Capítulo 4.
Capítulo 4.
Dafne:
Pensé que podría superarlo, pero no, simplemente no puedo hacerlo. Creí que no me dolería tanto aquella ruptura con Dan pero si me dolió, y mucho. Apenas han pasado un par de días y siento que me estoy muriendo.
No es sencillo olvidar tres años de relacion, incluso me senti tan mal y tan estupida que quise llamarlo y perdonarlo, pero entonces recorde de como el y Diana estaban teniendo sexo el mismo dia de nuestra boda y entraba aquel coraje.
Soy una estupida.
Soy una tonta por querer llamarlo y perdonarlo ¿En qué demonios estaba pensando? No puedo simplemente olvidar aquello, se estaba cogiendo a mi hermana. Puede que ella y yo jamás nos llevamos bien, pero eso no le daba el derecho de acostarse con él, ella sabía cuánto amaba a Dan, cuanto me importaba esa boda. Pero todo fue un maldito juego de su parte.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que mi papá siempre lo supo, siempre supo que ellos eran amantes y se lo terminó guardando. Lo triste es que me pidió que lo pensara y que no lo avergonzara, le importó mucho más su carrera política que el dolor por el que estaba pasando en ese momento.
Y Margarett, jamás en la vida le he agradecido por algo, pero esto, se lo agradezco de todo corazón, porque si no, me hubiese casado con Dan y hubiese vivido engañada por mucho más tiempo. No se con que intención lo hizo, no se si fue para joderme o para exponer a Diana, aunque lo dudo, porque ella es su adoración, así que tiene mas logica para mi es que me haya querido joder.
Olvidarme de esto será demasiado difícil.
Pero creo que alejarme fue lo mejor que pude hacer, no podía quedarme ahí, siendo la burla de ellos cuatro.
Este viaje me va a servir de mucho, porque necesito reencontrarme conmigo misma, necesito ordenar mis pensamientos, sentimientos y ponerme de prioridad ante todo. Algo que jamás hice durante toda mi vida.
Siempre cuide de los demás, me esforcé para agradarle a los demás, sobre todo a mi progenitor, me esforcé por ser perfecta, por no cometer errores y que él se sintiera orgulloso de mi, jamás pensé que la persona que más terminaria decepcionandome sería él, el hombre que pensaba que me protegería, que me cuidaría, que me amaría, que sería su prioridad, pero no, su carrera política lo es. Su puesto como senador es su prioridad, no la hija que tuvo con la mujer que amó alguna vez.
Espero que este viaje me ayude a mejorar como persona y que me permita dejar de ser tan estúpida. Tengo que aprender a dejar mis emociones guardadas y no abrir mi corazón a la primera persona que me hable bonito.
Me paso con Dan y eso me hace sentir como una estupida.
Siento que no debería cambiar quien soy o lo que soy por culpa de los demás, pero también tengo que cuidarme de las personas que quieran lastimarme. Siempre terminan hiriéndome pero sigo y sigo confiando en los demás.
Vaya enorme defecto que tengo.
Sé que debo mejorar eso, aprender a no confiar en todo el mundo y pensar que todos son buenas personas, porque soy plenamente consciente de que existen personas malas pero que también hay personas buenas y tengo fe de que sean más.
Ahora estaba viendo la televisión, me estoy quedando en un hotel en Kansas, estaban hablando sobre mi, de mi boda fallida, lo peor del tema es que en esa noticia, yo estaba siendo difamada, decían que yo era la que había dejado plantado a Dan.
Se que mi papá es quien orquestó todo esto, no tengo dudas de ello, me hará quedar como la villana del cuento y él se ganara la simpatía de todos sus partidarios políticos junto al gobernador y demás, que bien que supo usar mi dolor para su maldito beneficio. Incluso me hablaba a mí a través de la pantalla.
—Estoy dispuesto a perdonarte hija —decía, aparentaba estar afligido, incluso se puede ver que le maquillaron algunas ojeras—, solo regresa a casa con nosotros.
Detrás de él estaba Margarett limpiándose el rostro, por supuesto que no había rastros de Diana, seguramente estaba dandole consuelo al pobre novio que fue plantado en el altar.
Es increíble lo que puede hacer para ganarse la simpatía de todos. Me reí para mis adentros, ahora es que estoy viendo el verdadero rostro de mi padre, el de alguien déspota, egoísta y malvado. Ahora más que nunca tengo que mantenerme alejada de ellos, no sé de lo que él sería capaz de hacer si me encuentra.
Di un respingo al escuchar mi teléfono sonar. De inmediato conteste sin miedo, nadie más tenía este número.
—¿Diga?
—¿Dafne Ricci?
—Si, ella habla.
—Le hablamos de la hacienda Maxwell, la llamaba para concretar una cita con usted.
—Oh, claro —me puse de pie y fui por la libreta y el bolígrafo.
—¿Podría venir mañana a las nueve de la mañana a la hacienda? —me pregunto aquel hombre— Necesitamos que esté aquí cuanto antes.
—Claro que sí, solo deme la dirección.
El comenzó a darme la dirección, no conozco nada de Kansas pero estoy dispuesta a llegar hasta allá, qué mejor que una hacienda para poder trabajar, conocer el estado y sus alrededores.
Por último me recordó la hora a la que debía estar allí, luego de eso colgó la llamada.
—Dios, ¿Y si me reconocen? —murmure— No puedo dejar que me sigan relacionando con mi papá.
Sin pensarlo demasiado tomé aquellas tijeras que tenía en la habitación por si algo llegaba a pasar, me meti al baño y me mire al espejo, estaba segura de que me arrepentiría de esto en cualquier momento.
Tome aquellas tijeras y comence a cortarme el cabello, con algo de miedo lo hice, me lo corte hasta los hombros, esto que estoy haciendo es demasiado loco e irresponsable de mi parte, pero no podia dejar que me siguieran relacionando con el.
—Dios Dafne, estás loca —dije al verme al espejo.
(...)
Al dia siguiente:
Conducía hacia la hacienda Maxwell, una de las cosas en la que yo me destacaba era la puntualidad, me gusta ser puntual en mis asuntos, además de que quería dar una buena impresión ante los dueños de la hacienda.
Tuve que llamar a la encargada de la clínica para saber si todo estaba en orden, como lo suponía mi padre trato de cerrarla pero como sabe que no puede hacerlo, decidió dejarla en paz, no sin antes preguntarle si sabía en dónde estaba, por supuesto que ella no lo sabe, de hecho nadie sabe en donde estoy en este momento.
No quiero que nadie sepa de mí en este momento. Necesito un tiempo para mi misma.
Miraba todo a mi alrededor mientras iba hacia la hacienda, la verdad es que este lugar era realmente hermoso. El pueblo no es demasiado grande pero tampoco muy pequeño, comparado con Washington, es totalmente pequeño. Pude notar que hay muchos cultivos, claro, por algo lo llaman el Estado del Trigo.
Seguí conduciendo hasta entrar a una especie de camino un tanto solitario, lo digo porque no hay vecinos, creo que la casa más cercana queda a un kilómetro y medio más o menos, lo que sí podía ver eran muchos caballos de un lado y del otro, ganado.
—Demonios —murmuré al ver la enorme casa a la que me estaba acercando. Lo primero que pase fue por el enorme portón en donde se adornaba una enorme M, seguí conduciendo hasta la casa, esta me hacía recordar a una casa señorial pero con toques muy modernos, además que el color verde oliva y blanco hacen un hermoso contraste.
Baje del auto para esperar, habían personas yendo de un lado a otro con herramientas y maquinaria semi pesada. No sé mucho sobre la agricultura, pero puedo notar que tienen mucha producción.
—¿Señorita Ricci?
Mi vista se fue hacia aquella voz, por los escalones de la casa venía bajando un hombre. Al estar frente a mi lo detalle, lo primero que se nota es la altura y contextura.
Cabello oscuro, barba a medio crecer, ojos claros. Usaba un sombrero color negro, camisa azul arremangada a los codos, jeans y botas.
—Que bueno que llego —dijo, pude notar un leve acento sureño en él—, Darius Maxwell —extendió su mano.
—Dafne Ricci —me incline un poco hacia adelante ya que el estrecho mi mano con un poco de fuerza—, es un gusto señor Maxwell.
—Pasemos a la casa por favor, hay cosas que debemos hablar, después de usted —se hizo a un lado para que pudiera pasar.
Y así lo hice, ambos entramos a la casa, si estaba impresionada por fuera, aún más lo estaba por dentro, la misma parecía una cabaña, él me guió hacia una especie de oficina.
Me indico que me sentara y así lo hice, él se sentó frente a mi y se quito el sombrero, su cabello es bastante oscuro.
—Bien señorita Ricci, el puesto por el cual la llamamos, ¿sabes cual es?
—Veterinaria.
—Exacto, vera... Mi veterinario está lastimado y estará incapacitado por al menos dos meses, tal vez tres —le asenti—, por eso en el anuncio decía temporal, no se si usted vaya...
—Me queda claro señor Maxwell, se que es un empleo temporal, así que por ese asunto no tengo ningún problema.
—Perfecto entonces —miró un papel que tenía en su mano—, aquí dice que es de Washington, ¿Podría preguntar qué hace en Kansas? Si no es mucho el atrevimiento.
—Bueno, es que estoy haciendo un viaje de redescubrimiento —respondí, al menos eso es verdad—, mientras estoy haciendo este viaje, puedo aplicar mis habilidades y así obtener un dinero extra.
—Entiendo —respondió—, puedo ver que tiene mucha experiencia... ¿Ha asistido el parto de una vaca alguna vez?
—Así es —respondí segura—, trabaje un par de años en una hacienda en Londres, así que si, poseo la experiencia suficiente para ello y..
Mis palabras fueron interrumpidas por la puerta, que fue abierta por un hombre.
—Darius, una de las vacas está por dar a luz, esta complicada..
—Demonios —el me miro—, ¿está lista para su primera actividad?
—¿A-Ahora?
—Sí señorita, ahora...
Él se puso de pie, yo solo hice lo mismo que él. Lo seguí por la casa hasta la salida, luego me guió hacia una especie de establo que estaba del otro lado de la casa, de hecho un poco alejada.
Dentro del establo estaban algunos de los trabajadores, todos rodeaban a la vaca.
—A un lado —pidió el señor Darius—, bien señorita, ¿que hacemos?
—Los guantes de palpación —pedí, me quite la chaqueta y me arrodille ante la vaca que estaba soltando quejidos, uno de los trabajadores me coloco los guantes.
Con algo de cuidado metí uno de mis brazos para palpar bien el ternero, el cuello uterino estaba lo suficientemente dilatado, pero ternero estaba en una muy mala posición, la ayude un poco para que pudiera pujar, ella soltó un quejido muy agudo, metí el otro brazo y tomé las patas del ternero, con un poco de fuerza lo saque, el solo salió a la mitad, me acomode en el suelo y volví a atraerlo hacia mí con mucha más fuerza, hasta que por fin salio.
—Sosténganlo por favor —pedí, el señor que me puso los guantes se llevó al ternero para poder ponerlo cerca de la vaca. Yo me encargue de la placenta de la vaca, ella se quedó echada mientras lamía a su ternero.
—Bien hecho señorita —escuche a alguien.
Yo me puse de pie y me quite los guantes, todos los trabajadores incluyendo el señor Maxwell estaban impresionados.
—Impresionante —él se acercó a mi—, señorita Ricci, está usted contratada.
—Gracias —respondí, estaba jadeando un poco debido a la juerza que ejercí hace un momento.
—Bienvenida a la hacienda Maxwell señorita —el estrecho mi mano, luego sonrió.
Bien, ahora era oficial, comienza a trabajar en esta hacienda. Siento que este será un buen camino para mi, en donde vaya pueda aprender cosas nuevas, sobre todo, encontrar lo que tanto he buscado, que es reencontrarme conmigo y conseguir paz mental.
Un nuevo comienzo.
Hola hola, espero que hayan tenido un lindo fin de semana, ya comenzamos con las actualizaciones de El viaje de Dafne, el próximo Miércoles habrá más capítulos.
Tenia pensado en publicar dos capítulos, pero ando con mucho malestar muscular y las defensas muy bajas, eso lo anuncie en mi canal, no quise ser irresponsable y que se quedaran sin capítulo hoy. ✨❤
Espero que me entiendan y me disculpen. 😥 pero estoy realmente cansada.
Si les gusto el capítulo, no olviden dejar sus votos y comentarios.
Besos, Ross.
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