Capítulo 2

Más que resuelto, salió de la clínica y quiso caminar por ahí, para tomar aire y relajarse un momento.

Sentado frente a la pileta, vio a unas cuantas palomas al centro y a unos niños correteándolas y se tornó serio y pensativo.

Ido en sus pensamientos, recordó de pronto a aquella muchacha de la chocolatería y sacó la caja con bombones, sabor a menta, que ella le había vendido. Los miró y sin evitarlo se sintió vivo, contento y deseó volver a verla, al menos una vez más.

<< Ni siquiera le pregunté cómo se llamaba... >>

Sumida en aquello, quería relajarme y me dispuse ir al cine a ver una película, y luego a tomarme algo.

Comiendo unos bombones, rellenos de frambuesa, pasé por el parque y me senté junto a la pileta a oír su relajante agua escurrir.

Solo pensaba en aquello, en aquella decisión. Si no lo hacía ahora, quizás después sería muy tarde.

Me encantaba ir a aquella plaza y escuchar el relajante sonido del agua escurrir detrás de mí. Eso, aparte de comer chocolates, eran mis placeres culpables.

Relajada y a la vez superada por aquello de que si era o no lo correcto, lo deseaba tanto y de pronto se me vino a la mente aquel guapo hombre famoso. Mi amor imposible.

<< ¿Como fue a dar a mi chocolatería? >>

<< Aún no me lo explico y todavía estoy en éxtasis >>

<< Era él, era Joey Tempest >>

<< ¡Me dijo que le gustaría volver a verme! >>

<< ¡Y que si llegaba a regresar, pasaría a comprar mis chocolates! >>

_ Anhelaría tanto que así fuera. Volver a verte amado mío, aunque no sepas de mis sentimientos, los que jamás serán correspondidos por ti...

Miré distraída el arenoso suelo, pateé una pequeña piedra y solo pensé una vez más en tomar la decisión, y tentada, me eché otro bombón relleno de frambuesa.

Me levanté de la pileta y con mi melena suelta sobre mis hombros, me puse a mirar su cristalina y serena agua.

Ido en su único pensamiento y en aquella joven mujer, miró hacia el cielo y sonrió con anhelos y fantasías.

De pronto miró hacia la pileta y sonrió inevitablemente con destellos.

_ No puede ser. Es ella, aquella joven y hermosa mujer de la chocolatería...

Una fresca brisa jugó con mi suelto cabello y yo mirando el agua, él decisivo y campante caminó hacia mí, con sus manos metidas en los bolsillos de sus jeans.

_ Hola...

Oí su suave voz y levanté rápidamente la mirada y se me fue el aliento, mientras que él me sedujo con sus profundos e intensos ojos celestes.

Nerviosa, tendí a sonreírle y él también me sonrío. Sintiéndose increíblemente feliz y al parecer afortunado.

_... Hola...

_ Qué gran coincidencia la nuestra ¿No lo crees?

Bajé la vista con rubor y él contempló con cariño mis mejillas rojizas.

_... Así parece

_ Tenías razón, los chocolates, sabor a menta, me fascinaron – sonreí.

_ ¿En serio?

_ Si, y también mi anhelo de volver a verte hoy se cumplió...

Lo miré y el corazón se me aceleró incontrolable, y él me sonrió galante.

_ ¿Te gusta venir a esta plaza?

Presentí que él quería seguir platicando conmigo y que no tenía aún intenciones en irse, entonces, yo más que feliz, también quise seguir charlando con él e inevitable, le sonreí atraída. Me sentí en un bello cuento de hadas.

_ Eh si mucho. Es mi lugar favorito de esta ciudad

Miró la plaza a su alrededor y yo me detuve a contemplar las facciones de su rostro y sus lindos ojos, los que me volvían loca.

_ Si, tienes razón. Es un lugar agradable, además de discreto

_ ¿Discreto?

_ Si, por lo que veo, no viene mucha gente aquí

_ Es verdad – otra vez sonreí – Por eso me agrada

Se rió por mi comentario; yo lo miré reírse, lo que me fascinó y contenta y nerviosa, también me reí con él.

_ Por cierto ¿Cómo te llamas?

_ Soy Margarita

Me miró fijamente y yo me perdí en sus maduros y seductores ojos celestes.

_ ¿Estás ocupada? ¿Me refiero a si tienes que volver a la chocolatería o algo? – le sonreí.

_ No, no tengo nada que hacer

_ ¿Te gustaría ir a tomar una bebida conmigo por ahí?

Ambos nos miramos y yo volví a sonreírle, destellándolo con mí perdura sonrisa para él.

_ Sí, me encantaría.

_ Jejeje, vamos entonces...

Sentados frente a frente en una fuente de soda, él me miró fijamente y yo sumida en sus ojos y en todo su encanto de galán, me sentí maravillosa y por primera vez realizada ante el sortilegio de un hombre.

Joey sacó la caja de bombones, sabor a menta, que me había comprado y me sonrió.

_ Finalmente los probé. Te había dicho que no me gustan mucho los chocolates, pero estos cambiaron mi perspectiva

_ ¿Y pudieron también calmarte la ansiedad que tenías cuando llegaste a mi chocolatería?

_ Para serte sincero, si me calmaron, no del todo, pero tus deliciosos bombones lograron apaciguarla un poco

Riéndome, moví la cabeza en negación...

_ Jejeje comprendo

_ Y cuéntame ¿Es tuya esa chocolatería? ¿Hace cuánto que trabajas en ella?

<< ¿Por qué de pronto tiene tanto interés en saber de mi? >>

<<Tal vez solo lo hace por cortesía >>

<< No lo sé... >>

_ Hace cinco años que trabajo ahí y si, es mía. Mis padres me la heredaron antes que se fueran a la India

_ ¿Tus padres se fueron a la India y te dejaron aquí sola?

_ Bueno, así yo lo quise. No tenía intenciones en irme al otro lado del mundo, así que me quedé aquí, es todo

_ Entiendo

_ ¿Y tú? ¿Cómo van tus planes de vida y con tu banda además? Que por cierto, me gusta mucho su último disco. Es algo muy diferente a todo lo que han sacado antes

_ Jejeje, gracias. Con los muchachos siempre queremos reinventarnos, pero sin perder nuestra esencia claro. Este disco hacía años que queríamos hacerlo y al fin lo logramos.

_ Y es toda una obra maestra. Me fascina

Se sintió halagado y un poco apenado, lo que me resultó muy tierno de su parte.

_ Gracias... me halaga saber que te guste

_... Así que mañana te irás – dio un suspiro.

_ Si. Hay algo que debo hacer, es de la ansiedad que te había mencionado antes

_ Oh, entiendo... Sea lo que sea, espero que todo resulte y te vaya bien...

Ambos nos miramos por un momento sin decirnos nada y él sin evitarlo tomó mi mano, lo que me derritió toda por dentro.

_ No sé qué es lo que me está pasando, pero no puedo resistir tomar tu mano

_... No lo hagas y ya...

Ambos nos miramos perdidamente sintiéndonos atraídos mutuamente. El corazón otra vez se me iba a salir del pecho, Joey me miró perdidamente, se acercó más a mí, tomó mi rostro entre sus enormes manos y me dio un largo y apasionado beso.

Me sentí tocar el cielo y solo añorando que aquel romántico beso no se terminara jamás, cerré los ojos y me dejé atrapar por sus suaves labios y ambos seguimos besándonos.

Llena de suspiros, me encerré en mi habitación y solo pensando en Joey, me quedé con aquella dulce ilusión de que me había besado. Aquel beso que jamás, por nada, podría borrar de mi mente y labios y aunque sabía que él mañana partiría lejos, me dejó aquel inolvidable y bello recuerdo, el de haberme cortejado e invitado a tomar una bebida, para hablarnos y conocernos un poco más, y en nuestra despedida lo hicimos con aquel mágico beso.


A la mañana siguiente...

Más que decidido se dirigió a la clínica para realizar el proceso de la donación de esperma y resuelto, no dejó de pensar en mí. Me había conocido por una dulce casualidad, y me besó con toda ternura y algo más.

Su amigo y doctor lo miró y él suspiró nervioso.

_ ¿Estás seguro que la mujer que escoja mis espermas no sabrá que serán míos?

_ En lo absoluto Joey. Esa información es sumamente confidencial, así que quédate tranquilo, que ella, ni nadie sabrán tu identidad al momento de ser donante

_ Perfecto

_ Entonces, iniciemos con el proceso...


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