Capítulo 1

Ordenaba las cajas de bombones en el mostrador. Me apoyé sobre él, di un suspiro y miré a la gente pasar por la ventana. Las ventas no estaban muy buenas.

Ese día hacía mucho calor y yo ida en el celeste cielo, volví a pensar en aquella decisión. Que si era o no la correcta.

De pronto entró una pareja con sus hijos a la chocolatería y yo me concentré en ellos, en aquellos tiernos y dulces niños.

Lo venía pensando hacía meses y siempre llegaba al mismo punto de inicio. El que anhelaba tener un hijo, pero no había encontrado al hombre indicado para que me acompañara en lo que yo tanto quería.

Había tenido un par de relaciones, pero que todas fallaron, por no ser lo que yo esperaba en verdad. Ninguno de ellos me quiso realmente como para decidirse y quedarse a mi lado. Así tanto fracasar, opté por quedarme sola, hasta ahora.

El tiempo pasó y poco a poco me fui dando cuenta que a pesar de que estaba sola, sin nadie a mi lado, mi anhelo de tener un hijo se incrementaba más y más.

Me derretí al instante que los niños se acercaron a mirar los chocolates y sin pensarlo dos veces, me les acerqué y les regalé unos deliciosos bombones, rellenos con crema de vainilla. Los dos me regalaron su enorme sonrisa y con eso yo quedé más que pagada y feliz. Luego de eso, la pareja y ellos se marcharon y yo volví a ensimismarme en aquellos pensamientos.

Nadie entraba a la chocolatería y más que aburrida, me arrimé a la vitrina y me puse a mirar los chocolates y bombones.

Amaba los chocolates, eran mi delirio y cada vez que podía, sacaba algunos y los disfrutaba, como si se trataran de los últimos que comería.

Nervioso por lo que haría, no sabía cómo actuar y a punto de arrepentirse, pensó de inmediato que estaba en lo correcto, que aquello que haría, ayudaría a muchos, que deseaban ese dulce y bello sueño.

Solo pensaba en aquello y ansioso, pasó por el lado de mi chocolatería. Se detuvo a mirar los bombones que estaban en la vitrina, y entró.

Le pareció peculiar aquella chocolatería; sonrió y tuvo enormes deseos de comprar algún chocolate en especial, cuando de pronto miró hacia el fondo y me vio de espaldas, junto a la vitrina, mirando unos chocolates.

Me miró atento y luego comenzó a toser, para que yo lo oyera...

Me volteé abruptamente y quedé sin aliento al verlo a él parado en frente de mí, en mi chocolatería y no lo pude creer. Él me sonrió y el corazón se me disparó.

Pretendí hablar, pero él lo hizo primero...

_ Hola, buen día...

_... Hola... ¿Buscas algún chocolate en especial? - sentí que las mejillas se me ruborizaron. Él volvió a sonreírme.

_ La verdad no conozco mucho de chocolates – Sonrió – No soy muy aficionado a ellos

_ Ah, ya veo jejeje

_ Pero tú me podrías ayudar a escoger alguno. – sonreí.

_ Bueno ¿Cómo los prefieres? ¿Dulces o amargos? – se me acercó.

_ La verdad es que quiero comer algo que ayude a calmarme y a bajar esta horrible ansiedad que tengo

_ Oh entiendo. Creo que estos chocolates podrían ayudarte...

Me acerqué a la ventanilla para mostrarles los chocolates, él me miró y me siguió.

Se colocó frente a mí, detrás del mostrador y yo nerviosa por tenerlo así tan cerca de mí, lo miré y me perdí en sus intensos ojos celestes.

_ ¿Qué tal estos bombones, rellenos de fresa? A los clientes les gustan mucho. – me miró galante, lo que más nerviosa me puso.

_ Sí. Se ven deliciosos...

_... Eh también tengo estos. Son con sabor a menta

_ Esos me apetecen más. Los llevaré

_ Ok. Son $7.000.- la caja... Te aseguro que no te arrepentirás

_ Ya lo creo

Volvió a sonreírme y me pasó el dinero. Yo perdida en sus bellos ojos y perfecta sonrisa, aquel sujeto era aun más guapo en persona, que en todos los videos musicales que había visto suyo.

Le envolvía la caja (con los bombones sabor a menta) y mientras lo hacía, él me miraba atento y algo más...

Envuelta la caja, volví a mirarlo y nerviosa se la entregué...

_...Ten, aquí los tienes. Espero que los disfrutes y puedas calmar esa ansiedad que tienes

_ Los disfrutaré, te lo aseguro. Y con respecto a esta ansiedad, creo que se me pasará cuando haga lo que tengo que hacer. – le sonreí.

_ Espero que todo salga bien. Buena suerte

_ Gracias. Fue un gusto haber comprado aquí en tu chocolatería. Adiós

_ Adiós...

A punto de irse, volvió a girarse a mí...

_ Espero volver a verte alguna vez. Lo digo porque mañana, me regresaré a mi ciudad. – más me ruboricé – Si es que llego a volver, pasaré por aquí a comprarte tus sabrosos chocolates. Adiós...

_...

No supe que decirle, más solo lo vi despedirse de mí y marcharse, tal como había llegado a mi chocolatería...

Quedé anonadada, no dejé de pensar en aquel guapo sujeto. O sea, jamás, nunca, antes un famoso como él había entrado a mi chocolatería, y más, que aquel famoso fuese el gran amor imposible de toda mi vida...

Él más que decidido entró a la clínica y buscó al que era su amigo, quien trabajaba allí, para darle una amplia charla en lo que consistía el ser donante de espermas.

Al cabo de todo lo que le había platicado e informado su amigo, él dio un suspiro, volvió a pensarlo y su amigo lo miró.

_ ¿Estás seguro Joey?

_... Quiero hacerlo Vicente, pero no sé. Jamás he hecho una cosa como está

_ Vamos. Nadie sabrá que eres tú. Además, piensa en todas esas parejas que quieren ser padres y que por alguna razón no pueden serlo

_ Espera, si haré esto, lo haré bajo una condición

_ ¿Qué clase de condición?

Joey lo miró decisivo.

_ Quiero que insemines solo a una mujer, a ninguna más

Su amigo lo miró sin entender y antes que dijera algo, Joey lo interrumpió.

_ Esa es mi condición para ser donante Vicente y como tal, espero que mi decisión sea respetada

Su amigo lo miró y dio un suspiro.

_ Bien, de acuerdo. Tus espermas las donaremos solamente a una mujer, aunque no le veo el caso la verdad ¿Qué pretendes amigo? Te recuerdo que tú jamás sabrás quien será la afortunada de quedar embarazada de ti y viceversa, ella tampoco sabrá que tú serás su donante

_ Eso ya lo sé

_ Entonces ¿Por qué tanta la insistencia en querer solo donar a una mujer? cuando podrías darle la oportunidad a muchas más parejas para ser padres

_ Ya te lo dije, esa es mi condición. O si no, tendré que buscar otra clínica en donde si respeten mi decisión

_ Está bien Joey. Cuando te colocas así de obstinado no se puede hablar contigo, en fin, soy tu amigo y dueño de esta clínica y si tus deseos de ser donante incluyen esa condición, de acuerdo, la acepto

Joey sonrió.

_ ¡Genial! Sabía que no me fallarías Vicente. Ahora solo espero que mi anhelo si lo pueda concretar la mujer que escoja mi muestra y pueda tener ese hijo que yo no pude tener

_ Entonces amigo ¿Iniciamos con el tratamiento?

_ Si Vicente. Quiero ser donante

_ Perfecto. Mañana necesito que vengas a primera hora, para comenzar con todo el proceso... 


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