Hay un dolor cercano que se arrastra por tu garganta y se pierde en tu estómago se queda ahí plasmado.

Te repite tus errores una y otra vez te hace odiarte no verte al espejo te pide tanto que dejas de ser tu solo por ello.

Ella se queda abandonada derramando sangre de lirios para evitar sentir como muere llora por las noches mientras sus heridas se abren.

Penetrantes y profundas está abandonada se odia a si misma y se grita una y otra vez si poder encontrarse se pierde y se queda sola mientras todos la atacan con fuerza.

Se convierte en una decepción en la suya, no salen las palabras bonitas, echas sangre y cuando ya perdió todo cierra los ojos sin decir adiós.

Solo para dejar de sentirse aturdida y adolorida.

Se decía a si misma lo fácil que era, se decía a si misma lo normal que era.

Se decía a si misma que todas pasaban por eso, se decía a si misma que no estaba sola.

Aunque su cuerpo era tan diferente como el de las demás.

Hasta que el dolor dejaba de ser, y tenía que esperar otro mes.

Se arrastraba poco a poco incrementando sutileza, seguía con los días normales sin aparentar dicho dolor.

Fuerte decadente y caído, ese ruido persistente, ese aliento que se pierde.

Esperanza que deseas y quieres perder, un cambio oculto que deseas defender, palabras de aliento perdías en el poco descanso que te queda.