16
Las gotas de agua mojaban a Near, quién estaba en la lluvia, siendo mojado por las gotas que caían del cielo.
-Lo siento...-. Era lo único que había dicho en esos últimos 3 días.
El panorama no iba nada bien, desde aquel momento.
[Hace 3 días]
-Lo siento Mihael, pero creo que lo entenderás-. Decía el padre de Nate, poniendo todo en la maleta. -Esto ha pasado de ser medio ligero, a pesado, ¿Lo entiendes no?-. Mello solo asintió, no podía hablar, no se sentía lo suficientemente preparado como para articular palabra.
-¡Yo no quiero irme de mi propia casa!-. Gritaba el abuelo de Nate.
-Vamos papá, sabes que entonces podrían matarnos-. Dijo la madre de Nate.
-Déjalo Natalie, tu padre es un pesado-. Dijo la abuela de Nate.
-¿Puedo despedirme de él?-. Preguntó el rubio. -Bueno, de los dos-. Dijo.
-Si, claro, rápido por favor-. Dijo la madre.
Mello entró primero al cuarto de Natalie.
-¿Estás mejor?-. Preguntó Mello, y Natalie negó.
-No estoy bien, y sobretodo...-. Natalie miró a Mello. -Por mi hermano-. Mello se preocupó, y se sintió mal.
-Lo siento mucho..., Fue...-. Natalie le interrumpió.
-No, te equivocas, no fue tu culpa-. Natalie se levantó y se acercó a Mello, le dio un beso en su mejilla, y después le abrazó. -No era virgen-. Mello se sorprendió, y le correspondió al abrazo de Natalie.
-Por suerte, no era virgen cuando aquellos demonios me violaron, lo peor no fue que me violaron, sino que mi familia y Matt tuvieron que verlo-. Natalie soltó una lágrima, pero su voz parecía estable, no se rompía. -En cambio..., Mi hermano...-. Sus lágrimas cayeron más rápido, y su voz comenzaba ahora si a romperse.
-Mello-. Natalie se separó y miró a Mihael. -Mátalo-. Dijo decidida.
-Arráncale la cabeza, y aplástale el corazón-. Dijo, y Mello tragó saliva.
-Hm, lo haré-. Mello asintió, y se despidió de Natalie.
Después se dirigió a la habitación donde estaba Nate, y picó.
-Nate, ¿Puedo pasar?-. Preguntó el rubio.
-No..., No puedo ni mirarte a la cara, ¡Vete, aléjate de mí!-. Gritó.
-De acuerdo...-. Desistió pronto, puesto a que él tampoco estaba preparado para verlo, y quizás, aquello era lo mejor, no verlo sería lo ideal, no podrían mirarse a la cara el uno al otro.
Mello se fue al salón.
-¿Vamos?-. Preguntó Matt.
-Si-. Mello ayudó a Matt a levantarse. Salieron de la casa, y los padres y abuelos de Near metían las maletas.
-Adiós-. Dijeron los padres. -Y suerte-. Sonrieron.
-Gracias por todo-. Sonrió Mello, y se procuró de tener las 3 gemas en su bolsillo, ahora que lo piensa, Mark no fue a por las gemas, simplemente quería causar daño..., Quizás vuelva a por ellas en algún momento, debía estar preparado.
-¿Seguro que me confías tu lugar?-. Preguntó Mello. -Si mi hermano descubre donde estoy..., Puede que...-. Matt le tocó el hombro.
-Tranquilo-. Matt le intentó calmar, ya no iba con muletas, pero andaba lento. -Conozco los riesgos, ¡Además, a mi nadie me quiere violar así que!-. Aquella broma fue un poco cruel, pero Mello sonrió por aquello, aunque le preocupaba que se lo tomara por humor.
-Matt, esto no es uno de tus juegos, aquí no hay más vidas ni continues, ¿Lo entiendes no?-. Preguntó Mello, y Matt sonrió.
-Mientras nosotros, los humanos, jugamos en modo experto, tú juegas en modo fácil-. Mello le miró. -Antes estabas en el normal o difícil, pero ahora puedes volar cuando te cabreas, te quedará poco, aprenderás a volar cuando quieras, y matarás a ese imbécil, a los demonios, destruirás las gemas, ¡Y ya está!-. Dijo, como si fuera todo así de fácil.
-Matt, puedo morir, y tú también, aunque lo consiga, saldrán heridos-. Dijo el rubio.
-¡Me da igual morir!, Mientra salves al mundo, me vale-. Mello sonrió, su mejor amigo, ¡Era la bomba!.
[Presente]
-¡Nate, entra en la tienda, pillarás un resfriado!-. Gritó Natalie, saliendo de la tienda de campaña que se encontraba en mitad del bosque.
-Mihael perdóname...-. Susurró mirando hacia abajo.
-¿Nate?-. Su hermana comenzó a acercarse.
-Mihael perdóname...-. Repitió.
-Nathan-. Natalie le tocó el hombro a Nate.
-¡NO ME TOQUES!-. Nate le pegó un manotazo a Natalie, se sentó en el suelo y se cubrió la cara. -¡SOLO MIHAEL PUEDE TOCARME!-. Gritó, estaba loco, había enloquecido. Estos últimos días Near no era el mismo, pero esto ya era el colmo.
-Nate...-. Su hermana se arrodilló. -Soy tú hermana, ¿Recuerdas?-. Preguntó.
-He-¿Hermana?-. Preguntó Near sonrojado. -¡NO, SOLO TENGO OJOS PARA MIHAEL!-. Nate se levantó y comenzó a correr, pero se resbaló con el agua, y se cayó al césped. Comenzó a gatear, intentando escapar.
-¡Llevadme con él, llevadme con él por favor!-. Suplicaba. Su hermana lo veía, era terrible, comenzó a llorar.
-¡No!-. Gritó Natalie. -¡Debo ser fuerte!-. Gritó Natalie decidida.
-¡Nathan River!-. Nate paró al escuchar su nombre completo. -Me avergüenzas..., Tú nunca viviste para nadie, simplemente vivías para ti solo, te preocupabas solo de ti mismo, ¡Nunca de nadie más, ¿¡Que tiene ese Mihael que sea tan especial!?-. Preguntó cabreada.
Nate se acercó corriendo a Natalie, y se arrodilló.
-¡Sus ojos azules como el mar, su pelo rubio anaranjado que brilla como el sol, su voz, su físico, su vida, me gusta su vida, porque ha sufrido tanto, y aún así él es un superhéroe que nos va a salvar, y es lo que me gustaría ser yo, NO UN DÉBIL!-. Nate comenzó a llorar. -Soy un débil-.
Natalie se arrodilló.
-Aquello fue hace años, lo llevaron a un correccional, no volverá nunca más a hacerte daño-. Near le miró.
-No, ha vuelto, todo el mal del que me libré, ha vuelto en Mark, en el hermano de Mello-. Natalie se preocupó. -¿Porqué todo el mundo abusa de mi?-. Preguntó.
-Él no llegó a abusar de ti, porque lo detuvimos-. Nate la miró.
-Pero Mark si-. Dijo, y Natalie sonrió.
-Pero Mihael Keehl le arrancará la cabeza, y nos la traerá, para quemarla-. Sonrió Natalie. Los ojos de Nate brillaron.
-Si-. Se sonrojó, y le dio la mano a su hermana. -Perdóname, creo que me estaba volviendo loco con todo esto..., Tengo pesadillas, y sigo traumado con todo esto-. Dijo Near.
-Es normal-. Near le miró.
-En cambio, tú eres muy fuerte, solo te ví llorar una vez por tu violación-. Natalie sonrió, y le acarició el pelo a Near.
-Eso es porque no era virgen, y porque lo más que me importaba es que lo estaba viendo mi familia-. Natalie se levantó. -Y Matt...-.
...
-¡Recoge tú mierda!-. Gritó el ojirojo.
-Un momeeento-. Dijo Matt, jugando a videojuegos.
Beyond le desenchufó la consola de la tele.
-¡NOOOO!, ¡Beyond tío te pasas mucho!-. Gritó Matt.
-¡Eh callaos, así no me concentro!-. Decía Mello haciendo flexiones.
-Pues ve a un gimnasio, musculitos-. Dijo Beyond, y Mello rodó los ojos. -¿Cuando vas a enfrentarte a él?-. Preguntó.
-Claro, imagínate que te encuentra él a ti primero, podríamos morir todos-. Dijo Matt.
-Si, tienes razón-. Mello se levantó del suelo. -Voy a por eso-. Matt se levantó del sofá.
-¿En serio estás preparado?-. Mello le miró, y este asintió. -Hm, te acompaño-. Dijo Matt.
-¿De que habláis?-. Preguntó Beyond.
-Hm-. Mello sonrió, y miró a Beyond. -De mi herencia-. Dijo este, y Beyond se sorprendió un poco.
...
-Aquí está-. Sacó el maletín de su antiguo armario, estaba con Matt y Beyond en la casa de su ahora difunto tío. Sacó el maletín, y lo abrió. -Mi herencia-. Mello sacó el traje de Arcángel de su padre, todo negro, la capa roja con medallones en los hombros dorados, y las finas líneas amarillas que rodean el traje.
...
-¡Aquí estoy Mark, vamos, ven a mi!-. Gritaba Mello puesto con su traje. -¡VAMOS MARK!, ¿¡TIENES MIEDO!?-.
De pronto, algo cayó en ese edificio, causando un poco de humo.
Cuando se despejó, se pudo ver a Mark.
-¿Estás listo para morir hermano?-. Preguntó.
-¿Esas son tus últimas palabras?-. Preguntó Mello.
-¡Pero vamos, si ni siquiera sabes volar por voluntad propia!-. Gritó Mark, comenzando a subir al cielo, levitando lentamente.
-Hijo mío...-. Mello puso el puño en el suelo. -Cuando aprendas a volar..., Deberás proteger a la tierra-. Mello dio un salto tremendo, y mientras subía, cogía en vuelo a Mark.
-¡¡¡AHORA VERÁS!!!-. Le golpeó en la mandíbula, y este comenzó a caer.
-¡¡¡NOOOOOO!!!-. Mark comenzaba a caer. -Si él aprende a volar...-. Mello ahora estaba volando en el cielo, controlándolo, sonriendo, mientras Mark caía al vacío, recordando las palabras de su tío.
-Date por muerto-.
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