ESE MUNDO
Sus ojos se abrían todas la mañanas mientras ella dormía, perdida en sus sueños.
Unos sueños gratos y felices, que lograban dejar una sonrisa en la almohada inimaginables incansables el color de estos, un sueño dominante y profundo tanto que se convirtió en parte del lugar, la inesperada fuerza que emitía ante ellos, lo creíble que era para ella vivir dentro de ellos.
Pintaba con los labios el techo y con imaginación la pared, su cabello fue rio, sus manos bosques, su torso arbustos, sus pechos montañas, sus piernas animales. Un bosque tan grande dado por una bella dama que creaba con sus manos y soñaba con el corazón la fuerza en su mente y la magnitud de su color.
El lugar fue llamado Zoe o bien un mundo perdido que pocos encontraban, en medio de la nada con un bosque tan grande que nadie comprendía, lleno de fiesta y sorpresas oculto ante los ojos de los mortales, tempestuosas sus visiones sus pensamientos tan imposibles como ver más allá.
Las estrellas brillaban todo el tiempo, un mundo dividido entre los oscuros y la luz de las almas, sus cuerpos no existían y sus voces eran escuchadas el mundo era percibido por sonidos y los ojos eran libres para ver lo que se deseará, las voces se escuchaban a si mismas y sabían que decir en el momento exacto.
Recuerdo el dolor estremecedor de su cuerpo como temblaba para ocultarlo, agua a su alrededor un rojo vivo y brillante perdido en el agua, las lágrimas se perdían por sus mejillas.
Su ojos abiertos viendo el cielo un hermoso cielo estrellado, la luna devoraba su entierro, puro y brillante, desvaneciendo la soledad de su cuerpo cuando menos lo espere la luz se desvanecía a mi sorpresa, la sonrisa de su rostro, una lagrima distante entre sus ojos y brillante sus manos la tomaban sin dejarla ir, a pesar de una sonrisa avía cosas que no la dejaban ir, que no quería soltar.
Promesas rotas y tempestades, fuertes vientos y sonidos, se perdió en la nada y la desolación del viento.
Un comienzo inesperado, el día más frío y tempestuoso del año una tormenta arreciaba por la ciudad, podía escuchar a su mamá como todos los días tras la puerta, sufrir por papá, sufrir por una bella familia en realidad, todo se fue a un abismo incontrolable, veía los arboles frondosos, después de estar dormida por un grande y largo camino, el color brillante del sol, dándole en los ojos la luz y estela de lo demás, el olor a humedad y pinos, saco la cabeza por la ventana, papá la observaba le gustaba una clase de sensación el silencio y una libertad no escuchada, los pájaros de un lado a otro llegamos a un lugar.
Sus rostros se perdían y despertaba de ese bello lugar, mientras solo al fondo como un fantasma alumbrado su llegada, una luz poderosa y emitente, un recuerdo que le dejo una sonrisa.
Toda una vida ante sus ojos, solo para hundirse en la bañera y sentir como moría poco a poco.
Los pájaros se adueñaron el silencio, anunciando su partida, una manta blanca la rodeo como el agua, el fondo de algo a lo que realmente quería llegar, dejo de sentir desesperación y solo escuchaba a esos animales a fuera, abrió los ojos y salió el agua se seco rápido ahí ya la esperaban, le tendieron una manta.
Sus abuelos y familiares un día pensó decirles adiós y simplemente era un hasta luego, los abrazo con fuerza y la llevaron a su nueva casa, si un día muero ellos me darán la bienvenida y así fue como me recibieron.
Inesperada muerte
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