Capítulo 1: Después de la muerte
Mis historias - Wattpad
Capítulo 1: Después de la muerte
Son unos bastardos despreciables, eso y mucho más son... no se conformaron con quitarnos más de la mitad de nuestro territorio, sino que también tuvieron el descaro de invadirnos nuevamente ¿y con qué razón?, pues sacaron el pretexto de que nuestro gobierno no servía de nada y que la delincuencia gobernaba el país y que ellos venían a ayudarnos. Además era cierto que nuestro gobierno no servía, pero estaba mejorando y cambiando con nuestro nuevo presidente, pero también sabemos que era mentira eso sobre su plan de ayudar eliminando a toda la delincuencia y poner áreas de contingencia para los inmigrantes que venían de Honduras, El Salvador, Guatemala, Venezuela y demás países.
Cuando en realidad estaban siguiendo las ideologías de su estúpido presidente, que eran las mismas que las de James K. Polk, y eso era "volver hacer a América grande otra vez", ¿y cómo lo hacían?, invadiendo nuestro país para tener más poder.
La ONU recrimino a Estados Unidos por tal atrocidad y exigió que se retiraran del país, así como Rusia, China, Irlanda, Reino Unido, Canadá y Alemania, pero Trump se negó y saco el pretexto de que los criminales gobernaban el país vecino y que solo estaban salvando a los ciudadanos... que pendejo más grande hay en el universo.
A pesar de eso, Trump no cedió y siguió su plan, ahora Estados Unidos logro apropiarse de Chihuahua, Baja California Norte, parte de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Sonora.
El gobierno mexicano le pidió a los hombres de 18 años en adelante que se unieran a las fuerzas armadas para repeler la invasión estadounidense y recuperar la libertad que tenían, además de que esta vez no fue obligatorio entrar, pues a pesar de eso, el Presidente Andrés Manuel López Obrador en un mensaje que dio a todo el país, que los que no quisieran entrar al ejército y luchar contra los invasores, que entonces se quedaran con sus familias y las protegieran de toda amenaza extranjera en caso que pasaran por sus ciudades o pueblos.
Debido a ese llamado, la mayoría de la población mexicana se armó de valor, tanto así como hombres y mujeres por igual, tomaron las armas y crearon grupos guerrilleros, la milicia, los narcos y todo tipo de criminales, se unieron a la lucha porque tenían ahora un enemigo en común... Los Estados Unidos de América.
La lucha seguía y debido a la avanzada tecnología y armas que poseían los gringos, el ejército mexicano perdía terreno, además de que el Presidente le pidió y suplico ayuda a sus vecinos del sur pero no quisieron meterse en el asunto y a otros países les daba igual, además de que Rusia y China no podían enviar ayuda a México, porque si lo hacían, crearían una tercera guerra mundial contra estados Unidos y no querían llevar a sus soldados a morir.
Pero los extranjeros que vivían en el país o estaban de turismo, como los musulmanes, polacos, canadienses, japoneses, vietnamitas, chinos, coreanos, irlandeses, alemanes, rusos, hindúes, cubanos, colombianos, argentinos y más, sufrieron ataques por el ejército estadounidense en los cuales tenían en sus filas a racistas y pusieron pretextos de que eran terroristas por los musulmanes y comunistas por los cubanos, rusos y chinos, así como los demás extranjeros.
Entonces los familiares de la misma nacionalidad, dejaron de lado el protegerse y tomaron las armas para crear sus pequeños ejércitos contra los invasores. Hicieron de todo, coches bombas, bombas adhesivas, minas, molotov y demás.
Yo junto a mi escuadrón estamos cerca de la lucha que libraban nuestros hermanos contra los estadounidenses, además de que con nosotros se encontraban miembros de las familias extranjeras que murieron por los yanquis, todos de diferente nacionalidad.
Además de que cuando los países del sur, como otros se enteraron de la muerte de sus ciudadanos por racismo del ejército estadounidense, ya no se quedaron con las manos cruzadas y tomaron cartas en el asunto, también de que debían ser cautelosos para no llamar la atención de los estadounidenses, así que enviaron a un pequeño ejército a México como ayuda al país, contra la invasión.
Los países que nos enviaron ayuda fueron, Guatemala (270), Rusia (490), China (360), Corea (400), Japón (310), Cuba (300), Argentina (430), Chile (250), Colombia (230), Francia (440), Alemania (390) y Brasil (510), así como Israelíes (500) y Árabes (360).
Tuvieron que usar el uniforme de la armada mexicana para no involucrar a su país, además de que algunos se les cambio el nombre o el apellido, así como también nos enviaron armamento para poder estar más preparados, al igual que la ONU le puso fuertes sanciones a Estados Unidos por invadir México, pero eso no es todo, ya que los migrantes e inmigrantes mexicanos y demás latinos así como de Asia y Europa empezaron a hacer revueltas en Estados Unidos y destrozos por la invasión.
Así mismo, también crearon pequeños grupos armados para atacar a los lugares policiacos para tratar de debilitarlos y se formó un caos en el interior, pero eso no los detuvo y siguieron avanzando así como matando a los que hacían revueltas y demás.
¿Cuál era la excusa para matar civiles los cuales algunos obtuvieron la nacionalidad estadounidense?.... terrorismo.
- Vaya estupidez tan grande el que tiene Estados Unidos – me dije a mi mismo, al tiempo que avanzábamos hacia las líneas enemigas en un camión.
- No digas eso amigo – me dijo uno de los guerrilleros de acento un poco islámico, árabe o como quieran que estaba a mi lado dentro del camión – ellos no tienen la culpa, sino su líder.
- Tal vez tengas razón Farid, pero incluso su mismo pueblo aprobó esta guerra, no digo al gobierno, sino a sus habitantes descartando a todos los extranjeros de todas las nacionalidades que viven allí – le dije a mi compañero.
Farid Domínguez Salem, es un hombre de ascendencia mexicana e israelí, su padre era mexicano y su madre Israelí. Nació en Yucatán y es 3 años mayor que yo teniendo 22 años y yo 19, trabajaba en un restaurante que tenía su familia donde servían platillos mexicanos y de origen árabe o israelí (siento que son casi lo mismo, pero quiero que me lo hagan saber), y por dios eran deliciosos cuando me compartió.
Hizo el entrenamiento militar cuando los militares fueron por él, era obligatorio pero no le molestaba porque él veía lo positivo de eso, que era el que así podría proteger a sus padres de los asaltos, por lo que así paso 8 meses dependiendo el que lo hagan o si quiso seguir entrenando, dentro de la vida militar.
(No sé cuánto tiempo están las personas cuando hacen eso xd)
Cuando regreso, siguió trabajando en el restaurante pero sin dejar de entrenar, solo para que meses después estallara la guerra contra Estados Unidos, los cuales enviaron sus vehículos terrestres, marinos y aéreos a tomar las partes más importantes del país y Yucatán era uno de ellos. Un misil lanzado por un helicóptero así como cazas, lograron darle al restaurante que estaba repleta de gente refugiándose junto a ellos estaban los padres de Farid, asesinándolos al instante.
Farid en ese momento, estaba regresando rápidamente para ayudarlos, solo para ser mandado a volar por la onda de la explosión que lo deja inconsciente.
Cuando despertó, fue salvado por los policías del lugar y sin querer quedarse sin hacer nada, se une a la lucha y empiezan a sacar a los soldados del país, pero fue imposible, eso sí, lograron frenarlos y sacarlos de Yucatán por unos meses.
El ejército requería su presencia para luchar en el norte, lo cual el acepta y se unió en mi escuadrón donde lo conocí y nos hicimos amigos con el tiempo.
- Esta bien, no puedo contradecirte eso – dijo mientras veía su arma, la cual era una IMI Galil personalizada.
- Aun me siento inseguro – le dije sinceramente mientras miraba mi FX-05.
- ¿Por qué? -.
- Oye, yo era un simple estudiante escuálido sin aspiraciones en la vida, pesimista, no creía en mí mismo y lo sigo haciendo – le dije viéndome a mí mismo - ahora soy un soldado escuálido que apenas y logro pasar las pruebas, un cabo bajo órdenes las cuales trato de cumplir, pero ahora el hablar contigo me siento mejor.
- ¿Y cómo te sientes? – me pregunta Farid.
- Me siento tranquilo – le dije al mirarlo.
- ¿No sientes miedo al saber que vas a morir? -.
Esa pregunta me tomo por sorpresa, pero simplemente le di una sonrisa tranquila y me tranquilice de inmediato.
- No lo tengo – respondí llamando su atención – porque debemos tener en cuenta que la muerte le llega a todos, así que no me importa eso, ni pienso en eso, porque la muerte es algo que le llega a todo el mundo de forma inesperada en cualquier parte.
- Ya veo – me dijo – entonces quiera tener esa calma tuya.
- ¿Cómo? -.
- Me siento nervioso, además de que también tengo miedo a morir – me respondió Farid – no tengo ganas de morir aun y eso que tengo en mente que no se puede evitar.
- Si eso es lo que te preocupa – le dije para verlo con una sonrisa – entonces me asegurare de morir para salvarte amigo.
Farid me miro sorprendido mientras yo seguía dándole esa sonrisa, entonces Farid con los ánimos renovados, solo dio una media sonrisa para luego extender su puño a lo que yo hago lo mismo y los chocamos.
- Ni loco dejare que mi amigo haga eso por mí – me dijo – mejor aceptare la muerte cuando me llegue, así que por ahora, a estar preparados para pelear.
- Así se habla – le dije a Farid mientras esperábamos llegar a la batalla.
- Por cierto, ¿Por qué traes esos rifles tan anticuados?, tengo entendido que uno se usa ahora solo se usa para ceremonias y el otro lo desconozco, además de la pistola – me pregunto viendo un rifle que poseía en mi espalda y la pistola enfundada en mi pierna derecha.
- Digamos que es una joya y un arma poderosa a pesar de ser vieja – le dije – es un Fusil Porfirio Díaz Sistema Mondragón Modelo 1908, fue la primer arma mexica en ser empleado por un ejército desde el inicio del siglo 20 hasta el fin del siglo. Este es un Fusil Máuser 1954 "Mosquetón", no es muy conocido y aunque no lo creas, fue diseñada en el siglo 19, creo que en 1884 sin no me equivoco – después de eso le muestro la pistola - la pistola es una Ballester-Molina de nacionalidad argentina. La longitud del cañón es 127 mm, usa munición 11,25 x 23, es de calibre 11,43 mm con un sistema de disparo de acción simple, su alcance efectivo es de 50 m y con un cargador extraíble mono hilera de 7 cartuchos. Me la regalo Mauro – después de la explicación asiente.
- Pero no respondiste sobre el por qué las traes – dice Farid.
- Digamos que solo quise usar anticuadas y viejas... en un combate moderno – le dije y asiente a mi respuesta.
Cuando llegamos al campo de batalla, todo era muerte pero aun así no nos doblegamos y empezamos a luchar, juntos podíamos acabar, pero ellos arremetieron con sus tanques y lamentablemente nosotros no teníamos ninguno y tardarían en llegar, así que nos refugiamos y les dije a todos mis compañeros que ataquemos en grupos de cuatro, ya que nuestro capitán había muerto, entonces ellos obedecen mi orden y en grupos de cuatro empezaron a atacar a los gringos y la estrategia era buena, ya que también les dije que dos dispararan y cuando se les acabara el cargador, los otros los cubrirían mientras recargaban.
Yo junto a Farid decidimos ser un grupo junto a mi otro amigo Mauro, que vino desde Argentina de vacaciones hasta que estalló la guerra. Su familia murió por bombas estadounidenses y él quiso entrar al ejército a pesar de su edad, así que lo dejaron pues incluso desafío a los oficiales de alto mando, a tal punto que los golpeo y con eso lo dejaron entrar por demostrar agallas y eso que no mostro lo que sabía.
- Mauro a las 11 – le dije y el chico a gran velocidad portando una FARA 83 le dispara a dos soldados enemigos que se acercaban, cayendo justo a nuestros pies, así que les dije a ambos que se pusieran los chalecos y lo hicieron a pesar de que traían ya chalecos antibalas, les dije que tomaran las armas y municiones de los cadáveres y lo hicieron.
Portaban un M60 y un M16 junto a pistolas M1911, seguimos nuestro avance y rodeamos las líneas enemigas, cuando estuvimos atrás de ellos, plantamos minas que les robamos, asesinamos a los oficiales más altos usando silenciadores en las armas, pusimos C-4 en algunos camiones, nos hicimos pasar por soldados americanos y les pedimos que lanzaran misiles a el área que ellos tenían ocupada, diciéndoles que habían logrado penetrar sus defensas y que usaban sus uniformes y vehículos para hacerse pasar por ellos, a lo que los altos mandos envían cazas y lanzan misiles a sus propios aliados derrotándolos, pero logramos tomar tres tanques, siendo uno cada uno.
Varios soldados entraron a los tanques con Mauro en uno y en el de Farid también, también personas conmigo y avanzábamos hacia más adelante, estuvimos avanzando sin encontrar nada, hasta que les dije que paráramos y que pusieran un perímetro para descansar y seguir después de unas horas, en las cuales se hizo de noche.
Después de un pequeño descanso, más adelante vimos como más tropas estadounidenses llegaban, así que les dije a los de infantería que se pusieran detrás de los tanques robados y los del ejército que habían llegado, les dije que abrieran fuego a los tanques y lo hicieron, algunos dieron pero otros no, así que volvieron a calcular la trayectoria y así estuvimos en una batalla sangrienta.
El tanque que portaba recibió un gran daño, así que les dije a todos los tripulantes que salieran antes de que explotara, a lo que en friega todos bajan y en eso, aprovecho y cierro la tapa para irme a toda velocidad en el tanque enemigo hacia los enemigos ante la estupefacción de todos.
- ¡¿JOSE ESTAS LOCO?! – me grita Farid desde su tanque.
- ¡Y DE REMATE! – Le dije mientras veía con fuego en mis ojos a los norteamericanos – te dije que yo daría mi vida para que siguieras con vida Farid, así que... se fuerte. Mauricio... tu igual.
Con eso, gaste toda la munición de las ametralladoras que podía contra los enemigos diezmando muchos soldados y un blindado con el disparo del tanque.
¡BOOOOOOOOOMMM!
Hasta que lograron volarme en pedazos junto al tanque.
Bueno... al menos con esas muertes, pude tal vez evitado la muerte de muchos más, así que aunque no pude estar hasta el final de la guerra y tener la oportunidad que veo imposible de matar a Trump, al menos puedo descansar en paz sabiendo que morí protegiendo mi país.
Tu vida aún no ha acabado José/Josef Eduardo Ruiz...
Más bien... apenas empieza...
Pero en otra línea de tiempo...
Así que será mejor que encuentres a tus otros compañeros o...
Dejar que ellos te encuentren
.
.
.
.
.
.
¿Pero qué es esto?... – me dije al ver como una parte de mí se separaba hasta formarse otro yo, que también estaba sorprendido, hasta que una especie de portal se abre y se lo lleva.
Después de es, todo volvió a ser oscuro otra vez, mientras volvía a descansar tranquilo.
.
.
.
.
.
Narración normal
Lugar desconocido
En la mañana
En una casa tipo oriental rodeado de prado y más adelante un bosque, lejos de la civilización se encontraba un pelinegro acostado en lo que sería una especie de colchoneta, durmiendo tranquilamente, pensando en una vida donde la guerra había terminado y México había ganado, tomando solamente los territorios que tenía el tratado Guadalupe-Hidalgo y también de Texas.
Cuando por la ventana de la casa entraron los rayos del sol, le dieron en el rostro a Josef que empezó a dar signos de despertar.
- ¡TRAIGANME A THANOS! – grita Josef de repente al despertar de forma brusca.
Unos segundos más le bastaron para regresar en sí y ver confundido a su alrededor, no se encontraba en un lugar que el conociera, al igual que estaba en una especie de pijama.
De pronto la puerta corrediza se abre abruptamente llamando la atención de Josef, que vio frente a sus ojos a un hombre de rasgos orientales, cabello negro, ojos castaños, una cicatriz en la mejilla derecha, ropa simple y con una espada japonesa en mano lista para ser usada.
- ¡Me doy! – dijo Josef levantando las manos en señal de rendición.
- Oh, ya está despierto – dice el hombre guardando la espada – se siente mejor, por lo que veo.
- (¿Eso es japonés?) – Se preguntó a sí mismo en su mente – (que bueno que pude aprender japonés en el curso de idiomas)
(Mentira, no se japonés y apenas se español :,v)
- Oe –le llama el hombre – ¿se encuentra bien?
- Oh, sí perdone – dice hablando en japonés – estaba distraído por... ¡pero qué carajo!
Al darse cuenta apenas, Josef se descubrió el torso y se empezó a inspeccionar a si mismo buscando algo.
- Ninguna cicatriz, ninguna quemadura, perforación... nada – se dijo a si mismo ante la mirada curiosa del hombre – es imposible. Yo estoy seguro que había muerto en la explosión ¿Cómo es que estoy vivo?
El hombre al ver que Josef estaba alterándose, lo trata de calmar.
- Oye tranquilízate, es normal después de haber despertado por un buen tiempo – dijo el hombre.
Josef se calma y mira rápidamente al sujeto para verlo sorprendido y confundido.
- ¿Cómo que un buen tiempo? – pregunta confundido.
- Si, has estado inconsciente por 2 semanas -.
- ¡¿QUEEEEEEEEE?! – grita a los cuatro vientos impactado.
- Si, ha estado fuera de sí, durante ese tiempo – responde con naturalidad.
- Ahhh – Josef suspira, pues era mucho que pensar – dígame algo, ¿tenía algo conmigo cuando me encontraron?
- Si, varias cosas y unas especies de armas muy raras – responde el hombre – están en la otra habitación.
- Quiero ir a verlas – dijo y se levanta, para después arreglarse la ropa, pero un conjunto de ropa a su lado y mira al hombre.
- Las encontramos junto a usted, debo suponer que es suya – dice tranquilamente para después salir de allí y darle privacidad al pelinegro.
Ya una vez cambiado, sale de la habitación y se encamina a la segunda habitación encontrándose con el sujeto, y en un armario, se encontraban todas mis cosas. Mi FX-05 Xiuhcóatl, Fusil Porfirio Díaz Sistema Mondragón Modelo 1908, el Fusil Máuser 1954 "Mosquetón" y la Ballester-Molina, así como mi mochila tamaño grande (casi de la mitad de mi tamaño) la cual revise y allí estaban las granadas de fragmentación, cegadoras, aturdidoras y de humo. También tenía muchas cosas más como un gran libro grueso, en el cual traía dibujos y también planos, pero lo que me pareció raro fue que no estaban los cargadores de las armas, ni los peines del fusil Mondragón y del Máuser (así se les dice a los cargadores de munición de los rifles que son "peines" de cinco cartuchos/balas de las guerras del siglo 20). Estaban la mira réflex, la mira telescópica, el lanzagranadas y la mira laser del FX-05, así como una mira telescópica del Mondragón y una bayoneta para el mosquetón, así como una espada de las antiguas civilizaciones mesoamericanas que tenia de nombre macuahuitl.
- No hemos revisado sus cosas, eso sería muy descortés y una falta de respeto a su persona – dijo el hombre.
- Gracias – dijo Josef – por cierto, ¿en dónde me encuentro?
- Se encuentra en Tokio el corazón de Japón – responde el hombre sorprendiendo a Josef – o cierto, no pude presentarme antes, soy Haruma Sakumo.
- Un gusto, soy José o Josef Eduardo Ruiz – se presenta Josef – por cierto, Josef Eduardo es mi primer y segundo nombre y Ruiz es mi apellido Haruma-san.
- ¿De dónde provienes? – me pregunta el señor Haruma.
- Pues, antes de responder eso, quiero saber en qué año estamos – dijo apenado Josef.
- ¿No sabe? – Pregunta sorprendido y Josef niega – bueno, nos encontramos en el año 1850.
- (No puede ser) – pensó sorprendido – dígame, ¿tiene un mapa?
- Claro, ¿pero qué tipo de mapa? – pregunta.
- Mundial por favor -.
- Claro, por favor venga a la sala – dice y ambos van a la sala (o como se diga en Japón) donde Josef se sienta en forma tradicional japonés mientras una mujer llega con té y le sirve un poco a ambos – ella es mi esposa Saori Haruma.
La mujer era de cabello negro y ojos del mismo color, con un cuerpo envidiable y traía un kimono negro con estampados de pétalos. La mujer hace una reverencia y Josef igual, entonces Sakumo va a la biblioteca de su hogar por un mapa.
- Ahora vuelvo, iré por el mapa – dijo para retirarse.
- Gracias – dijo para después ver a la mujer – y también gracias por el té.
- De nada – dice Saori sentándose cerca de la mesa - ¿se siente mejor?
- Si, gracias por lo que hicieron por mí, no sé cómo pagárselos – dijo Josef.
- Necesitaba ayuda, así que solamente hicimos lo correcto – dijo con una sonrisa.
- Ya llegamos – se escucha habla a una voz femenina llegando al lugar.
A la sala, entraron dos chicas de cabello negro, solo que una lo tenía corto y la otra largo, además de que eran iguales por lo que eran gemelas, solo con la diferencia que la de cabello largo tenía los ojos castaños y la otra los tenia negros.
Cuando entraron, vieron a su madre y a un hombre que las sorprendió, pues era el hombre que habían salvado de morir en el bosque, así que se acercaron y su madre les dio la bienvenida.
- Bienvenidas de vuelta – dice la madre - ¿Cómo les fue?
- Nos fue bien – responde la de cabello corto – pudimos vender varios kimonos.
- Aunque ahora casi no va bien con las ventas y siguen peor – responde preocupada la de cabello largo.
- Ya veo – dice la mujer – hijas quiero presentarles a nuestro invitado.
- Hola es un gusto conocerlas – se levanta Josef – Mi nombre es José o Josef Eduardo Ruiz, Josef y Eduardo son mis nombres y Ruiz es mi apellido. Es un placer conocerlas – se presenta dando una reverencia.
- El placer es nuestro – dijo la de ojos castaños – mi nombre es Hikari y ella es mi hermana gemela Kauri.
- Un placer – dice la de cabello corto.
Llega Sakumo con el mapa y les da la bienvenida a sus hijas, para que luego pusiera el mapa en la mesa mostrándole a Josef que era como el de su época casi aliviándolo de que no haya cambios, solo que la diferencia era que algunos países eran más grandes en territorio.
- Supongo que el mapa es para poder indicarnos de donde viene ¿no es así? – dijo Sakumo a lo que Josef asiente.
- Así es, es que me sentía inseguro de unas cosas que no puedo explicar con palabras ni con hechos... creo – dijo inseguro Josef.
Narra Josef
Me puse a analizar el mapa completamente y me di cuenta de algo... si estaba en mi mundo solo que mucho tiempo atrás y para mi impresión, algunos países todavía no existían, contando también el hecho de que algunos imperios reinaban el mundo, ya que la primera guerra mundial no se ha llevado a cabo hasta que pasen 64 años. Además de que en áfrica, los imperios que tenían dominado ese lugar eran mayormente por los británicos y franceses, pero solo en pocos kilómetros de territorio había control de los imperios Alemán, Italiano, Español y el Otomano, aunque este en más medida ya que dominaba casi gran parte del norte de África.
Así que esta vez... México tomara cartas en el asunto y entrara a la guerra. México... aceptara el telegrama Zimmerman.
- Aquí – señalo – de aquí es donde vengo.
- Vienes de américa – dice sorprendido el hombre al igual que su familia.
- Si, pero no me integre con los malditos blancos del norte – les dije un poco enojado – yo no vengo de Estados Unidos, yo vengo de México... y soy un mestizo.
- Oh vienes de más abajo – dijo interesado.
- Así es – le dije.
- Ustedes tuvieron una guerra con sus vecinos hace dos años – me dijo el hombre.
- Si – dije de forma amarga – esos malditos desgraciados, se aprovecharon de nuestra inestabilidad como país, debido a las guerras internas por el poder, nuestro gobierno fue decayendo, además de que nuestros territorios del norte no eran habitados aun.
- Se dice que la causa de la guerra, fue porque Texas quería su independencia de su país – dice la chica de nombre Kauri.
- Esas son puras mierdas – dije furioso hasta que me di cuenta de que fui descortés con la familia – lo siento, fue un arranque de ira.
- No se preocupe – me dijo la señora Haruma – es normal estar furioso por perder una batalla.
- Lo sé, pero no solo se aprovecharon de nuestra inestabilidad política, sino que nuestro país no era un país desarrollado industrialmente como en el norte, ya que nuestro país solamente se dedica a la agricultura, pesca y ganadería. No al armamento y a la industria. – Dije suspirando – Estados Unidos querían los territorios que tienen ahora, porque su presidente tenía o tiene aún ideologías de expandir su país y volverlo grande. Así que le dijo a nuestro presidente que le compraba esos territorios pero nuestro presidente y el gobierno se negaron completamente, años después pidieron lo mismo, pero ahora el precio lo aumentaron y nuestro gobierno volvió a negarse, pues a pesar de que éramos pobres en armamento sabíamos lo que hacían. Tenían esclavos, gente inocente que era tratada como animales, como ganado u objetos que pueden remplazarse.
Así seguí contándoles toda la historia, de inicio hasta la actualidad, además de que también les dije sobre mis planes y mis metas, dejándolos sorprendidos. Estuvimos hablando durante un buen rato hasta que se hizo de noche, incluso ninguno de nosotros comió, por estar contando la historia, así que cuando termine, la señora Haruma junto a sus hijas hicieron la cena y yo les agradecí por invitarme.
Al día siguiente
Sakumo iba a la ciudad por un asunto de suma importancia, me pidió que lo acompañara a lo que yo acepte, pues él y su familia me salvaron así como me curaron, por lo que debía devolverle el favor a todos.
Mientras caminábamos le hablaba sobre mis anécdotas y las situaciones que había pasado en mi vida, además de decirle el significado de algunas palabras que decíamos en mi país. Después de un rato llegamos a la ciudad de Tokio y vaya que si era diferente a la Tokio moderna, pero también era agradable pues a pesar de ser de otro tiempo, era hermosa y más natural como clásica sin la tecnología.
Al pasar por las calles, las personas se me quedaban viendo curiosas, con algo de miedo o desconfianza pues era un extranjero por mis rasgos faciales y mi color de piel, contando eso mí atuendo también que consistía en una camisa blanca de mangas cortas, pantalones militares verdes y botas militares.
- Oye Sakumo, ¿A dónde vamos? – Le pregunto no es que este aburrido o eso pero... las personas no dejan de mirarme – dije viendo disimuladamente a las personas.
- Bueno, eres extranjero eso es normal – me dijo tranquilamente – y sobre a donde vamos, pues... aquí.
Sakumo me señalo un local enfrente, no sabía que era ese local hasta que entramos. Ahora todo tenía sentido pero a la vez me confundí un poco, pues cuando entramos habían muchas personas en las mesas que habían allí y también enfrente en una barra, así que tenía claro que estábamos en una taberna.
- Es una taberna japonesa – dije sorprendido.
- Exacto amigo mío – me dijo Sakumo – venimos aquí porque digamos que soy el dueño de esta taberna.
- ¿En serio? – pregunte sorprendido.
- Claro que no, era una broma jajajajaja – Sakumo se empezó a reír, a lo que yo lo hice también pues me engaño.
- Entonces, ¿Cuál es el motivo? – pregunte.
- Unas personas vendrán a verme aquí, no me dejan en paz y quiero arreglar las cosas con ellos – me dijo sincero y serio.
- Entonces, me trajiste aquí por si algo sale mal, para poder ayudarte – le dije y este negó.
- No amigo mío, es para que si todo no sale bien, quiero que te lleves a mi familia a un lugar seguro, incluso si tienes que sacarlas de Japón y llevarlas a tu país – me dijo Sakumo sorprendiéndome – ellas son lo más importante en mi vida y no quiero que les pase nada.
- ¿Pero que no puedes llamar solamente a la policía, guardia o lo que represente la ley del imperio? – Pregunto a Sakumo – después de todo Tokio es el corazón de Japón.
- Si hay pero, esos tipos son muy escurridizos y también sus barbaridades las hacen en silencio y no pueden ser delatados – dijo serio a lo que yo asentí.
Fue buena idea traer mi pistola Ballester-Molina, ya que el ruido de la pistola podría traer la atención de los guardias imperiales, además de mi macuahuitl enfundada en mi espalda.
- Está bien amigo, yo te cuido la espalda – le dije y Sakumo me sonríe.
Estuvimos hablando un rato en la barra, donde Sakumo bebió varios tragos de sake y me invito a tomar, pero lo negué diciéndole que no toleraba el alcohol y que no me gustaba beber, así que el barman me dio agua a cambio.
Después de un rato, unas personas entran al bar y tenían caras de babosos, sin aspiraciones en la vida, pocos hombres y caras de arrogantes.
Eran como 7 sujetos y el último de ellos media como dos metros, era un poco relleno y fornido, así que sabiendo que eran ellos, yo me voltee al barman y me dispuse a fingir que no conocía a Sakumo mientras él miraba su bebida pacientemente sin prestar atención.
Ellos se acercan a Sakumo como los maleantes de las películas o de los animes de una forma muy cliché, Sakumo los miraba tranquilamente mientras ellos se acercaban a él, entonces el que sería el líder me toma del hombro y me tira de mi lugar, así que me tuve que aguantar y me aleje de ellos a un punto donde pueda observar las cosas.
Al parecer las personas dentro del bar conocían al grupo y a su líder, debido a que no intervenían o se alejaban de ellos con miedo.
- Oe Sakumo que bueno que viniste – dijo el líder sentándose al lado de Sakumo.
- Solo vine a dejarles en claro mi última palabra Danzo – dijo seriamente.
- ¿En serio? – Dijo el líder – vamos viejo, es un trato justo y ya nos debes mucho dinero. Solo tienes que darnos a tus hijas y la deuda estará saldada.
- Prefiero morir que dejarles tocar aunque sea un cabello de mi familia – dijo furioso, a lo que las personas alrededor se alejaron del grupo mientras el barman se escondía.
- Sí que eres un idiota Sakumo – dijo el líder sacando su katana – pero bueno, no te preocupes, cuidaremos muy bien tu esposa e hijas.
Sakumo solo chasqueo la lengua pues venia desarmado, pero antes de que el líder hiciera algo un sonido ensordecedor se escucha en el lugar asustando a todos, además de que ven como la espada de Danzo se rompe así como sale volando de su mano mientras Danzo se sostenía la mano del dolor.
Todos voltearon hacia el origen del sonido para verme a mí, sentado en una silla mientras los miraba aburridamente sosteniendo mi Ballester.
- ¿Quién rayos eres tú? – pregunta enojado el líder.
- Soy amigo de Sakumo – dije levantándome – y tu junto a tu pandilla, son mis perras.
Uno de los seguidores de Danzo se me acerca con su espada para cortarme, pero solamente levante mi pistola y le dispare en la cabeza matándolo al instante, pero para precaución, le disparo en la cabeza a otros dos matando ya a tres, asustando mucho a todos.
De pronto el más grande del grupo con un hacha se acerca a mí para partirme a la mitad, a lo que yo le disparo en el abdomen haciéndolo retroceder, pero no cayó pues era fuerte. Así que desenfundo mi macuahuitl y se la lanzo a Sakumo que la toma y pelea contra el líder que había tomado la espada de uno de los cadáveres mientras yo me batía a duelo con el grandote, pero disparo a un lado mío donde uno de los seguidores de Danzo quería matarme con su espada, matándolo y doy un salto al frente alejándome del grandote para después gastar mi última bala con el otro seguidor matándolo quedando solo el líder y el grandote.
Guardo mis pistola en su funda y me pondo en pose de lucha, mientras el grande tenía su hacha con la cual trato de rebanarme, pero lo esquivo y me pongo detrás de el para tomarlo del pantalón y la cabeza y lanzarlo hacia atrás para que chocara con el piso.
El tipo era pesado, pero cuando eres de México o sus vecinos latinoamericanos siempre terminas levantando cosas pesadas que ni sabes que estas cargando si metal de 1 o 2 tonelada o el kilo de las tortillas que te manda tu mama para comer.
El grandulón se para y vuelve a tomar el hacha a lo que yo tomo una espada del cadáver para después esquivar el ataque y hacerle un corte detrás de las rodillas haciéndolo arrodillarse mientras sostenía la espada con una mano, pues no estaba acostumbrado a usar una espada japonesa que se usa normalmente con las dos manos, así que lo uso como si fuera un machete.
Para evitar problemas, saco mi pistola y con el reverso del arma le doy un golpe en la nuca dejándolo inconsciente, para mirar a Sakumo que se batía en duelo con Danzo usando mi espada, pero al arecer tenía problemas al usarla ya que tenemos estilos distintos de usar la espada.
De una patada Danzo saca a Sakumo del bar a la calle donde las personas se alejaron para no meterse, así que salí y seguir viendo la pelea mientras las personas miraban intimidados a Danzo pues al parecer tenía una mala reputación.
- Sakumo – le dije y el me presta atención sin dejar de pelear.
- ¡¿Qué?! – pregunta.
- Tú y yo tenemos dos estilos diferentes, por lo cual la espada azteca se usa con una mano – le dije y allí Sakumo abre los ojos comprendiendo.
Entonces Danzo da un tajo a Sakumo que con una mano blande la macuahuitl desviando la espada y da un giro para darle un ataque a Danzo que pone su espada a tiempo, pero de igual manera es derribado por Sakumo debido a que la macuahuitl era una espada con piedras pequeñas pulidas y afiladas en toda la madera haciéndola una cierra manual.
Ya estando Danzo en el suelo, Sakumo apunto el macuahuitl en su cuello y con una mirada fría le dice:
- Se acabó – dice mientras yo me acercaba y el me extiende la espada – gracias por venir conmigo.
- Estoy para dar la vida por mis personas preciadas y eso te incluye a ti y a tu familia, aunque apenas llevemos un día de conocernos – le dije con una sonrisa ladina.
Después de eso llegaron los guardias y para saber el asunto rodeándonos a ambos apuntándonos con sus lanzas y espadas, mientras otros más aseguraban el área. Unos minutos después sacaron los cadáveres de los muertos y al grandote se lo llevaron al igual que a Danzo, mientras que a nosotros pues nos mantuvieron detenidos, pero después de que Sakumo se presentara a los guardias, estos se sorprendieron e inmediatamente nos dejaron libres mientras el líder del grupo se inclinaba ante Sakumo.
- Discúlpenos Sakumo-sama, solo hacemos nuestro trabajo – le dijo el capitán.
- No hay problema, ustedes solo cumplían con su deber y eso es bueno – dijo Sakumo.
- De acuerdo Sakumo ¿de qué me perdí?, ¿Qué acaso eres un ex general que estuvo al servicio del emperador años atrás? – dije en tono de broma y un poco de burla, pues nos caíamos bien ambos que nos hacíamos bromas y a veces nos insultábamos de forma amigable.
- ¿Cómo lo supo? – me dice sorprendido.
A eso, quede con una mirada plana mientras tenía los ojos en blanco al escuchar lo que dijo.
- Lo dije en broma – responde – no mames Sakumo, ¿en serio eras un general al servicio del emperador?
- Así es amigo – responde – pero bueno, debemos irnos a casa – dijo para retirarse y yo lo iba hacer también hasta que el capitán nos detuvo.
- Disculpe Sakumo-sama, pero quisiera saber quién es el – dijo viéndome.
- Es un amigo mío que viene de América, lo salve hace unas semanas – responde Sakumo – estará aquí hasta que pueda volver a su hogar.
- Entendido señor, entonces le deseo suerte en su regreso a casa – dijo dando una reverencia.
- Oye, ¿Cómo te llamas? – le pregunto.
- Me llamo Masamune Kazako – se presenta el capitán que era pelinegro y ojos del mismo color.
- José o Josef Eduardo Ruiz – me presento – José o Josef Eduardo son mis nombres y Ruiz mi apellido.
Kazako asiente y se va de allí junto a sus hombres con los cuerpos de los muertos y los heridos para poder dar su reporte a sus superiores, mientras Sakumo y yo nos íbamos a casa, no sin antes de volver al bar y llevarme los casquillos.
Cuando llegamos les contamos lo ocurrido y lo que quería Danzo, se enojaron por eso y yo pregunte sobre Danzo, a lo que ellos me dijeron que era el líder de una gran banda de criminales que se dedicaban al robo y al saqueo.
Sabiendo eso, me puse a pensar que tal vez sus seguidores querrían venganza por lo que le habíamos hecho a su líder y compañeros y eso le dije a la familia, pero me dijeron que no habría problema pues no los molestarían más.
Cayo la noche y las mujeres hicieron la cena y yo les agradecí por ser tan buenos conmigo, les conté algunos chistes que me sabia y también les enseñe el significado de algunas palabras, al igual que les enseñe un poco a hablar el idioma español latino hasta que se hizo muy tarde, por lo que nos acostamos a dormir.
Semanas después
La luz de un nuevo día había llegado y con ello también las actividades, así que desayunamos y les ayude en algunas cosas en el hogar a las mujeres y ellas dijeron que eso no estaba bien, ya que los hombres japoneses no debían hacer los trabajos de la casa.
- Pues, yo no soy japonés – les dije para empezar a ayudarlas, ya que estábamos solos debido a que los altos mandos del emperador habían solicitado la presencia de Sakumo, pues querían hablar con él al igual que el emperador quería saber algunas cosas.
Después de un rato, escuchamos el galopar de caballos y pisadas de personas, por lo que fui a ver qué pasaba tome el fusil Mondragón y salí de la casa para ver que llegaban lo que serían soldados imperiales en caballos y trotando completamente armados.
Ya estando cerca de la casa, los soldados se detuvieron y las mujeres salen de casa para ver qué pasaba, entonces mire a uno de los soldados dándome cuenta que era Kazako que venía acompañado con una escolta mientras los demás soldados estaban atentos.
- Kazako, que bueno verte – le dije acercándome ya con el fusil en mi espalda y me acerque amistosamente extendiendo mi mano, pero la escolta de Kazako se pusieron en guardia al igual que los demás haciendo que me detuviera - ¿are?
- ¡Firmes! – Dijo Kazako y todos los soldados se formaron incluso su escolta – a mí también me alegra verlo Josef-dono.
- ¿Dono? – Dije confundido – ¿acaso hice algo para ganarme tu respeto Kazako?
- Exactamente Josef-dono – me dijo mientras lo seguía mirando confundido al igual que las mujeres – pero no solo yo, ya que los generales también lo respetan.
- ¿Y eso? – dije sin entender.
- Gracias a usted y a Sakumo-sama pudimos capturar a uno de los criminales más buscados de todo Japón – dijo sorprendiéndome – por lo cual el emperador quiere verlo para felicitarlo.
- ¡¿Qué?! – Dije impactado - ¡¿es en serio?!
- No le miento – me dijo – por favor, nos honraría a todos que lo dejáramos guiarlo.
- P-pero... no puedo dejar sola a la familia de mi amigo – dije viendo a la familia.
- Mis hombres pueden protegerlas en la ausencia de Sakumo-sama y de usted – me dijo Kazako.
Mire a las chicas que solamente me sonrieron y asintieron, así que suspire mire a Kazako para asentirle y el, junto a sus hombres, me llevan al palacio para el ver al emperador.
Más tarde
Después de un rato llegamos al palacio (si, muy cliché pero que importa xd) y los guardias nos dejaron entrar, pero vi que algunos llevaban mosquetes por lo que me hizo pensar que estaban apenas modernizándose.
Cuando estuvimos cerca de las puertas, un par de guardias nos deja entrar y da el aviso de que hemos llegado, después de eso, nos dirigimos hacia el lugar donde estaría el emperador y me imagine si sería como Hirohito, el cual no se mostró ante nadie hasta que termino la segunda Guerra Mundial.
Cuando llegamos, fue tal como lo imagine, ya que el emperador actual de esta época, no estaba mostrándose y está siendo cubierto por especie de tela que tapaba todo su trono evitando que lo vieran. Cuando estuvimos cerca de todos, los guardias hacen una reverencia y yo solo me mantuve tranquilo en mi lugar, lo que genero descontento a varios mientras Sakumo que estaba con ellos solo negaba divertido, pues ya sabía cómo era por el tiempo que convivo con él y su familia.
- ¡Oe, muestra respeto ante el emperador! – me dijo un general.
- Lo siento pero no muestro mis respeto como ustedes – respondí haciendo enojar más aun a los generales... bueno a varios – después de todo, diferentes países, diferentes costumbres. Pero solo porque estoy en un país extranjero.
Hago una reverencia ante todos, mientras Sakumo suspiraba un poco cansado, pues sabía que esto iba ser algo muy largo.
- Es un placer y un honor estar ante usted gran emperador – dije dando la reverencia – y también me disculpo por mi actitud, es que no tengo un buen punto de vista con los imperios después de que el primer imperio en mi país fue un fracaso. Contando que gracias a la inestabilidad política de mi país, terminamos perdiendo más del 55% de nuestro territorio.
- Si, escuche sobre eso por medio de Sakumo – dijo el emperador – ¿sabe por qué esta aquí Ruiz Josef Eduardo?
- Creo que tiene que ver con lo sucedido en el bar de Tokio ¿verdad? – dije recibiendo un asentimiento de algunos generales, los cuales uno de ellos toma la palabra.
- Hemos escuchado de parte del capitán Kazako y de Sakumo-dono, tus acciones contra la Danzo y su pandilla – me dijo el general.
- Solo ayude a un amigo, ni siquiera sabía la fama que tenía el tipo ese – le dije al general.
- Aun así, ayudaste atrapar a un peligroso criminal – dijo el general – y el emperador quiso conocerte.
Terminando de hablar el general, el emperador me toma la palabra.
- Quiero mostrarte mi gratitud por haber atrapado a Danzo – dijo el emperador – también quisiera darte una recompensa – uno de los soldados se acerca con una bolsa marrón - la recompensa impuesta al que lograra capturar a Danzo.
- Este yo... - no sabía que decir cuando la bolsa estaba frente a mí, por lo que no tuve de otra que tomarla – le agradezco esto su majestad.
- Quisiera preguntarte algo Ruiz-san – me dijo el emperador.
- Pregunte alteza, si puedo le responderé – le dije.
- ¿Qué harás con ese dinero? – me pregunta el emperador.
- .... Le seré sincero a usted y a todos los presentes – dije viéndolos a todos – pienso comprarme un barco para zarpar a mi país México, que ahora mismo está viviendo una situación muy delicada y seria debido a la guerra contra los Estados Unidos que ellos mismos provocaron con tal de obtener un gran territorio. Pienso ir para poder levantar la moral de todos allí y evitar que más personas mueran por la enorme pobreza y hambruna que estarían pasando ahora. Hay muchas cosas que quiero hacer para poder liberarlos, pero también quiero armarlos para protegerse, aunque lamentablemente, mi país es un país agrícola y no uno industrial, así que tendré problemas con eso – les dije a todos serio pero determinado.
- Veo determinación en tus ojos – dijo serio el emperador – eres alguien muy interesante Josef Eduardo Ruiz.
- Su majestad, yo... prefiero morir de pie protegiendo a mi familia y amigos, que vivir arrodillado ante mis enemigos – dije con toda la seriedad que pude.
- .... – Ante mis palabras, el emperador y los demás se quedaron en silencio, hasta que el emperador habla – quiero que le den uno de nuestro mejores barcos a nuestro amigo.
Lo que dijo me dejo más que sorprendido, al igual que a varios, pero algunos soldados salieron para preparar todo y ponerlo en el barco.
- Su majestad no es necesario – dije un poco preocupado.
- Sé que llegaras a ser alguien importante Josef, por eso quiero que vayas y salves a tu país – me dijo a lo que yo solo baje la mirada.
- Su majestad... quisiera hablar con usted y Sakumo... a solas – dije tan serio que a pesar de no verlo, el emperador también lo estaba.
- Déjennos solos – dijo el emperador con autoridad en su voz haciendo que sus soldados y generales obedecieran la orden.
Ya una vez solos, tome un poco de aire para después ver a ambos un momento para después hablar.
- Esto que les voy a decir, tal vez no me crean... pero les diré la verdad – dije seriamente.
Al día siguiente
El barco ya había sido preparado el día anterior, además de que les dije sobre el futuro de Japón a Sakumo y al emperador Osahito, al inicio no creían nada de eso, pero luego de pensarlo me creyeron, además les dije que era lo que debían hacer y evitar que esto lo supiera alguien más, también les deje unos planos de los fusiles que ellos podrían hacer para el ejército imperial, les dije que cambiaran algunas normas y otras cosas pero de forma lenta para no abrumar a la población demás. Les di planos de cañones antiaéreos, planos de buques de guerra para que estuvieran listos para el inicio de la primera guerra. Además de que les dije las islas que tenían en mi época y las que estaban en disputa, así que les deje en claro que con las que tienen dominadas en mi época, que se conformaran, además de que cuando llegara el momento, que los apoyaran contra los Estados Unidos cuando los alemanes le enviaran el telegrama, a lo que el emperador acepta diciendo que le dejara esa tarea a su sucesor para que el, se la dejara al suyo en el futuro al igual del aislamiento.
Cuando mire el barco pensé que era una broma, pues era un barco de guerra, lo cual me dejo impresionado y pensé que era para protegerme... aunque solamente soy un solo hombre que manejara un barco.
Ahora mismo estoy en el puerto, con mis cosas personales y unos regalos de parte de la familia Haruma, que venían a darme la despedida y a desearme suerte en mí viaje.
- Esperamos que puedas cumplir tus sueños Josef-san – me dijo la señora Haruma con una sonrisa, la cual yo correspondí.
- Tenga por seguro que lo hare – le dije.
- Josef-kun, nunca te rindas – me dijo Hikari con una sonrisa con una actitud positiva.
- Si te pones inseguro y no cumples tus promesas, yo misma iré a tu país, te encontrare y te golpeare – me dijo Kauri haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda.
- Tampoco exageres Kauri-chan – dije nervioso – y no me voy a rendir tan fácil Hikari-chan, porque un verdadero mexicano e hispano, nunca se rinde.
- Josef – me llama Sakumo – suerte.
Yo le sonreí asintiéndole, para después extender mi puño y el hizo lo mismo para chocar ambos y darnos una última mirada.
- Gracias por todo – les dije y ellos me dieron una sonrisa.
Zarpe en el barco y me dirigí hacia mi destino... México.
.
.
.
.
.
.
Narración normal
En América
Texas – Estados Unidos
En una granja de algodón, en la noche vemos todo en silencio, lo cual sería normal, de no ser porque la casa del dueño de la plantación estaba en llamas.
Cerca de la casa, estaban los cadáveres de hombres blancos, llenos de disparos, cortes y algunos deformes de la cabeza por algunas explosiones, además de que también parecían congelados.
Cerca de una especie de establo estaban los africanos, esclavos del hombre de la granja los cuales estaban protegiéndose de lo que fuera lo que haya acabado con sus "dueños". Se empezaron a escuchar pasos que asusto a todos adentro, los pasos eran lentos y tranquilos, dándoles aún más miedo.
Escuchan la puerta que estaba con candado abrirse y los esclavos solo podían temblar pensando que iban a morir, entonces una personas llega hasta ellos que solo lo miraron sin hacer ruidos, pidiendo con sus ojos piedad y misericordia.
El hombre solo se acercó a uno de los esclavos siendo una mujer que estaba atada de manos y estaba llena de golpes por causa de sus dueños, llevo sus manos a ella que cerró los ojos con fuerza, pero no sintió nada hasta que siente sus manos ser liberadas, entonces mira al hombre que solo mostraba tranquilidad en sus ojos así como compasión.
Traía pantalones negros, botas negras (como las de los Assassins), playera azul marino, campera negra abierta con capucha, un bozal que cubría su rostro (estilo Deku) y encima una bufanda azul.
- Váyanse de aquí a un lugar seguro – les dijo el hombre – crucen la frontera hacia México. Allí podrán ser libres y no tendrán que vivir como esclavos nunca más, hasta el día de su muerte.
Todos los esclavos estaban felices, pues ese hombre los estaba salvando, entonces todos les agradecen y van a otras chozas para sacar a sus demás hermanos e irse a la frontera para salir de ese horrible lugar.
El hombre se aseguró de que se fueran a salvo y también que se llevaran las carretas y caballos para más rápido, pero antes les dio una carta para que los soldados mexicanos los dejaran pasar.
¡BANG!
Repentinamente, el hombre recibe un disparo en su hombre derecho por la espalda haciendo que se detenga, entonces voltea hacia atrás encontrándose con el hermano del dueño de la granja, que traía un revolver.
- Maldito bastardo – dijo furioso el herido hombre – liberaste al ganado de mi hermano.
- ¿Así que para ustedes son solo ganado? – Dijo fríamente - ¿no son personas?
- Esos seres repulsivos son solo enemigos de dios – dijo para después darle otro disparo en el pecho el cual lo hizo retroceder un centímetro.
El hombre camina al esclavista que le empezó a disparar otra vez pero el liberador no se detenía, le siguió disparando hasta que se le acabo todas las balas del revólver. El hombre saca de su espalda una escopeta del 12 recortada y le dispara en una rodilla al esclavista destrozándosela y dejando expuesto el hueso mientras el esclavista gritaba de dolor, así que el liberador se acerca al herido hombre para poner su pie en su pierna sana, para después bombear la escopeta cargando otro cartucho y dispararle en la otra rodilla al hombre que grito aún más fuerte, pero escucha que vuelve a poner otro cartucho en al recamara haciendo que lo viera con ojos aterrados.
- P-por favor... piedad – dijo el esclavista.
- Lo siento – dijo haciendo que el esclavista pensara que lo dejaría vivir – pero esa palabra no la encuentro en mi vocabulario.
¡BANG!
Le voló la cabeza al hermano del esclavista matándolo al instante, así que terminado su trabajo, se aleja de la granja, pero en su camino se encuentra a dos personas, uno era un esclavo montado a caballo vestido de una forma algo curiosa y mucho azul, con barba y a su lado estaba un hombre blanco de buena actitud que lo miraba sonriente diciéndole como: "buen trabajo" que venía en un caballo que remolcaba lo que sería su consultorio dental.
- Oye, ¿no te excediste un poco allí? – pregunta el hombre blanco.
- No, porque en verdad se lo merecían – dijo tranquilamente el muchacho, pues sabía que eran buenas personas.
- Oye de casualidad, ¿no viste a tres hombres, los hermanos ****? (perdón pero no recuerdo los nombres) – pregunta el hombre blanco.
- Han de ser los que trataron de matarme, puse a todos los blancos amontonados detrás de la casa, no se quemaran y enfrente está el hermano del esclavista – responde el chico.
- Bueno, no nos hemos presentado – dijo el hombre – me llamo Adam Smith, a su servicios.
- Django – responde el africano.
- Un placer – dijo para después retirarse – por cierto, los esclavos se van a la frontera con México, van en caballos y carretas por si quieren saber.
- Gracias, es muy amable – dijo con actitud positiva el alemán viendo cómo se retira el chico.
- ¡¿Oye cómo te llamas?! – pregunta Django.
- .... Enrique – dijo el ahora conocido como Enrique yéndose del lugar.
Estados Unidos... no sabe que sus días están contados y que deben disfrutar de la paz que tienen, antes de que la pierdan completamente.
Fin del capítulo
Bueno este es el primer capítulo amigos míos, espero que les haya gustado, aunque sé que muy pocos verán esta historia solo porque el autor es el protagonista y no ustedes o el brócoli pecoso.
Chao
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top