Capítulo 3 Parte 1/1
En el instituto, seguía estando aquella –AM General BRV-O- estacionada, y en el suelo, enfrente de las puertas abiertas, se seguían encontrando los cadáveres putrefactos de los militares, portando entre sus esqueléticos brazos las unas Heckler MP5. Aunque sus torsos esmirriados marcaban la diferencia, rasgos similares a los de un humano de segunda edad, pero se diferenciaba su torso delgado, donde su caja torácica se encarnaban en la piel desgastada exponiendo el esternón, y dejando ver la desnutrición convirtiéndose en unas criaturas humanoides, que exhibía al aire libre aquellos dientes negros como el carbón caracterizado por la putrefacción de posibles caries, o la inmunda falta de limpieza dental. Unos cuantos tejidos del mentón se les desgarraron, logrando así, que de sus mandíbulas saliera de su lugar, consiguiendo que una tarántula saliera de su repugnante boca inhumana.
Sin mediar palabras, aparté la vista.
Entendía aquella mínima posibilidad que serviría para observar con cautela este panorama, ya que absorbería más detalles para buscar algún eslabón faltante en este rompecabezas.
En esta tarde gris esta travesía opacaría esta cordura envolviéndome en una turbulencia de demencia, y hasta entonces incluso absorbería hasta el último insignificante detalle de este confuso ámbito en donde la certeza se vuelve duda, que esté aquí no es por ningún accidente ni una casualidad, podría ser el elegido del destino o como el insignificante auxiliar del verídico electo. Elijo el puesto del elegido del destino.
Después de tantos días seguía pareciéndose a un sotobosque entre más altos son, menos luz percibía, pero ninguno me impediría observar este panorama, y en esta desolada academia en donde la desgarradora amargura envolvía este recóndito campus entre desesperaciones y tristezas, y ninguna lágrima de armonía podría cesar este martirio tan sofocante, y la paz había desaparecido como un recuerdo lejano, y la esencia de aquellos millones de estudiantes el cual observamos día a día en nuestras miserables existencia se han manifestado justo aquí, en nuestras narices. Ni figuras sobrehumanas, celestiales o demoniacas, si no lo contrario; ese último sentimiento abundante de pecado; lujuria. Pereza. Gula. Irá. Envidia. Avaricia. Soberbia.
En las orillas aún está ese único quiosco abierto sin propósito alguno, con aquel inquietante espantapájaros en donde sus botones negros parecían ser las pupilas de un ser humano, y ese relleno de paja no concluía toda la figura humana; los brazos como las piernas parecían componerse de carne humana, igual que su rostro que era una simple bolsa de supermercado amarilla amarrada a algo ondulado en donde se componía de piel humana y con una sonrisa hecha de dientes podridos, de cintura para arriba llevaba la parte superior de un desgastado sangriento uniforme militar, mientras que de la cintura para abajo se encontraba desvestido, dejando ver su miembro masculino, en donde aquel mediano pene se componía originalmente de acnés, secreción y sangre, y debajo de su aparato reproductor masculino había una sustancia, similar al semen, parecía haber eyaculado varias veces donde producía un nauseabundo hedor.
Ese sombrío maniquí jamás reflejó una sombra como el de cualquier objeto redundante; es entonces cuando aquella intrigante luz que emitía el cielo resplandeció por encima de su hombro, cegándome por unos segundos.
En esa opaca inerte tienda de abundante intimidación, en donde se vendían insignificantes productos juveniles como lo son las chucherías y los mediocres magazines para preadolescentes, dos mesas; una tarea distinta. Una de ellas era para las revistas, la otra para las baratijas de dulces. Debajo de una especie de techumbre gris claro, del lado de las medianas mesas, había desgastados carteles en donde se promocionaba la comida basura. Ese quisco sobresalía como una simple tienda de periódicos.
Seguía avanzando hasta aquel portón, el cual en esta ocasión se encontró destruido. A lo lejos, podía ver cómo caía la nieve en el halo esférico de la luz de la farola, pero, por lo demás, la oscuridad entre los edificios era tan absoluta que ni siquiera se veían los pies. Una noche común sin retornos, pero excepción de que eran las 9.44 de la mañana.
El silencio parecía venir del venidero, un silencio de aquellos de media noche, los cuales puedes apreciar en los campos. Me adentré al instituto por el portón, el cual tenía una pequeña puerta. Alumbre los caminos de los muros con la linterna y claramente los traducían al español. Latín-español. Se tradujo.
""-Quomodocecidisti de caelo, lucifer, filiaurorae?! Deiectus es in terram, quideiciebas gentes!, quidicebas in cordetuo: 'In caelumconscendam, superastra Dei exaltabosoliummeum, sedebo in monte conventus in lateribusaquilonis; ascendamsuperaltitudinemnubium, similis ero Altissimo-"
"-¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Cómo has sido precipitado por tierra, tú que subyugabas a las naciones, tú que decías en tu corazón: "¡Subiré a los cielos; por encima de las estrellas de Dios erigiré mi trono, me sentaré en la montaña de la asamblea divina, en los extremos del norte; ¡escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo!" — -Isaías 14.13-—.
Estos jeroglíficos contribuyen más que simples palabras incomprensibles, expone, en convenio con determinados principios y métodos, los conjuntos de acontecimientos y hechos, de acuerdo a la revelación del conocidísimo "Lucifer, hijo de la Aurora" El ángel caído, sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura corrompido por la soberbia.
También explicaron superficialmente la creación de la humanidad. El mundo se creó a partir del Big Bang. Hace trece mil ochocientos millones de años. Así surgieron el espacio, el tiempo, la materia y la tierra. El resto es simple evolución.
Seguían explicando sobre la evolución de la humanidad como de la tierra, hasta hablar de la posibilidad de un mundo paralelo.
Explico sobre la teoría de la existencia de un universo complementario al nuestro, un mundo que jamás seríamos capaces de verlo, pero compartirían el mismo espacio y tiempo. Explico sobre el desarrollo de la física cuántica y la búsqueda de una teoría unificada conjuntamente con el desarrollo de la teoría de cuerdas, dando la posibilidad de la existencia a un mundo similar al nuestro. Sostenía la hipótesis de que nuestro universo puede ser una más dentro de una vasta colección de universos, conformando un multiverso. Estos universos se crean constantemente, pero es imposible que lo detectemos. Pero estos millones de universos no se encuentran aislados en el cosmos, sino que en diversas áreas del mundo. Y son como una sombra invisible que perjudica a aquel que las traspase. En este caso los llevan hasta esta dimensión.
"La naturaleza repite su evolución una y otra vez, cada vez utilizando sus leyes físicas".
Dentro de estos mundos existen, y describían, dos fuerzas fundamentales, opuestas y complementarias, las cuales están en todas las cosas. Todo tiene su opuesto, aunque este no es absoluto, sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. Estos dos componentes forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, porque cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. El bien y el mal son una cuestión de perspectiva. Ninguno de los dos puede existir sin el otro. Algunos culpan al demonio de que existe el mal, pero en verdad somos los humanos los que causamos tantas mierdas. Posteriormente a la creación de la tierra, las enfermedades eran inexistentes. La salud y la enfermedad son parte integral de la vida, del proceso biológico y de las interacciones, medios ambientales y sociales. Contaminamos nuestro mundo, existen dos factores: la contaminación de origen natural, creada por parte de la naturaleza, y el antropogénico, que producimos nosotros como asquerosos animales. "Vías industriales, trasportistas, comerciales y domésticas" Esto no es culpa de algún ente divino, sino nuestro como personas irresponsables de nuestros actos.
"Ningún mundo estaría exhausto de maldad y bondad"- Y pensar que aún falta más para descubrir.
Exhausto, era consciente de que, ocurría una anomalía o un descubrimiento que marcaría un hito en la historia de la humanidad, algo que sería extraordinario como el hallazgo de América.
El descubrimiento absoluto de un mundo alterno en donde posiblemente me encuentro sin escapatoria. No desperdiciaría este encuentro, dando la verdad absoluta de la creación de la humanidad como del mismísimo Dios y sus adversos. Les saqué una fotografía amplia a cada sala como recuerdo de esta magnífica invención.
Daniel Muñiz tenía razón; estamos en otro universo, un universo paralelo, un mundo similar al nuestro solo con diminutas características diferentes, pero aún faltaba mucho, pero no podría seguir investigando, ya que escuche los mismos tacones de la otra vez y me tuve que ir sin antes confiarme que regresaré por una segunda ocasión.
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