Capítulo 20
ZEE
Por fin se ha ido todo el mundo, mis padres y Gulf son los últimos en despedirse. Mis padres se quedaran unos días en el ático y Gulf ha decidido pasar esos días con Mew. La relación de mi hermano con mi padre va mejor, pero muchos días metidos en la misma casa no es buena idea de momento.
Saint está sentado en el jardín disfrutando de la preciosa noche que hace. Me tomo un rato para observarlo desde la puerta. Su cuerpo está a contraluz y hace que se vea etéreo como un ángel, mi ángel. Su piel es maravillosa, sus labios sensuales y su cuerpo perfecto.
Pero Saint es mucho más que todo eso. Su fortaleza interior es admirable, a pesar de todo no duda en ayudar a otros cuando lo necesitan, es la persona menos egoísta que conozco. Es muy inteligente y perspicaz, cuando algo le preocupa se pasa la mano por su pelo desde la nuca hacia delante. Ese tic me enamora, incluso su manía de morderse las uñas y de dejar sus zapatos en cualquier lado es tan Saint que no me puedo enfadar.
Quiero tener a Saint conmigo siempre, todos esos atributos que tiene me enamoran cada día más.
Sé que algún día será un gran abogado, ha nacido para ello y su pasión es inspiradora. Quiero todo eso para él, quiero que sea feliz y que se sienta completo.
Con estos pensamientos en mi mente me acerco a él, le abrazo por detrás y beso su precioso pelo. Su aroma es maravilloso podría distinguirlo entre un millón de olores, es embriagador.
-Hola precioso, gracias por este increíble día, tengo una suerte tremenda de tenerte en mi vida- me dice dándome un beso.
-Espero que no lo olvides, tienes suerte de tenerme, sabes que he estado muy solicitado pero me he decidido por ti- bromeo.
-Presumido- me espeta y se da la vuelta fingiendo enfado.
-No te enfades mi ángel, hoy es tu día especial y tú mandas- le recuerdo.
-Así es Zee Pruk, yo ordeno y tú obedeces- me dice mientras me mira pícaramente.
-¿Qué tienes en mente mi pequeño ángel pervertido?- le pregunto.
-Ponte esto y confía en mí- me pide enseñándome la venda que le puse para su regalo sorpresa.
-Está bien, confío en ti- le digo y él me pone la venda en los ojos.
Me guía al dormitorio por lo que puedo intuir. Ahora que no puedo ver intento saber que pasa a través del oído y del tacto.
-Espera aquí no te muevas- me dice mientras deja un beso en mi mejilla.
Espero un rato que se me hace interminable, cuando de repente siento la piel de Saint rozando mi mano.
Intento llegar hasta él y cuando lo hago exploro con mis manos su cuerpo, está desnudo completamente desnudo. Siento como arde su piel, está muy caliente y huele a aceite de rosas. No sé cómo no me he dado cuenta de esos detalles antes. Supongo que la vista de Saint desnudo anula mis otros sentidos, pero ahora que no puedo verlo me asaltan mil sensaciones nuevas.
Mi ángel me desnuda lentamente sin quitarme la venda, me lleva a la cama y me tumba bocabajo en ella. Siento algo frio que recorre mi espalda, huele a rosas, parece ser aceite de masaje. Saint se sube en mi espalda y empieza a frotar el aceite por mi cuerpo.
Primero mis hombros, lentamente, cariñosamente. El aceite se calienta por la temperatura de sus manos, es tan relajante que se me escapa un gemido.
De fondo oigo una música instrumental que no conozco, Saint ha puesto música para esta sesión de masaje. Sigo alucinando con las cosas que no capto cuando tengo los ojos abiertos, sé que no es la primera vez que hacemos el amor con música, pero nunca me había dado cuenta de lo estimulante que es.
Saint sigue su masaje a través de mi espalda baja y mis nalgas. Se detiene más de la cuenta en este lugar, pero finalmente baja por mis piernas hasta los tobillos y los pies. Se suponía que hoy era su día pero el premio lo estoy recibiendo yo.
Cuando ha terminado me da la vuelta, sin decir nada solo me ayuda con sus brazos a girarme en la cama.
Ahora su cuerpo está sobre mi entrepierna y mi erección no tarda en hacerse presente, pero Saint la ignora y empieza su masaje por mi pecho. Se entretiene en esta zona, sé que le pone mucho mis pectorales y mis brazos y hoy está disfrutándolos al máximo.
Baja por mi abdomen y se centra en mi dura erección, es todo tan caliente y las sensaciones están tan a flor de piel, es como si nunca me hubiese dado cuenta lo que su tacto genera en mi ser.
Mete sus manos debajo de mi trasero y juega con mi entrada, el aceite caliente de sus manos penetra en mí y me hace arder por dentro. Mete un dedo y un escalofrío se adueña de mi cuerpo. Dos dedos y el placer va a acabar conmigo. Su ritmo suave y acompasado me vuelve loco, curva sus dedos y toca ese punto en mí que me hace estremecer.
Si estoy al borde del orgasmo con sus dedos, no sé qué pasará cuando Saint tenga su polla dentro de mí. Me revuelvo por la anticipación, necesito que me folle ya.
Mi pequeño ángel coge mi mano y la pone en su dura erección, es caliente y fuerte, me encanta.
Hace que gire la cabeza hacia un lado y me abre la boca con sus dedos, yo obedezco sin chistar. Seguidamente mete su polla en mi boca y deja escapar un gemido que a mí me suena a gloria. Es genial está privación de la vista, todo se magnifica de una manera increíble.
Sigue follando mi boca intensamente y yo voy a explotar de un momento a otro. Saint se da cuenta, saca su polla húmeda de mi saliva y se posiciona entre mis piernas. Me muerde los muslos y sin ningún aviso me empala de una sola estocada.
Todo se vuelve caliente, resbaladizo y sensual. El olor, el ruido de nuestros cuerpos chocando, la música de fondo, el tacto de la piel de Saint rozando la mía es más de lo que he sentido jamás. Saint gime ruidosamente, lo está disfrutando y yo también.
No nos hemos dicho palabra alguna, solo hemos expresado nuestros deseos con nuestro cuerpo y es tan estimulante que no aguantaré mucho más.
Parece que Saint tampoco, su cuerpo tiembla y sus movimientos se vuelven erráticos, cuando de repente oigo salir de su garganta un gruñido bajo y siento su semen entrando en mí. Saint me quita la venda y mis ojos se enfocan en su preciosa cara sonrojada por el orgasmo y eso me lleva al límite me corro manchando nuestros cuerpos y es el orgasmo más intenso de mi vida.
Intento recuperar el aliento y Saint hace lo mismo apoyado en mi pecho. Se hace a un lado y me mira con dulzura.
-¡Dios mío Saint, ha sido brutal!- le digo con la voz entrecortada.
-Sí, lo ha sido, eres lo más sensual que he visto en mi vida- me responde igualmente derrotado.
-No quiero moverme de aquí los próximos 3 días- le digo con mis ojos cerrándose de cansancio.
-Lo que quieras amor, soy todo tuyo- me responde mientras cierra los ojos y se queda dormido.
SAINT
Estos últimos días han sido estupendos, nos hemos dedicado mucho tiempo a nosotros mismos, lo necesitábamos. En unos días empezaré mi trabajo en Panam y Asociados, trabajaré en familiar con Ty, estoy muy contento con poder seguir trabajando con él.
Es sábado y Zee quería salir a correr un rato. Está empeñado en ganarme, pero ya le he dicho que soy un atleta nato y que eso es imposible. Pero él no ceja en su empeño, el que la sigue la consigue, me dice siempre, adoro a mi hombre testarudo.
Cuando llegamos a casa después de nuestro recorrido un mensajero está en nuestra puerta.
-¿Saint Suppapong?- me pregunta el mensajero.
-Sí, soy yo –le respondo.
-Una notificación del juzgado, firme aquí por favor- me dice mientras me indica un recuadro en su PDA. Le firmo la entrega y voy a entrar en casa cuando el chico vuelve a hablar.
-Zee Pruk vive aquí también ¿verdad?- pregunta.
-Sí, yo soy Zee Pruk- le dice mi novio.
-Esta citación del mismo juzgado es para usted, firme aquí- le cuenta.
Zee recoge la citación con cara de incredulidad y entramos en casa.
Abro la notificación y leo atentamente su contenido.
-El juicio contra Lhong es en dos semanas- le cuento a Zee que parece no oírme mientras lee su notificación con cara de estupefacción.
-Ese hijo de puta me ha denunciado por abuso de autoridad, alega que use una fuerza innecesaria para arrestarlo- me cuenta con la rabia reflejada en sus ojos.
-¿Qué cómo se atreve el muy malnacido?- salto lleno de ira.
Leo atentamente los cargos a los que se enfrenta Zee y quiero matar a alguien, tenemos que llamar a Nim, ella nos dirá qué abogado es el mejor para defender a Zee y aplastar a Lhong de una vez por todas.
-No te preocupes mi amor, lo arreglaremos, ese bastardo no podrá con nosotros- le digo mientras le doy un abrazo.
Tengo que arreglar esto Zee está en esta situación por mi causa y no consentiré que lo castiguen de ningún modo, por encima de mi cádaver.
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