Capítulo 2

Mientras flotaba en el vacío, Ethan empezó a visualizar escenas y a recordar ciertas cosas que hasta entonces no había prestado atención. Razones, objetivos... metas, dudas...

Todo había comenzado en el año 110 D.C (después de la colonia) o al menos eso es lo que le contaron a Ethan cuando despertó en una era diferente a la suya.

La cienca había avanzado a pasos agigantados y el sueño del hombre de viajar, vivir y prosperar en el espacio por fin se había cumplido.

Doce colonias se desplegaron en el espacio entre Marte y Júpiter. Doce habitáculos colosales, silimares en tamaño a la inmensa luna que siglos atrás, parecía un lugar tan lejano.

Ahora, el satélite terraqueo era solo un puerto espacial de tantos.

En el 110 D.C, cinco de las doce colonias, las más lejanas a La Tierra, decidieron no seguir dependiendo de ella:

Escorpio, Libra, Virgo, Leo y Cáncer.

En ellas, el oxígeno se producía en fábricas, el agua se condensaba y evaporaba a placer y un sol artificial hacía las veces de la distante estrella de fuego.

Aquellas cinco colonias se declaron independientes en el año 115 D.C

Crearon nuevos gobiernos y estipularon las leyes y normas que las consagraría como naciones.

Las cinco primeras naciones fuera del nido.

Pero la Tierra, protectora y maternal. Materialista, ególatra y posesesiva, no permitió que cinco de sus tesoros, cinco de sus preciados huevos de oro. Se separasen así como así.

La Tierra se unificó. Se unió en una sola. Se firmaron acuerdos, tratados y secesiones que agruparon a todos los nunerosos y dispares países del planeta azul con un solo objetivo: La meta de impedir que lo que era suyo dejase de serlo.

Ethan recordó por un instante lo que sintió al escuchar tales palabras por primera vez.

La Tierra. Un lugar donde las guerras eran como las olas del mar. Tan pronto como llegaban se iban. Y se sucedían entre sí una tras otra.
La lucha entre hermanos, personas con diferentes ideales pero mismas raíces. Gente que luchaba por defender a la desesperada empuñando un arma, su territorio, su religión... Gente así, que antes montaban tanques y asesinaban con indiferencia a los que no compartían su forma de pensar.

Gente así se había unido.

Las grandes potencias con un desmesurado arsenal militar lanzaron sus ejércitos al espacio, armados hasta los dientes y dispuestos a someter al enemigo, tal y como en el pasado habían hecho entre ellos.

Ante la respuesta de La Tierra, las cinco colonias también se unieron y crearon La Confederación. Una copia de muchas otras alianzas militares que engrosaban la historia bélica del mundo.

La guerra empezó, y como las olas del mar, se fue después de haber dejado una marca en la arena, o en este caso, en el espacio. Todo se decidió en la batalla de Ofiuco (116 D.C) , donde las colonias consiguieron menguar la fuerza terráquea y vencer su flota.

La derrota fue amarga, y las sucesibas batallas un jarro de agua fría para el nido que Zodiaco deseaban dejar atrás.

Después de las numerosas victorias, las demás colonias sintieron entonces el deseo de experimentar la independencia y la libertad de decisión.

Extender sus alas por sí mismas y volar.

"O caer en picado".-terció Ethan al recordarlo.

En 320 D.C, Géminis, Tauro y Aries decididieron sumarse a la causa y en 455 D.C, Pisicis y Acuario consiguieron su independencia sin ni siquiera perder una sola de sus naves de guerra.

Finalmente, en 567 D.C, Capricornio logró vencer a la fuerza armada de La Tierra en una batalla de proporciones épicas gracias a la ayuda de La Confederación.

Los huevos de oro habían dejado ya el nido, y solo uno de ellos se mantenía leal a la Tierra.

Al menos hasta el año 666 D.C

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