Capítulo 6: Quirk marginado.



POV All Might

Aunque fue hace casi un año, aún lo recuerdo, lo recuerdo como si hubieran sido ayer...

-Lo siento, no puedo decirte "claro, puedes convertirte en un héroe, aunque no tengas Quirk" a la ligera, debes rendirte con esa idea, joven- Recuerdo el rostro que puso cuando solté aquellas palabras, más sombrío y triste que cuando lo vi por primera vez. Apretó con fuerza su muleta y miró con desprecio su manga suelta, donde se supone debía haber un brazo.

No era mi intención, sólo quería protegerlo, luego de revelarle el secreto de mí demacrado cuerpo, pensé que lo entendería. Al final mis palabras lo llevaron a tomar un mal camino, algo de lo que me arrepentí al conocer su situación.

Era un desdichado chico, un sin Quirk, un "invalido" como el mismo se llamaba, era igual que mi yo del pasado, y sin embargo, le quite toda esperanza, su sueño, una de las razones por la que pudo salir adelante, en este mundo tan cruel. Hasta hoy sigo arrepentido de haberle dicho eso.

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Sin embargo, luego de una serie de eventos, donde no sólo me ayudo a vencer a un villano, sino también a recordar quién era, decidí entrenarlo, tomarlo como mi discípulo, como mi digno sucesor, algo que sin dudas, lo dejo muy conmocionado.

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La sorpresa del muchacho fue muy grande cuando le revele el secreto de mis poderes. Simplemente, no lo podía creer, asimilar el hecho de que podía heredar mi poder era algo que rebasaba con creces su imaginación, pero una vez que lo acepto, se propuso a dar lo mejor.

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10 meses fue el tiempo que dedicó a fortalecer su cuerpo. En los primeros meses, desarrollo sus habilidades físicas. Gracias a la ayuda de un viejo amigo, recuperó la movilidad de su cuerpo. Aunque el proceso fue doloroso, incluso verlo, se acostumbró a sus nuevos miembros, de su nuevo "yo" como él decía. No podía dejar de saltar de alegría, estaba fascinado, al ver que podía caminar y moverse como antes, no pudo contener sus lágrimas .

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Después de un tiempo, descubrí algo que ni él sabía, algo que cambió su vida por completo.

-¿E-Esta... Esta bromeando? ¿Cierto? - Se veía completamente aturdido cuando me preguntó.

-Para nada muchacho, no bromearía con algo como esto – Entre risas y ánimos, le di la noticia, algo que lo hizo sonreír y al mismo tiempo romper volver a llorar, una reacción bastante obvia considerando todo lo que ha sufrido – Joven Midoriya, tienes un don, tú no eres un "invalido"- Y así comenzó, en el tiempo que le quedaba, mi discípulo desarrollo su potencial oculto... Su propio "Quirk".

"Control del tiempo" sería el nombre adecuado para su poder. En un instante, podía moverse de un lugar a otro; en un parpadeo prácticamente. Se veía como algo mágico, sin embargo, no se trataba de algo tan simple como violar las leyes de la física, más bien era algo biológico. Decidió llamar a su Quirk "Time alter", se trataba de una habilidad que le permitía acelerar su cuerpo, específicamente, los latidos de su corazón. Con este control, el joven Midoriya era capaz de moverse a una velocidad increíble, algo que sin duda lo volvería invencible, sin embargo, no era algo que podía usar de manera imprudente.

-Coft... Coft... R-Ra... yos – Tan sólo cinco segundos de uso y siempre se desplomaba en la arena. Ciertamente, tendría que trabajar muy duro con eso, mientras tanto, siguió concentrándose en la parte física.

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Los siguientes cinco meses de su entrenamiento fueron muy excitantes para él, estaba fascinado con su Quirk, por lo fácil que le resultaba controlarlo, aunque su entusiasmo rápidamente se vio apagado cada vez que caía rendido al usarlo demasiado. Este chico no tiene remedio.

Pero las sorpresas no terminaron ahí, más adelante, durante el sexto mes, me di cuenta de otra cosa...

-Mmm ¿Dónde podrá estar? – Mientras dirigía mi vista al mar, esperaba la llegada del joven. Nunca había llegado tarde, y ese día no fue la excepción, de hecho nunca hubo excepciones, siempre estuvo ahí, sólo que... No lo noté.

-Eto... ¿All Might?

- ¡¿Huh?! – Me sorprendí al escucharlo, ni siquiera me dí cuenta en qué momento se acercó a mi espalda – Oh, Joven Midoriya, aquí estas, pensé que nunca llegarías.

- ¿Eh? Pero... Si llevo medía hora aquí recogiendo cosas – Su respuesta me descoloco, sobre todo al ver que la parte de playa que debería despejar hoy, ya estaba hecha – Lo vi llegar, pero no quería decir nada hasta que terminara de limpiar, All Might.

- ¡¿Cómo dices?!

El que manifestara su Quirk a una edad avanzada ya era algo raro, pero sin duda aquello lo fue aún más, por no decir imposible. Era un caso que solo ocurría uno entre un millón, sólo sí se cumplían con ciertas condiciones, pero ahí estaba justo en frente de mí, un milagro había ocurrido.

Su segundo don era un poco más complicado que el primero, se trataba de una habilidad que le permitía esconder su presencia. Preguntándole un poco más tranquilo, llegue a la conclusión de que no era la primera vez que lo manifestaba. Antes de conocernos, me comentó como sus compañeros lo ignoraban en la escuela, pero a diferencia de las miradas frías y burlonas que recibía cuando estaba en preescolar y primaria, en la secundaría pasaba sus días tranquilo, sin recibir mirada alguna, eso me sorprendió bastante considerando el estado en el que estaba su cuerpo; la cicatriz en su rostro y la falta de extremidades. Ciertamente, su segundo Quirk tenía que ver con esto. Estaba increíblemente asombrado, bueno... él lo estaba aún más.

Un Quirk que lo hacía "invisible", era algo que se adecuaba a su actitud tímida y tranquila. No fue sencillo controlarlo, más bien no se podía. Le llevó un tiempo, pero averiguó que la única manera de utilizarlo era dejándose llevar, es decir, que se serenara su mente por completo. Sin dudas, era un Quirk perfecto para misiones de infiltración, pero en batalla, no era algo que pudiera usar, aunque más adelante me demostró que estaba equivocado. Con suficiente concentración, no sólo podía esconder su presencia, sino también aumentarla. Mí cuerpo nunca dejaba de temblar cada vez que probaba este don, era como si desprendiera un aura amenazante, como la de una bestia sedienta de sangre. Decidió llamarla "redirección", por las aplicaciones que podía dar a su don. 

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Los días pasaban, veía al joven crecer, me conmovía su dedicación. Entre descansos, entrenaba su mente, cada día se ponía a leer un libro nuevo, argumentando que debía ser el mejor en todos los aspecto.  Nunca aflojo el paso, siguió entrenando a la vez que miraba orgulloso la playa que había despejado. Su control de Quirk mejoro, su técnica también. Con tantas sorpresas, nunca me pregunte cuál era la verdad acerca de sus poderes, por qué se habían manifestado hasta ahora, por qué dos, las respuestas a esto vinieron de golpe, de nuevo volví a pedir ayuda.

-¿Esto es real? - Delante del ordenador, no podía asimilar lo que veía.

- Veo que has visto los resultados que te envié.

-¿Qué tan grave es su condición? – No dejaba de temblar, a la vez que apretaba el teléfono.

-Te lo diré directamente – Su voz se escuchaba muy sería del otro lado de la línea – Sí sigue "despertando" más habilidades ya no podrá volver, el daño será permanente – Sus palabras me impactaron, en lo más profundo de mi ser – El origen de esto tiene lugar en el cerebro, siendo más específicos, en el centro de este, así que no hay nada que se pueda hacer para extraerlo, sólo queda esperar, Tochinori – Agregó, dejando consternado, pensando en el futuro de mi discípulo. 

- De acuerdo, te lo agradezco, David.

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Después de eso, no supe que hacer, no sabía cómo darle la noticia. Cómo se tomaría el hecho de que sus habilidades... O más bien su único"Quirk", terminarían con él... con su mente.

-Lo sé.

-¿Hm? ¿Lo sabes? – Estaba confundido. Bajo las estrellas de aquella playa, pidió que nos reuniéramos. Pensé que tal vez quería un consejo, o decirme sus dudas con respecto al hecho de heredar mi poder, pero no fue así, fue algo que me dejo perplejo.

-Siempre lo supe, All Might, que mi "don" no es algo que pudiera tener sólo porque sí, desde hace mucho lo sé, así que no tienes por qué seguir escondiéndolo – Fue lo que me dijo sonriendo. No podía creer lo mucho que había crecido en estos 10 meses, lo acepto así tal cual, el hecho de que su "Quirk no era algo que le daba habilidades nuevas, sino todo lo contrario; lo llenaba de debilidades.

- Escucha, Joven Midoriya – Lo encaré tomándolo de los hombros – No puedo prohibirte usar tus poderes, pero promete una cosa, no dejes de ser tú, no importa lo que pase, sé tú mismo y recuerda por qué has trabajado muy duro, recuerda tu sueño.

-Hai, lo prometo – Después de eso, no pude decirle otra cosa al respecto, confié en que me haría caso.

Al pasarle mi poder, no dejé de preguntarme si fui demasiado indulgente en cuanto al asunto de su estado. Pero ya estaba hecho, su convicción, sus palabras me habían convencido, sólo el tiempo y el destino lo decidirían. Esperemos que no me haya equivocado.

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Parece una ilusión o más bien una mentira, que aquel joven, Midoriya Izuku, este muchacho que se muestra tan decidido y valiente frente a los monitores... Guarde tanto dolor en su interior.

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POV Narrador.

En el edificio de entrenamiento, el encuentro entre los dos "amigos" se había alargado, no porque los dos estuvieran igualados en habilidad, más bien porque cierto peliverde quería demostrarle a su "amigo" el nivel que había alcanzado, todo gracias a él.

-M-Maldición- Bufó molesto Bakugou. La ráfaga de golpes que había recibido lo había dejado entumido. Protegerse con los brazos no le sirvió de nada, la dureza del metal y el puño del peliverde era suficiente para dejarlo adolorido.

Los movimientos de Izuku eran rápidos, no le daba oportunidad al rubio de reaccionar, a corta distancia dominaba por completo la pelea.

-Ugh – Un golpe bien incrustado levanto los pies del rubio, lo suficiente para hacerlo retroceder. Del otro lado de los monitores, los estudiantes pudieron jurar haber escuchado una pequeña explosión, como el de cierta arma de fuego.

-"Increíble, lo hicieron tal como se los pedí jeje" – Rió internamente, mientras sostenía su prótesis. Se sentía feliz y agradecido, sobre todo al recordar cierta cabellera rubia.

Luego de arrastrar sus pies, Bakugou se apoyó sobre su rodilla, se había quedado sin aliento, aun así, miró al peliverde con desprecio, apuntándolo con su brazo - ¡AAh! – Gritó como nunca, lanzando otra llamarada. Izuku lo vio venir, "recargo" su prótesis, y antes de que el cartucho tocara el suelo, hizo su cuerpo a un lado.

- Fiiuu, e-eso estuvo cerca – Miró impresionado el enorme hoyo a su espalda. Sonrió algo nervioso al ver la frustración en el rostro del rubio.

-Izuku ¿Estas bien? – La voz de su amiga desvío su atención, presionando el botón del aparato en su oído, estableciendo comunicación con la chica.

-Ochako ¿Qué sucede? – Contestó algo preocupado. La voz de su amiga se oía agitada.

-Lo siento, Iida-kun me descubrió, no puedo emplear mi Quirk, es demasiado rápido- Contestó algo apenada.

-¿Dónde te encuentras? – Preguntó Izuku.

-En medio del quinto piso – Respondió Ochacko

-Justo arriba de nosotros ¿eh?

- ¡D-Deku! ¿Te atreves a ignorarme? ¿Eh? – Expresó molesto Bakugou. Luego de su ataque fallido, vio al peliverde sumido en su plática.

- Senseí ¿no debería detenerlos? – Dijo un pelirrojo viendo los resultados de la explosión anterior. Ciertamente, le parecía impresionante como el peliverde dominaba la pelea, sin embargo, la brutalidad de los ataques del rubio lo hacían dudar de su cordura – ¡Lo va a matar!- Dijo alarmado.

-"¿Debería detenerlos? – Se preguntó All Might sin dejar de mirar la gran pantalla – "No" – Pensó para después usar el comunicador – Joven Bakugou, sí vuelves a usar un ataque así, me veré obligado a detener el encuentro, y tu equipo perderá.

-¿Huh? – Expresó confundido. Mientras Bakugou escuchaba la advertencia, Izuku terminaba su conversación.

-Ve hacia la columna por la ventana, cambió y fuera.

-¿Eh? Izuku ¿Qué vas a...

-¡AAAAAH! – Gritó el rubio irritado por la advertencia recibida, lanzándose sobre el peliverde, este se sorprendió. El suelo agrietado lo hizo resbalar - ¡Si no puedo disparar entonces peleemos con los puños!

-"No puedo esquivarlo" – Pensó en el momento del desliz. Apretando su puño derecho, no tuvo más opción que enfrentarlo. Arrojó el golpe, sin embargo, Bakugou logró esquivarlo al empelar una de sus explosiones, logrando quedar a su espalda - ¡Gha! – Gritó al recibir una explosión de lleno. El cuerpo del peliverde se hizo para adelante, antes de que cayera, Bakugou volvió a atacar.

-¡¿Con que te gusta atacar por sorpresa, eh?! ¡Toma esto! – Golpeó la espalda del peliverde, este no pudo hacer nada cuando su brazo fue tomado - ¡Deku, tú éstas por debajo de mí! – Impulsado con sus explosiones, estampó al peliverde contra el suelo.

-¡Gah!- El golpe fue brutal, la espalda de Izuku prácticamente rebotó, haciéndolo vomitar sangre.

Todos quedaron atónicos, horrorizados con las acciones del rubio, el cual no parecía tener las actitudes para ser héroe, sino todo lo contrario. A pesar de que el ejercicio consistía en que adoptará el papel de villano, su comportamiento era injustificado.

-Esto es un linchamiento – Comento la pelirrosa, viendo algo asustado como se desarrollaba el encuentro – A pesar de que podría capturarlo quitándole la cinta que lo rodea, sigue atacándolo sin piedad – Agregó, preocupada por el estado del peliverde.

Todos se pusieron a lanzar comentarios contra las acciones de Bakugou, el miedo que sentían con respecto a él crecía cada vez más, esto hizo pensar al héroe número uno.

-"¿Debería detenerlo? ¿Debería detenerlo antes de que..." – La preocupación del héroe número uno crecía a cada momento - ... Antes de que el joven Bakugou salga herido" – Al ver detenidamente a su joven discípulo.

-¡Vamos! ¡Vuelve a usar tu poder en mí! ¡Levántate y enfréntame! ¡DEKU! – Gritó arrogante, viendo al peliverde tendido. A pesar de que sonreía de forma confiada estaba molesto, quería enfrentar al peliverde, que este usará el poder que, según él, había escondido hasta ahora para de esta manera derrotarlo y demostrarle quien era el mejor.

-JAJAJAAJA – Una risa descolocó al rubio, incluso los estudiantes no daban crédito a lo que veía – De verdad que eres impresionante, Kacchan – Dijo el peliverde, empleando un tono siniestro, levantándose sin usar las manos, como si de un robot se tratase – Esto hace que quiera vencerte todavía más – Una sonrisa se dibujó por debajo de su máscara. Nadie, excepto dos rubios, se dio cuenta de la mirada asesina que puso.

-"¿Q-Qué pasa con este inútil?" – Nervioso, Bakugou lo vio reincorporándose, sus ojos se ensancharon por completo al ver como un aura espantosamente amenazante apareció frente a él. Antes de que pudiera hacer algo, el peliverde salió de su vista sólo para después aparecer a centímetros de él - ¡¿Eh?!

-¡Smash! – Gritó Izuku mientras apuntaba al rostro del rubio.

-¡Joven Midoriya, deten... - Quiso intervenir, viendo que la vida de uno de sus estudiantes corría peligro, sin embargo, fue cortado por la voz de su discípulo.

-¡Ochako! ¡Preparate!

-¡Hai! – Afirmó la castaña, sujetándose fuerte de una columna, cosa que extraño al pelinegro que tenía por oponente.

-¿Eh? ¿Qué es lo que vas ¡Woah!

Una poderosa ráfaga de aire atravesó el suelo de la habitación, al igual que los demás pisos por debajo. Ochako, armada con una columna, aprovecho la distracción del pelinegro para "batearle" algunas rocas. El pobre pelinegro no tuvo más opción que cubrirse y ver como la castaña flotaba por encima.

-Liberar- Al desactivar su Quirk, Ochako logró aterrizar en la bomba, haciendo al pelinegro gritar al ver su fracaso.

-¡Los ganadores son el equipo de héroes! – Declaró All Might, contentó con el resultado del encuentro.

En cuanto a Bakugou, su expresión perpleja no desapareció, una expresión que denotaba miedo en su más puro estado, sobre todo al ver que casi fue conectado por el devastador golpe del peliverde.

-Lo siento, Kacchan – Se disculpó Izuku, viendo al rubio a los ojos – No pude darte lo que querías – Sonrió mientras retiraba su demacrado puño – Pero la próxima vez, usare mi propio poder para derrotarte- Declaró, mostrando el artilugio que llevaba por brazo. Bakugou no se lo podía creer, viendo el enorme agujero sobre de él, no pensó que quizá el peliverde se había contenido.

Una vez que todo termino, Izuku pudo darse un respiro, se desprendió de su mascara y capucha para luego sentarse en medio de la destrozada habitación. El dolor de su brazo era intenso, sin embargo, la emoción que sentía al haber ganado el encuentro ayudó a que no se desmayara.

-¡Izuku! – Llamó la castaña, corriendo hacia el peliverde.

-Oh, Ochako – Este volteó, viendo que ella estaba bien; sin herida alguna. Al verse a sí mismo, pensó que fue una buena decisión el haberle pedido que se separan. A pesar de su entrenamiento y habilidad, su "amigo" de la infancia le demostró que aún tenía mucho camino por recorrer.

-Lo logramos, Izuku, gana... - La alegría de la castaña se vio interrumpida al ver el estado del peliverde, sobre todo, cuando se fijó en "eso" – I-Izuku... Eso es... -Cubrió su boca, mientras sus ojos se humedecían.

-Ah ¿esto? – Expresó despreocupado mientras enseñaba su brazo roto – Otra vez volví a excederme jejej – Habló bromista sin saber que no era eso a lo que se refería – No te preocupes, Recovery Girl podrá... ¿Eh?

Viendo como su amiga empezaba a llorar, Izuku se vio confundido, algo tarde, se dio cuenta  el por qué de su reacción. Ciertamente se lo había escondido y no fue para más, esperaba el momento adecuado para decírselo, sin embargo, había sido descubierto, no sólo por ella, sino por todos sus compañeros, algo que no podía evitarse.

-S-Siempre eres así... Desde niño, siempre lo fuiste... Nunca dices nada, sólo haces que me preocupe... – Soltó la castaña, cayendo de rodillas mientras trataba de detener sus lágrimas. El ver al peliverde, ver lo que había perdido, la puso muy triste, recordó el pasado, aquel fatídico día en que ella lo "perdió".

-Lo siento – De repente, una mano se posó sobre su cabeza, se trataba de Izuku, quien tenía la intención de consolarla – No era mi intención esconderlo, es sólo que no encontré el momento para decírtelo – Explicó, dándole una sonrisa sincera, cosa que hizo a la joven dejar de llorar y enrojecerse al verlo poner tal expresión.

Sin importarle el momento y el lugar, atrapó al peliverde en un abrazo, ya no quería seguir conteniéndose, tan sólo quería hacerle saber que estaba ahí para él.

-Ujum – Tan oportuno como siempre, cierto rubio apareció frente a ellos- Jóvenes, felicidades por ganar el encuentro – Mencionó All Might con su sonrisa habitual. Rápidamente se separaron, bueno, más bien fue la sonrojada castaña.

Luego de hablar por un momento, dos robots se encargaron de trasladar al peliverde a la enfermería, aunque su expresión relajada denotaba que estaba bien, lo cierto es que estaba pasando por un dolor insoportable, algo de lo que sólo su maestro se dio cuenta. Con un "te veré después" se despidió de su amiga, cosa que alegró a la castaña, quien quería acompañarlo, sin embargo, la clase aún no había terminado.

El resumen del encuentro fue simple, los héroes ganaron, sin embargo, habían salido muy lastimados, por lo que los demás jóvenes criticaron sus desempeño, sobre todo el del equipo de villanos. Él único que recibió una crítica positiva fue cierto pelinegro, quien se metió en su papel de villano y actuó como se esperaba que lo hiciera, por otro lado, a pesar de que demostró una fuerza y habilidad incomparable durante los primeros momentos del encuentro, Izuku fue fuertemente criticado, causar gran destrucción al edificio sin siquiera considerar la posibilidad de que el edificio se derrumbe, además de terminar muy mal herido, es algo que ningún héroe podía permitirse, estas fueron las palabras de cierta pelinegra con aura elitista.

Después de eso, los alumnos siguieron con el ejercicio, donde cada uno demostró su habilidades en combate, estaban entusiasmados, muy motivados luego de ver el primer encuentro, el cual les pareció muy impresionante. Luego de haber perdido, el rubio no podía salir del shock, aquel al que consideraba un inútil lo había derrotado, por lo que recuperarse de eso sería difícil, y más, viendo que el peliverde no era el único que tenía un poder más grande que el suyo.

Al terminar, todos regresaron al aula, incluso All Might se había apresurado a retirarse para enterarse del estado de su discípulo. Físicamente, sabía cómo se encontraba, lo que le preocupaba era otra cosa, su estado mental, el cómo le había afectado haberse enfrentado y vencido a su amigo.

-Y, ¿cómo se encuentra? – Preguntó un escualido All Might, viendo al peliverde dormir en una de las camas de la enfermería.

-El año ha comenzado y ya es la tercera vez que lo tengo aquí, es increíble– Regaño la pequeña anciana mejor conocida como Recovery Girl – ¿Por qué no lo detuviste?.

-Mis disculpas, Recovery Girl.

-¿Por qué te disculpas? – Expresó irritada, viendo la actitud apagada del rubio – Bien dejando eso de lado ¿Qué es lo que sucede con este chico? – Agregó.

-¿A qué se refieres? – Preguntó All Might, confundido con la pregunta.

-No te hagas el tonto, este chico ¿Qué es lo que tiene? – Volvió a preguntar. El silencio confirmaba que no hablaría del asunto – Dejando de lado el asunto de sus extremidades, el daño que sufrió, debería haberle causado mucho dolor, lo suficiente para ponerlo en shock.

-¿Qué sucede con eso? – Habló el rubio, no entendiendo a que se refería.

-Se reía... Este chico simplemente reía, mientras lo atendía, me preocupo bastante, por lo que tuve que sedarlo – Comentó consternada, al recordar la expresión casi maniática que puso el peliverde.

-Lo siento – Apenado, se disculpó el rubio – No es algo que pueda explicar fácilmente – Hizo una reverencia, tratando de evitar la pregunta – Espero que pueda comprenderlo – Aquellas palabras hicieron a la anciana mirarlo fijamente. Algo que podía comprender ella, eran los secretos que conllevaba ser el héroe número uno, el símbolo de la paz, por lo que decidió no seguir insistiendo y confiar en él.

-Ésta bien, lo dejaremos así – Giró su silla, dándole la espalda – Pero asegúrate de hablar con él, de seguir así, el daño puede ser permanente, no quisiera ser yo quien tenga que realizarle una cuarta amputación – Dijo con tono serio, mientras sostenía una carpeta, seguramente, el historial médico del chico.

-Lo haré, gracias por todo – Profundamente agradecido, decidió quedarse y esperar a que él despertara, era lo único que le preocupaba en ese momento, asegurarse de que... Nada hubiera cambiado.

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En un lugar oscuro y vacío, cierto peliverde se hallaba dormitando; flotando. No podía sentir nada, ni daba signos de querer despertar. Tan sólo pasaron unos segundos, cuando su rostro empezó a torcerse en una mueca incomoda, como si estuviera teniendo una pesadilla.

-Escucha, Deku, no eres más que un inválido, un cobarde ¡¿entendiste?! ¡¿eh?! – Fueron las palabras de su "amigo".

-S-Si no te hubieras metido... ¡no me habrían pegado otra vez! – Palabras de un niño a quien quiso ayudar.

-Deberías darte por vencido – Palabras que lo hicieron sumirse en depresión y por último...

-Recuerda, Izuku, no importa que, mamá siempre estará contigo – fueron las palabras de una mujer postrada en cama.

Las voces de alguna manera lo atormentaban, no pudo seguir más, no quería seguir escuchando, sólo quería que se terminara. La imagen de él mismo siendo consumido por la oscuridad quedo grabada en su memoria.

-Ya eres nuestro...

-¡¿Huh?! – Abrió los ojos de golpe, no era la primera vez que escuchaba aquellas voces, no lo era. Lucía tranquilo, sin embargo, uso su mano para tranquilizar su corazón, algo que había estado practicando desde hace tiempo – ¿De nuevo?... Pensé que ya no volvería a soñar eso jeje – Se dijo así mismo para relajarse, cosa que consiguió. Al querer levantarse de la cama, alguien llamó su atención - ¿Ochako? - Sentada en una silla y apoyada en la cama, la muchacha dormía plácidamente.

-"¿Por qué esta aquí?" – Se dijo mentalmente. Aquella situación no era suficiente para ponerlo nervioso, no con la personalidad que tenía, pero si lo suficiente para verse confundido. Cuidadosamente se levantó de la cama, apoyándose de su única pierna, dio unos brincos hacia una mesa, donde habían dejado sus cosas. De nuevo en la cama, rápidamente coloco su prótesis, el sonido del metal encajando despertó a su compañera.

-Hmm... ¿I-Izuku? – Sobó su ojo, intentando aclarar su vista, cuando lo hizo, lo primero que vio fue el rostro de su amigo.

-Buenos días, Ochako je- Sonrió alegre.

- ¡¿EH?! ¡Izuku! -La reacción de la castaña fue obvia, esta se despertó de golpe. Avergonzada, limpió el rastro de saliva que escurría de sus labios, Izuku soltó una risilla al ver la reacción de su amiga - ¿C-Cómo éstas? ¿Ya han curado tus heridas? – Preguntó no dejando de sentirse nerviosa.

-Sí, estoy bien, Recovery Girl me curó, aunque después no dejo de regañarme jeje– Contestó despreocupado, sin embargo, ella esta estaba lejos de sentirse bien. Dirigió su mirada al cuerpo de su amigo, lo exploró rápidamente, no sólo era el brazo, sino también la pierna derecha, algo que la hizo sentirse aún.

-Lo siento, de verdad lo siento – Ella no lo pudo soportar más, se aferró al peliverde, cuyo rostro denotaba sorpresa – Por mi culpa te sucedió esto, no debiste haber ido, yo soy la que debería haber...

-Detente – Interrumpió el peliverde, sorprendiendo a la joven. Aunque no eran iguales, las palabras le hicieron recordar su pasado, aquellos días donde en vez de ayudar, sólo era repudiado. Tomándola de los hombros, la apartó para mirarla a los ojos – No vuelvas a decir eso – Habló serio, casi molesto – Ya te lo dije, lo hice porque quería hacerlo, no me arrepiento de nada, si se presentara la ocasión lo volvería hacer, mil veces más de ser necesario – Dijo de corazón, con la esperanza de que ella desistiera, de que dejara de sentirse culpable por su estado.

-Izuku – Ella lo miró anhelante. Sus ojos castaños no se apartaron, quedó conmovida, aun así, una lágrima escapó de sus ojos, la cual fue cortada al instante.

-Por favor, no sigas llorando – Con su meñique, secó el rostro de su amiga – O arruinaras tu bello rostro – Soltó sin más, sin saber lo que había provocado.

-¿Q-Qué... Qué estás diciendo? – De inmediato, Ochako tapó su cara, ocultando su enorme sonrojo, aunque le fue imposible, este le llegaba hasta las orejas – N-No soy nada bonita... Tan sólo me la paso llorando y... y... - Dijo apenada.

-Claro que lo eres – Dijo el sonriente, tomándola de las muñecas para descubrir su rostro – Te lo demostrare.

-I-Izuku ¿Qué vas a... !Kya! – Ella no pudo hacer nada, cuando el peliverde la atrapo en la cama.

Los ojos de la castaña se abrieron por completo cuando se encontró siendo retenida. Las acciones de su amigo habían sido repentinas, no sabía lo que vendría, pero se dio una idea, al recodar lo que ocurrió ayer en la estación. Su corazón empezó a latir con fuerza cuando la distancia entre sus rostros comenzó a disminuir. Cerró los ojos, preparó sus labios, esperando el momento para ser tomada de nuevo.

-¡JOVEN MIDORIYA- Con un gritó, All Might hizo su entrada, con la esperanza de ver a su discípulo despierto - Ooh ¿Qué es lo que sucede aquí? – Preguntó a ambos jóvenes.

-Ah, hola, All Might – Desde su cama, saludó el peliverde de manera casual y despreocupada.

-Me alegra ver que has despertado – Expresó con una sonrisa viendo a su discípulo recuperado – Gracias por cuidar de él hasta que despertara – Expresó gratitud a la castaña, quien estaba sentada a su lado - Eres una buena compañera.

-N-No, no hay problema – Sentada de espaldas, contestó lo más tranquila que podía.

-Bien, sé que apenas te has recuperado, pero es momento que vuelvan al aula, las clases están por reanudarse – Comentó el rubio, sin dejar de sonreír, su repentina interrupción había tomado por sorpresa a aquel par.

El corazón de la chica se encontraba a mil por hora, casi al borde del infarto. De no ser por la habilidad del peliverde, ellos habrían sido descubiertos. A pesar de ser el animado héroe, quién no se escandalizaría al ver a sus estudiantes uno sobre el otro, apunto de hacer quién sabe qué sobre la cama.

Por su parte, la expresión de Izuku permanecía tranquila, sonriendo mientras escuchaba las palabras de su mentor, algo de lo que ella se dio cuenta.

-"No es justo... ¿Por que siempre soy la única avergonzada?"

-De acuerdo, regresaremos al salón, gracias por todo – Agradeció a su maestro, dejando la habitación juntó a la castaña, cuyo rostro seguía sonrojado.

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En otro tiempo...

-Son especiales... están bien hechas....No hay duda, tuvo que ser ella, ella lo hizo...

La sangre salía a borbotones, con su "armadura" cayendo a pedazos, era evidente que el arma no era normal, había sido creada para él, para ponerle fin a su existencia maligna.

Como si no fuera nada, retiró la estaca, esta cayó sobre su sangre, lentamente, el agujero de su pecho y su coraza empezaron cerrarse.

Las ruinas de la ciudad adornaban su panorama, no había enemigo alguno, luego de retirarse de una emboscada, decidió que lo mejor sería esperar a que sus heridas sanaran, algo que le estaba tomando tiempo, debido al veneno que contenía dicho instrumento. Pensaba que estaba sólo o esto fue hasta que su "cola" empezó a zarandearse.

-Hm- Giró de manera repentinamente, sintiendo que alguien lo observaba-Sabes que no puedes ocultarte de mí, sal antes de "ella" vaya por ti – Advirtió, mientras que la extremidad de su espalda se arrastraba en el suelo, amenazando perseguir a la presencia oculta.

-Izuku- Dijo una joven voz, saliendo de lo que quedaba de un edificio. Con una expresión triste en su rostro, se convenció de que aún no era tarde, aún podía hacerlo regresar, antes de que acaben con él.

-Tú, de entre las mujeres que estuvo a mi lado, fuiste la más difícil al querer acercarme, Yaoyorozu-san – Retrajo la extremidad, la cual estuvo a centímetros de atrapar a la joven heroína.

-Por favor, Izuku – Dijo con voz quebrada, casi suplicando – Podemos ayudarte, sólo tienes que detener esto, antes de que...

-Sabes que no es así – Interrumpió – Además... - Movió la cabeza a un lado esquivando un disparo. La estaca encontró su fin en una roca, sólo había logrado rozar su mejilla – Tus amigos están aquí – Terminó de blindarse por completo.

Rápidamente se vieron rodeados por un grupo grande, de por lo menos 100 elementos. Héroes, soldados, y lo más increíble e irónico de todo, algunos villanos formaban las filas de este pequeño ejército. Su misión era más que clara.

Se acercó a la pelinegra. La heroína en ningún momento le demostró temor, sólo dolor y tristeza. Pasó de ella y encaró al grupo que lo amenazaba.

-No son suficientes ¿Crees que con esto podrán detenerme? – Preguntó sin mirarla.

- "¿Por qué, Izuku? ¿Por qué no puedes olvidarla?" –Pensó. Ella sólo pudo encogerse de hombros mientras sostenía su brazo. A pesar de todas las atrocidades que había hecho, nunca dejo de amarlo, de intentar hacerlo recapacitar, pero ahora se dio cuenta, de la peor manera, que ya era tarde.

-No me decepcionen – Comenzó a desprender un aura asesina, un aura oscura e intensa, a la vez que más "colas" salían de su espalda.

La alianza de héroes y villanos tembló al verlo, sin embargo, estaban ahí para terminar con esto, arriesgar sus vidas para terminar con él. -¡Fuego! – Fue el gritó que dio comienzo a la lluvia de balas y estacas de metal. Todo se oscureció, sólo que esta vez, para aquel "malvado".

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