Capitulo 2
Capitulo 1
Tres horas después de que Naruto junto con los clones desaparecieran en la oscuridad de la noche la aldea oculta de Konoha estaba hecha un caos. La noticia del robo del pergamino de sellos prohibidos perpetuada por el rubio llegó a los oídos de cada shinobi sobre rango Chuunin poniendo en alerta máxima la seguridad de la aldea y desplegando varios equipos de búsqueda dentro y fuera de Konoha.
Cada shinobi buscó por los más desolados rincones de Konoha con la esperanza de encontrar al rubio, y en algunos casos darle un merecido castigo, pero ninguno tuvo el más mínimo éxito, ni siquiera los escuadrones del Clan Inuzuka o los del Clan Hyuuga. Realmente era como si Naruto se lo hubiera tragado la tierra.
Sarutobi estaba en su oficina masajeándose la sien por la terrible migraña que las acciones de Naruto generaron. Varios shinobis se organizaron entre ellos mismos para buscar al rubio y una vez que lo encontraran hacerlo sufrir de la peor manera posible. Sarutobi tuvo que amenazar con ejecución pública a quien le hiciera algún tipo de daño al rubio y aunque en un principio los shinobis no le creyeron mucho, una terrible presión de KI dejó a más de uno con los pantalones mojados o una sospechosa mancha café en la parte posterior.
–¿Dónde estás Naruto? –dijo el Sandaime al aire mirando de reojo la foto del Yondaime mientras comienza a poner tabaco en su pipa –por favor vuelve sano y salvo.
Cuando el Sandaime estaba a punto de encender su pipa, la puerta de su oficina se abre y Sarutobi mira con esperanza que sean buenas noticias para que después su rostro muestre una ligera molestia al ver el ingreso de sus ex-compañeros de equipo Homura y Koharu acompañados por Danzo.
–Sarutobi –dijo Homura –queremos saber por qué no haz informado al consejo del robo del pergamino de sellos prohibidos.
–Estamos solucionando el problema ahora –respondió Sarutobi –no hay de que preocuparse.
–Este no es un asunto para tomar a la ligera, Sarutobi –dijo Koharu –el consejo dará la orden de recuperar el pergamino bajo cualquier medio posible, el dem...
Un fuerte ruido, astillas y tabaco volando en todas direcciones y un escritorio partido por la mitad fue el resultado de la respuesta de Sarutobi impactando a sus ex–compañeros y dejando a Danzo arqueando una ceja. Sarutobi, aún empuñando el puño, levantó la cabeza para darles una mirada que prometía el mayor de los sufrimientos y una lenta y dolorosa muerte, mirada que no se había visto en el rostro del Sandaime desde la noche en que el mismo consejo demandó la muerte de Naruto que sólo tenía unas cuantas horas de vida.
–Háganlo –dijo Sarutobi con un tono amenazante y emanando KI en toneladas –y sus cabezas adornarán el centro de Konoha hasta que los cuervos terminen de comérselas y sus extremidades serán repartidas en cada una de las esquinas de Konoha.
–Sarut... -intentó decir Homura para ser interrumpido nuevamente por el Sandaime.
–¡Es Hokage-sama para ti Homura! –gritó Sarutobi enardecido para luego mirar a Koharu y Danzo –y para ustedes dos también. Este es un asunto shinobi y el consejo no tiene autoridad para dar órdenes a mis shinobis. ¿Está claro?
Ninguno de los tres ancianos respondió, dos por la sorpresa, y el otro por orgullo.
–¡¿Está claro?! –gritó el Sandaime nuevamente.
–Hai, Hokage-sama –respondieron Homura y Koharu mientras Danzo permaneció en silencio mirando indiferente a quien le quitó la posición de Hokage la cual en su opinión era su legitimo derecho.
–¿Está claro, Danzo? –preguntó Sarutobi desafiante a lo que Danzo permaneció estoico como siempre.
–Deberías habérmelo entregado cuando niño y esto no hubiera ocurrido, Sarutobi –dijo Danzo –como siempre ahora pagas por tus errores.
Danzo no supo lo que le vino encima, en un instante estaba hablando tranquilamente haciéndole saber su punto de vista a Sarutobi y al otro estaba incrustado en la pared con una mano estrujando su cuello con una fuerza impresionante.
–Podría matarte ahora mismo Danzo –murmuró Sarutobi para que sólo Danzo escuchara –una más Danzo, aunque sea la más mínima falta de respeto y no tendrás la misma suerte.
El Sandaime soltó a Danzo y con un chasqueo de dedos cuatro Anbu aparecieron en la oficina.
–Señores, escolten a los honorables consejeros a sus hogares –dijo Sarutobi como si nada hubiera ocurrido –Washi-san por favor podrías traerme un nuevo escritorio, que sin el no podré realizar mi papeleo, tomate tu tiempo en elegir el que mejor se adecué para la oficina, no hay ningún apuro.
Gracias a todo el entrenamiento que tuvieron que soportar, los Anbu pudieron contener la risa que estuvo a punto de escapar de sus bocas por los dichos del Sandaime. Con un forzoso "Hai" tres de los Anbu escoltaron a los ancianos mientras el último se dirigió a buscar un escritorio pero tomando un ligero desvío a las aguas termales para relajarse, ya que como dijo el Sandaime, no había ningún apuro.
–Maldito Minato, tenías que ser tú quien sellara al Kyuubi en Naruto y huir con la cola entre las piernas del papeleo y la posición de Hokage, pero ya verás, de alguna forma me vengaré –murmuró el Sandaime sintiendo que la migraña aumentaba cada vez más –Estoy demasiado viejo para esta mierda de empleo.
Después de buscar una nueva pipa y ponerle tabaco, el Sandaime nuevamente fue interrumpido cuando nuevamente se abrió la puerta, pero esta vez dos escuadrones de Anbu ingresaron para hacer un reporte.
–Ehh, Hokage-sama –dijo el capitán del primer escuadrón –si quiere podemos volver más tarde.
–No se preocupen por el desorden –dijo Sarutobi con una sonrisa –creo que las termitas hicieron de lo suyo pero ya envié por alguien del Clan Aburame para sacarlas y por un nuevo escritorio.
Cada uno de los ocho miembros de Anbu tenía el mismo pensamiento en la cabeza "Si, claro"
–Hokage-sama –dijo el capitán del primer escuadrón –se ha registrado el sector sur-este de la aldea y se encontraron algunos rastros de Uzumaki Naruto pero se pierde a unos doscientos metros del lugar.
–Continúe Capitán –dijo Sarutobi.
–El lugar se encuentra a cuatro kilómetros al este del área de entrenamiento uno –dijo el Anbu –hay varios rastros de la presencia de Uzumaki Naruto, como su olor y un leve residuo de chakra perteneciente a Uzumaki. El rastro cambia hacia el norte pero a unos doscientos metros. Lo extraño es que parece que no está solo.
–¿A qué se refiere Capitán? –preguntó Sarutobi preocupado.
–Hay otros nueve rastros, pero idénticos a Uzumaki –respondió el Anbu –Hokage-sama hay alguna...
El capitán del escuadrón fue detenido por uno de sus subordinados que con una seña secreta perteneciente a Anbu dio a conocer la presencia de alguien escondido en la oficina. El Sandaime asintió levemente y el capitán le dio una seña a otro de sus subordinados que con un susurro de "Byakugan" activó su doujutsu.
–Uzumaki-san será mejor que salga antes de que actuemos –dijo el Anbu Hyuuga –no intente huir porque no tiene otra alternativa.
El Sandaime arqueó una ceja ante lo sucedido teniendo la interrogante de cómo Naruto pudo llegar a su oficina y esconderse sin ser notado por ninguno de los escuadrones patrullando la aldea en su búsqueda.
Después de que se escuchó un "mierda" un tablón del techo se corrió y de ahí se asomó Naruto con una sonrisa nerviosa y rascándose la nuca.
–Hola Jiji, ¿Cómo estás? –preguntó Naruto desde el techo.
–Naruto, baja por favor –dijo el Sandaime y Naruto miró de reojo al grupo de Anbu –no te preocupes que no harán nada.
Naruto cayó sutilmente apoyando las manos en el piso en una muestra de agilidad superior a la de un Genin común y corriente o en su caso de un estudiante de la academia.
–Yo, Jiji –dijo Naruto levantando la mano tal cual lo hacía Inu-san.
Una leve sonrisa apareció en el rostro del Sandaime que se sentó en su cómodo asiento y prendió su pipa.
–¿Cómo llegaste hasta acá Naruto si están todos los shinobis buscándote? –preguntó Sarutobi.
–Por los callejones –respondió Naruto como si no fuera gran cosa eludir a prácticamente la totalidad de la población shinobi de Konoha.
–Puedes elaborar esa explicación un poco más Naruto-kun –dijo Sarutobi saboreando el tabaco mentolado.
–Salí del lugar donde estoy entrenando y me escondí en las ramas de uno de los árboles donde las hojas me tapaban mientras los shinobis pasaban cerca de donde estaba –explicó Naruto –bajé y vi que estaban un grupo de Inuzuka y me tiré a un lago cercano hasta que pasaran. Luego salí y me vina por los callejones de la aldea, viendo los grupos pasar y si tenía tiempo para llegar a otro callejón corría sin que nadie se diera cuenta que estaba en la aldea. Bastante bien no.
–Impresionante –comentó el Sandaime lo cual también estaba en los pensamientos de los Anbu.
Sarutobi fumo de su pipa por unos segundos hasta abordar una postura más seria.
–Naruto-kun, ¿Por qué robaste el pergamino de sellos prohibidos? –preguntó Sarutobi –es un pergamino muy peligroso con varios kinjutsus
–Lo de los kinjutsus lo sé Jiji porque ya aprendí dos jutsus del pergamino –dijo Naruto sorprendiendo a los presentes –a lo del por qué, bueno, Mizuki-sensei me dijo donde encontrar el pergamino –Naruto sacó un papel de su bolsillo – me dijo que era un examen secreto Genin para los que reprobaron el primer examen, como yo fui el único me dijo que tenía que hacerlo solo, aquí están las instrucciones de donde encontrar el pergamino y cual era de entre todos los que tenías en los estantes. Cuando llegué cerca de tu casa era cosa de observar las patrullas de los escuadrones de Anbu y después de un rato vi que hay un margen de 37 segundos después de que el escuadrón de Tora-san pasara y hasta que pase el escuadrón de Tori-san, lo suficiente para llegar a una ventana que estaba un poco abierta y entrar.
Sarutobi quedó furioso por la traición de Mizuki y señalo a cuatro de los Anbu su captura inmediata. Por otra parte quedó sorprendido y orgulloso por las habilidades e inteligencia del rubio por lograr algo que para muchos maestros de infiltración le sería complicado.
–Bien hecho en decirme Naruto-kun –dijo el Sandaime con una sonrisa –ahora dónde tienes el pergamino para ir a buscarlo.
Naruto se puso nervioso y se rasco la nuca, a lo que el Sandaime frunció el ceño.
–Bueno Jiji, no te lo puedo devolver todavía porque estoy aprendiendo jutsus de ahí –dijo Naruto –¡Ah! Antes de que se me olvide también saque el pergamino que tiene el símbolo del espiral de mis ropas como pensé que era para mí simplemente lo tomé. See ya.
El Sandaime sorprendido y a vez aterrado por saber que Naruto tiene en su posesión aquel pergamino trató de tomar al rubio pero este desapareció en una nube de humo.
–Kage Bunshin –dijo un Anbu impactado –menos de doce horas y ya aprendió el Kage Bunshin.
–¡Capitán! –dijo el Sandaime en voz alta y firme –quiero que doblen el esfuerzo de la búsqueda de Naruto. Él no puede descubrir lo que hay en el otro pergamino o el trauma que le genere puede provocar reacciones terribles con el Shiki Fuin. Naruto no está preparado para saber que contiene ese pergamino así que busquen por todos lados hasta encontrarlo y no le hagan daño a Naruto. Informe esto a todos los shinobis que vea y que comuniquen a los demás. También traigan a Hatake Kakashi de inmediato. ¡Vayan!
–¡Hai! –respondieron los Anbu para después desaparecer en un torbellino de hojas dejando a un desolado Sandaime que se dejo caer en su silla.
–Naruto-kun por favor no hagas nada con ese pergamino, por favor –dijo el Sandaime mientras una lágrima recorre su mejilla –si no lo encuentran en 48 horas llamaré a Jiraiya de forma urgente.
Mizuki corría desesperado por los bosques de Konoha buscando a Naruto. Después de haber llegado al lugar acordado y esperar por varios minutos decidió irse del lugar para encontrar a Naruto, quitarle el pergamino y acabar con su vida de una vez por todas.
Lo que no sabía Mizuki mientras buscaba frenéticamente algún rastro de Naruto era que cuatro Anbu lo seguían a una distancia prudente, observando cada uno de sus movimientos y esperando el momento justo de actuar.
–Maldito Kyuubi dónde mierda estará –dijo Mizuki hablando a la nada, pero un leve ruido lo puso en alerta máxima –¿Quién anda ahí?
Unos pocos silenciosos segundos que parecieron horas fue lo que tardó una figura encapuchada en hacerse notar al salir de su escondite. Gracias a la capucha no se podía distinguir ningún detalle que pudiera identificar a la persona que por su contextura y porte, lo más probable fuera de sexo masculino.
–Mizuki –dijo el encapuchado con una voz definitivamente masculina –¿Dónde está el pergamino?
Mizuki comenzó a sudar profusamente ante la presencia del encapuchado, quien fue quien le dio la misión de obtener el pergamino para demostrar la lealtad a Orochimaru y ganarse un puesto como Jounin de Otogakure.
–Ahora mismo estoy rumbo a recogerlo –explicó Mizuki demostrando un poco de nerviosismo a pesar de contenerse lo máximo que pudo –no pude arriesgarme a ser capturado al tomarlo y engañé a un estudiante de la academia para que lo robara.
–Y este estudiante no será otro que Uzumaki Naruto –preguntó el encapuchado.
–Eh sí, pero no te preocupes –dijo Mizuki –yo sé donde encontrarlo y después de disponer del chico Kyuubi le llevaré el pergamino a Orochimaru-sama personalmente.
Tras oír el nombre de Orochimaru, tres de los Anbu comenzaron a tomar sus katanas pero el líder del grupo levantó la mano y dio la orden de esperar por si podían saber algo más de Orochimaru y el encapuchado. Los Anbu asintieron y se mantuvieron en su posición acechante.
–Eso espero Mizuki. Orochimaru-sama no acepta que le fallen –amenazó el encapuchado –tienes dos días para llegar con el pergamino a Otogakure y si fallas será mejor que te escondas lo mejor que puedas porque Orochimaru-sama querrá tu cabeza en una bandeja de plata.
–¿Por qué me dices eso? –preguntó Mizuki intrigado.
–Por los viejos tiempos Mizuki –dijo el encapuchado revelando unos lentes de sol redondos –por los viejos tiempos.
–Yoroi –dijo Mizuki sorprendido al ver el rostro de uno de sus amigos de hace años como el encapuchado sirviente de Orochimaru. Ahora se le hizo un poco más claro el por qué Yoroi permanecía como Genin todos estos años si con su habilidad de absorción de chakra podría derrotar a muchos Chuunin y Jounin de bajo nivel. Nadie sospecharía de un Genin que ha fracasado seis veces de un examen Chuunin y que se dedica a realizar sólo misiones de rango D.
–Será mejor que te apures Mizuki –aconsejó Yoroi –Orochimaru-sama te recompensará enormemente por el pergamino pero si fallas no me gustaría estar en tu lugar.
–Después de todo esto nos vamos a tomar unas copas Yoroi –dijo Mizuki dándose la vuelta y mirando hacia atrás con una sonrisa –como hacíamos hace tiempo, recuerdas.
Yoroi asintió y se retiró sin ser notado. Según creía él. Por su parte Mizuki siguió en la búsqueda del chico Kyuubi.
Con el grupo de Anbu el líder dio media vuelta para dar las órdenes.
–Dos de ustedes sigan a ese tal Yoroi –ordenó el líder –prosigan con extremada precaución porque aunque el tal Yoroi a lo más puede pasar como un Chuunin de alto nivel o Jounin de bajo nivel no significa que no tenga aliados más poderosos. De hecho, no creo que Orochimaru recurra a un shinobi del nivel de Yoroi con una misión tan importante como el robo del pergamino de sellos prohibidos.
Los tres Anbu asintieron y dos de ellos desaparecieron para seguir en búsqueda de Yoroi. El líder del grupo señaló al único Anbu restante con él y ambos procedieron a capturar a Mizuki.
Mizuki saltaba de rama en rama por uno de los bosques de Konoha cuando sintió un dolor punzante en el cuello y sus músculos dejaron de moverse, lo cual le produjo caer de forma aparatosa al suelo. Con mucho esfuerzo levantó la cabeza para ver a dos Anbu parados frente a él.
–Toujin Mizuki, quedas arrestado por alta traición a Konoha, engañar al estudiante Uzumaki Naruto en robar el pergamino de sellos prohibidos para después matarlo y llevarle el pergamino al nuke-nin de rango S Orochimaru –dijo uno de los Anbu –¿Algo que decir?
Mizuki sólo podía abrir los ojos aterrado mientras trataba de decir algo pero la parálisis de casi la totalidad de sus músculos le impedía decir palabra alguna.
–Me lo imaginaba –dijo el líder Anbu sonriendo bajo la máscara –no te preocupes por no poder hablar ahora, de seguro que Ibiki-san y Anko-san se encargarán de tu problema.
–Anko-san estará tan contenta –dijo el otro Anbu mientras retiraba el senbon con el agente paralizante de la parte posterior del cuello de Mizuki –últimamente no ha tenido con quien entretenerse en Interrogación y ahora le llevamos un traidor que iba a llevarle un peligroso pergamino a Orochimaru. Si que le alegraremos el día.
Lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Mizuki lo cual le produjo más gracia al par de Anbu que lo tomaron y desaparecieron mediante el Shunshin no Jutsu.
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En un claro de un bosque de Konoha se encuentra Naruto y sus clones. Ignorante a todo lo ocurrido desde que el clon enviado a la oficina del Sandaime desapareció.
Unos cien clones están leyendo una técnica del pergamino, mientras otros doscientos se encuentran practicando algunas técnicas ya sea por primera vez o por si pueden volver a realizarla. El Naruto original se encuentra tratando de abrir el segundo pergamino pero hasta el momento no ha tenido ningún éxito.
Los clones y Naruto estaban tan concentrados en sus respectivas tareas que no se dieron cuenta de la enorme mantis religiosa de más de tres metros de alto y con cuchillas que a simple vista se ve que son más fuerte que el acero por patas delanteras. La mantis emitió un ruido como chillido provocando que los clones y Naruto miraran en su dirección.
–Fuck –dijo Naruto al ver semejante monstruosidad mirándolo como la siguiente comida –¡Que un grupo tome los pergaminos y las demás cosas y se ponga en un lugar seguro mientras los otros pelean!
Los clones obedecieron y rápidamente unos quince clones juntaron ambos pergaminos, el del espiral fue arrojado por Naruto a uno de los clones, y el resto de cosas como la comida, el equipo de supervivencia y las armas de reserva. Naruto se dejó caer entre el enorme grupo de 285 clones y la mantis gigante.
–Veamos si eres tan bueno como pareces bicho super desarrollado –tanteó Naruto aunque suponía que el insecto gigante no lo comprendía en lo absoluto mientras realizaba una secuencia de sellos de manos terminando en el sello del tigre –¡Hiken!
Los puños de Naruto y varios clones que realizaron el Hiken se envolvieron en llamas de un ardiente color rojo, pudiéndose notar algunas quemaduras que comenzaron a aparecer en las manos y antebrazos de Naruto y los clones.
–¡Kazeken! –gritaron el resto de clones después de realizar una secuencia de sellos de manos terminando en el sello del dragón lo que produjo que sus puños fueron envueltos por una corriente de viento generando una especie de pequeño torbellino desde el puño hasta el codo. Al igual que el Hiken, el Kazeken producía daño a los clones pero en menor medida que el Hiken dañaba a los clones y Naruto, ya que el Kazeken generaba pequeños cortes que se regeneraban en cuestión de unos segundos, aunque la velocidad en que aparecían los cortes era la misma en que se regeneraban.
Viendo que la mantis se prepara para atacar, Naruto estira el brazo hacia un lado provocando que varios clones se repartieran alrededor del insecto y otros quedaran sobre los árboles para atacar desde el aire, dejando a la mantis completamente rodeada.
–Veamos quien caza a quien –dijo Naruto sonriendo para luego lanzarse rápidamente a la mantis mientras recoge el puño.
...
Fin del capítulo
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Bueno, aquí esta el siguiente capitulo de esta historia, espero que les guste y apoyen la historia...
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