Parte Diecisiete.
La mujer se dió cuenta de que estaba pensativo, siempre había creído que era lo mejor para él, lo mejor para Sasuke, lo mejor para ella pero ya lo estaba dudando. Prefirió no rellenar el vacío con sus suposiciones de nuevo. No en ese momento.
Sakura bajó su cabeza sin saber que hacer, le prometió quedarse con él hasta que regresará a casa
Naruto tomó un respiró, la vió, la peli-rosa naturalmente volteó a verlo y sonrió
Habían pasado tantos años y Sakura tenía las mismas expresiones corporales, en eso podía desempolvar sus viejos conocimientos. Ella de nuevo estaba obligada a sonreír.
Él siempre la animaba diciendo cosas positivas con respecto a Sasuke, inflando la imágen del Uchiha y tratando de interpretarlo como alguien que la amaba, y no podía ser de otra forma porque él sabía como era amarla.
Mentiría si él se decía un experto en el amor, sus palabras eran cosas que noblemente creía que alguien que la amaba diría, no podía mentir en ello, ni tampoco era tan romántico creativo. Él lo sentía en verdad y lo guardaba. Era inútil después de todo poner su nombre en ellas.
—Sakura-chan— llamó haciendo que su siguiente expresión fuera sincera —Sé que esto te trae malos recuerdos al igual que a mí...— se abrió —No debes mentirte a ti misma—
Ella se puso sería, tragó saliva y bajo su cabeza —Lo sé— soltó con una sonrisa tranquila y honesta —Cuando pensaba en seguir negando lo que pasaba, lo diferente que me hizo pensarlo mejor fue ese recuerdo— suspiró —Naruto seguramente estaría decepcionado de mí— sonrió —Aún así es complicado— tiró su cabeza —Realmente es una trampa crecer—
El rubio le llegó al corazón saber que aunque estaban lejos sus palabras y su figura siguieran en su cabeza y recuerdos. En su cabeza también estaba ella, sus mejores consejos y hasta sus límites.
—Realmente no tengo demasiados recuerdos felices de mi niñez— comentó
—Oh— recordó la triste infancia de Naruto —Perdón—
—No— negó tranquilo —Sakura-chan está en casi todos los recuerdos buenos de mi infancia'ttebayo— dijo mirando la luna en su etapa antes de renovarse
Sakura sintió la calidez en su corazón, la misma sensación que se tiene al recibir un halagó
—Yo sé que mi yo de niña no se lo imaginaria, pero, igual yo— respondió mirando al Kage
Él la volteó a ver
—No permitiste que fuera infeliz, porque si Naruto Uzumaki siempre tenía una palabra para levantar su ánimo— dijo con un poco de ironía
—Me alegra— exclamó con una gran sonrisa —Eso quería, dattebayo—
Sakura sintió calor en sus mejillas, por lo que bajó su rostro y sonrió cálidamente, era un sentimiento nostálgico, lo recordaba del recuerdo de una (no) cita después de una pelea
—Quiero que seas feliz, Sakura-chan— dijo honestamente
—Gracias— agradeció con una sonrisa
El oji-azul se sintió mejor, se había alejado mucho tiempo de las habilidades curativas de la sonrisa de su compañera, sonrió con auténtica felicidad —No hay de que, Sakura-chan—
Sakura hizo un sonido de afirmación —Bien—
Ambos miraron la última etapa de la luna antes de desaparecer de su vista
[...]
Naruto llegó a su casa, hizo el menos ruido posible, ya era habitual, ni su hija, ni Hinata lo esperaban por ello. Aunque él había avisado que iría a trabajar.
Era mejor, la culpa disminuía
No sabía como se sentía Sakura, ella solo había tenido a Sarada y ahora a veces ella no está, dónde como madre y única figura presente además de constante tiene mayor responsabilidad, nadie cuidaba a su hija por ella, nadie le cocinaba, nadie le lavaba la ropa o limpiaba su casa. ¿Cómo le hacía? Seguramente llegaba cansada después de su trabajo.
Él se sentó en su escritorio aún lado de su cama y tomó la foto del equipo 7 de su juventud —Sakura-chan es genial— susurró recordando a su amiga
El Uzumaki miró con detenimiento a la niña que seguramente la oji-jade se había referido anteriormente, tocó esa parte sin saber que hacía con su brazo trasplantado. Vió con detenimiento la extremidades cubiertas en vendas, Sakura había tomado el control de ese proyecto con células de Hashirama, había dado su mejor esfuerzo para ayudarlo en su etapa de adaptación, la recordaba nitidamente, hasta ese sentimiento que permanecía en él
Naruto soltó aire con desesperó, movió su cabeza como una sonaja, masajeo su rostro, un hombre casado no debería de importarle tanto algo así. Aunque en realidad, aún en la desesperanza y resignación tampoco se había hecho a la idea.
Vió la foto de su familia a su costado, le habían dicho que después de tener una vida con tantos sobresaltos y emociones fuertes, le sería difícil acostumbrarse a la monótona vida familiar en paz. Sin embargo, siempre faltó algo en él, no en su familia, en él, algo que con el tiempo era difícil, parecía que quería perseguir el peligro, lo extraño y las emociones fuertes. Boruto lo ayudaba.
Decían acerca de una crisis por la edad pero no, él tenía una ilusión de su vida aunque simple desde jóven, aunque se podía haber agravado por ello. Talvez eso mismo le pasaba a su amiga, debería preguntar.
Regresó a la foto del antigüo grupo, sonrió al ver que estaba expresando auténtica felicidad y hasta era coqueta, recordaba como se esforzaba a halagar a la niña porque realmente le nacía
Naruto sonrió al recordar.
No podía vivir de recuerdos. Aunque al igual que con Sakura eso chocaba en direcciónes contrarias si se aplicaba.
El rubio tocó su escritorio y decidió ser feliz y complacerse con ello al igual que lo había hecho últimamente, se acostó en su cama y vió el techo hasta que puso conciliar el sueño
[...]
Se levantó y alcanzó a las chicas de su familia en la mesa
—Oh, buenos días, Naruto. Perdón por no servirte, no pensé que despertarás temprano— dijo Hinata mientras rápidamente le sirvió
—Esta bien, Hinata— dijo bostezando un poco —La próxima tal vez lo haga yo—
Himawari río —Buena broma, papi. No sabes cocinar—
Naruto volteó dónde salió esa voz y esa pequeña burla
Hinata se quedó congelada pensando si había hecho algo mal para tener esa respuesta, ella se encargaba de eso y nunca tuvo una queja de su parte, solo buenos calificativos
—Por eso— le respondió a su hija —Voy a aprender para eso—
—¿Quieres que te enseñe?— le pregunto la Hyuga por lazo sanguíneo
—No, Hinata, yo lo haré sólo— dijo al sentarse en la mesa —Tú tienes mejores cosas que hacer— exclamó con total buena voluntad
La mujer solía acatar las órdenes, opiniones y decisiones de su esposo, por confianza o por su incapacidad de decir no o ir en contra de algo como trauma de la niñez.
Pero esa sensación de ya no compartir cosas como parejas, ni siquiera Naruto podía ver la televisión con ella porque se dormía con las cosas que a ella le gustaban o siquiera quedarse en la misma habitación cuando tejía, siendo que era importante para ellos.
—¡Gracias por la comida!— exclamaron los Uzumakis de ojos azules
Hinata quedó rezagada aunque estaban acostumbrados que regularmente así fuera. Estaba pensativa. Ella vió que Naruto estaba feliz.
"Quizás cuando aprenda a cocinar invite a Sakura-chan a comer, dattebayo" pensó el rubio
Las pupilas lavanda veían que estaba gustoso comiendo.
Cuando menos lo pensó, pensó en ella como un ejemplo.
🍥¡FELIZ DÍA NARUSAKU!🌸
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