No le diré a nadie
El equipo 7 ya llevaba un mes trabajando independiente de la aldea, aunque Tsunade en más de alguna ocasión trató de convencerlos que regresaran a servicio activo no lo logró, por otra parte el equipo se estaba preparando para ir por algo mucho más grande como lo era cazar a los akatsuki, esta misión tenía una visión distinta de todo el equipo ya que Sasuke aún tenía presente su venganza contra su hermano y tanto Sakura como Naruto estarían dispuestos llegado el momento a apoyarlo en lo que fuera necesario.
Durante este mes Naruto desapareció varias veces sin avisar pero esa era una de las ventajas de de ser un simple civil, para Sakura, Sasuke y Jiraiya no era ningún misterio cual era el fin de sus viajes repentinos, incluso cuando regresaban de las distintas misiones Naruto siempre se desviaba en dirección al desierto.
Durante sus tres años de entrenamiento pasaron por una ruinas de la que alguna vez fue una gran ciudad, si bien la ciudad fue destruida gracias a las ambiciones del primer ministro, el pueblo fiel a la reina decidió establecerse en un pequeño poblado al lado de las ruinas, y por cosas del destino se encontraron con la última descendiente de la reina Sara, una joven gentil que velaba por las personas que seguían siendo leales a la familia real, esta compartía el mismo nombre de su ancestro en honor a ella , ya no había un castillo o un gran reino pero la lealtad seguía intacta, el Uzumaki encontró en aquel lugar una paz que jamás esperó hallar en un mundo invadido por la guerra, solo fue cosa de un mes de convivir con los sobrevivientes del reino de roran para que Naruto hiciera de aquella paz su mayor vicio. Sakura en más de una ocasión mientras trataba a la gente enferma del lugar encontró a la pelirroja mirando a Naruto con mucha atención incluso curiosidad, pero jamás vio que ambos intercambiaran una larga conversación, pero fue el último día de su estancia en el poblado que los vio a la distancia, parecían despedirse pero no sabría con exactitud cuales fueron sus palabras, Sara bajó la cabeza y se retiró rápido del lugar, en cuanto a Naruto, solo la vio alejarse.
-"De nuevo Naruto desapareció"- Sakura salió de sus recuerdos para ver a Sasuke tomar asiento a su lado.
-"Debe estar donde siempre, aquella princesa al parecer marcó demasiado a mi hermano"- Sasuke asintió, y no se sorprendía, en más de alguna ocasión observaba a Naruto leyendo las cartas enviadas por la pelirroja, y así como Sakura jamás los vio convivir lo suficiente como para tener una relación así de fuerte, pero con Naruto nada era normal y eso era lo bueno de el.
-"Mocosos"- llegó Jiraiya al recinto Uzumaki llamando la atención de dos de sus alumnos -"déjenme adivinar, princesa, roran?"- ambos jóvenes asintieron -"hace cuanto desapareció?"- preguntó el Sannin.
-"Dos días"- respondió Sakura.
-"Bueno en tres días más saldremos en caza de Akatsuki, trataré de comunicarme con el para que nos encontremos de camino y lo hagamos regresar de gusto"- finalizó el sannin, para desaparecer en una explosión de humo.
Mientras tanto al interior del desierto del país del viento podemos ver como el pueblo sobreviviente de Roran se reunía en la que parecía ser su plaza para ver como un pelirrubio con vestimentas shinobis terminaba de enterrar un gran estanque de agua, nadie entendía como alguien ajeno a ellos hacía tanto, siempre llegaba con algo, medicinas, alimento, ropa para los niños, juguetes, pero esta vez había superado todos los presentes anteriores, les había traído algo que era muy difícil de adquirir en un lugar tan seco como en el que ellos habitaban, agua, mucha agua. Naruto levantó la cara al cielo y secó el sudor de su frente, no esperaba que trabajar en el desierto fuera tan pesado pero rápidamente se golpeó la cabeza, era un desierto de por si las cosas eran más difíciles, miró al rededor como la gente del lugar lo rodeaba, así que hizo lo más lógico.
-"Hola gente de Ratón"- levantó la mano en señal de saludo.
-"Es Roran Naruto kun"- de entre la gente salió Sara que se acercó al Uzumaki quien se mantenía en el mismo lugar sonriendo de manera sincera, la princesa se detuvo frente a Naruto y le miró un tanto nerviosa, aunque las sus mejillas sonrojada expresaban más que cualquier palabra, para nadie en el pueblo era un misterio lo que le sucedía a la princesa con el Uzumaki, solo era cosa de verlos -"porqué haces todo esto Naruto kun?"- esta pregunta requirió de mucho valor por parte de la joven, ya que ella sabía por parte de Sakura que Naruto tenía una manera distinta de ver las cosas y no quería malinterpretar nada.
-"Hola Sara, pues esto lo hago por ustedes, ya que no accedieron a trasladarse a otro lugar quise aportar dándoles algunas comodidades"- Sara bajó la mirada y asintió, era de suponer, por un momento creyó que quizás el ninja rubio podría sentir algo por ella pero -"y también por ti, no quiero que sufras tanto por las necesidades de tu pueblo, míralos están muy feos por la exposición, mira ese niño"- apuntó a una anciana -"está todo arrugado y feo"- cosa que ofendió a la mujer pero generó que todos rieran por las ocurrencias del Uzumaki pero Sara se quedó con una frase, que esto era por ella y una pequeña señal de esperanza nacía en su corazón.
-"Gracias Naruto kun, pero deberías descansar, no hace bien trabajar mucho bajo el sol, ven vamos a casa"- Naruto asintió pero recordó un detalle, por lo que se dirigió a la llave del estanque y comenzó a bombear agua, emocionando a los presentes.
-"Nunca pregunté cuanta agua cabía en el estanque pero supongo que lo suficiente para que no se preocupen por varios meses si la racionan bien"- así Naruto se marchó junto a Sara.
-"Cachorro no les dirás del sello del estanque?"- escuchó Naruto la voz de Kurama en su interior.
-"No es necesario que lo sepan, quizás en varios meses más noten que hay algo raro"- Kurama sonrió por las acciones del pelirrubio, estos años le hicieron muy bien en lo que respecta a sus emociones, incluso sospechaba lo que pasaba en al cabeza de Naruto en relación a la princesa de aquella antigua civilización.
Naruto a la distancia distinguió la casa de quien lo acompañaba en este momento, la primera en ingresar, fue Sara quien le permitió el paso al Uzumaki, Naruto miró lo sencillo del lugar, no es que le molestara pero creía que alguien siempre debía buscar la comodidad, pero aquí estaba una joven que por permanecer con su pueblo prefería aveces pasar necesidades que separarse de ellos, una muestra de lealtad que no entendía pero que admiraba de ella.
-"No deberías tomarte tanta molestias Naruto kun, somos un pueblo que está por desaparecer, ya no generamos los suficientes ingresos para poder mantenernos y solo nos mantiene en pie los recuerdos de nuestro pasado, ahora es gracias a ti que no hemos bajado los brazos"- Naruto bebió un poco de agua y se dirigió al que parecía ser el baño ignorando las palabras de la pelirroja pero no es como si esta conversación no se hubiera repetido en veces anteriores, pero por ese amor a sus raíces es que este pueblo le era tan llamativo al Uzumaki, el igual tenía un origen, un pueblo, incluso un país que no era poblado por nadie ya que si el hiciera los que esta gente hace su clan perecería sin remedio alguno, el necesitaba a alguien de confianza, a la persona indicada para poder mantener su clan vigente y esta vez no solo por empatía o lastima por una situación difícil, nadie le dijo que la vida era fácil pero tampoco debía ser distinto, lavó su rostro con un poco de agua para refrescarse y se secó a posterior.
-"Tu eres alguien impresionante Sara chan, tienes algo que a mi me falta, la determinación de mantenerte de pie en momentos difíciles, todo este pueblo cree en ti, yo creo en ti, es por eso que me tomo estas molestias, no quiero que la primera persona que me inspira a cometer estas estupideces caiga, yo debería estar derrochando mi dinero en cualquier estupidez pero aquí me tienes"- conversaba el Uzumaki mientras que se dirigía a la cocina a preparar algo, Sara lo seguía de cerca.
-"pero yo no te pedí que hicieras todo lo que has hecho por nosotros"- respondió la princesa.
-"pero yo lo he querido hacer, porque quiero que vivas, quiero que sigas presente, no tanto para tu pueblo, quiero que vivas para mi"-respondió el Uzumaki -"no comprendo mucho la palabra amor pero creo que esto que siento se acerca bastante a lo que he leído"- Sara miró impactada al Uzumaki, esta era una de las declaraciones de amor que nunca esperó oír.
-"Pero yo no tengo nada que ofrecerte"-
-"No te pido nada material"-
-"pero vivimos en lugares muy alejados"-
-"puedo hacer este viajes varias veces en un día"-
-"Conocerás a otras chicas"-
-"si es verdad"- y aquí Sara quedó mirando al Uzumaki, este la miró un momento y sonrió -"creo que estás malinterpretando mi respuesta"-
-"Y si no soy lo suficientemente buena para ti?"- Naruto se detuvo de observar los ingrediente que utilizaría para cocinar y miró nuevamente a la pelirroja, se acercó a la princesa casi rozando nariz con nariz.
-"Yo no te pido más"- y sin esperar respuesta la besó, fue un beso corto pero para Sara fue mucho más, de a poco su cara se fue volviendo roja tanto como su cabello -"Ahora ve a lavarte las manos para que cocinemos algo delicioso"- Sara asintió en silencio y fue a cumplir con lo ordenado.
Entrada la tarde Naruto se encontraba sobre uno de los pilares que se encontraba aún de pie, el atardecer en el desierto era algo especial, pero todo se vió interrumpido por la aparición de un sapo mensajero de su padrino. Naruto recibió la nota y el sapo desapareció, leyó su contenido y la quemó, al parecer ya comenzarían con la que consideraba su misión más importante.
-"Naruto kun vamos a casa, ya va a comenzar hacer frío"- gritó Sara recibiendo un asentimiento del Uzumaki que miró por última vez el atardecer para a posterior descender aterrizando al lado de la pelirroja, Sara estiró su mano en dirección al Uzumaki, Naruto vio su sonrisa y correspondió al gesto, esta era la tranquilidad que necesitaba en su vida, esta era la vida que quería tener después de terminar su carrera shinobi si es que no moría en el proceso, pero bueno, la muerte era parte de ser shinobi.
Pasado los tres días, aún con el sol escondido en el horizonte podemos ver a dos personas a las afueras del pueblo de Roran, Sara y Naruto se miraban uno al otro, la pelirroja ordenaba la ropa de este con mucho cuidado tratando de que este sea uno de los mejores recuerdos de su vida, quizás en el futuro habrían otros pero nadie aseguraba si es que existiría un futuro solo quedaba la esperanza pero por ahora disfrutaría de estos momentos.
-"Bueno creo que llegó la hora de trabajar"- comentó Naruto sonriendo, por otra parte Sara asintió pero sus ojos humedecidos era la contradicción de lo que debería sentir pero le entristecía verlo partir.
-"Prométeme que te cuidarás, y cuidarás a los demás, quiero que regreses a mi aunque sea arrastrándote, me oíste Naruto Uzumaki"- Naruto asintió y sin previo aviso abrazó a la pelirroja.
-"Este será nuestro secreto, nuestro mayor secreto"- Sara sonrió por las ocurrencias del Uzumaki pero si el lo decía debía ser por algo así que acarició su rostro y lo besó.
-"Nos vemos Naruto kun"- Naruto la dejó en el suelo y miró en la dirección donde debía dirigirse para encontrarse con su equipo -"por cierto, en qué parte te tienes que reunir con tu equipo?"-
-"En la frontera de Ame"-.
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