Capítulo 13: Quirk artificial.


La situación era increíble para el público, aterradora para algunos, en las grandes pantallas veían a los jóvenes estudiantes, estos encaraban al ejército de robots, cinco de gran tamaño y unas decenas que les doblaban altura, delante de ellos un joven peliverde se encontraba de rodillas, jadeando y sintiendo un dolor punzante en su pierna; las consecuencias de haber empleado su nuevo movimiento, uno desarrollado para amplificar la duración de Time Alter y también para controlar su don heredado.

-Esto se va a poner feo jeje – Se mofó de su situación, con un ojo cerrado, la visión distorsionada lo obligaba a mantenerlo así. A su lado, una pelivioleta lo veía preocupada, se sentía culpable por su descuido, cierto recuerdo caló en su cabeza, lo que la hizo sentir aún más impotente.

- ¡Midoriya-san! - Antes que Jiro pudiera decirle algo, uno pelinegra se acercó, se agachó para atender al peliverde - ¿Estás bien? – Tocó su espalda, se preocupó al sentirlo temblar.

-Sí, estoy bien – Mintió, mientras se ponía de pie, su visión estaba distorsionada del lado derecho, lo cerró para evitar marearse.

-Estas sangrando, deja que te atienda – Momo no lo pensó dos veces, extendió su brazo para crear unas vendas, de inmediato fue detenida.

-No lo hagas – Dijo Izuku – Recuerda lo que hablamos- Miró al frente, la pelinegra lo miró afligida, él tenía razón, debía hacer lo que habían acordado; una competencia sana entre compañeros, nada de ayuda entre ellos. Izuku se había convertido en un grandísimo hipócrita.

-D-De acuerdo – Dijo no tan convencida, aun preocupada por el estado de Izuku, esa línea roja que tenía origen en su ojo y oido. De inmediato siguió su camino – Kyoka, no te quedes ahí, la carrera aun continua – Llamó a su compañera, esta había estado en silencio, mientras sostenía su corazón.

-S-si, ya voy – Confirmó débilmente para después seguir a la pelinegra, las dos miraron de reojo al muchacho.

Nadie se atrevía a atravesar a los titanes de metal, sólo un joven que ya había perdida la paciencia.

-¡Fuera de mi camino! – Gritó un mientras se elevaba en el aire con sus explosiones, cuando llegó a lo más alto no lo pensó dos veces, descargó toda su ira - ¡MUERE! – La cabeza de aquella maquina se hizo pedazos, empezó a caer, impresionando a los jóvenes y al público que lo veía.

- "Como se esperaba de Kacchan" – Pensó Izuku, luego dirigió su mirada hacia el resto de sus compañeros, estos ya estaban cruzando, usando sus Quirk para lograrlo. Izuku no se quería quedarse atrás – "De acuerdo... Otra vez tendré que usarlo antes de tiempo" – Miró su brazo vendado. Con una mirada decidida, se levantó para correr hacia los robots.

- "¿Midoriya-san?". Momo lo vio arrojarse mientras creaba un cañón. – "¿Qué vas a hacer? "

Recordó su entrenamiento mientras se acercaba a los gigantes, aquellos días en lo que intentaba con todas sus fuerzas llegar a la sima de un árbol, días tranquilos que le fueron arrebatados al igual que su cuerpo.

-"One For All" – Decidió usarlo por la poca carga que ejercía en su cuerpo, cuando vio a una de las maquinas arremeter con su puño – "Full Cowl" – Dio un gran saltó.

En medio de la cortina de humo empezó a correr sobre el brazo metálico, hasta llegar a la cabeza -¿Dónde está? ¿Dónde está? – Buscó con la mirada - ¡Aquí! – Golpeó con fuerza, encajando su prótesis en los circuitos del meca.- "Conectado"- Su ojo izquierdo comenzó a moverse de forma extraña, a dispar del derecho.

- ¡Que increíbles! ¡Gran parte de la clase 1-A ha logrado pasar la primera barrera! – Declaró Presente Mic.

Mientras algunos pasaban, otros apenas estaban llegando a la barrera de mecas, entre ellas una castaña y una pelirrosa, dudaban en querer pasar, después de todo, sus habilidades de combate estaban limitadas.

-Busquemos una abertura- Sugirió la pelirrosa.

-Bien – Confirmó Ochako, querían seguir, pero debían ser precavidas, sobre todo la castaña, no podía emplear su Quirk o sus oportunidades se verían limitadas en la siguiente ronda. Justo cuando el grupo se decidió, se vieron rodeados de varios robots –"No podemos pasar" –Pensó, estaba atrapada junto con otros estudiantes.

- ¡Parece que algunos estudiantes tienen serios problemas ¿Podrán salir de esta situación?! –Mic seguía narrando con suspenso.

-E-Esto es malo – Dijo uno de los estudiantes.

- ¿Qué hacemos? – Una joven entro en pánico, y más cuando vieron a uno de los gigantes acercarse, cubrirlos con su sombra.

El robot acercó su enorme garra, asustando a los jóvenes, sin embargo, su sorpresa fue más grande al ver como este tomaba a los mecas más pequeños para luego destruirlos con sus fauces de metal.

- ¿C-Cómo? – Nadie se lo podía creer.

- ¿Qué ésta pasando? Esa cosa se volvió loca – Comentó Mina sorprendida.

Más y más maquinas fueron destruidas por la más grande, cuando estas se acabaron, se desencadeno una lucha entre los titanes, varias de ellos contra la otra aparentemente descontrolada. Los jóvenes aprovecharon para escabullirse y seguir con la carrera.

-"Me pregunto si exagere " – Se preguntó un peliverde, mientras corría – Que más da je – Siguió adelante, sin siquiera mirar su "obra".

Se había adelantado, pero no lo suficiente para alcanzar al pelirrojo albino ni a su amigo de la infancia, la próxima etapa lo tomo por sorpresa.

-¡THE FALL! – Así fue como lo llamó Present Mic; una gran caída.

La idea era avanzar usando unas sogas o algunos peñascos muy separado, algo fácil para el peliverde, si no fuera porque no podía usar sus Quirks, debía ser prudente, si quería recuperarse para lo que sea que viniera después de la carrera.

-Veamos... - Observó el terreno, se puso a pensar en todas las probabilidades – Creo que con eso bastara – Encontró una solución, se agachó para tocar una de las sogas, medir su tensión.

-Fufufu – Una risa a su espalda llamó su atención – Por fin, llegó la hora ¡es mi oportunidad para mostrar lo que pueden hacer mis bebes! – Sus extraños lentes brillaron con emoción, aquella pelirrosa vestida de pies a cabeza con diversos aparatos y equipos que se entendían eran para escalar.

-¿Oh? – Los ojos de Izuku brillaron, sobre todo al verla a ella – Jeee, es un buen equipo el que llevas puesto – Comentó sonriendo, cosa que a le agrado a la joven excéntrica.

-¡Verdad que sí! ¡trabaje muy duro para construirlos! – Dijo entusiasmada, sin importarle que otros estudiantes ya estaban llegando - ¡Son mis preciosos bebes! ¡Y hoy voy a mostrárselo a todos, sobre todo a las grandes empresas! – Expresó con orgullo, mientras extendía los brazos.

-Jeee – Expresó Izuku algo impresionado- En verdad, están muy bien construidos – Dijo mientras la observaba, después, se dio la vuelta para asomarse al peñasco, la pelirrosa miró impresionaba como el chico, con un movimiento rápido de su mano izquierda cortó la cuerda

-Eso... Eso es.... – Un segundo le basto para escanear al chico, fijarse en aquella parte de su cuerpo, suponer el mecanismo que lo hacía funcionar, los materiales empleados y... Lo doloroso tuvo que haber sido su implante.

– Espero que podamos conversar después de la carrera, para hablar más sobre tus bebes – Sonrió para después lanzarse, tal cual hombre de la selva.

- ¡Oye! ¡Espera! – Extendió la mano para detenerlo, pero fue muy tarde, miró hacia adelante, podía ver perfectamente al chico a pesar de la distancia, lo vio balancearse, cortar más sogas, y cuando llego al final, usar sus prótesis para aferrarse y escalar – "Tengo que conocerlo, tengo que saber más de ti" – Pensó antes arrojarse y usar sus maquinas, en su rostro una gran sonrisa, sonrojada por la emoción... O por algo más.

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Una noche lluviosa, noche que él aprovechaba para descansar, de pie, dejando que las gotas toquen su piel, uno de los pocos momentos en lo que podía deshacerse de su "blindaje", disfrutar de su falsa humanidad. Escombros adornaban su panorama, su ciudad natal, aquel lugar que lo vio "nacer" y "renacer".

-¿Hm? – Algo llamó su atención, aun con los ojos cerrado podía verlos, sabía que se encontraba rodeado – 5, 10... 50... No son suficientes, ¿qué tan desesperados están para mandar semejante grupo a enfrentarme? – Abrió sus ojos, uno jade y el otro rojo, esos que habían perdido brillo, luciendo como una máquina creada para la destrucción, se fijó en sus invitados, ningún rostro conocido, nada debajo de aquellas capuchas negras.

Ráfagas de viento, acompañadas de una intensa luz bañaron al monstruo peliverde, un sofisticado vehículo que asemejaba a un jet, varios lásers apuntaron a su objetivo, él ni siquiera se molestó en subir la mirada.

-Es porque estamos muy desesperados que hacemos esto, Zu-kun – Su voz resonó a través del alto-parlante, esto lo hizo subir la mirada.

-Que la actual directora de las empresas SHIELD venga para presenciar mi muerte, es todo un honor – Habló con tono frío, ella sintió cada palabra como una estaca de hielo en su pecho. Detrás de los monitores veía al que alguna vez fue más grande amor.

-No importa lo que diga o haga, no vas a rendirte, no dejaras que te ayude ¿verdad? – Preguntó seria, aunque en el fondo estaba muy dolida, no le gustaba verlo así, convertido en "eso".

- ¿Ayudarme? ¿Por qué? - Peguntó confundido - Estoy perfectamente bien, mejor que nunca.

- ¡No lo estas! – Gritó, ya no podía soportarlo, enojada, derramando sus lágrimas, no importara lo que dijera, nunca podría convencerlo – Zu-kun, sí hubiera sido yo... Sí hubiera sido cualquiera de nosotras... ¿Hubieras hecho lo mismo?... ¿Te convertirías en esto? - Su voz era quebrada, sus palabras sinceras, recuerdos de lo que pasaron juntos, tanto ella como con otras chicas cruzaron su mente.

-Nunca hubiera dejado que las lastimaran. Ese día perdí más de lo que pude imaginar... - Calló mientras bajaba la mirada – Pero no es tiempo de lamentos – Sus palabras se volvieron oscuras – Cuando todo esto termine, toda amenaza o posibilidad de ella será erradicada- Destruir lo que juro defender, junto con lo que se propuso a combatir, estaba siendo irracional... Un completo demente, y aun así, había gente que seguía preocupándose por él.

-Zu-kun, quiero salvarte... A todos, y si para eso debo lastimarte, entonces perdóname – Declaró mientras secaba sus lágrimas, las alarmas del vehículo empezaron a sonar, diez individuos abandonaron el jet, descendiendo de forma lenta y sincronizada.

- ¿Protegerme?... Ese era mi trabajo, protegerlas... A todas... Fracase... – Murmuró, mientras el cielo lloró por él, prestando sus gotas.

Cuando ellos tocaron tierra, sus luces apuntaron al joven, 60 en total que cuando quitaron sus capuchas, el monstruo se mostró sorprendido.

-Jooo – Expresó ante ellos, mujeres y hombres, todos cubiertos de un raro metal. la armadura más sofisticada jamás creada, todo para detenerlo a él... O ese era el plan.

-Lo siento, Zu-Kun. Pero no nos dejas otra opción – Fue lo último que la escucho decir, siguió volando a una distancia segura, más vehículos aparecieron en el cielo.

-Proyecto MJOLNIR... Impresionante, mejoraste tus diseños – Habló, el suelo empezó a temblar, los "soldados" se mostraron confundidos, aun así, siguieron avanzando, estaban muy confiados, tenían el equipo para hacerle frente, algo que tanto héroes como villanos no pudieron hacer... Pobres tontos que no sabían nada. - ¡Yo hice lo mismo con los míos! – Declaró el peliverde, vistiéndose con su coraza biológica.

El suelo tembló aun más fuerte, emergieron de los escombros como una horda de insectos negros, amontonándose, amoldándose para proteger a su amo. Varias bestias rugieron, todas de aspecto bizarro y gran tamaño.

-Devoren – Ordenó a su "brigada", desencadenando la batalla más brutal y sanguinaria, ellos estaban listos para morir, pero aquel joven monstruo aún tenía muchas cosas que hacer. Sí vencerlo querían entonces tendrían que esforzarse, por cada batalla, él se fortalecía... De tal manera que le hacia honor a su nombre.

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La última etapa de la carrera, un campo plano y aparentemente inofensivo, solamente había un pequeño detalle; un paso en falso y todo les explotaría en la cara... Literalmente.

Los jóvenes se apresuraron a pasar, algunos lo hicieron con prudencia, otros más se arriesgaron y se fueron por delante, explotando la mayoría antes de llegar a mitad de camino, como había narrado Mic, las minas no tenían la suficiente fuerza para malherirlos, pero sí la suficiente para dejarlos fuera de escena.

Delante de todos, un pelirrojo y un rubio tenían un duro enfrentamiento, ambos por ser el primero en llegar a la meta. Bakugou lanzaba sus explosiones, el mitad albino lo esquivaba y contraatacaba usando su Quirk congelante, era un duelo entre los grandes del primer año, seguían compitiendo sin saber que alguien se estaba acercando.

- "¿Cómo?" – Pensaron ambos, el rubio resultó ser el más impresionado, nunca pensó en ver a aquel peliverde, aquel inútil como lo consideraba, lucir una expresión sumamente confiada, mientras corría a toda velocidad, ignorando las explosiones que dejaba a su paso.

- "Full Cowl" – Su velocidad era tal que las minas explotaban un segundo después de pisarlas, segundo que aprovecho muy bien. Ya no tenía caso reservarlo, la carrera estaba a punto de llegar a su fin. Todoroki empezó a deslizarse en hielo, Bakugou uso sus explosiones para impulsarse, mientras que Izuku uso su Quirk heredado para hacerse un lugar entre sus compañeros.

- ¡YA ESTÁN AQUÍ! – Anunció MIc –¡Y el primero en llegar a la meta es...! ¡MIDORIYA IZUKU! –Gritó a todo pulmón, ocasionándole pérdida auditiva a su compañero de cabina, aquel pelinegro vestido de momia.

Llegó al centro, se sostuvo un momento de sus rodillas y cuando logró recuperarse, levantó su brazo artificial en señal de victoria.

El público vitoreó a más no poder, un rubio se sintió orgullo de ver a ese peliverde, lo había logrado, cumplió con lo que le había dicho.

-"Parece que me preocupe por nada jeje" - Rió internamente.

Cierta persona en las gradas comunes sonrió debajo de su gorro, un suéter deportivo color rojo, de estilo universitario, una estrella decoraba la espalda, una gorra roja con un símbolo de escudo en el centro dejando escapar una coleta rubia, lentes oscuros que la hacían lucir como una rebelde, por último, unos jeans ajustados hacían relucir sus piernas y bella figura, en su rostro un bello carmín, no podía estar más feliz por la victoria de aquel peliverde, sus ganas de acercarse y saludarlo fueron suprimidas, después de todo, nadie podía enterarse que estaba ahí, mucho menos cierto rubio con ciertos problemas de salud.

-Estuviste increíble Midori – La pelirrosa no tuvo problemas para echársele encima, ocasionando inconformidad en el rostro de algunas – Es un poco frustrante, no pude obtener un buen lugar – Soltó con una pequeña risa.

-Tuve algo de suerte jeje – Expresó con una sonrisa – Ustedes igual lo hicieron muy bien, supieron aprovechar muy bien sus Quirks, yo en cambio tuve que usar un poco de todo y aun así tuve problemas – Fue la verdad, se sentía feliz por ellas, y un poco mal consigo mismo. La mano temblorosa y la visión borrosa eran prueba de ello.

-Sí, en eso tienes razón – Momo se acercó, cruzo los brazos un poco irritada – Qué clase de persona se deja llevar y usa un movimiento que apenas desarrollo – Dijo a modo de regaño, en el fondo lo decía para prevenir al muchacho de hacerlo otra vez, estaba agradecida, sobre todo porque había rescatado a su amiga.

-Como siempre, eres muy estricta, Yaoyorozu-san – Dijo Izuku de forma despreocupada, mientras rascaba su nuca - Pero... - Se acercó para tomarla de los hombros-  Eso es lo que me gusta de ti - Sonrió, provocando que ella se sonrojara.

-Deku-kun ¿Estas bien? – La castaña ignoró lo anterior, notó de inmediato el pequeño rastro de sangre en el uniforme del peliverde.

-Sí, estoy bien, no es nada, sólo un pequeño percance – Dijo mientras se apartaba de la pelinegra, sonrió despreocupado para aligerar la carga emocional de su amiga y compañera, esto no fue posible, ella era la que más se preocupada por él.

Tomo un pañuelo de su bolsillo, sin pena se acercó al rostro del muchacho, ensancho su mirada por la acción repentina, lo cerca que estaba de su rostro ocasionó que se sonrojara, que su corazón empezara a latir con fuerza, era una de las acciones que sólo su amiga de la infancia podía hacer para ponerlo en ese estado.

-Debes tener más cuidado, Deku-kun – Limpió el ultimo rastro de suciedad, uno situado en la comisura de los labios del chico- Sí algo más te llegara a pasar yo... -Lo miró con ternura, mientras se sonrojaba, una mano en su mentón evitó que bajara la mirada.

-Está bien, tendré más cuidado – Dijo con seguridad, con una sonrisa que sólo él podía dar.

Fueron segundos, pero podrían jurar que se quedaron viendo por horas, ambos se veían con anhelo, un par de chicas fueron conscientes de ello, por lo que fue necesario traerlos de vuelta a la tierra.

-Ujuum- Una pelinegra acomodo su voz – El siguiente evento está a punto de comenzar, así que por qué no dejan sus coqueteos para más tarde – Con un sonrojo y expresión algo irritada avisó Momo.

-Sí, es verdad Ochako – Apoyó Mina agitando sus puños – No es justo que solo seas tú – Hizo que la castaña se apartara del peliverde sonrojada - Deja que Momo y yo también nos unamos – Hizo a la pelinegra caerse de espaldas.

- M-Mi... Mina... - Se levantó de golpe, en un segundo cortó distancia con la pelirrosa - ¡No digas esas cosas en voz alta! – Le riño cohibida, tratando de no lucir agitada, causando la sonrisa alegre que esbozaba el peliverde. En el fondo quería apoyar lo que dijo su compañera pelirrosa, pero su educación y su actitud recta le impedían actuar abiertamente, actuar más íntima con Izuku, aunque sea enfrente de todos.

Izuku disfrutaba cada minuto a su lado como si las conociera de hace años, solo era el caso con una de ellas, se sentía sumamente contento, afortunado de que lo hayan aceptado... Esa extraña, ridícula y envidiable relación por la que cualquier hombre mataría. No cabían dudas... Las quería a todas ellas a su lado... Lo hacían olvidar el dolor, los malos recuerdos... Pensaba que si estaba con ellas podía hacer lo que fuera, no las defraudaría, las haría sonreír... Las haría felices.

Una pelivioleta se sentía fuera de lugar, a pesar de estar cerca de su amiga vicepresidenta, eso no le dio la seguridad para unirse a la conversación, sobre todo el rumbo que tomo... No podía creer lo "intimo" que eran sus amigas hacia ese peliverde, de quien se sentía muy agradecida.

-Muy bien, presten atención – La voz de cierta heroína se escucha en todo el estadio; el siguiente evento daría inicio.

Duelo de caballería, un evento que haría relucir sus habilidades para trabajar en equipo con otros aspirantes a héroes, la actividad era sencilla, formados en equipos de cuatro, tres sosteniendo al líder, usarían sus dones o bien sus habilidades para arrebatarse sus cintas, los cuales tenían un puntaje, cada uno establecido por la posición obtenida en la carrera.

-Ahora miren al frente – Indicó Midnight, señalando con su látigo la pantalla.

- ¡¿Diez millones?!- Gritaron al unísono todos los estudiantes, de inmediato dirigieron una mirada maliciosa al dueño de tan alta puntuación, como compañeros de clases fijando su vista en otro compañero cuya bolsa de frituras o galletas fuera suficiente para alimentar a todos.

-"Waoh... Sí que me aman jeje" – Pensó despreocupado Izuku, aceptó el reto con una sonrisa confiada.

-Bien, ahora busquen a sus compañeros de equipo – Fue la última indicación de la heroína.

De inmediato Izuku fue rodeado por sus compañeras, todas ellas dispuestas a ayudarlo a pesar de la desventaja; estar en la mira de todos y cada uno de sus compañeros de clase y de otras clases.

Izuku lo pensó muy bien, sabía que ellas eran excelente, habilidosas e inteligentes, pero no podía permitirse crear un equipo sólo a base de sentimientos, quería crecer como líder, además, no podía permitirse verlas envueltas ante tal choque de poderes; ese rubio de expresión furiosa y ese pelirrojo albino viéndolo fijamente. Argumento con ellas, las rechazó con un poco de pena, ellas entendieron, buscaron a otros compañeros por su cuenta o bien eran reclutados por estos.

-Veamos... - Empezó a buscar con la mirada, nadie parecía querer acercársele, sabían que fue él ganador del primer evento, pero, aparte de saber que contarían con la desventaja de estar en la mira de todos, no habían visto por completo sus habilidades; "Re-dirección" era un Quirk realmente útil como inconveniente.

-Deku-kun – Una castaña se le acercó sin que se diera cuenta – Por favor, déjame hacer equipo contigo- Lo miró seria, él lucía extrañado.

-Pero sí estas en mi equipo... - Quiso convencerla otra vez.

-Eso no importa- Lo interrumpió de inmediato – No importan las dificultades, quiero superarlas... Juntos – Agregó con una mirada decidida. Su boca entreabierta lo hacía lucir sorprendido. Sonrió por un breve momento, recordó aquellas sesiones de "entrenamiento" que realizan en un parque.

-Está bien, si me lo dices así, no puedo negarme, Ochako-chan- Otra pequeña muestra de afecto se desarrolló entre los jóvenes, tomando su mano como si la invitara a salir a jugar, como en los viejos tiempos.

- Fufufu – Reconoció aquella risa, volteó de inmediato al darse cuenta que eran observados por ella – Tú eres el chico de los 10 millones ¿verdad? – Preguntó muy, muy de cerca, a pesar de contar con tan buena vista – Mi nombre es Hatsume Mei,  y tengo algo que pedirte - Dijo emocionada la pelirrosa, Izuku y Ochako estaban extrañados, aunque intuían que iba a pedir - ¡¿Me dejarías tocarte?! ¡Por favor, insisto! ¡Déjame tocarte! – Fallaron en sus suposiciones, las verdaderas intenciones de la pelirrosa fueron tan impactantes como embarazosas.

- ¡¿Eh?! – Fue la reacción de la castaña.

-Emmm... Claro – Fue la respuesta despreocupada del peliverde.

-¡Entonces, con tu permiso! – Fueron las palabras de la pelirrosa antes de manosear al peliverde todo el tiempo que su curiosidad o su corazón le permitieron, sobre todo el brazo mecanizado. Llenándolo de preguntas como por ejemplo: ¿de qué estaba hecho? ¿Cuál es el mecanismo principal? ¿Quién lo construyo?, todo tuvo la misma respuesta: "es un secreto" – Que lastima, de verdad estoy interesada en saber más... Saber más de ti – Lo dijo sin pena, mientras acortaba la distancia con el peliverde, él seguía luciendo tranquilo y sonriente.

-"Vaya, se volvieron íntimos muy rápido" – Pensó Ochako, con una sonrisa fingida. No podía borrar sus celos, a pesar de que había otras chicas rondando cerca del peliverde, no podía aceptar a una desconocida que se había acercado tan de repente.

Luego de platicar brevemente con la pelirrosa sobre sus inventos, y más muestras de celos por parte de la castaña, Izuku se dispuso a buscar a su último miembro de equipo.

-"Esto debería funcionar" -Pensó confiado acercándose a su compañero de clases – Yo te elijó – Lo dijo fuerte y con entusiasmo, al mismo tiempo que hacía reaccionar al joven con aspecto de criatura de videojuego.

- ¿Qué cosa? – Expresó confundido Tokoyami, pero luego de que se interrogado, aceptó hacer equipo con ese peliverde y par de chicas, una pelirrosa que no paraba de ver con brillos en sus ojos al peliverde y una castaña viéndola con celos.

Sostuvo su brazo derecho, este seguía temblando, sabía que sería duro, después de todo, aún no había "recargado" sus Quirks, platicó su estrategia con sus compañeros de equipo, Meí y Ochako fueron la parte crucial de su plan, mientras que Tokoyami se encargaría de la defensa, todo lo necesario para conservar su puesto, aunque en el fondo quería ser ambicioso. Ninguno de sus dos compañeros dejaron de verlo, tenían un objetivo, uno quería derrotarlo con sus "propios" medios y el otro quería la revancha, demostrarle con creces quién es el mejor.

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-Jooo – Expresó impresionado, la lluvia se había detenido, fue una batalla tan dura como larga, su vista estaba fija en los primeros rayos atravesando las nubes negras – Como se esperaba de ti... Están muy bien hechos... Tanto que... - Bajó la mirada, buscando sus piernas, estas yacían a unos cuantos metros de distancia – Me dejaste en tal estado – Declaró mientras volvía a recostarse.

Varios de los super-soldados lo rodearon, lo apuntaron con sus armas. Confiarse les costó la mitad de sus compañeros, aunque al final habían derrotado a ese peliverde, a él y a su ejercito de bestias.

-Señora, el objetivo está asegurado – Llamó uno de ellos a través de su comunicador.

El vehículo descendió, varios soldados más bajaron, se formaron para escoltarla a ella, una rubia de lentes se acercó al derrotado monstruo, se agachó una vez que fue confirmada su inmovilidad.

-Realmente no quería tener que llegar a esto, Zu-kun- Le dijo de forma triste, su mirada escondida por el brillo de sus lentes, su aspecto como la de una oficial militar, aquella apariencia angelical que recordaba había sido reemplazada por el de una mujer fría y estricta.

-Hiciste lo que tenías que hacer, un grupo de "héroes" para detener al "Rey demonio", así ha sido siempre, tanto en la historia como en la fantasía – Siguió hablando mientras su coraza se deshacía, tal cual castillo de arena, revelando su cuerpo humano, o lo que quedaba de él.

-¿De verdad ibas a destruirlo todo?... ¿Todo por ella? – Preguntó otra vez, en su rostro una expresión triste, sabía lo importante que era para Izuku aquella persona de su pasado, pero nunca pensó que a tal grado.

-Ella era única... Todas ustedes... Yo... Deje que me la arrebataran... Ese día deje que mi soberbia me cegara... que mi ira nublara mi juicio... Nunca los perdonare por lo que hicieron... Nunca me perdonare a mismo, y es por eso...- Tosió un poco, un líquido negro y para nada humano – Que voy a cumplir mi promesa, creare un mundo libre de mal... Los destruiré a todos... A cada uno de esos monstruos... ¡Incluso si eso significa convertirme en uno! – Volvió a adquirir ese tono sombrío, la rubia no pudo soportarlo más, soltó una última lágrima antes de darle la espalda.

-Entiendo – Dijo seria – Si es eso lo que quieres – Se dirigió a su nave, una vez que ingresó a ella, esta emprendió el vuelo, se alejó de inmediato, soltó su última orden – Que sea rápido y sin dolor.

-Entendido, señora – Confirmó uno de los soldados.

-Jejeje – Rió aunque apagado, algo que extraño a todos los soldados.

- ¡¿De qué te estas riendo, monstruo?! – Soltó con despreció pateando el rostro descubierto y demacrado.

-De nada en especial – Dijo sereno, ya no podía sentir nada, tanto en la parte superior como inferior de su cuerpo. Varias arma cargándose confirmaron la ejecución.

-Algunas últimas palabras – Dijo el soldado, diez láser apuntaron al pecho.

-Sólo una cosa... - Soltó con un tono débil, cerró los ojos como si hubiera aceptado su destino- Asegúrense de apuntar a la cabeza – Sonrió de forma maniática. Los soldados reaccionaron asustados, no sabían porque sintieron tanto miedo, vaciaron sus cargadores en un instante.

Ese día, el cielo se despejó después de mucho tiempo.

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