Capítulo 13

Aquel día me sentía mucho más pesada que de costumbre, y un poco triste y preocupada por lo que pasaría con mi chocolatería, me miré en el reflejo de una de las vitrinas con chocolates. Me había puesto un vestido maternal de color rosado y un cintillo del mismo color. Me miré en él y me dieron ganas de llorar.

Un auto negro se estacionó frente a la chocolatería...

<< Un hijo >>

<< Mi Margarita va a darme un hijo >>

<< Solo quiero verte amor mío >>

Decisivo y con anhelos se bajó del auto y caminó hacia la chocolatería.

Parado frente a la puerta, de vidrio, me vio detrás del mesón. Me miró con destellos, perdidamente enamorado.

Yo concentrada en unas facturas, sacaba las ganancias del último mes y seria, no pensaba en otra cosa en que perdería la chocolatería y en él. Él lo notó...

<< Se le ve seria y triste >>

<< ¿Qué le pasará? >>

Me salí del mesón y me acerqué a buscar una caja a una de las vitrinas. Él miró mi enorme barriga y sonrió intenso. Todo enamorado.

Casada, volví al mesón y seguí sacando cuentas y cuentas.

De pronto alguien entró y yo sumida en los números, Joey me miró perdidamente. Yo levanté la mirada y quedé sin aliento.

El corazón se me disparó y no pudiendo creerlo, él me sonrió tierno y todo coqueto.

Asombrada y nerviosa me toqué la barriga y él sonrió ahora intenso.

_ Hola Margarita

_... Hola Joey...

No dejó de sonreírme y yo más nerviosa, él se me acercó y me miró fijamente, seduciéndome con sus provocativos ojos celestes, lo que más me sorprendió y en contentó a la vez. Lo encontré demasiado guapo, lo estaba aún más que cuando lo vi la última vez.

<< ¡Se ve muy atractivo con esa camisa azul! >>

_ Vaya, si que ha pasado el tiempo. Estás hermosa

<< ¡Me encuentra así hermosa! >>

<< ¡Ahora sí que me voy a desmayar! >>

_... Gracias – le sonreí toda nerviosa y apenada. Él lo percibió.

_ Me imagino que debes estar muy feliz. – le sonreí perdidamente y con mucha ilusión. Eso no se lo pude ocultar.

_... Si, lo estoy. Estoy muy feliz. – me miró fijamente a los ojos. Sus ojos otra vez me sedujeron.

_ Se te nota. Tus ojos me lo gritan.

_...

_ ¿Y cómo va el embarazo? ¿Te has sentido bien? – preguntó con interés, lo que me llamó la atención.

_... Si, solo estoy un poco pasada de peso, pero nada grave. He comido muchos chocolates

_ Ya veo. Te dan antojos los chocolates

<< ¡¿Por qué le dije eso?! >>

<< ¡Si estoy toda panzona! >>

No dejaba de mirarme atento y yo muerta de nervios, me dieron deseos de vomitar y cerré los ojos. Él lo advirtió.

<< Está nerviosa >>

_ ¿Te sientes bien?

_... Si... no es nada, descuida...

No lo pudo evitar y volvió a sonreírme. Yo me perdí en sus seductores y profundos ojos.

_.... ¿Y qué haces aquí?... – pregunté estúpidamente.

_ Volví por algo maravilloso y ahora me quedaré aquí en esta ciudad – más me descoloqué y tragué hondo.

_... ¿Vas a quedarte? – me miró intenso, con sumo interés.

_ Si y esta vez no me iré por nada...

_...

No sentí las piernas. Él estaba ahí frente a mí. Había vuelto y yo impresionada, frente a él, él estaba viéndome lo muy embarazada que yo lucía. Yo sin saber qué hacer, que decir, o cómo reaccionar, el corazón me palpitaba de felicidad.

La alegría había vuelto a mí, pero también los nervios y culpas por lo que había hecho; lo que él no sabía y solo pensé...

<< Es tú hijo Joey >>

<< Estoy embarazada de ti >>

Volvió a sonreírme tierno.

_ ¿Recuerdas que te dije que si llegaba a volver, pasaría aquí a tu chocolatería para verte y comprarte otros deliciosos chocolates? – le sonreí temblorosa.

_ Si, es cierto, lo recuerdo...

_ Bueno, quiero esos mismos deliciosos chocolates que me vendiste esa vez

_... ¿Los de sabor a menta?

_ Así es. Esos mismos

Me sonrió aún más tierno y yo en un ataque de nervios, salí torpemente del mesón, frente a él, y me acerqué a la vitrina a buscar aquellos chocolates, sabor a menta.

Él me observó locamente enamorado y luego sonrió apasionado.

Yo tiesa, junto a la vitrina, no cabía del asombro y tratando de buscarle sus chocolates, el brazo me temblaba. Joey aprovechó ese dulce momento, se me acercó y me abrazó por la espalda con anhelos y todo su cariño, lo que me estremeció de amor.

Me derretí al sentir su cálido y anhelado abrazo y más nerviosa, me quedé paralizada. Él sonrió y acarició mi enorme barriga.

Yo más me enamoré de él y sintiendo sus caricias, suspiré nerviosa. Sin evitarlo, acaricié sus manos y él las movió con más deseo y cariño en mi barriga y yo me aferré a su pecho. Él me susurró:

_ Así que vamos a tener un varoncito

_...

No pude decirle nada y muerta de nervios, temblé de susto y a punto de llorar, temí de cómo reaccionaría, o si me perdonaría por lo que le había hecho.

Joey sonrió.

_ Tranquila, no temas hermosa. Lo sé todo

_...

_ Sé que ese hijo que esperas es mío – lo miré más asombrada, a punto de desvanecerme.

_... ¿Cómo lo sabes? – volvió a sonreírme.

_ Vicente era mi amigo, el dueño de la clínica de fertilización en donde te hiciste el tratamiento

_ ¿Vicente? ¡¿El doctor ese que me estaba atendiendo, era tu amigo?!

_ Así es. Él me lo contó todo – se me cayeron las lágrimas.

_... Yo quería ser madre. Lo anhelaba tanto. En mis pocas relaciones que tuve ninguna funcionó y decidí quedarme sola. Lo había pensando y en cuanto supe que tú eras donante no lo dudé y escogí tus muestras. Y lo haría miles de veces más – acarició mi mejilla.

_ Lo sé hermosa y no sabes lo feliz que me hace saber que hayas sido tú la mujer que las escogió, solo tú

Lo miré con mis mejillas cubiertas de lágrimas. Lo amé con todo mi corazón.

_ ¿Por qué yo?

_ Ese día cuando nos conocimos, al igual que tú, yo tenía algo en mente. Lo venía pensando hacia días, pero no podía decidirme. Fue por eso que llegué aquí, a tú chocolatería.

También fracasé en mis relaciones y me quedé con ese deseo de ser padre y, como tal, fui a la clínica de Vicente para convertirme en donante de esperma, pero lo hice bajo una condición

_ ¿Qué condición? – me sonrió perdidamente enamorado.

_ Que solo inseminaran a una sola mujer

_... – sostuvo mi rostro en sus manos.

_ Y como es el destino, porque esa linda mujer resultaste ser solo tu Margarita. La única mujer que me enamoró desde el primer momento que la vi sonreírme tan dulce y con vergüenza. Tú ternura me volvió loco – lo miré perdidamente y más me enamoré de él.

_ Joey...

_ Te amo Margarita y ahora te amo aún más al ver que estás esperando un hijo mío. Que seas tú su madre y yo su padre

_ Yo también te amo. Te he amado siempre y por eso quise que tú fueras el padre de mi bebe – volvió a acariciar mi mejilla.

_ Lo sé cariño y me enorgullece tanto serlo

No pude más, lo abrasé con todo mi amor y rompí en lágrimas. Él amó que yo lo abrazará y me aferró a sus brazos. Me escuchó llorar.

_ Creí que no volvería a verte nunca. Nunca - más me abrazó.

_ Si yo lo hubiera sabido, no te hubiera dejado sola en todos estos meses

_... Pero ¿Cómo lo ibas a saber amor mío? No había forma de que te enterarás

_ Si la había. Vicente lo sabía y me lo ocultó. Muchas veces se lo pregunté y él me lo negó

_ Ese hombre. No confió en él. La última vez que fui... me besó...

Más lloré y él volvió a abrazarme.

_ Tranquila, lo sé. Es una mala persona. Yo creí que era mi amigo, pero me equivoqué

_ Yo solo te amo a ti Joey, a ti – sonrió embelesado y me abrazó con más amor y cariño.

_ Lo sé mi vida, lo sé. Yo también te amo a ti, solo a ti. Te amo mucho

_ Mi Joey

Suspiró y me susurró:

_ Mí amada Margarita

Levantó mi mentón y sin soltar mi rostro de sus manos, me besó como tanto lo había deseado. Yo lo quise más y más, nos abrazamos fuerte y nos besamos largamente.

Nos sonreímos con tanta felicidad y él me miró perdidamente enamorado.

_ Estás realmente hermosa. El embarazo te asienta muy bien

Le sonreí apenada, me miré la barriga y él me la acarició con deseos. Yo le sonreí y él tierno movió su mano en ella.

Yo amándolo con todo mi corazón, sentí de pronto una fuerte patada y solté un gemido. Joey se alarmó.

_ ¡¿Qué pasó mi amor?! ¡¿Te sientes mal?! – le sonreí.

_ El bebe me está pateando

_ Jejeje

_ Sabe que tú eres su padre – sonrió.

_ ¿Y cómo lo sabe?

_ Porque yo le hablaba todos los días de ti – se derritió por completo.

_ Oh mi vida. Mi amada Margarita

Volvimos a abrazarnos y yo lo rodeé con todas mis fuerzas y volví a emocionarme.

Sin resistirlo, me cargó en sus brazos y acarició mi espalda.

_ Así quería tenerte Margarita. Cargada en mis brazos y no soltarte por nada – le sonreí.

_ Pero peso mucho. Te vas a lastimar la espalda si me cargas así – más me aferró a él.

_ No mi vida. Amo tenerte así. Te extrañé tanto todo este tiempo, hermosa

_ Y yo a ti. Creí que te habías olvidado de mi – me miró sereno.

_ No, jamás lo hice. Presentía que no estabas del todo bien y necesitaba, anhelaba verte y tenerte así en mis brazos. Y ahora que te veo así embarazada, siento más deseos de quererte, abrazarte y besarte. Besarte a cada instante si es necesario

_ Entonces bésame, bésame amor mío – me sonrió sexy.

_ Ven aquí

Sin soltarme, me besó; ambos jugamos con nuestras lenguas, yo lo abrasé con todo mi amor, lo que a él le fascinó y me elevó más en sus brazos y no dejó de besarme.

Gemí en su boca de deseos, dicha y él me sonrió y me susurró en los labios:

_ Te amo

_ Y yo. No dejes de besarme por favor

_ No pienso hacerlo

Volvió a besarme y yo más que feliz, quise que me tocara y lo abrasé fuerte. Acaricié su sedoso cabello; él sonrió tierno.

_ ¿Qué pasa mi vida?

_ Quiero que me toques. Que acaricies a nuestro bebe, que me acaricies la barriga como tantas veces lo deseé

Me puse a llorar y él más me abrazó. Sonrió dulce.

_ Mi vida. Mi hermosa Margarita. Ahora me doy cuenta lo sensibles que se ponen las mujeres cuando están embarazadas, lo que es muy tierno. Yo también quiero tocarte, sentir a mi hijo y verte como está esa barriguita que tienes

_ Mi Joey

_ ¿Tienes algún lugar aquí en donde podamos estar más tranquilos los dos?

_ No la verdad, pero si me bajas, puedo colocar el letrero a cerrado y poner el cerrojo – sonrió.

_ Me gusta la idea. De acuerdo hermosa

Me bajó con cuidado de sus brazos. Me dirigí a la puerta y sentí de pronto un dolor horrible de espalda. Me detuve en seco y Joey me miró preocupado y me sostuvo de inmediato.

_ ¿Qué pasa hermosa?

_... La espalda, siento que se me va a partir en dos. Necesito sentarme por favor

_ Ven, vamos...

Me tomó otra vez en sus brazos y me llevó hasta la silla del mesón.

Afligida por aquel dolor, él me miró y acarició mi pálido rostro.

_ No deberías trabajar tanto así en ese estado. Puede hacerte daño

_...

Bajé la mirada triste y él advirtió que algo no andaba bien

_ ¿Qué pasa amor?

_... Ahora más que nunca debo trabajar

_ ¿Por qué dices eso? A tus casi siete meses de embarazo no puedes trabajar el doble de cómo lo haces

Me sentí afligida y otra vez a punto de llorar, Joey acarició mi mejilla y no separó su mano de ella.

_ Dime que sucede mi amor. Yo puedo ayudarte en lo que sea

_... Es que mi tía Eliana me va a quitar la chocolatería en dos meses más

_ ¡¿Qué?! ¿Pero cómo? Si tú eres la dueña de este lugar

_ Al parecer no. Hace un par de meses, llegó aquí con un documento legal que la acredita como la única dueña de la chocolatería

_ ¿Qué? ¿Pero y tus padres? ¿Hablaste con ellos? – se me cayeron las lágrimas.

_ No he podido contactarlos. Desde que se fueron a la India es como si se hubieran olvidado de mí. Mi padre me dejó por escrito que esta chocolatería es mía, pero ahora llegó Eliana y apeló contra eso – me acarició con más cariño y protección la mejilla.

_ ¿Contrataste a un abogado?

_ Si lo hice, pero no pudo hacer más de lo que pudo – me miró serio.

_ Dime una cosa ¿Esa mujer te ha hecho otra cosa?

_ ¡Ay Joey!

Me puse más a llorar y él tomó mi mano. Me miró preocupado.

_... Esa mujer me odia. Te juro que nunca le he hecho nada, pero me odia por el hecho de que voy a ser mamá, algo que ella nunca pudo ser, y claro porque mi padre me heredó la chocolatería

_ Y quiere quitártela, pero no lo va a conseguir

_ Tuvimos una pequeña discusión aquí y ella me botó – ardió de rabia.

_ ¡¿Qué?! ¡¿Cómo te hizo eso?! ¡Pero tú y el niño! ¡¿No les pasó nada?! ¡¿Mi hijo está bien?!

_ Si, solo tuve que guardar reposo una semana y mientras tanto, ella se apoderó de este lugar – se enfadó demasiado y supo que yo jamás había recibido su carta.

_ Que mujer, pero me va a oír

_... Luego llegué con mi abogado, el que le presentó todos mis documentos y me quedé tranquila. Pude volver y trabajar aquí como tanto me gusta, hasta hace algunos días, porque Eliana volvió a molestarme y ahora sí que las tiene todas de ganar, porque, no sé como lo hizo, pero le mostró documentación legal a la contraloría de que yo les vendo chocolates en mal estado a los clientes y que tengo prácticamente abandonada la chocolatería

Apretó los puños con impotencia.

_ Que mala mujer. No tiene disculpas por todo lo que te ha hecho. Es una envidiosa resentida

_ Lo peor es que me dio dos meses para seguir aquí, luego de eso tendré que irme y nadie querrá darme trabajo estando así embarazada

Más lloré y él me abrazó con todo su amor y cariño.

_ No, tranquila. Ya mi vida, no pienses en eso – tomó mi rostro – Tú no trabajarás en ningún otro lugar que en este. No te preocupes. Yo me encargaré de todo

_ Oh Joey

_ Tranquila. Ven aquí

Volvió a abrazarme y yo sin dejar de llorar, a él no le agradó para nada que tal mujer me hiciera daño como lo estaba haciendo y pensó en algo definitivo.

_ No volverás a estar sola amor mío. Yo ahora te protegeré de quien sea y cuidaré de ti y de nuestro hijo. Esa mujer sin escrúpulos me las va a pagar

_... Joey, hay otra cosa que no te he contado

_ ¿Qué cosa?

_ Hace un par de días, un auto intentó atropellarme y estoy casi segura que fue ella – se desfiguró de enfado y sus ojos ardieron y se desesperó-

_ ¡¿Te hiciste daño?! ¡¿Estás bien?! ¡El bebe! ¡Dime por favor que nada les pasó a ambos!

_ Afortunadamente el auto solo me dio un topón y me caí al suelo, pero gracias a una pareja que me llevó de urgencias a una clínica, nuestro bebe está bien

_ ¿Y tú amor mío?

_ Solo quedé con el miedo y un pequeño moretón en la rodilla

_ A ver, déjame ver...

Me levanté un poco el vestido y él lo pudo ver. Me tocó la rodilla y aún me dolía.

_ Es un gran moretón. Pudiste haberte lastimado y todo por culpa de esa mala mujer, pero esto no se va a quedar así

Se levantó rápido y llamó por celular a su abogado.

_ ¿Qué vas a hacer Joey?...

_ Tranquila mi vida. Esa mujer no se saldrá con la suya y pagará por lo que intentó hacerte...

Marcó el número y de pronto alguien contestó. Joey comenzó hablarle y salió un momento fuera de la chocolatería.

Yo aún nerviosa y preocupada, no me sentía bien. Me toqué la barriga y lo amé demasiado. De pronto, me vinieron otra vez muchas ganas de vomitar, no me pude aguantar y fui casi corriendo al baño...

Entró de nuevo. Había terminado de hablar con su abogado y no me vio en el mesón, lo que le preocupó.

_ ¿Margarita? ¿Mi amor?

De repente me escuchó vomitar en el baño y más se preocupó.

<< Oh no hermosa >>

Fue rápido al baño y quiso entrar a verme.

_ Margarita. Ábreme la puerta cariño...

_...

No dejaba de vomitar y asustada, Joey forzó la puerta y entró.

Lo miré a punto de desvanecerme y él me sostuvo en sus brazos.

_ Mi amor – acarició mi débil rostro.

_... Perdóname amor mío – besó mi frente.

_ Tranquila. No tienes que pedirme perdón hermosa, lo que debes hacer es descansar. No puedes seguir así

_ ¿Pero y mi chocolatería?

_ De eso no te preocupes. Mi abogado se va a encargar de todo y créeme que esa mujer se va a arrepentir de todo lo que te ha hecho - le sonreí débil.

_ Mi Joey – tomó mi rostro con cariño y miró mis enormes ojeras.

_ Debes descansar. Tú y nuestro hijo lo necesitan

_... Solo quiero acostarme y que tú me acaricies – me sonrió tierno y besó mis labios.

_ Descuida, que en cuanto lleguemos a mi casa, te acariciaré todo lo que quieras

_ Mi Joey...

_ Ven, vamos. Te llevaré a mi casa...

Me cargó otra vez en sus brazos, yo le sonreí mimada y él me miró sexy y coqueto...

Dejamos mi chocolatería cerrada, Joey me subió a su auto y me llevó a su casa.

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