Capítulo 20

Al día siguiente...

Ansiosa, solo ansiaba comer mis chocolates preferidos. Para esa altura, los chocolates se habían convertido en un completo antojo para mí.

Joey me sonrió y tierno, acarició mi mejilla.

_ Descuida hermosa. Iré ahora a comprarte esos chocolates que tanto te gustan – moví mimada mi mejilla junto a su suave mano.

_ Pero no te demores tanto por favor mi amor, que Joeycito quiere que le hagas cariño y yo también

_ Oh mi vida

Sostuvo mi rostro con cariño en sus manos y me miró perdidamente enamorado.

_ Tú y nuestro hijo son lo más importante en mi vida. Te amo tanto – le sonreí casi emocionada.

_ Yo también te amo mi Joey

_ Te prometo que volveré lo más rápido que pueda

_ Te amo mi amor

Nos besamos y él me abrazó fuerte.

Miró mi barriga y sonrió con ternura.

_ Volviste a colocarte otro de tus overoles. Te ves tan hermosa y dulce con ellos

_ Es que son muy cómodos. Ya casi no puedo moverme

_ Pero anoche lo hiciste de maravilla hermosa – me sonrió todo sexy y yo le sonreí con rubor, cuando de pronto sentí que el bebe me dio una patada y solté un gemido.

_ ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal amor?

_... Es que se movió. Está pateándome – sonrió y me miró con destellos.

_ A ver amor...

Colocó su mano en mi barriga y me la acarició. Yo le sonreí y mi corazón brincó de alegría.

Me sostuvo con cariño de la cintura y siguió acariciando a nuestro bebe. Yo lo amé perdidamente.

Joey volvió a sonreírme.

_ ¿Lo sientes mi amor?

_ Si

_ Y sigue moviéndose

_ Que grande está este campeón hermosa. Me imagino su rostro, sus manitos. Tenerlo en mis brazos – le sonreí.

_ Va a ser igual a ti

_ Mí amada Margarita

Volvió a abrazarme y nos besamos largamente.

Nos sonreímos perdidamente y él sostuvo mi mentón con cariño.

_ Volveré enseguida hermosa

_ Aquí te estaremos esperando los dos

_ Te amo

_ Y yo a ti

Besó mi frente y salió, en su auto, a comprarme mis tan anhelados chocolates.

Descansando en el sofá, di un suspiro y me acaricié con amor la barriga, puesto que nuestro bebe había vuelto a darme una patadita y yo sonreí.

_ Paciencia mi lindo bebe. Tú padre no tarda en regresar y podremos comer esos deliciosos chocolates que tanto nos gustan – sentí otra patadita y más sonreí – si mi amor

De pronto, sonó el timbre de la puerta...

_ Qué extraño...

Volvió a sonar y yo extrañada, me levanté lenta y con cuidado del sofá y fui a ver de quien se trataba...

Sorprendida, no lo pude creer y casi quedé sin aliento al verla a ella parada en la puerta de nuestra casa. Mi tía Eliana me sonrió.

_ Hola Margarita. Tanto tiempo

_... No es posible ¿Qué hace usted aquí?

_ Venía a hablar contigo, Margarita

_ No, yo no tengo nada que hablar con usted y menos después de lo que intentó hacer ¡Fuera! – me alejé de ella y caminé a tomar mi celular – Llamaré a las autoridades

_ ¡No! Espera hija. No lo hagas por favor – la miré más que nerviosa y solo pensé en Joey.

_ Si he venido hasta aquí es para pedirte perdón...

_ ¿Qué?

_ Así es. Reconozco lo mal y cruel que me porté contigo. Por todo eso, te pido perdón...

_... No lo sé tía... Usted intentó atropellarme...

Desesperada y fingida, tomó mi mano en señal de ruego.

_ Lo sé y por eso te pido que me perdones. Por favor hija. Sé que tú marido me puso una orden de alejamiento y que me demandó por lo que quise hacerte y lo acepto

_...

_ Pero si me voy a ir detenida, al menos quiero irme, pero con tu perdón y el de tu marido por supuesto

_ Tía

_ Luego de esto no volverán a saber de mi sobrina. Te lo prometo. Sé que a estas alturas es muy difícil salvar nuestra unión y que todo fue culpa mía

_...

No sabía qué hacer. Solo pensaba en Joey, en que regresara cuanto antes y queriendo soltarme de su mano, Eliana más me la apretó; miró con una falsa sonrisa mi barriga.

_ Parece que ya muy pronto va a nacer tu hijo sobrina

_... Si

_ ¡Qué suerte! Porque mira lo que le compré...

Sacó de su bolso un tierno oso de felpa, además de una manta para su cuna. Lo que realmente me dejó sin palabras y me emocionó.

_ Oh, pero si son...

_ Son regalos para tu bebe. Espero que les guste...

Los tomé con cariño y pensé en mi bebe con anhelos.

_... Están muy bonitos tía. Muchas gracias. No creí que...

_ Lo sé Margarita. Créeme por favor. Solo quiero hacer las paces contigo. Después de esto, si me perdonas, me iré lejos y no volverán a saber de mí...

_... Está bien. Es muy valiente de su parte venir hasta aquí y reconocer todo lo que hizo

_ Gracias hija, gracias

Sin esperármelo, ella me abrazó y yo me quedé ahí paralizada.

_ Eres una en un millón hija

_...

_ Ahora si me lo permites, podríamos probar juntas como se ve esa linda mantita en la cuna de tu bebe

_... Está bien

_ ¡Genial! Vamos hasta su cuarto

_... Hay que subir las escaleras

_ Tranquila, yo te ayudaré. Es lo menos que puedo hacer, después del gran daño que te causé

_...

Ciega, llevé a mi tía hasta las escaleras y ella atenta, me tomó del brazo y me ayudo a subirlas. Yo, lentamente, caminé junto a ella y la llevé hasta el que era nuestro dormitorio.

Desesperado, la ansiedad se lo estaba comiendo. Justo ese día, la tienda en donde compraba mis chocolates preferidos estaba llena y solo pensando en mí, el corazón le latió fuerte.

<< Oh mi amor >>

<< Aguanta un poco >>

<< Ya muy pronto estaré de vuelta, en la casa, a tu lado y con nuestro hijo >>

<< Espero que estén bien amor mío >>

Corrió al auto con los chocolates y arrancó por la interminable ciudad, solo ansiando vernos a mí y a nuestro bebe...

Coloqué la manta sobre el cubrecama de su cuna y ambas sonreímos.

_ Ves ¡Te lo dije! Era ideal para él

_ Es preciosa tía. Muchas gracias

_ Es lo mínimo que puedo hacer sobrina. Espero de todo corazón que tú y tú hijo sean muy felices

_ Gracias tía

Sin dejar de sonreírme, levantó la muñeca y miró la hora en su reloj.

_ ¡Oh por dios! ¡Si que se me hizo tarde! Debo irme

_ ¿No quieres una taza de té?

_ No hija. Debo arreglar unos asuntos que tengo pendientes, además, tú debes descansar

_ Si, igual estoy un poco agotada

_ Te entiendo, pero ven a dejarme a la puerta, así nos despedimos

_ Tienes razón...

Le sonreí y caminé con ella hasta salir de nuestro dormitorio.

Comenzamos a bajar por las escaleras y yo con dificultad de bajarlas, me sostuve del barandal y ella sonrió.

_ Prométeme que me avisarás cuando nazca mi futuro sobrino

_ Si, en cuanto llegue el momento, Joey y yo le avisaremos

_ Así lo espero...

Dijo y sin contemplación me hizo una zancadilla y me empujó. Yo sin poder sostenerme, di un grito del terror y caí por las escaleras.

Llegué casi sin aliento al suelo y doliéndome mucho, la nariz y labio comenzaron a sangrarme. Se me había roto la fuente.

No pude levantarme y Eliana viéndome tirada, sonrió con regocijo y malicia.

Bajó rápidamente y yo temiendo por mi bebe, ella se me acercó.

_ Te dije que me las ibas a pagar niñita. No creo que tu bastardo sobreviva a esto, así que ni modo...

Doliéndome mucho, Eliana vio el relicario en mi pecho y sin lamento me lo arrancó de mí y se lo guardó. Yo estallé en lágrimas.

<< ¡Joey! >>

_ Que esto te sirva de todo lo que me debes estúpida. Por fin la chocolatería será mía...

Salió rápidamente de nuestra casa, y sin contemplación, me dejó ahí tirada.

_... Amor mío... nuestro bebe...

No pude más y perdí el conocimiento...

Vio la puerta abierta y le urgió por entrar y verme.

_ ¿Margarita?...

En cuanto entró sus ojos se paralizaron al verme tirada e inconsciente en el suelo y corrió a socorrerme.

_ ¡NO! ¡MARGARITA!

Me dio vuelta con cuidado y desesperado, vio que estaba toda mojada y con mi nariz y labio con sangre. Yo sin reaccionar, sujetó con cariño mi mejilla, miró mi enorme barriga y trató de hacerme reaccionar.

_ ¡Cariño, despierta por favor! ¡Margarita!

Pensó de pronto en ella y estalló de ira y de furia.

Me cargó rápidamente y con cuidado en sus brazos y me llevó de urgencia a la clínica.

Agobiado, solo quería saber de mi y de nuestro bebe. Apretó los puños y deseó con odio que la policía apresará cuanto antes a mi tía Eliana.

_ Desgraciada. Si le llega a pasar algo a Margarita, o a nuestro hijo, te juro que te las haré pagar muy caro ¡Maldita mujer!

De pronto recordó mis tan dulces deseos de ser madre y de "ese anhelado bebe suyo" y se le llenaron los ojos de lágrimas.

_ No mi amada Margarita ¡No!

"... Yo quería ser madre. Lo anhelaba tanto...

En cuanto supe que tú eras donante, no dudé y quise que tú fueras el padre de mi bebe. Solo tú, porque te amo... Siempre te he amado Joey..."

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top