Capítulo 5

3 de la mañana. Por fuera no se escuchaba ni un sólo ruido.

El insomnio era algo insoportable, y para Leni Loud, quien solía preocuparse por verse bella siempre, era algo imperdonable. De todas formas ya no le importaba demasiado, después de todo no saldría a ningún lugar.

-Je, como si hubiera un lugar al que ir-. Murmuró.

Harta de dar vueltas en la cama, decidió salir a caminar. Mientras ataba sus botas, miró su mesa de luz. Ahí estaba, su Glock 22. Aquella arma que le había robado a el hombre que días atrás había querido llevarse a su hermana, ahora estaba en su poder. La tomó y salió de la casa rodante.

El viento helado de la noche la sorprendió. El invierno había iniciado este mes y los estaba golpeando duro. Por suerte tenía un abrigo verde oliva, y con eso podía resguardarse del frío.

Caminó por las calles de la improvisada ciudad que se estaba levantando a sus pies. Ni una sola persona; nada. Por lo menos podía estar segura de que su grupo estaba bien. Días atrás debía hacer guardia durante las noches, con un arma en mano y cabeceando de sueño.

Sin darse cuenta había llegado al otro extremo del campamento, y allí había un muro de ladrillos muy alto. Mismo que rodeaba el lugar entero, separándolos de los zombies.

Todo el lugar estaría a oscuras, de no ser por las luces de la calle, que débilmente alumbraban la noche. Si no estuviera nublado, bien podría haber luz de luna, pero lamentablemente no era de su elección. Pero había un lugar que tenía luces que resaltaban en la oscuridad: el laboratorio.

Lisa no había vuelto en la noche, así que estaría allí dentro. Podría ir a ver cómo estaba.

Al entrar, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Algo andaba mal. ¿No se suponía que había seguridad en la entrada? Seguro estaban descansando. Sin darle importancia, Leni se dirigió al ascensor y subió hasta el piso que su hermana le había dicho durante el día.

Al abrirse la puerta de par en par, se topó con una escena que le heló la sangre: las paredes estaban manchadas de sangre, y había signos de que había habido una atroz pelea por todo el lugar.

La joven caminó lentamente por el salón, mientras buscaba a su alrededor alguna señal de su pequeña hermana. Entre tanto desastre hubo algo que captó su atención.

Había una laptop en el suelo, con la pantalla iluminada. Al tomarla, ésta tenía un vídeo que decidió ver. Era de una cámara de seguridad.

Podía verse a un hombre entrar a una habitación cerrada donde habían zombies. Al parecer iba a hacerles algo, pero no llevaba equipo de protección. Cuidadosamente se acercó a uno de ellos que no alertó su presencia, y le aplicó una inyección en el cuello.

La criatura gruñó e intentó atacar al doctor, si así podía ser llamado. Éste retrocedió y trató de salir, pero fue tomado por la espalda y devorado, mientras que el que había recibido la vacuna miró fijamente a la cámara. Allí terminaba la transmisión. Nuevamente se reproducía.

Leni dejó el equipo sobre un escritorio y sacó su arma; algo malo había ocurrido allí y estaba dispuesta a averiguarlo.

Lentamente empezó a caminar. Los pasillos estaban vacíos, a excepción de algunos que tenían marcas de manos en las paredes. Todas eran de adulto, eso la calmaba.

Temía lo peor por Lisa, hasta que algo en el suelo brilló ante sus ojos. Eran unos lentes redondos, pero no cualquier par de lentes; eran los lentes de Lisa y uno de los cristales estaba roto. Ahora sí, eso la había golpeado sin previo aviso.

Sospechando que su hermana estaba muerta, continuó caminando por el laboratorio. Estaba reprimiendo las ganas de llorar lo mejor que podía, hasta que se detuvo en una puerta.

Había escuchado un sonido proveniente del lugar, y decidió investigar. Lentamente abrió la puerta y una persona estaba en su interior, de espaldas.

Leni se calmó al verla y abrió la puerta con seguridad, pero algo andaba mal con aquél individuo. No se había movido de su lugar. Estando a unos 2 o 3 metros, la joven sacó su arma y apuntó a la cabeza del sujeto.

Éste volteó torpemente y al ver a la chica apuntándole, retrocedió unos pasos con una extraña mirada de confusión y miedo a la vez. Un zombie no hace eso. Ante esto, Leni bajó el arma y se acercó.

No era posible...

Es el infectado del vídeo, sólo que ahora podía verlo mejor. Era el joven al que le habían suministrado la supuesta droga. Leni estuvo a punto de saludarlo cuando un gruñido la asustó.

Detrás suyo apareció otro zombie que intentaba morderla. Ella intentaba mantenerlo lejos, pero éste era más fuerte. Ya estaba a unos pocos centímetros de incrustarle los putrefactos dientes en la cara, cuando un disparo lo hizo caer.

Era un grupo de científicos acompañados por Lisa, quienes al parecer habían sobrevivido. Leni corrió a abrazar a su hermana dulcemente, dejando escapar algunas lágrimas.

Devolvió los lentes y enseguida ella comenzó su explicación.

-Estábamos probando un nuevo suero que podría contrarrestar los efectos del virus, pero el nuevo que se unió hoy cometió un error y dejó sueltos a 3 de nuestros infectados, y desató un caos terrible en nuestra área de trabajo-.

-¿Pero ésto cuando pasó?-.

-Hace más de 20 minutos, pero estábamos ocupados y no nos enteramos hasta hace unos instantes-.

-Oof, menos mal. Pensé que estarían todos muertos, me asustaron-.

-Bueno, al parecer casi matas a nuestro hombre-.

-¿Eh?-.

-Señorita Lisa, ¿Ya puedo salir?-.

Leni no podía creerlo. El infectado que había encontrado acababa de hablar. Lisa, al percatarse de la confusión de la mayor, explicó que en él se había usado el antivirus que habían creado, y si bien los efectos tardaban en aparecer, funcionaba.

El pobre estaba asustado, intentando esconderse detrás de un escritorio. Lisa lo calmó, explicándole que se trataba de su hermana mayor y que ya podía salir.

Torpemente salió de la oficina, y guiado por algunos científicos, volvió a su anterior habitación. Lisa decidió volver a casa con Leni y tratar de dormir algunas horas.

Durante el día les esperaba bastante trabajo. El antivirus estaba casi listo, sólo faltaba alguna forma de poder administrarlo a todo el área afectada. Pero eso lo pensarían cuando llegue el momento, en primer lugar debían dormir.

En la mañana Lincoln salió a buscar a Clyde, ya que Lynn todavía seguía dormida. Al parecer, su amigo había traído consigo algunos juegos y podrían divertirse un rato.

Mientras iba de camino a la casa del moreno, escuchó algunos gritos provenientes de la entrada. Había una familia que quería entrar, pero al parecer no los dejaban.

-¡Pero les digo que no somos bandidos, sólo queremos pasar!-.

-Tengo órdenes de disparar si causan problemas-.

-Sólo estamos buscando a unas personas, si nos dejan entrar veremos si están y luego nos iremos, eso es todo-.

-No, y es la última advertencia, si no dan media vuelta y se van, tendré que abrir fuego-.

-¿No se suponía que era un área abierta a los supervivientes?-.

-A la cuenta de 3. Si no se van, dispararé-.

-Maldito-.

-Uno-.

-Creo que mejor nos vamos-.

-Dos-.

-No llegué tan lejos para rendirme ahora, dame eso-.

-Tres-. Se escuchó un disparo. Total silencio.

Lincoln se acercó al soldado que permanecía parado en el muro, pero ni siquiera se movía. Luego perdió el equilibrio y cayó hacia atrás con un agujero en la cabeza. El golpe contra el suelo le salpicó sangre en la camisa. El joven quedó en shock hasta que un grito afuera captó su atención.

-¡LE DISPARASTE!-.

-Él nos hubiera hecho lo mismo-.

-¡PODÍAMOS SIMPLEMENTE INTENTAR HABLAR OTRA VEZ!-.

-De nada hubiera servido, es literalmente la idea más tonta que tuviste en todo el día-.

Sólo había una chica que literalmente usaba esa palabra todo el tiempo.

-¿Lori?-. Se acercó a la reja lentamente.

-¿Lincoln? ¡Oh por dios, estás vivo! ¿Ves? Te dije que estarían aquí-.

-Tú eras la que no quería venir-. Desvió la mirada.

-No empieces otra vez Bobby. Oh Lincoln, que bueno que estás bien. Te abrazaría pero no podemos entrar, ¿Podrías abrir la puerta?-.

-¡Claro!-. El albino abrió la reja y su hermana se abalanzó sobre él, ahogándolo en un cálido abrazo, el cual fue devuelto por éste

-Creí que no te volvería a ver-. Fue lo único que pudo decir antes de romper en llanto.

Mientras tanto, las otras hermanas bajaron de la van, y al ver la escena corrieron a abrazar a su pequeño hermano. Todas acabaron llorando en el suelo.

Luego de recuperarse, siguieron a Lincoln a la casa rodante. Quedándose atrás, estaban Bobby y su hermana Ronnie Anne, quienes comenzaron a buscar a sus padres por el campamento.

Grande fue la sorpresa de las chicas al volver a reunirse con las demás, y nuevamente rompieron en llanto. Ahora sólo faltaba encontrar a los adultos de la familia, pero eso podría esperar.

La casa rodante era muy pequeña en comparación a su casa, y todos desayunaron en el piso del lugar. Acompañada por Lisa, Leni caminaba por el campamento. Discutían que iban a hacer ahora, ya que la cura estaba casi lista y en cualquier momento iba a ser suministrada, pero sus padres aún no aparecían.

Quizás lo mejor fuera salir a buscarlos. Podrían dejar a los demás en el campamento e irse sola. Resultaría imposible imposible según Lisa, si las demás habían viajado todo ésto para encontrarlas, no permitirían que fuera sola, seguro la acompañarían.

Sería un riesgo llevar a todas, pero no podían quedarse de brazos cruzados mientras ellos estaban desaparecidos. Aún así Lisa sabía muy bien que Leni escaparía, así que lo mejor sería hablar directamente con ella.

-Buena suerte-.

-¿Qué?-.

-Desde aquél incidente has cambiado mucho hermana, y me he dado cuenta de que cuando tienes algo por lo que luchar, nada ni nadie puede detenerte, así que espero que te vaya bien y que encuentres a nuestros padres-. Leni sonrió y abrazó a la pequeña científica.

-Saldré ésta noche, cuando todos se hayan dormido. Necesitaré un auto. Ah, y Lori mató a un guardia en la puerta, ¿Crees que puedas...-.

-Lo tendrás. Y tranquila, yo la cubriré, diré que fue un accidente en el laboratorio-. Ambas rieron.

Esa misma noche, Leni había preparado una mochila y había salido de la casa rodante, cuando una voz la sorprendió en medio de la noche. Era Lori.

-¿Te vas de vuelta?-.

-Tengo que hacerlo-.

-Viajaste mucho para llegar hasta aquí ¿Y ahora piensas irte otra vez?-.

-Tengo que encontrar a nuestros padres-.

-Bobby encontró a los suyos aquí, los nuestros podrían...-.

-¡No!. Digo, ya busqué aquí y no había señal de ellos, deben salir allá afuera. Además, *recargando su arma*, puedo cuidarme sola-. Colgó su mochila sobre su hombro y caminó hacia la puerta, pero la mayor de la familia la detuvo.

-Por favor... Regresa con vida. ¿Sabes? Sé que a veces puedo ser gritona y molesta, pero los amo a todos y no sé que haría sin ustedes... En especial sin ti hermanita, eres literalmente mi mejor amiga y no me lo perdonaría si algo malo te pasara. Así que por favor... Regresa a salvo con nosotros... Conmigo-. Lori estaba a punto de llorar, algunas lágrimas rodaron por sus mejillas.

Leni, al escuchar la declaración de su hermana, aguantó un poco la emoción y la abrazó con toda su fuerza. Ella le devolvió el abrazo y esa fue la gota que colmó el vaso.

Ambas rompieron en llanto, tratando de no hacer ruido o despertarían a los demás. Luego de separarse y limpiarse las lágrimas, Leni dijo:

-Cuida bien de los demás. Prometo no tardar tanto-.

-No te preocupes, estarán bien-. Le respondió su hermana.

Dicho ésto, Leni abrió el portón de la entrada y en auto (proporcionado por Lisa), emprendió su viaje.

En la mañana todos desayunaron juntos en un gran comedor, charlando como solían hacerlo antes, sólo que ahora habían muchas más familias en aquel lugar.

Lori no había probado su café con tostadas. Bobby trataba de animarla, pero era en vano. No sabía que hacer, sólo él sabía lo de Leni, las demás no... ¿Cómo se los diría?.

-Sólo respira profundo y dilo. Estoy seguro que van a escucharte-. Le dijo mientras la tomaba de ambas manos.

Lori sonrió. Aunque su novio podía ser un idiota, a veces era muy dulce. Sin perder más tiempo, se puso de pie y cayó a todos con su presencia. Todos la miraron atentos.

La rubia explicó poco a poco la noche anterior, sobre la idea de Leni de buscar a sus padres, y les dijo que ella estaría a cargo mientras tanto.

Sorprendentemente tomaron la noticia con naturalidad, puesto que Lisa, Lynn y Lincoln los habían puesto al tanto de su situación los últimos días que habían pasado.

Pero éstos últimos 2 no estuvieron de acuerdo con la actitud de su hermana, e intercambiando una mirada cómplice, se retiraron de la mesa. Llamaron a Lisa a un lado y salieron del corredor.

¿Que había pasado de repente con Leni?. Los 4 habían pasado por tanto juntos, eran un equipo. Y ahora decide marcharse sola sin siquiera despedirse. No podían dejarla ir así sin más, definitivamente irían a buscarla.

Lisa suspiró pesadamente. Sus intentos por convencerlos eran en vano. Si ambos querían ir en su búsqueda, lo harían sin importar el costo. Lo único que podía hacer era fingir estar de acuerdo, y reforzar la seguridad del portón. De esa forma ninguno de los 2 podría salir y acabarían rindiéndose.

Esa tarde habían guardas nuevos en la entrada, que vigilaban eficazmente. Todos estaban armados y no dejarían salir a nadie. Tenían órdenes de asustar a los jóvenes en caso de ser necesario.

Pero para mala suerte de Lisa, había un agujero en el muro que estaba recubierto por una reja que ambos apartaron, y escaparon en bicicletas durante la noche.

Por un lado, Leni buscaba a sus padres, y por otro, la incestuosa pareja buscaba a su hermana mayor. Ambos por caminos separados, ¿Que planes tendrá el destino para ellos?.

Nadie lo sabía. Sólo Lisa, quien había vuelto a la casa rodante a dormir después de buscar a sus hermanos y no encontrarlos por ninguna parte.

-Mierda. Más les vale regresar a salvo, idiotas-. Murmuró la genio con unas pequeñas lágrimas brillando en sus ojos.

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Por fin terminé de escribirlo. Recuerden que en caso de que haya cometido un error (tanto ortográfico como de continuidad) pueden aclarármelo y será corregido.

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