La blanca nieve.

Nieve... Un clima que es la más hermosa de todas las estaciones desde la primavera... Verano...  Y otoño, no olvidaré los primeros pasos que di desde mi infancia recuerdo que daba pequeños pasos siendo algo extraño y nuevo para mi.

Pero sobretodo alguien me acompañaba era muy conocido por todos entre su nombre y sus batallas... Megaman X un reploid que era diferente a los suyos pero por alguna razón me brindaba confianza hacia el, en ningún momento no soltó mi mano sabia que algunos lugares son profundas y no se podía notar.

Aunque no tardo mucho en hundirse no paraba de reír por eso y por supuesto no seria el único, justamente caí igual como el pero lo que me lleno de vida fue verlo sonreír con toda energía, esas sonrisas anteriores que ví antes guardaban tristeza en si mismo no lo culpo paso por tanto en la guerra y paso por tantas perdidas.

Luego de eso pasa el siguiente año era muy inquieta y energética que me la pasaba corriendo por la nieve, cada año siempre viene a buscarme en el mismo sitio y era una casa hogar donde muchos niños como yo fueron dejados aquí por abandono y perdidas, yo era parte de la perdida de mi familia y no tengo ningún recuerdo de mi mamá por qué a veces no me gusta tocar ese tema, no se por que pero el se preocupa tanto en que tenga una nueva familia y un nuevo hogar.

Ese año lo sorprendi con un muñeco de nieve aunque sus labios no salieron como esperaba (0-0) me sentía un poco mal por no hacerlo perfecto pero recordé lo que dijo. “El gesto no tiene que ser perfecto si no la intención por esa persona” justamente le dió lo que buscaba una sonrisa (0v0) tan solo doblo gentilmente esa rama y le dió lo que tanto le faltaba.

Y al siguiente una familia llegó a adoptar me al principio estaba feliz pero triste de que no lo vería otra vez, ese día le escribí una carta con la esperanza de que llegara a el. “Querido X: te escribí en esta carta por qué ya no estoy aquí, ya tengo una nueva mamá y papá también hermanos que me cuidarán mucho, se que vas a estar feliz por mi  pero yo estaré triste por qué no podré volver a verte y te extrañaré mucho... Hice un regalo para ti, quiero que lo uses y me recuerdes siempre. Te quiere (T/N)”

Y después en navidad por alguna razón el vino a mi nueva casa no sé cómo pero logro encontrarme, lo que más me hizo feliz fue la bufanda puesta en el no me importo salir ante la fría nieve y recibir ese abrazado tan cálido y gentil.

Luciana: —¿Abuela? ¿Estás aquí abuela?—Entraria una jovencita parecida a la anciana encontrando la en su habitación. —Ya todos están esperando por nosotras.

T/N: —Ah Luciana... Perdona querida solo estaba recordando el pasado.— La miraba mientras su cuerpo temblaba no por el frío si no por su débil cuerpo.

Luciana: —Dime abuela... ¿De verdad el vendrá a verte...? Ha pasado mucho tiempo y...— Su familia no quería meterle tantas desilusiones por el héroe legendario.

T/N: —No estoy segura luciana... Se que todos no quieren que siga esperando... Y más cuando mi tiempo se este acabando...— Le responde con melancolía sin dejar de mirar por la ventana.

Luciana: No le agradaba ver a su abuela tan triste y sola. —El vendrá... Va venir a verte abuela te lo aseguro.

No pude evitar sonreír ante ella es parecida a mi cuando tenía su edad, una mujer adulta que dió todo como policía atrapando criminales humanos mientras que el luchaba contra los salvajes mavericks, recuerdo cuando el tenía los ojos en blanco cuando me vio con mi unidad yo estaba feliz de verlo igual como siempre como si nada había cambiado.

Aunque desgraciadamente no seria el caso para mí, el tiempo jamás para y los cambios ocurren al igual que los problemas que con solo solucionar uno se genera otro, pero un milagro surge también ahí conocí a mi esposo/a era de un rango mayor, no podía estar más feliz por mi cuando le dije sobre mi boda y en tener nuestro primer hijo.

Pero en eso el cuerpo me empezó a fallar con el paso de los años, y mi rendimiento se reduce cada día más no puedo quitar el dolor encima cuando me retire y tome la decisión de mudarme lejos de esta ciudad ese día fue la última vez que lo ví.

Luciana: —Vamos abuela, es hora de ir a celebrar.— La llevaría en su silla de ruedas con mucho cuidado hacia la sala de estar.

La fiesta paso muy rápido para muchos pero para mí fue lento escuchando las risas de los niños al jugar, las cálidas conversaciones entre adultos muy amistosas pero también como el ambiente se llenaba con tanta calidez y amor, justamente cuando todo se acabó las luces se apagaron y todos se fueron a dormir.

Todos menos yo seguía mirando por esa ventana mirando esos árboles y pasto cubiertos de la fría, cruel y hermosa nieve, estaba apunto de empezar aceptar de que no vendría pero las palabras de Luciana vinieron a mi.

T/N: Muestra una gentil sonrisa. —Me pregunto ¿Si el vendrá a verme...? Se que nada se le escapa en saber de mi... O que a sido de mi... Espero poder darle mi regalo antes de irme... Para siempre...— Del cajón sacaría un regalo.

Este regalo es algo que va recordarme por cada generación que pase, no sé si el seguirá para entonces pero espero que el siga de dando ejemplo como lo hizo hacia mi, fue justamente que algo llegó aparecer ante mis ojos era el... Megaman X una vez más frente a mi casa, pero después ví a alguien más afuera y era mi nieta Luciana.

Mis lágrimas aparecieron cuando los ví juntos era como volver al pasado y verlo por segunda persona como era convivir con X en cada navidad, me limpie las lágrimas y en cuanto volví a mirar por la ventana ya no estaba pero no pasó mucho tiempo cuando tocaron la puerta.

Luciana: —Abuela... Hay alguien quien vino a verte.— Dejaría que el bombardeo azul entrara a la habitación.

X: —Hola T/N... Ha pasado mucho tiempo...— se acercó lentamente hacia ella para inclinarse teniendo su altura.

T/N: La emoción llena su corazón de verlo una vez más. —Hola X, no sabes cuánto te eche de menos... ¿Cómo has estado...?—

X: —E estado bien... Yo también te eche de menos gracias a tu nieta pude venir.

T/N: —Luciana... Mi niña querida ¿Lo has planeado...?

Luciana: Se acercó a ella tomando gentilmente su mano. —Abuela... Este es mi regalo para ti... Lamento que no sea perfecto...

T/N: —Luciana... El gesto no tiene que ser perfecto... Si no la intención hacia esa persona... Eso me lo a enseñado...

Pude ver las lágrimas de mi nietas al oír esas palabras venidas por el, después ella se salió para dar nuestro tiempo a solas en poder hablar todo lo que pasó después de irme, por ese tiempo pude notar su triste mirada oculta por una sonrisa al ver mi condición, justamente le pedí que fuéramos afuera.

/Fin de la parte uno/

Espero que les haya gustado esta parte espero poder terminarlo antes del fin del año y poder darles un feliz navidad de mi parte hacia todos, pasela bien con sus familias y nos veremos en la siguiente parte.

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