Capítulo 1: Quirk del recuerdo.
Era un día normal como cualquier otro, sobre las calles de un vecindario, un vecindario común como cualquier otro. Sobre las calles, un niño peliverde corría a toda velocidad, este se veía algo desesperado y sobre todo asustado, puesto que sabía que al llegar a su destino tendría que hacerle frente.
-¡Detente! - Fue el grito que atrajo la atención de los niños que tenía enfrente - Kacchan
-¿Ah? Qué estás diciendo, Deku - Hablo el niño rubio con cierta rabia incomprensible. Él junto con otros dos, rodeaban a otro niño a quien, minutos antes, le habían una golpiza.
A pesar de que le temblaban las piernas el peliverde se paró frente a los tres abusivos, estaba decidido, tenía que parar a su supuesto amigo.
-Que cruel... cómo puedes hacer esto... ¿No ves que está llorando?- Al igual que el resto de su cuerpo, su voz temblaba. - S-si... si no te detienes... no... ¡No te lo perdonare - Adopto una postura defensiva aunque esta de nada le serviría. Ante esto, el rubio sonrió de una manera arrogante.
-je, ¿así que pretendes convertirte en héroe? Deku - Dijo el niño rubio a la vez que generaba pequeñas explosiones de sus manos.
- ¿Quién es tu amigo? Kazuki - Dijo el niño gordo de alas parada a su izquierda.
-jejeje se ve muy asustados, parece que se mojara encima en cualquier momento - se burló el niño que alargaba sus dedos.
Una pelea de tres contra uno, no... más bien una paliza, no tuvieron piedad, luego de los golpes, el pequeño Izuku recibió explosiones por parte de su "amigo" de la infancia.
-"duele... duele mucho... ¿cómo pueden ser tan crueles?" - Malherido solo podía ver como los tres empezaban a usar sus dones para castigarlo.
Siendo levantado del pie por el alado, Izuku fue elevado. Luego de alcanzar algunos metros, el obeso no tuve mejor idea que dejar que la gravedad hiciera su trabajo.
-¡AAAAAH! - Izuku grito para luego terminar boca abajo en el suelo.
Crueles e insensibles, así era la actitud de los infantes al ver al peliverde comer el polvo.
-jajaja - Solo los secuaces rieron mientras que un rubio miraba orgulloso lo que había hecho.
-Escucha bien, Deku. No te metas donde no te llaman, no eres más que un "invalido" cobarde ¿Entendiste? ¡¿Eh?¡
Luego de soltar esas palabras, los tres se retiraron, dejando a sus dos víctimas. Muy adolorido, el peliverde giro su cuerpo, miro al cielo, eso es lo único que podía hacer al no tener fuerza para levantarse, además de sentirse muy impotente.
-¿Por qué hiciste eso? - El primer infante hablo, este se había reincorporado después de recibir otra golpiza junto al peliverde. - S-SI...Si no hubieras venido... Si te hubieras metido ¡no me habrían pegado otra vez! - Grito frustrado, producto de las acciones "heroicas" de Izuku.
-Y-yo... yo solo.... Quería ayudar - Dijo Izuku muy afectado por las palabras acusadoras.
-Bakugo tiene razón, no eres más que un "invalido" un sin Quirk... ¡NO VUELVAS METERTE DONDE NO TE LLAMAN! - esas palabras hicieron doler al peliverde, más que los moretones que, sin duda, no era la primera vez que se hacía de esa manera. Siempre era lo mismo, el pequeño Izuku recibía una paliza cada vez que se involucraba con aquellos niños, los cuales, en su afán de demostrar que son los mejores controlando sus dones, se metían con cualquiera niño que pudieran.
-"Por qué el mundo es tan injusto"- Completamente solo y adolorido, fueron las palabras que rondaron la mente del peliverde antes de quedar inconsciente.
.
.
.
Atardecía, momento en que todos los niños volvían a casa después de otro cansado día de haber jugado. Aunque estaba herido y desmayado, esto no era la excepción para un peliverde quien, sintiendo como era llevado, abrió lentamente los ojos.
-¿Mhhm? ¿Quién... -
- Ah, gracias a dios que despertaste, me tenías muy preocupada - Hablo la responsable de llevar al peliverde en su espalda. A Izuku le costó un poco, pero al fin pudo reconocer la voz infantil.
- Ochako-chan... - Profirió el niño con una voz débil. - Bájame... por favor - Pidió Izuku preocupando a la pequeña castaña.
-No, ya estamos por llegar a tu casa, además con mi Quirk no es ningún problema, así que no te preocupes ¿sí? - Dijo la niña sabiendo a que se refería con ese pedido. Después de haberlo encontrado en aquel parque, de ver lo herido que estaba, la castaña no lo pensó ni un segundo y uso su don para hacer levitar al niño y así poder llevarlo a su hogar, así era ella, así era la preocupada amiga de la infancia de aquel muchacho.
-¿Por qué lo hiciste? - Pregunto la castaña haciendo espabilar a su amigo.
- Tenía que hacerlo... ellos siempre lo están molestando, no es justo que hagan eso - Hablo el peliverde algo afligido refiriéndose a lo de hace algunas horas.
-No debes hacer eso Izuku, sabes que ellos usan sus Quirks y tú no tienes una- Palabras sinceras de su amiga, y aunque no lo dijo con esa intención, el peliverde no pudo evitar sentirse mal.
- Esta bien, aunque no tenga Quirk, seguiré tratando de ayudar a quien lo necesite, es lo que hace un héroe ¿cierto? - Dijo Izuku intentando levantarse el ánimo.
- Si pero continuarás saliendo lastimado... no me gusta eso... - La mirada de la castaña bajo, se sentía aún más preocupada al saber que Izuku no desistiría.
Continuaron andando en silencio, hasta que llegaron la residencia del peliverde, un complejo de apartamentos simples. Al llegar a la puerta con la leyenda Midoriya, esta se abrió.
-¡IZUKUU! - Grito la mujer peliverde al ver al niño en la espalda de la niña. Dándose cuenta del estado en el que se encontraba su hijo. - ¡¿Dónde estabas?! ¡Me tenías preocupada! ¡¿Dónde te duele?! ¡Ven, voy a ponerte algunas vendas! - Dijo muy alterada y preocupada, como toda madre sobreprotectora.
-Lo encontré en el parque desmayado, Bakugo y unos niños volvieron a pegarle - Dijo la castaña al ver a la nerviosa madre.
- ¿Eso es verdad? Izuku, te he dicho que no te metas con esos niños, tú no eres como ellos, tu no... - Calló de inmediato sabiendo lo que implicaban esas palabras. A Izuku no le afecto tanto ya que no era la primera vez que su madre cometía ese error, estaba acostumbrado.
-Estoy bien, mamá - Dijo Izuku para tranquilar a su madre, le costó un poco pero pudo bajar de la espalda de su amiga.
-No, no está bien - Regaño ella haciendo pasar a su hijo - Gracias por traerlo Ochako-chan
-No... no hay de que - Devolvió el gesto sin dejar de ver a Izuku por el gran aprecio que le tenía - Nos vemos entonces, Izuku - Se despidió con una sonrisa, sin embargo...
- S-si - Contesto el peliverde sin voltear a verla. Aun preocupada por el estado, tanto físico como mental, de su amigo de la infancia, la pequeña castaña se fue de ahí para subir al siguiente piso, donde estaba el departamento de sus padres.
Ya en su cuarto, el pequeño Izuku se recostó en su cama, luego de que su madre le brindara la atención médica necesaria, se tumbó en la cama esperando a que el cansancio lo llevara al sueño.
-"¿Qué haría usted?" Se preguntó mientras observaba el poster del héroe número uno e ídolo, All might. Desde pequeño siempre soñó en convertirse en un héroe sin embargo, ese sueño se volvió lejano o más bien inalcanzable, luego de aquella noticia que marco para siempre su mente infantil.
.
.
.
-Debería darse por vencido- La verdad dolía y eso era evidente en el rostro del pequeño Izuku luego de escuchar lo anterior.
-¿Qué es lo que trata de decir doctor? - Dijo algo afligida la madre del niño.
-Digo que su hijo no desarrollo ninguna singularidad, es un raro caso pero no imposible -
La mente del peliverde estaba quebrada, era obvio, este había soñado mucho tiempo convertirse en héroe en un mundo donde cualquiera puede serlo, sin embargo este se hizo añicos.
-Esto no puedo ser doctor ¿cómo es posible? - La señora Midoriya pidió una explicación, algo que la convenciera de que su hijo permanecería "normal" aunque claro, fue en vano.
-Vera, su hijo...
Luego de escuchar esa explicación, de salir del hospital, el camino a casa fue en silencio. Izuku mantenía una expresión carente de emociones, aparado por la noticia de su estado. Llegando, como toda buena madre, esta se dispuso a hacer la cena, coloco los ingredientes sobre la mesa, tomo el cuchillo y empezó a cortar los vegetales, mientras lo hacía, veía de reojo a su hijo, este se encontraba sobre el sofá, de cierta manera le preocupaba. Luego de colocar todo en una olla, noto la ausencia del infante, se dirigió a la habitación y empujando la puerta semiabierta, observó al pequeño mirando por la pantalla del ordenador.
-Kaa-san -Llamo el niño notando la presencia de su madre - Yo... ¿yo puedo convertirme en un héroe? - Este volteo derramando lágrimas. La pregunta de su hijo la quebró, no había respuesta que pudiera darle, no quería mentirle, no quería darle falsas esperanzas.
-Lo siento Izuku, lo siento - Lo atrapo en un abrazo fuerte, esta rompió en llanto sabiendo que aquellas palabras le pesarían al niño.
.
.
.
-Es suficiente - Luego de despertar de aquel recuerdo, el pequeño Izuku se puso de pie mientras mantenía una mirada decidida, algo nada de acuerdo a un niño de su edad.- No importa que no tenga un Quirk, aun puedo ser un héroe ¿no es así? All might - Expreso con ánimo, un comentario positivo y sencillo, algo propio de un niño.
.
.
.
.
.
.
-Lo recuerdo muy bien, en ese tiempo tenía una mente simple, era un pobre niño "perdido". Nunca perdí la fe en que me convertiría en un héroe, algo extraño para alguien no tenía nada especial, ningún poder - Sentado sobre una montaña de escombros, un peliverde hablaba con tono frió, como si se tratara de una maquina. Miró el cielo nublado, dejando que las gotas lluvia cayeran sobre su blindaje oscuro. - Nee All Minght, ¿Aun crees que puedo convertirme en un héroe? - Miró hacia abajo, donde permanecía una figura inmóvil y demacrada, tirada en la base de los escombros.
-J-Joven... MIdoriya... - Este habló con dificultad, viendo como la imagen del peliverde se enrojecía, producto del corte sobre su frente, fue lo último que pudo susurrar antes de desvanecerse.
-Pensé que te quedarías más tiempo conmigo, no importa - Dijo mientras se ponía de pie, solo para sentir como alguien se acercaba rápidamente por su espalda. - ¿Hmm?- Justo antes de impactar, se giro fugazmente atrapando con su garra al individuó que lo amenazaba con una masa de metal y músculos por brazo - No creas que me he olvidado de ti... All for One.
________________________________________________________________
Hasta aquí el capitulo, si puedo haré los capítulos más largos, es cuestión que me lo digan o que me de la gana je.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top