Capítulo 3.

No sé porque, pero muy en el fondo me agradó la idea de ir juntos a dar un recorrido. Pero por mucho que lo quisiera, no podía... Bueno, no es exactamente que no pueda, solo que a decir verdad, me da mucha pereza hacerlo.

-¿Eleanor...?- Gael mencionó mi nombre, lo cual ocasionó que yo saliera de mis pensamientos.

-Con todo lo que te aíslas con tus pensamientos, hasta pareces de otro mundo- dijo para soltar una pequeña risa gruesa y burlona al final de la oración.

Solo diré que hasta a mí me quemó Astrid con su mirada, mientras intentaba corregir a Gael. Yo solo me reí internamente porque su expresión cambió repentinamente a una seriedad completa.

-Gracias por la invitación, pero... no puedo, al menos no por hoy- Dije haciendo un ademán con las manos para calmar la situación.

Él se limitó a hacer una expresión de confusión, lo cual hizo que yo prosiguiera.

-Perdón pero debo ir a buscar a mi mamá, para mí, la familia es primero, no sé si para ti también, espero que me comprendas y nuevamente reitero mis disculpas. Dije mirando a Gael y a Astrid.

Gael ladeó su cabeza en símbolo de comprensión ante mis palabras.

-Si quieres, le puedo pedir el favor al conductor que te lleve a buscar a Mells – dijo para después hacer una pequeña pausa- irías en carruaje y déjame decirte que es muchísimo mejor que caminar.

¿Mells? ¿En serio le tenía ese diminutivo a mi madre?, bueno, también en el hecho de que me iría con un completo desconocido a buscar a mi madre. Pero tampoco haría un escándalo de la situación, hacía lo mismo cuando me transportaba en taxi.

-El conductor es de mi entera confianza- Mencionó Gael.

Si lo reflexionamos, sería mucho mejor ir en carruaje a ir caminando sin rumbo alguno, en un lugar totalmente desconocido para mí.

Yo y mi falta de conocimiento.

-Bueno, me parece bien- Respondí con una sonrisa de labios cerrados- Pero solo si me aseguran que es de su entera confianza... y con el ASEGURAN me refiero también a Astrid.

Dije mirándolos a los dos, y a decir verdad, no había notado el gran parecido entre ellos.

-Eleanor, te aseguro que es una excelente persona.

Dijo la chica que me cayó muy bien desde el inicio, enseñando su dedo pulgar con una sonrisa.

Yo le guiñé mi ojo derecho, me despedí de aquella chica y como acto seguido caminé con Gael hasta la salida del palacio. En la cual había un carruaje color blanco, con detalles dorados y unos caballos de paso fino increíbles.

-Nos vemos, Lower- Dijo Gael con una mano en el bolsillo de su pantalón y con la otra despidiéndose.

Ya en el lugar, estando acompañada por mi madre, estuve dispuesta a hablar con ella.

Mami, te puedo hacer una pregunta?- consulté puesto a que no quería generar un ambiente incómodo con ella.

-De hecho, ya estás haciendo una.- soltó una pequeña risa- Pero claro que sí, amor.

-Tú conoces a un chico llamado Gael... ¿White? Creo que se apellida Waite, no estoy segura- pregunté con cara de confusión.

-¿Cómo por qué la pregunta?- Me respondió ella con cara de picardía. –Ella sabe cosas, tal parece que sabe más de lo que creí-

-Pues es simple curiosidad- respondí con tranquilidad, pues al fin y al cabo lo que decía era cierto- Bueno, de hecho hoy lo conocí y me pareció poco prudente preguntarle demás sobre su vida personal Y privada.

Dije resaltando la letra Y mientras dibujaba círculos en mi pierna con mi dedo índice.

-Bueno, siendo este el caso, si te puedo contar unas cuantas cosas... Pero eso si señorita Lower, ni creas que te voy a contar todo lo que sé acerca de él. Yo no soy teléfono roto de nadie- aclaró ella, y me hizo recordar las veces que me ayudó a convencer a mi papá para que fuésemos al cine o a otras actividades familiares.

Yo solo le sonreí y luego di una leve carcajada por el modo en el cual estaba actuando ella, parecía una niña chiquita. Ahí me di cuenta de cuanto la extrañé, de cuanto la necesitaba en mi vida.

-Gael es el futuro rey de Warilc, por lo tanto actualmente es el príncipe de aquí.

Me respondió mi madre haciendo que yo abriera los ojos como platos.

¡Dime algo que no sepa!

-Dime que estás bromeando- dije con cara angustiosa y brindando una leve sonrisa, que terminó pareciendo una mueca.

-Estoy bromeando- Me respondió ella

-¿¡En serio!? – dije con entusiasmo.

-No, pero tú me pediste que te lo dijera- Me dijo ella con un tono despreocupado y alzando sus hombros.

-Y tú cómo lo sabes mamá?

-Porque soy vidente y veo el futuro- Dijo ella con cara seria, lo cual me sorprendió.

-De verdad?- le pregunté emocionada y haciendo énfasis en la a.

-NOOO, Eleanor, para tener diecisiete años, sigues careciendo un poco de sentido común! Vivo aquí hace cinco años, es imposible que no supiera quién es ese chico.

-Casi diecisiete.

Y ahí recordé cuando Astrid me contó una parte del pasado de mi madre, sabía perfectamente que no vivía aquí hace tan solo cinco años y eso generaba impotencia en mí, ¿por qué no solo decirme la verdad? , por qué no solo...

Hasta que escuché la dulce voz de mi madre.

Bueno continuemos señorita, Gael es el primo favorito de Astrid, supongo que ya lo sabes- Yo le saqué el dedo pulgar- Bien, se quieren como hermanos. Ustedes se conocieron desde bebés, pero se despidieron el día de tu cumpleaños número 3.

A pesar de que intento recordar ese día, no puedo, no lo logro.

Algo extraordinario -al menos para mí lo es- es que mi madre confirmara lo anteriormente mencionado por los chicos.

Yo sí nací aquí.

Pasaron las horas en compañía de mi madre. Me platicó un poco más sobre Gael. Y según los comentarios de mi madre, él es un buen chico.

Aunque a mi me cae mal.

Pero aún así, debía tomarme el tiempo de conocerlo por mí misma.

Porque de las personas, solo conocemos lo que ellas quieren que veamos y conozcamos de ellas.

Ese día, conocí un poco más de mi madre, a pesar de que la mayoría de cosas habían sido mencionadas anteriormente por Astrid, era reconfortante escucharlas salir de su boca sin necesidad de forzarla para hablar –porque de igual forma no haría eso para que hablara- Era muy hermoso saber que la vida me daba una segunda oportunidad con mi madre, para disfrutarla, aunque fuera por un tiempo indefinido, al menos para mí lo era.

Ese día mi madre y yo estábamos en camino para visitar a Astrid.

Por primera vez estaba en el carruaje de mi madre, el cual era muy hermoso pero en comparación con el de Gael, era menos detallado, pues era color Beige, con asientos blancos y ruedas plateadas unos asientos espectacularmente cómodos de hecho y unos cojines rosas.

Yo me fui con la ropa que mi madre me regaló, exactamente unos vaqueros azules, una camisa manga larga color vino tinto, una correa blanca y unos tenis con una diminuta flor bordada.

Warilc era un lugar maravilloso no solo por su magia, sino también por las personas que lo habitaban, pues eran muy amables y también empáticas, lo cual me hacía sentir muy cómoda.

Ya habíamos llegado al castillo y me di cuenta que era demasiado hermoso para ser verdad, tenía flores hermosas, Gardenias, y para más exactitud son de mis favoritas. Un pasto recién cortado, era muy notorio por su olor, los arboles tenían color vivo, casi verde y naranja fluorescentes, también habían unas cuantas hadas, muy hermosas por cierto y habían muchas mariposas de colores hermosos, rojas, rosadas, moradas, verdes con amarillo, blancas con negro entre muchas otras con mayor variedad en sus colores.

El castillo en sí es muy hermoso, está hecho a base de piedra, tiene techo azul, algunas torres, muchas ventanas y es muy detallado hasta en el más mínimo aspecto.

Y por estar chismoseando, bueno, cambiemos el chismoseando por mirando, suena más decente. No me había percatado de las miradas que tenía encima, la de mi madre y también la de Astrid.

Sentí el calor subir por mis mejillas, pues ellas me miraban de una manera algo... ¿peculiar?, creo que esa palabra describe su mirada porque en realidad me miraban como si fuera un bicho raro.

-¿Qué? Solo miraba...- Dije rodando los ojos al cielo.

-Noo, si no nos dices, no nos damos cuenta. Dijo Astrid subiendo sus hombros como si no supiera de que estaba hablando.

La ironía era más que obvia en el tono de voz –Ya entendí porque me cae bien esta chica- Eso ocasionó que mi madre soltara una carcajada a todo pulmón y terminara tapando sus labios con su mano.

Yo por decencia bajé mi mirada al suelo, Era eso o voltear los ojos.

En el Jardín entablamos una conversación agradable las tres, ellas me contaban aspectos normales de Warilc, normales para ellas porque para mí son extraordinarios, ¿¡ en qué mente cabe que existan tres personas capaces de sanarse a sí mismas, heridas graves con la mente!? Sí, en la de los habitantes de Warilc. Pero no por su imaginación, sino por pruebas, hechos que han sido históricos.

Después de un rato, Astrid nos invitó a pasar, y la verdad agradecí internamente porque ya me estaban dando ganas de ir al baño. Cuando entré al castillo, educadamente le pedí permiso a Astrid para ir al baño, y por ser tan distraída, pedí permiso pero no una ubicación en un castillo gigante. Bien hecho Eleanor.

Luego de pasar por casi 10 pasillos sin conseguir un baño o por lo menos, una persona que me guíe a eso súmenle que yo estaba casi por mojar en mis pantalones como si tuviera 4 años, me choqué con alguien.

Al alzar la mirada, me encontré con la mirada de Gael.

-¿Estás bien?- preguntamos al tiempo.

Que cliché, mencioné internamente. A pesar de que no tengo algo en contra de las cosas o situaciones cliché, no me gustan, yo prefiero un poco más lo extraordinario.

-Estoy perfecta, al menos no estoy en el piso- respondí siendo amigable- Oye, perdón la indiscreción, pero ¿me podrías decir dónde queda el baño?- Dije con los ojos abiertos como platos.

O iba YA al baño, o pasaría una de las peores vergüenzas de mi vida.

A pesar de que Waite luchó por disimular su sonrisa, era notoria, se notaba que estaba sonriendo. Pero yo sigo sin entender el ¿por qué se rie? ¿Qué acaso él nunca iba al baño o qué?.

-Bueno, entonces me vas a indicar donde hay un baño o no?-Dije cruzándome de brazos.

-Si, que amargada eres Ell. Pero sí, en el pasillo anterior a la derecha, es la puerta número 2 y tiene la B de Baño. Dijo él indicándome con sus manos el camino y cuando mencionó la palabra baño, chocó su dedo con su cabeza.

Que indirecta más directa para decirme estúpida. Jaja, pobre idiota.

Yo giré mi cabeza para atrás y volví a verlo con una mirada confusa e indignada y mi boca formando una perfecta O.

-Y cómo es posible que yo no la haya visto? Respondí con las manos en la cintura y ceño fruncido.

-Tal vez porque parece que vivieras en el aire? En serio Eleanor, deberías poner más cuidado por donde vas.

-Bueno, aunque esta conversación está divertida- Respondí de manera irónica- Si me disculpas debo ir al baño. Dije para girarme y salir corriendo.

-NO CORRAS EN LOS PASILLOS- Gritó Gael.

-PERDÓN ABUELA- respondí yo, mientras escuchaba la risa de Gael.

Después de eso, fui a la sala, -me volví a perder otra vez, pero si nadie me vio, entonces tampoco pasó- fui directamente a la sala porque sabía que mi madre y Astrid estarían ahí, pero me llevé una pequeña sorpresa al ver al chico de ojos verdes sentado al lado de ellas.

Mi madre notó mi presencia y me invitó a sentarme al lado de ella.

Al estar sentada, Astrid empezó a generar preguntas hacia mi persona sobre como vivía anteriormente.

-Pues mi vida era ordinaria como cualquier otra, estudié danza por dos años y medio. Al igual que sé un poco de artes marciales gracias a mi padre. Asisto o bueno, asistía a una escuela secundaria en Ontario, allí hasta los 18 años tienes educación obligatoria. De ahí quería o mejor dicho, quiero ir a la universidad pero aún no decido una carrera, y ya, mi vida era un poco ordinaria y predecible respecto a tiempos, a total diferencia de la de ustedes- dije mirando a Gael y a Astrid.

Astrid me mira con cara de decepción, lo cual tomé como lastima hacia mí, cuando en realidad no era así.

-Ojalá nuestra vida hubiese sido así de cotidiana como lo es la tuya- hizo una pequeña pausa para después seguir- Nuestra vida está basada en las responsabilidades, igual a la de muchos en realidad, pero era un poco difícil.

- y lo sigue siendo- dijo ella en un susurro casi inaudible.

Que cada minuto te recuerden la responsabilidad tan grande que te espera cuando crezcas, el hecho de vivir pensando en el futuro, a tal punto de dejar de vivir el presente y simplemente dejar pasar los días.

Eso es muy real, tan real que hace que me compadezca por ellos.

-Eleanor, no nos tengas lastima-Dijo esta vez Gael- Odio que sientan lastima por mí. Oh en este caso, por nosotros.

Dato curioso sobre aquel chico.

-Y según tú, ¿por qué les tengo lástima?

- Si tuviera un espejo aquí mismo, te enseñaría tu cara, y dejarías de refutar lo que digo.

Y aquí esto yo, luchando por no mostrar una sonrisa, ¿cómo se atrevía a decirme refunfuñona? Fastidioso.

El resto de la tarde la pasamos platicando, mis aportes no eran muchos puesto a que no me sentía muy conforme estando allí.

También tuve la oportunidad de descubrir que los atardeceres aquí, son demasiado hermosos, el de esta tarde, hizo que el cielo se tiñera de color celeste, un poco morado, rosado, con un color amarillo, casi dorado y pequeñas estrellas titilando repetidamente.

Otro día, otro comienzo.

Ese era mi lema desde hace poco más de un año. También sabía que yo era la única con el poder de decidir si sería una buena, o mal historia.

-Ell, quieres venir conmigo? –Preguntó mi madre.

-Sip. Respondí haciendo un ademan de felicidad.

Tiempo después nos encontramos en una cafetería mi madre y yo.

De hecho es muy hermosa pero la llegué a imaginar un poco más... ¿Extraordinaria? Como si cafés apareciendo repentinamente en tu mesa fuera de lo más común en Ontario, me respondió mi subconsciente.

Pero sí, a decir verdad ese café ha sido el más delicioso que eh tomado en toda mi vida de hecho, creo que me declararé fan de esa cafetería.

En este momento, me encuentro en el palacio con un vestido largo y una chaqueta blanca, el vestido es de tiras, y cuenta con un pequeño corte en V. Es color verde esmeralda, se ajusta muy bien mi cuerpo, y yo lo acompañé con una media cola, de la cual sale mi cabello suelto y un poco enredado por el viento.

Y tengo un par de tacones bajos color blanco.

Astrid me invitó al palacio. Según ella para conocer personas nuevas que se supone y son de mi edad o unos pocos años mayores.

La verdad estoy nerviosa y ansiosa. Lo sé porque no puedo parar de mover mi pierna derecha –maldita ansiedad- Soy tímida y a veces un poco asocial, pero no considero que lo asocial sea mi culpa, pues me da miedo no encajar con los demás, antes lo intentaba pero eso terminaba saliendo de lo peor, así que prefiero decirme a mí misma que soy extraordinaria y lo extraordinario no siempre encaja donde tú quieres que lo haga.

Pero con las personas que he tenido la oportunidad de entablar conversaciones, han sido muy gentiles, claro no todas porque nunca se podrá tener feliz a todas las personas. Pero si la mayoría.

Giré mi mirada hacia la parte derecha –en la cual está ubicada la puerta- y veo una sombra masculina la cual es un poco alta acercándose a la puerta.

-Señorita Lower. Mencionó una voz.

Abrí mis ojos como platos y los entrecerré un poco, también crucé mis piernas –siempre hay que causar una buena impresión, sea quien sea- es irónico que yo piense eso.

-Señorita Lower se encuentra ahí?- Dijo una voz masculina.

-Si, aquí estoy.

En ese momento, se asomó un señor en el marco de la puerta y la verdad, no me había fijado en su físico. Era lindo, debe tener alrededor de 33 o 34 años, cabello rubio, contrastando sus ojos marrones, alto y de tez blanca o casi amarilla, cuenta con una excelente vestimenta. Supongo que es porque trabaja en el palacio y deben mantener una excelente imagen.

-Me necesita alguien o algo por el estilo?- dije yo en un tono de amabilidad. Acompañado de una sonrisa.

-Si señorita -Dijo el señor- Mi nombre es Rayan Tarawnis, El príncipe y la Princesa la quieren presentar ante algunos de sus amigos y amigas. El príncipe Waite me pidió que la llevara, mencionó que de no ser así usted se podría perder a lo largo del trayecto.

¿Tan desubicada me cree? Pero sí, tiene razón el idio... AHHH me da impotencia no poder referirme a él como lo que es, un tonto por no decir la otra referencia. Al fin y al cabo es el futuro gobernante en Warilc.

Yo asentí con mi cabeza en símbolo de aceptación y emprendimos un camino Ryan y yo hacia... no sé hacia donde íbamos con exactitud pero era en el castillo.

En el trayecto de pasillo a pasillo y de salón a salón, entablamos una conversación Ryan y yo, resultó ser una buena persona, tiene un hijo de 8 años que es muy extrovertido según él. Básicamente hablamos de Piero -el nombre de su hijo- a lo largo del camino, no lo conozco y ya me cae bien el niño. También me ofreció disculpas por el incidente, resulta que me enredé con una alfombra y por poco me caigo, así que Ryan me tuvo que tomar de la mano para que yo no terminara besando el piso.

Cuando eché un vistazo al frente, me encontré con una hermosa puerta grande con diseños dorados, supongo que son en oro. Ryan tocó la puerta, y al abrirla me anunciaron a mí.

-Con todos los presentes, la señorita Eleanor Lower proveniente de Ontario, Canadá.

Yo caminé derecho e hice una reverencia ante todos los presentes de la sala. Para ser amigos de los chicos y que anunciaran así a mi persona, debían ser algunos príncipes y princesas, o bien podían ser algunos habitantes de Warilc.

Pasadas alrededor de dos horas de plática amena y juegos con los invitados de los chicos. Hice muchos amigos, acerté con mi pensamiento porque había única y exclusivamente personas pertenecientes a familias reales o adineradas. Entre mi nuevo círculo de conocidos, se destacan Malia, una chica de cabello negro con ondas y piel pálida, ella tenía dieciséis años como yo, un cuerpo muy hermoso, era bajita, contaba con alrededor de 1.57 cm de altura, una personalidad encantadora y se puede destacar su amor por la lectura, específicamente por los libros de Harry Potter por los cuales tuvo que hacer las tareas de su hermano mayor por dos meses con tal de que viajara a mi mundo y consiguiera la saga completa. Lo bueno es que no tuvo que hacer mucho, porque la mayoría lo hizo con encantamientos y así le rindió el tiempo, también me prometió que me iba a enseñar algunos.

Un 20 de 10 para Malia.

Está Edan, un chico cerrado de personalidad, era lindo físicamente, piel morena, ojos marrones, porte elegante, él media alrededor de 1.75. Después de un tiempo socializó con nosotros y se notó que es el inteligente del grupo. Me cayó muy bien y según él, nos llevaríamos muy bien.

Elysian me pareció muy divertida, supongo que es la chica cómica del grupo porque tiene unas ocurrencias muy divertidas y extraordinarias. Ella tenía el cabello castaño oscuro y liso, piel morena, ojos grises, era de mediana estatura, pues media casi 1.65 según ella.

Tenía gafas delgadas y negras pero vivía acomplejada por ellas, el tonto bonito de Gael le decía 'cuatro ojos' con un amigo así, para que enemigos. No era el tipo de chica Skinny pero tampoco era gordita. Tenía un cuerpo precioso desde mi punto de vista.

También está Marvin, un chico de 17 años, piel amarilla, cabello riso, cejas pobladas, media 1.63 o 1.65, él tiene algo así como un debate interno entre ser el callado y el extrovertido del grupo. Odia la lectura, según él, prefiere las cosas audiovisuales. También dijo que yo era muy linda y todos lo apoyaron, todos menos Gael, que lo fulminó con la mirada.

No entendí el 'por qué' pero aún así lo hizo.

Me hablaron sobre un bosque muy hermoso de Warilc y también me prometieron que iríamos allá el día de mi cumpleaños.

Y sí, si yo tenía la oportunidad de llamar a esas increíbles personas... mis nuevos amigos. Entonces estaba totalmente agradecida con la vida por eso.

Nota de la autora.

Primero que todo, perdón por no publicar este capítulo antes, pero en verdad estaba muy ocupada con mis trabajos escolares.

Espero les haya gustado este capítulo, Peluchines.

Recuerden darle la oportunidad a la estrellita, por favor. Siento que se ve más bonita cuando tiene color ;)

Si tengo algún error ortográfico, por favor me lo dicen.  👀✨ 

Me encanta tener la oportunidad de leer sus pensamientos, sentimientos y emoción al leer los capítulos. Miles de gracias por eso. <3

Los amo Peluchines, ¡nos vemos en una próxima ocasión!

Att: Niki Cárdenas. 💖

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