha todo lo que voy a decirte hasta el final, después te puedes enfadar- me dice Saint.
-Saint me estás asustando, por favor dime qué carajo está pasando- le respondo intentando calmar mi tono de voz.
-El otro día fui a ver a Lhong a la cárcel- me dice, yo voy a abrir la boca, pero me para con un gesto de la mano y yo cierro el pico.
-Descubrí que lo que le hace estar tan seguro de que puede probar que abusaste de tu poder para detenerlo es que grabó todo lo que pasó en esa habitación- sigue relatándome, estoy totalmente perdido, si existe ese video se verá perfectamente que lo golpeé hasta dejarlo inconsciente.
-Ese video estaba en el disco duro del grabador que había en el lugar donde me retuvo, cuando los técnicos revisaron toda la escena del crimen lo requisaron, estaba en la lista de cosas que se llevaron del lugar. Nim ha pedido ver esa prueba a la policía y le han dicho que se ha extraviado y que no está en el almacén de pruebas donde debería estar.
Sammy ha revisado las cámaras de seguridad del almacén de la policía y ha descubierto esto- me dice y reproduce unas imágenes en el proyector de la sala. En ellas se ve a Joss hablando con el guardia de turno, en un momento dado el guardia le da lago y Joss le pasa un sobre.
-Nim ha pasado este video a asuntos internos y ellos han arrestado al guardia que ha confesado que le vendió a Joss el disco duro por dinero.
También hemos sabido que Joss se ha puesto en contacto con el abogado de Lhong en varias ocasiones, por lo que creemos que ha mantenido conversaciones con Lhong a través de él.
Ahora tenemos un plan para recuperar ese disco duro pero necesitamos tu ayuda- acaba de decirme y yo estoy en shock, ¿cuándo han hecho todo este trabajo?
-¿Y qué puedo hacer yo para ayudar?- es lo único que ahora mismo puedo decir.
-Tienes que llamar a Joss y hacer que salga de su casa, invítalo a comer o algo por el estilo, necesitamos encontrar el disco y yo necesito al menos 20 minutos para hacerle una pequeña edición y poder dejarlo otra vez en su sitio sin que nadie se entere- me resume Sammy con una risita en su cara.
-¿Tengo que ser la distracción?, se me notará mucho que lo quiero estrangular hasta que deje de respirar- les digo con los puños apretados sobre mis piernas.
Saint se arrodilla frente a mí y hace que le mire a los ojos.
-Zee amor, lo harás bien, esto saldrá como lo hemos planeado y podremos seguir con nuestras vidas. Después del juicio iremos a la playa solos tú y yo, sin móviles, sin distracciones, una semana entera.
-Eso es una promesa Saint Suppapong- le digo mientras le doy un beso en los labios.
-Bien entonces en marcha tortolitos, que me estáis dando arcadas- nos espeta Max y sale de la sala.
SAINT
Zee ha quedado con Joss esta noche para cenar, se me revuelve todo cuando lo pienso.
-Saint, me voy ya, los chicos están preparados cuando esté todo listo te avisarán- me dice saliendo del baño vestido con un traje negro y un jersey de cuello alto.
Abro los ojos como platos, no eso sí que no, está perfecto para ir a cenar con ese maldito bastardo de mierda. La bilis se me atraganta y estoy a punto vomitar.
-¿Estás bien amor?- me pregunta.
-¿Qué si estoy bien?, ni de puta coña vas a ir así a cenar con ese, ese bastardo- estoy tartamudeando de la rabia que siento.
Nunca me he considerado un hombre celoso, supongo que nunca he tenido algo que me de miedo perder de verdad. Pero ver a Zee tan guapo y sexy y saber que no es para mí revuelve al hombre de las cavernas que llevo dentro.
-Cariño no es que me arregle para él, es que se notaría mucho que fuera de otra manera a una cena y no quiero fallar en esta misión- me dice un poco sorprendido con mi reacción.
Respiro profundo e intento calmarme, ahora mismo mataría a alguien. Solo puedo pensar que mañana todo habrá acabado y podremos seguir con nuestras vidas.
-Está bien pero cuando vuelvas quemarás esa ropa, no quiero verla más en esta casa- le espeto y vuelvo a sentarme en el sofá.
-Lo que mi precioso ángel quiera- me dice acercándose y dándome un beso en los labios.
-Te quiero Zee, por favor ten cuidado- le digo sin querer que se vaya a ninguna parte, maldita vida que no nos deja ser felices.
-Yo también te quiero, no olvides tu promesa de tú, yo y la playa- me dice sonriente.
-Jamás- le digo y lo dejo marchar.
ZEE
Llego pronto a mi cita con Joss, pido una cerveza mientras espero que llegue. Los chicos están fuera de su casa esperando que salga a mi encuentro.
Suena el tono de mensaje de mi móvil, es Max me escribe que Joss ha salido de su casa y viene hacia mí. Esto debe salir bien, mi juicio es mañana y después de eso nos iremos una semana de este infierno de ciudad, ya lo estoy desando.
En 15 minutos tengo a Joss sentado frente a mí en la mesa. Me parece que le ha extrañado mi invitación y está un poco tenso. Le doy conversación intentando hacer que se relaje, tiene que estar conmigo al menos una hora.
-Me ha extrañado tu llamada, después de nuestro último encuentro- me dice.
-Joss, creo que me excedí en cómo te traté y esta es mi forma de pedirte disculpas- le digo intentando parecer sincero. Debería haberle partido el brazo pienso para mí.
-La verdad que he extrañado hacer estas cosas contigo, una cena tranquila y un paseo después quizás- me sugiere con un brillo en sus ojos.
-Empecemos por cenar, lo del paseo ya vamos viendo- le respondo con una sonrisa.
-Hoy estas especialmente guapo, no me acordaba de lo bien que te sientan los cuellos de cisne- me halaga.
-Sé que te gustaban como me quedaban por eso lo he elegido- le digo aguantando las ganas de salir corriendo de este maldito restaurante.
Si Saint me escuchara me mataría al instante, además pienso tirar esta ropa en cuanto llegue a casa esta noche y ese pensamiento me hace sonreír. Joss también me sonríe, piensa que mi felicidad es por él, me encanta lo iluso que es, así le dolerá más cuando sepa la verdad, maldito traidor.
Pedimos la cena y Joss saca anécdotas del pasado y me habla de su nuevo proyecto en Somalia. Yo le sigo el juego por más de una hora, entonces me pide que demos un paseo por el parque central como solíamos hacer hace años. Max todavía no ha dado señales de vida y no puedo hacer otra cosa que acceder.
Joss pide la cuenta y yo me pongo la chaqueta, dejo que pague la cuenta en cierta forma me lo debe el muy cabrón.
Salimos del restaurante camino al parque, tenemos 10 minutos de caminata hasta allí más lo que pueda retenerlo con nuestro paseo. Le mando un mensaje a Max para que se den prisa.
Cuando llegamos al extremo sur del parque Joss se envalentona y quiere coger mi mano. Yo me aparto un poco y le digo que no somos pareja, y sabe que odio ir de mano por la calle.
Él me pone cara de ofendido pero acepta apartarse para caminar.
Hablamos de nuestros viejos paseos por este parque y como han cambiado algunas cosas en estos años separados. De repente se para y me dice que si han cambiado tanto o todavía hay alguna posibilidad para nosotros.
¡Dios voy a partirle la cara! y Max sigue sin avisarme para que pueda acabar con esta maldita cita.
-Joss ya te dije que lo nuestro se terminó hace mucho tiempo, ahora estoy con Saint y necesito que lo nuestro salga bien- le respondo con la máxima sinceridad que puedo.
-Pero ese niño con aspiraciones no es lo suficiente bueno para ti Zee, te mereces algo mejor- se atreve a decirme.
-¿Alguien mejor?, ¿alguien cómo tú?- le pregunto con sorna.
-He cambiado Zee, ahora sé que lo que teníamos era especial y lo estropeé todo, dame una oportunidad para demostrártelo- me dice acercándose a mi cara.
Lo paro antes que se acerque más y le contesto usando todo el autocontrol que me queda que me deje pensarlo un tiempo.
Se le ilumina la cara y yo quiero vomitar, entonces siento vibrar mi móvil en el bolsillo del pantalón, espero que sea Max.
-Joss podrías comprarme una botella de agua por favor- le pido y me siento en el banco más próximo fingiendo que estoy cansado.
-Claro, espera un segundo aquí- me dice y sale disparado hacia el Seven Eleven de la esquina.
Miro rápidamente el mensaje que me ha llegado y es Max informándome que ya está todo terminado y que ha salido bien.
Un suspiro sale de mi garganta y veo a Joss venir hacia mí con una botella de agua en la mano y una sonrisa en la cara. Solo me queda deshacerme de su compañía y correr a casa junto a mi ángel, me hace falta tanto abrazarlo como respirar.
Un día, sólo un día más y toda esta pesadilla acabará.
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