El nuevo estudiante
Hide x Aang
Los personajes pertenecen a Avatar: The Last Airbender
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|| [OS] Hide siempre fue el mejor en la escuela, el más popular y con las mejores notas, pero Aang ha puesto su mundo de cabeza... ¿Por que no puede dejar de pensar en él?||
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¡Esto de verdad era estupendo! Claro, que lo piensa con sarcasmo.
— ¿Te duele algo?
Si Hide pudiera responder, diría que el orgullo. No solo porque el Nuevo lo esté cargando de camino a la enfermería; Aang, el chico que apenas está creciendo y no tiene suficiente masa muscular para presumir, lo carga sin ningún problema como si se trata de una almohada o un saco de algodón.
¿Qué tan trillado era la imagen de ver un enclenque en desarrollo cargar sobre su espalda a uno de los deportistas estrella de la escuela?
Bueno, ex-estrella; la otra razón por la que siente el orgullo quebrado es que nadie, a excepción del Nuevo, lo ayudaron a levantarse. Podía sentir todas las miradas de sus compañeras el mensaje:
"Te lo mereces"
Hide alguna vez fue el dueño de la escuela, nadie se metía con él porque significa tener una paliza, era el mejor en la clase y pronto le pediría a On Ji ser su novia; porque no había mejor opción que él. Lo tenía prácticamente todo,... pero la llegada del Nuevo lo arruino.
Llegó en otoño, había escuchado rumores que lo habían inscripto por contactos, por parte de una ex-alumna de la escuela que ahora se hace cargo de él junto con su pareja.
Para todos era extraño, un pueblerino de las regiones del Aire estudiando en una academia estructurada bajo la disciplina de la Nación del Fuego, era tan irreal. No había muchos mestizos en la escuela, pero por lo general, tenían parientes o antecesores de la nación, el nuevo era 100% Nómada Aire, como suelen llamarse ellos.
No le hubiese tomado mucha importancia, el Nuevo encontraría su lugar con los mestizos si tenía suerte, tal vez tendría unos cuantos problemas si se entrometía donde no le convenía; si podía mantenerse al margen, no destacaría mucho.
Pero Hide no sabía cómo era el nuevo.
Durante su primera clase ya estaba cuestionando a la profesora de historia, toco extrañas melodías en el salón de música y muchos tenían sus ojos sobre él como alguien interesante e increíble.
No como el bicho raro que esperaba.
Hasta On Ji quería estar cerca de él.
Eso no lo permitiría, fue directo con su amenaza, pero el Nuevo parecía tomárselo todo a la ligera; como sospechaba y le decía su papá.
«Ellos solo tienen aire en la cabeza»
Tal vez una amenaza física con él frente a todos en la clase de deportes sería lo más afectivo para ponerle los pies en la tierra, el nuevo era un ingenuo al alistarse en las artes marciales; lo haría pedazos y todo volvería estar en orden.
Siendo el favorito del profesor, fue hacer la demostración y pidió como compañero a Aang, él acepto con una sonrisa amistosa, ignorante del destino que tendría y como muchos espectadores serían testigos de ello. El profesor dio la señal de pelea, iba dar el primer golpe... pero este nunca impacto; el Nuevo lo había esquivado sin ninguna dificultad.
Hizo varios intentos, poco a poco la ira se apoderaba de él al no poder acertar ningún golpe y percibir la mirada de los demás viéndolo fallar con el recién llegado. No era el único que perdía la paciencia con Aang.
― ¡Gyatso, ya atácalo!―ordenó el profesor.
Esas palabras fueron más que suficientes, la expresión relajada de Aang se había transformado y se tornó seria. Todo paso muy rápido para Hide ante la impresión del cambio repentino, solo sintió unas manos por su hombro y espalda, vio el techo; y ya estaba de espaldas contra el suelo mientras Aang lo mira y evita que lo ataque, lo ha inmovilizado.
El silbatazo sonó, los compañeros celebraron la victoria del nuevo y Aang volvió a su vieja expresión con intensión de ayudarlo a levantarse.
¿Es mucho decir que no acepto su ayuda?
Durante las siguientes semanas, Aang estuvo en su cabeza con una expresión de burla; cada plan para hacerlo verlo como la terrible persona que era fue un fracaso tras fracaso.
Sus cómplices de antiguas jugadas para intimidar a cualquiera que se interpusiera en su camino, se alejaron de él hasta ya no dirigirle la palabra. Todo fue un cambio repentino, ya no estaba arriba de los demás; pero Aang sí.
Su popularidad solo había incrementado, había arrasado como un huracán toda lo que trabajo por años, ya no tenía nada y Aang se lo había quitado.
Es por eso que nadie lo ayudo.
Pero Aang si lo hizo y es por eso que ahora lo carga hasta la enfermería.
Esto era humillante, en todas las formas posibles de ver e interpretar, pero ¿Por qué se siente agradecido que la naturaleza bondadosa del chico lo ayudará? ¿Por qué aceptó ayudar a la persona que desde que llegó a la academia solo desea con echarlo?
¿Por qué Aang parecía contento con tener que cargarlo a la enfermería?
No lo comprendía, como tampoco entendía como su imagen de Aang y su gente se ha distorsionado desde que llegó. Aunque odie admitirlo, comprendía porque el nuevo era tan popular y agradable a la vista; era listo, bueno en deportes, innovador entre los estudiantes y el ambiente que lo rodea era como una bocanada de aire.
No era salvaje.
No era un incivilizado.
No era un cobarde.
Todos los prejuicios que había tenido se habían desaparecido conforme pasaba el tiempo.
¿Es normal sentirse tan estúpido por estar cómodo mientras abraza su espalda?
Cuando llegaron a la enfermería, la enfermera estaba atendiendo a otro alumno, así que indico al nuevo dejarlo en una de las camas. A pesar que Hide podría esperar solo, Aang aún le hizo compañía.
Esta era la primera vez que tenían una convivencia tan prolongada, sin que Hide quisiera insultarlo o atacarlo; era incómodo. Tal vez era el momento de tener una conversación decente.
―Pensé que los Revolto-...―se mordió la lengua, no podía decir eso―Nómadas Aire―corrigió―... Son pacifistas.
―Así es―respondió algo sorprendido que Hide comenzara una conversación.
Era cierto que Aang muchas veces se quiso acercar a él, pero lo terminaba alejando, sea porque pensaba que quería burlarse de él o echarle en cara que era más popular; a pesar que los temas de conversación de Aang eran totalmente opuestos a las ideas que tenía Hide.
― ¿Por qué peleas tan bien? Si se puede saber.
―Ran-Ran me ha estado entrenando desde que vivo con ella.
― ¿Ran-Ran?
―Mi tía Rangi, es un apodo; dice que tengo que aprender a defenderme. Ella y mi tía Kyoshi me cuidan desde que llegue a la ciudad.
Hide pensó por un momento, ese nombre le sonaba, y si toma en cuenta por cuales eran los métodos por los que Aang llegó a la escuela― ¿¡Rangi?! ¡¿¡Rangi Hei-Ran!?!―exclamo sin creerlo.
―Esa misma.
― ¿La ex-alumna estrella de esta academia?
―Si―respondió con los hombros levantados, sin darle importancia a los grandes logros que hizo su tutora en su época estudiantil.
― ¿Por qué no te lo tomas en serio? ¡Deberías estar agradecido por haber entrado a la escuela por ella!
Aang rodo los ojos un tanto apenado―La verdad, me inscribieron aquí porque cause uno que otro problema; es un castigo.
― ¿Qué?
―Tú sabes,... Llegar algo tarde, escaparse de clases para ir con tu abuelo, algunos animales del zoológico en la casa. Lo normal―hablo con ligereza.
―Se nota que tienes un alma rebelde―comento sin verse sorprendido.
Aang por otro lado lo miro y le dedico una sonrisa risueña―Exacto.
No supo porque sus mejillas se sintieron calientes ante ese gesto, posiblemente comenzaba a enfermarse. Antes que lo supiera, Aang hablo y parecía que el tiempo nunca pasó; incluso cuando se fue y le dedico una sonrisa sincera; siguió en un estado de ensoñación por su presencia hasta la última clase.
En los siguientes días intento compensar la ayuda que recibió de él comprándole postres durante el almuerzo.
A pesar que muchos ojos lo observaban por todo el daño que causo, tuvo el coraje de darle los postres en su butaca, decir un «Gracias, esto es para ti», después se iría a las escaleras cerca de la azotea a comer.
Le dejaría el lugar a Aang, se lo había ganado de forma justa, él ya no pertenecía a ningún lugar. Se ha rendido, y espera que su mensaje fuera claro, aunque no debió de hacer suposiciones; un día Aang lo estaba esperando bajo la escalera.
― ¿Qué haces aquí?
―Te quiero acompañar en el almuerzo.
Hide está desconcertado por la sinceridad en las palabras del nómada y más por su mirada cálida que le brinda mientras muestra su almuerzo― ¿Por qué?―al fin pregunta en murmuro.
―No deberías de comer solo.
―Pero ¿Por qué? Después de todo lo que hice, ni siquiera te he pedido perdón.
Aang le sonrió―No te pienso presionar para que te disculpes, solo aceptaré tus disculpas cuando estés listos y lo creas necesario.
Sus ojos de oro se agrandaron ante la sorpresa, y más ante el contacto de los dedos del nuevo para llevarlo a almorzar juntos. Ese día no entendió sus palabras, tuvieron que pasar mucho tiempo juntos para comprender que lo que Aang esperaba es que Hide se sintiera sincero y con voluntad para disculparse. Hide aún tenía muchos sentimientos encontrados por el nuevo, algunos prejuicios seguían vigentes dentro de él, a pesar que ya veía a Aang con buenos ojos.
Los almuerzos se convirtieron en charlas.
Las charlas en salidas.
Las salidas encaminaron a la disculpa sincera.
Y con ello una amistad, que con cada paso se transformaba en algo más. No sabía que podría sentir el estómago revuelto y lleno de emoción cuando sus manos rozan, una emoción tan similar como ganar un juego por el cual se esforzó.
No creyó sentir un tipo de ensoñación con solo tener su presencia más cerca de la usual.
Ni siquiera pensó en perder la respiración ese día de lluvia cuando sus labios se juntaron debajo del paraguas compartido.
Aang no solo fue el nuevo estudiante... sino un nuevo mundo para Hide.
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