Capítulo 3: Quirk desconocido.
Varios años después de los eventos del capitulo anterior...
En una oficina, dos hombres, o más bien, un hombre y una especie de animal con apariencia de oso, se encontraban teniendo una seria conversación. Uno de ellos permanecía detrás de un escritorio y el otro se encontraba sentado en un sillón observando la pequeña mesa con algunas carpetas esparcidas.
-Entonces, has tomado tu decisión ¿verdad? – Dijo el pequeño animal viendo al rubio de mirada oscurecida.
-Sí – Afirmo el hombre, actual héroe número uno, este no era nada más y nada menos que All Might. En ese momento, en su forma escuálida – Pienso que él es el adecuado, tiene un gran potencial y sobre todo tiene un gran sueño, convertirse en héroe y defender la paz – Miró los ojos del animal, el actual Director Nezu, en ese momento estaba más serio que nunca.
- Ya veo... - Suspiró, meditando sobre lo que había escuchado – No es mi intención juzgarte, pero ¿No crees que te has precipitado?
- ¿A qué se refiere? – Pregunto el rubio algo confundido.
-Me refiero a que tomaste una decisión basada en algo sentimental, ¿Acaso lo elegiste sólo porque era como tú en el pasado? Alguien sin Quirk – Hablo directamente, tenía que hacerlo, después de todo, el poder del actual símbolo de la paz, el One for all, un poder que debe ser heredado a otro para preservar su legado, no es un asunto que se pueda tomar a la ligera.
-Se equivoca – Exclamo, tomando una postura firme, cambiando a su forma de héroe– No es sólo por eso, él tiene una férrea determinación, no se rendirá ante nada, no vacilará cuando se trate de proteger o salvar a otros. Eso es lo que significa ser un héroe, eso es lo que significa ser el símbolo de la paz, algo que sin duda no se aprende en ninguna otra parte – Dijo de pie, frente al director, quien no tuvo más opción que aceptar sus palabras.
-De acuerdo, en ese caso, solo queda esperar y ver si tiene lo necesario para entrar a esta academia – Sonrió, ya no tenía más que decirle, después de todo sus palabras lo habían convencido. – Por cierto, a ese chico, lo entrenaste durante 10 meses ¿verdad? ¿Qué tanto de tu poder puede dominar? – Estaba curioso, realmente le interesaba saber hasta dónde había llegado su discípulo.
-Bueno, la verdad es que... - Este no sabía cómo responder – Pues la verdad, no lo sé jejej.
-¿Cómo? – Expreso sorpresa, ante el tono despreocupado del rubio.
-La verdad es que solo lo ayude a entrenar para fortalecer su cuerpo, entre otras cosas – Este empezó a rascar su nuca mientras sonreía de manera nerviosa – Apenas hoy le he pasado mi poder jeje.
- Estas bromeando ¿verdad? – Dijo el director.
-No, hablo en serio – Confirmo All Might – Y una cosa más. Ese joven no es como yo... - Agregó, dejando al roedor intrigado.
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Ese mismo día, muchos jóvenes se apresuraban a llegar a ese lugar, nos referimos a la Academia U.A. la más prestigiosa escuela en formación de héroes de todo Japón.
A las instalaciones llegaron muchos jóvenes, cada uno emocionados y a la vez nerviosos, pero sobre todo con la esperanza de ser aceptados en ella. La hora estaba por llegar, ya casi no había nadie en la entrada. Un poco a lo lejos, una chica castaña corría hacia la entrada.
-No puede ser, voy a llegar tarde –Se veía agitada, corriendo lo más rápido que podía, había dormido temprano para así madrugar, mala suerte para ella pues el tren se detuvo, es un mundo de héroes después de todo, y como tal, también de villanos, por lo que hubo un incidente que arruino sus planes de llegar temprano. Cuando llego a la entrada, fue tanto su desespero que tropezó con un pequeño guijarro. – "No puede ser" – Resignada, uso sus brazos para protegerse, la caída era inevitable, sin embargo...
- Oye... - Alguien la había tomado de su mochila, evitando que cayera.
-¿Eh?
– Ten más cuidado - Dijo de manera amable aquel joven que la sostenía - No querrás caer en tu primer día '¿verdad? –.Una vez que se reincorporó, lo observó por un momento, el joven vestía de negro de pies a cabeza, un uniforme de secundaria de estilo militar, y extrañamente usaba una sudadera debajo cuyo gorro ocultaba su rostro, no sabía por qué, pero su voz se le hacía familiar - ¿Estas bien? – Aquella pregunta la sacó de sus pensamientos o más bien recuerdos.
-¿Eh?... S-sí – Respondió de manera tímida, viendo como el joven le dedicaba una sonrisa, aún con el rostro oculto podía distinguir eso, y sobre todo, la cicatriz que tenía.
- Un momento... - El joven utilizo un tono serio, al mismo tiempo que se fijaba en la apariencia de la chica; cabello corto color marrón que hacía juego con sus lindos ojos, estatura media, debajo de su ropa de colegiala; una figura esbelta y a la vez bien proporcionada, era preciosa y en el futuro lo sería más, eso fue lo que pensó, pero había algo más que lo hacía recordar. – Acaso tú.... Tú eres... - Balbuceó, como si no supiera que palabras usar.
-¿Qué? Tengo algo en la cara jeje – Hablo un poco nerviosa, la mirada del joven le pareció misteriosa, pero al igual que su voz, le pareció extrañamente familiar, sobre todo por el color de sus ojos, un verde profundo – "Se parece a... no... no puede ser" – Pensó, negando con la cabeza.
-No, no puede ser jeje – Expreso el joven. La castaña se tensó, pensaba que le había leído la mente – Disculpa, es que te pareces a alguien que conoz... - Se interrumpió - ... Que conocía jeje – Se corrigió – Bueno, no importa... debemos darnos prisa o nos perderemos la primera prueba... - Corrió hacía la puerta, dejándola sola.
-Que extraño... – Dijo mientras lo veía alejarse - ...Aunque, es una persona amable- pensó mientras caminaba hacía la puerta, justo antes de empujarla, volteó hacia la terraza, en la que ya no había nadie – "Aguarda un segundo... ¿En qué momento..." - Lo pensó por un rato, después de todo, el joven que la salvo, había aparecido de la nada, justo detrás de ella, pero no lo escucho venir, ni siquiera sus pasos, además de que tuvo que estar cerca para poder atraparla y aun así; ni siquiera se percató de su presencia.
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Después de la prueba escrita, la siguiente prueba fue dirigida por un héroe profesional y a la vez profesor de la misma institución. En un auditorio, un hombre de cabello rubio en punta explicó a los aspirantes en que consistía la segunda prueba.
Mientras Present Mic explicaba todo, tal cual anfitrión de radio hacia su trabajo, una chica castaña se distraía por ratos. Tres asientos debajo de donde estaba, observaba como el chico que la ayudo, anotaba todo lo que decía el profesor, no era necesario ser tan diligente, pero él lo hacía, y escribía con gran rapidez. Pensó que quizá su Quirk se basaba en la velocidad, tendría sentido, si no fuera por el hecho de que estaba en presencia de un profesor, y usar sus dones estaba prohibido, además de que sería un desperdicio de energía usarla en ese momento.
Al terminar, Mic pidió a los aspirantes moverse a otra parte donde se llevaría a cabo la prueba, dicho lugar simulaba una ciudad, en donde combatirían contra, lo que él llamó, "villanos artificiales". Venciendo un número considerable de robots los aspirantes asegurarían su pase a la academia, sin embargo había una gran incógnita en todo esto, puesto que el robot más grande no valía ningún punto, solo un tonto se enfrentaría a ese, es lo que pensaron muchos, solo un tonto... o alguien quien pudo ver más allá de sólo ganar puntos.
Vestidos con ropa que les facilitaran la movilidad, los jóvenes esperan impacientes frentes a las grandes puertas, ahí estaban todos amontonados, esperando a que se abrieran para comenzar. De entre estos, una castaña miró como sólo uno parecía muy tranquilo, o más bien, parecía que estaba pensando en voz alta.
-El tiempo es de 10 minutos, tenemos que derribar la mayor cantidad de enemigos , es importante mantener la calma y recopilar información, sobre todo hay que ser rápidos o el terminaremos agotando el tiempo, podría derribar una mayor cantidad de enemigos pero no quiero agotar mi estamina, conservar un poco de energía es importante... - Mientras murmuraba, era observado por el resto de los aspirantes, de alguna manera se sentían incómodos y a la vez afortunados, pensaban que el tipo había perdido la razón. "Que suerte un aspirante menos", fue lo que pensaron.
-"Ahí está otra vez" – Pensó la castaña al verlo, vestido con otra ropa; una sudadera y pantalones deportivos negros, y al igual que cuando se lo encontró, una capucha le cubría el rostro. – "¿Debería acercarme para agradecerle?" – Se preguntó a sí misma, lentamente sus mejillas adquirieron un tenue rosa, al recordar como la ayudo y sonrío, pero luego negó, no era el momento para pensar en esas cosas, además de que cierto chico de lentes le recriminó por algo sin sentido; intentar distraer a otro aspirante.
-¡Qué están esperando! – A lo lejos, el héroe Mic les grito desde una torre - ¡El tiempo comenzó a correr, así que apúrense! – Al escucharlo, ni corto ni perezoso, corrieron dentro de la ciudad, todos excepto cierto joven que entro caminando mientras seguía murmurando con barbilla en mano.
Dentro de la ciudad...
- Aquí voy... - Decidida, la castaña corrió hacia unos robots, luego de tocarlos, estos empezaron a flotar – L-Liberar – Tan pronto dijo, estos cayeron, haciéndose pedazos – "Con estos ya son 25" - Dijo algo cansada, con su Quirk podía hacer las cosas levitar, sin embargo este tenía un costo que la ponía en desventaja – "Me pregunto ¿Dónde estará? – Observo a su alrededor, sin rastro de la "persona amable". Era un hecho, estaba muy intrigada con él, sobre todo porque le recordaba a cierto amigo de la infancia.
-¡Con estos son 45!- Un grito la hizo despertar de nuevo, un pelinegro de lentes que acababa de destruir un robot con una patada.
-No, no, no debo distraerme - Palmeó su rostro y siguió con la prueba.
Todos empezaban a desesperarse, mientras su tiempo se terminaba, el número de robots disminuía.
Sentados, detrás de unos monitores, un grupo de individuos observaban toda lo que ocurría ahí afuera.
-El grupo de este año se ve prometedor ¿No les parece? - Dijo una pelinegra de traje un tanto provocador.
-Ciertamente, pero aun no podemos dar nada por sentado - Fue el comentario de otro profesor.
En aquella habitación se encontraban tanto héroes como profesores, observando a cada aspirante, evaluando su desempeño, tanto físico como mental. Los monitores no solo mostraban la imagen de algunos jóvenes sino también un contador de enemigos, estos disminuían lentamente con el pasar del tiempo, fue una gran sorpresa para ellos cuando de pronto ocurrió...
-¿EH? ¿Qué ésta pasando? – una especie de ladrillo humanoide abrió completamente los ojos. Al igual que él, todos profesores estaban muy sorprendidos, estos vieron como el contador de robots caía rápidamente; de 100 a 30 en tan solo dos minuto. Esto hizo sonreír al héroe número uno, quien observaba atentamente un solo monitor, donde un chico de rostro oculto, soltó un tubo, y en un parpadeo, desapareció de la zona, dejando una pila enorme de chatarra robotica.
- Eso fue muy impresionante – Dijo el director, viendo el mismo monitor – Con que a esto te referías, All Might.
-Sí, realmente lo es – Fue la respuesta del héroe.
-Sin embargo, la verdadera prueba está por comenzar – Después de esas palabras, un botón fue accionado.
En el lugar, se sintió un pequeño temblor, muchos jóvenes se veían confundidos, esto cambió cuando sus expresiones se torcieron en miedo, viendo como un enorme meca se abría paso en las calles, destruyendo todos los edificios que estuvieran por su camino.
-¡EHH! ¡NO PUEDE SER!...
-¡CORRAN TODOS!...
- ¡DIABLOS!... ¡ESTO ES MALO!... ¡ESTO ES MALO!
Fueron los gritos que dieron algunos antes de salir corriendo, definitivamente morirían si se quedaban ahí, por lo que huir era la mejor opción, huir y salvar sus propias vidas.
-Oow – Una castaña gimió de dolor, su pie había quedado atrapado con algunos escombros – "No... No puedo... No puedo escapar" – Intento arrastrarse, intento usar su Quirk pero el escombro era muy grande. Era imposible, no conseguiría destrabarse.
Una vez que se pusieron a salvo, muchos jóvenes voltearon a ver a quién habían dejado atrás, no fue muy grata su sorpresa cuando vieron a la pobre chica a punto de ser arroyada.
-Demonios, no lo lograra – Exclamo el pelinegro de lentes siendo el más rápido en ponerse a salvo, después de todo, los motores en sus piernas se lo permitieron.
-Izuku – Dijo en voz baja, recordó al niño peliverde, como si tratara de pedir que la salve.
A gran velocidad, una sombra pasó entre toda la multitud, estos no lo pudieron creer cuando sus ojos visualizaron la silueta de un joven encapuchado, quien tenía una conversación con... ¿consigo mismo?
-Siendo un enemigo tan grande necesito usar "eso", va a ser dificil porque aun no lo he probado, no hay de otra, tendre que amortiguar mi caida de alguna forma. Ahora !Necesito! – Gritó, dando un gran salto, sintiendo como sus piernas se rompían en el proceso. Teniendo de frente al enorme robot, cerró su puño, todo su brazo se cubrió de rayos carmesí. Al final, grito aquello que su maestro le enseño -¡SMASH! – Dio un golpe seco, abollando por completo a la máquina, haciéndola explotar. Los restos de la maquina caían, junto al cuerpo del joven valiente.
Todos, incluido los profesores en la sala de monitores, se quedaron sin habla, con la boca abierta, al ver tal hazaña. No lo podían creer, fue algo alucinante, sin embargo...
–"Diablos" – Con una expresión serena, maldijo mientras caía, y como si fuera su pan de cada día, de nuevo murmuro-Mi brazo derecho y piernas están rotas, no puedo usar "eso" con el izquierdo, use demasiado "eso" otro, por lo que ya no tengo energía, dios sí que estoy muy jodido jeje !Uhg! – Una fuerte cachetada lo hizo callar, sintió su cuerpo ligero, o más bien flotando. Con mucho esfuerzo, una castaña logro interceptarlo, centímetros antes de impactar.
-L-Liberar- Deshizo el sello de sus manos y él cayó sentado.
-Auch... - Se quejó un poco, aun así puso una sonrisa, viendo a la castaña agotada, sobre la pieza de un meca que uso para levitar- jeje Sabía que eras tú... perdón por no reconocerte... Ochako-chan – Dijo de manera tranquila. En ese momento, la joven estaba quedo sorprendida, los recueros de quién la llamaba de ese manera, la impactaron.
-¿Eh? ¿Izuku?.... – Tapó su boca y empezó a lagrimar – Izuku... No lo puedo creer... eres tu... – Ella lo reconoció al instante, viendo cómo se quitaba la capucha, dejando al descubierto su cabello verde y su rostro pecoso.
Por fin, después de mucho tiempo, se habían reencontrado. Dicho reencuentro tuvo que interrumpirse, puesto que el dolor de los huesos rotos y el vómito por las náuseas, hicieron que ambos se desmayen.
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Una semana después...
Esa noche se encontraba esperando, después de concluir otro cansado día en su escuela secundaria, decidió que lo mejor sería pasar todo el día en su departamento, no hubo entrenamiento como el que acostumbraba hacer cada mañana y tarde, solo hizo algo de ejercicio ligero con unas mancuernas de 20 kilos. Después de darse una ducha, procedió a secarse, su cuerpo era fornido, producto del corto, pero riguroso entrenamiento al que fue sometido. El vapor escondía algunas de sus cicatrices, algunas recientemente y otras del pasado. Se miró en el espejo, sin expresión alguna, paso su mano sobre la vieja cicatriz de su rostro; esta le cruzaba la mejilla derecha, al verla le recordaba tres cosas, debilidad, miedo y... la última se la guardo para él mismo, un sentimiento que había suprimido, no porque el quisiera, sino por algo más.
-"Me pregunto, ¿cuándo llegarán los resultados? – Pensó, mientras se vestía, se colocó un short negro algo holgado y por último, paso su cabellera verde dentro de una playera blanca; lo más cómodo para estar en casa. Extrañamente, llevaba una venda en el brazo izquierdo y la pierna derecha. Un débil sonido lo alertó. En la entrada, se encontró con unos sobres en el suelo, de inmediato los tomó y regreso a su habitación, solo le hizo caso a uno en especial. Después de abrirlo, el mensaje de la U.A. se reprodujo en una especie de holograma, escuchó atentamente las palabras de su entonces mentor. Al terminar, sus ojos verdes se iluminaron, y sintiendo como su corazón se llenaba de felicidad, hizo lo que cualquiera persona normal hubiera hecho. En un parpadeo, desapareció de su cuarto - ¡RAAAAAAAAW! – Sintiendose pleno, gritó desde la azotea de su edificio, 10 pisos por encima de su ventana, y como era cerca de media noche, molestando a algunos de sus vecinos.
-¡Quieres callarte! ¡Algunos intentamos dormir! – Fue regañado, una ventana debajo de él.
-Ups... Lo siento jejeje– Hizo una reverencia, con una mano y la otra sobando su nuca. Subió su mirada a la luna, a pesar de que se sentía feliz, una pequeña gota resbalo por su mejilla - Tengo que decírselo a mamá – Dijo para sí mismo, y con ágiles movimientos, regreso a su departamento, ingresando por la ventana.
Durante el tiempo en el que intento dormir, no dejo de estar emocionado, por fin entraría a la academia de héroes, por fin daría el primer paso para cumplir su sueño y por fin, se volvería a encontrar con ella.
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Un nuevo día había comenzado, en la academia U.A. se podía ver a muchos estudiantes ingresando. Desde los experimentados de terceros hasta los novatos de primero, todos entraban, antes de que comenzaran las clases.
En cierto salón marcado con la leyenda 1-A, casi todos los lugares estaban ocupados, estos componían al nuevo grupo; una chica muy alegre de piel rosada, una pelinegra con cabello amarrado en una cola, un pelirrojo de aspecto salvaje, un enano con una mirada sospechosa, un albino y a la vez pelirrojo, y otros más que con el tiempo se conocerían. Pero entre ellos, en ese momento, resaltaban dos en particular...
-¡No pongas los pies en el pupitre! – Dijo a modo de regaño, cierto pelinegro de anteojos.
-¿AH? - Expreso descontento, cierto rubio de expresión agresiva – ¿Quién carajos te crees para darme ordenes? ¿Eh? – Exclamo, con una sonrisa burlona, la cual descoloco al pelinegro.
El resto de la clase no prestaba la atención a sus acciones, sólo una chica castaña, quien había llegado desde hace unos minutos. Ochako sabía que aquel Bakugo estaría ahí, después de todo; en el pasado, decía que se convertiría en un héroe, por suerte no la había reconocido, así era él después de todo; olvidándose de los que consideraba inferiores. Aun así, empezó a sentirse incomoda, de alguna manera sentía miedo, al recordar aquel evento que lo separo de su amigo. Estaba tratando de mantenerse tranquila, observando uno de los dos lugares que quedaban vacíos, esperando a que él entrara por esa puerta, por supuesto tenía dudas con respecto a su ingreso, ya que recordó que el peliverde estuvo ausente durante la segunda prueba, solo apareciendo para salvarla.
Cuando la puerta se deslizo, sus ojos se iluminaron, solo para desanimarse un poco, al ver como una especie de oruga amarilla, se arrastraba hacia el escritorio. El resto de los alumnos se quedaron callados, mirando a aquel ser ponerse de pie.
-De acuerdo, todos guarden silencio – Dijo de manera floja, aquel hombre dentro del saco de dormir; de cabello largo y negro, algo alborotado, y una expresión de aburrimiento total, mientras salía de su saco, se presentó – Mi nombre es Shota Aizawa, seré su profesor principal.
Ignorando su tono desanimado, todos los estudiantes quedaron con los ojos abiertos, impresionados de que les asignaran semejante personaje como profesor.
-Bien, ya que están todos, pónganse se esto y muévanse a...
-Espere, profesor – Interrumpió el pelinegro levantando la mano – Aun falta un estudiante.
-Hm... - Este lo miro serio – Ese es problema de él, la academia U.A. no espera a nadie... - Mientras daba unas palabras, acerca de lo que significa pertenecer a esta academia, la puerta se abrió silenciosamente. Nadie se percató de la nueva presencia, como un fantasma, este camino en medio de todos, tomó asiento en un lugar vacío e intento anunciarse.
-Eto... Disculpa, ya estoy aquí – Dijo con voz neutral, levantando la mano y sorprendiendo a todos en el proceso.
-¡¿CÓMO?!
-¡¿EH?¡
-¡¿En qué momento?!
Fueron algunas de las frases que oyó a su alrededor, hasta el profesor quedo perplejo al verlo "aparecer" de repente, traía el rostro cubierto como siempre, muchos se le quedaron mirando, sobre todo cierta chica castaña, quien sonrió al verlo ahí, a la vez que sus mejillas adquirían tono rosado.
-¿Tu eres? – Pregunto Aizawa aun incrédulo - "Es igual que aquella vez" - Pensó, recordando lo que ocurrió en la segunda prueba.
-Ah, lo olvide... - Este se puso de pie y mientras retiraba su capucha, se presentó ante todos – Disculpa por llegar tarde. Mi nombre es Midoriya Izuku - Al revelar su rostro, unos cuantos expresaron sorpresa, al ver la cicatriz que tenía en la mejilla, y en cuanto a otros, el solo oír su nombre les causo ciertas sensaciones; felicidad, admiración y...
-¡Tu! – Un grito agresivo sorprendió a todos - ¡¿Qué demonios haces aquí?! ¡Deku! – Pregunto de manera agresiva.
Lejos de asustarse o ponerse nervioso, el peliverde observo al rubio sentado en la parte trasera, ladeó su cabeza y sonrió de forma inquietante.
-Ah, hola Kacchan, yo igual me alegro de verte je.
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