Suspiró por quinta vez en lo que consta de la mañana.

Ya parecía un viejo cascarrabias, refunfuñando a cada segundo porque según el aún su cabello se veía terrible.

Se miró por ultima vez frente al espejo, se giró directo a la puerta aceptando el buen trabajo que hizo mientras se colocaba la capucha de su buzo. La idea era que al menos lo poco que se ve, es decir su fleco, se vea bien.

No puede negar que la posición de sus orejas no fue precisamente comoda desde un principio, pero despues de tanto acudir a ella, le sorprendio que no se cayeran como los senos de una mujer mayor. Por otra parte, algo que lo beneficiaba era la raza a la que pertenecía su madre.

Era bien sabido que los conejos salvajes poseen orejas más pequeñas que los domesticos, y por suerte, la familia maternal pertenecía a esta, haciendo que el trabajo de esconderlas se dificultara un poco menos. Ni siquiera las sentía ahí y se alegraba tremendamente de que su instituto no tuviera politicas contra el uso de capuchas o gorros. Aunque por supuesto, los primeros años se las recogía con una evilla enorme hasta que estás se acostumbraran.

El día de hoy, optó por usar una capucha negra pegada al mismo buzo, ya que era invierno.

Hoy era ese primer día en el que el tenía que aguantar los comentarios de sus nuevos compañeros. "¿Por qué usas capucha dentro de la clase?", "¿Podés ver bien cuando estás todo tapado?", "¡¿Te cortas las venas, sos emo o algo así?!" y tantas otras cosas.

"No, verás, solo tengo dos orejas de rata enorme sobre mi cabeza."  Más de una vez habría querido decir eso, pero su personalidad timida y el hecho de que si traía una nota a su casa lo fajaban, no le dejaba.

Bajó con cuidado las escaleras. Ya no se podía dar el lujo de saltar sobre estas o algo parecido. Sus huesos se volvieron más sensibles, no es como si estoa fueran un pedazo de cristal, pero aún así,lograba adquirír moretones más simple que un joven de su edad.

También la cantidad de carne que debía consumir había disminuído, debía alimentar un estomago roedor y humano. Y lo peor de todo, no tenía ningun superpoder.

Su madre lo recibió con desayuno.
Bla bla

Se despidió de ella y rapidamente tomó su mochila para dirigirse a la preparatoria. Recientemente, por no decir hoy, había comenzado su vida como estudiante de preparatoria. Su mejor amigo y dos años mayor, Jimin, iba a una escuela privada ubicada al limite de la ciudad, mientras que el tendría que asistir a una publica donde el reglamento no decía nada sobre la indumentaria.

Aún así, el mayor solía visitarlo de vez en cuando para jugar videojuegos o simplemente, realizaban charlas por skype los fines de semanas que duraban hasta que se cansaban de cantar frente al monitor.

Al llegar al instituto todo fue bastante normal, como siempre. Una multitud de gente, padres e hijos, estaba acumulada en la puerta, seguramente hablando de lo que hicieron en sus vacaciones y los padres, de alguna estupidez de adultos.

Lo mejor sería evitar charlas incomodas, así que no saludar a nadie era lo mejor. No es como si fuera algún tipo de chico anti social, pero tenía dos grandes razones para no agradarle a la gente e incluso darle asco, otra razón es que bajo esas cositas, se encuentra un chico timido y reservado.

Tardó alrededor de unos 10 minuto en subir las escaleras al tercer y ultimo piso, donde se encontraba su salón. 

"Ante ultimo salón, pobres de a los que le tocán el último."

Las escaleras eran largas, demasiado para un chico que pasaba la mitad de su tiempo durmiendo, y los familiares que despedían a sus hijos tampoco ayudaban a hacer el paseo más fácil.

"Volverán a verlos dentro de unas horas..." y era cierto, tanto escandalo para solo un cierto periodo de tiempo.

El salón estaba relativamente vacío al menos para la ocasión. Un conjunto de chicas en la ultima fila hablando, otros 10 chicos acumulados en una sola esquina y algunos padres que hacían de las suyas y le echaban un ojo a la profesora, recien llegada, que acomodaba su cartera. Encontró un asiento en la esquina más apartada, fue directo a ella. Nadie notó su presencia, eso es bueno.

"Solo espero que el día pase rapido."

Voy a estar corrigiendo errores, así que si ven que se vuelve actualizar, es eso.