06
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!-. Gritó Mihael, traumatizado por la experiencia que acababa de ver.
-¡¡¡DIME DONDE ESTÁ!!!-. Gritó El Dios Del Infierno, cogiendo a Mihael por su cuello.
-Ma..., Mamá-. Pidió, él ahora estaba tan traumatizado que ni se acordaba de que su madre había muerto en su parto.
-¡¡¡DONDE ESTÁ TÚ...!!!-. Mihael comenzó a gritar.
-¡¡¡¡AHHHHHHHHH!!!!!-. Al Dios Del Infierno le comenzaron a doler los oídos, soltó a Mihael, pero este seguía gritando. -¡¡¡¡¡AHHHHHHHH!!!!-. Los tímpanos del Dios Del Infierno fueron reventados, y sangre salió de sus orejas.
-¡¡¡¡¡AHHHHHHH!!!!-. Gritó este, Mihael lloraba, y sus ojos fueron remplazados por unos orbes rojos demasiado brillantes.
-¡¡¡¡PAPAAAAAÁ!!!-. Gritó, y lanzó rayos láseres por los ojos, comenzaba a dar en el centro del estómago, este fue lanzado al fondo de la pared de la casa. Mihael comenzaba a levitar, y lanzaba cualquier objeto al Dios Del Infierno. -¿¿¿¡¡¡DONDE ESTÁ PAPÁ!!!???-. Gritaba. Sus venas se tornaron azules claros, y brillaban, comenzó a levitar aún más, y las cosas en toda la casa se movían.
-¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!-. Gritó tanto, que la casa explotó, la casa, la de al lado..., Y todo el barrio explotó en realidad.
El Dios Del Infierno se encontraba agonizante entre los escombros. Mihael, levitando, se acercó a él, y concentró toda su energía en él.
-Muere-. Dijo, y de pronto, la barriga del Dios Del Infierno comenzó a hincharse, hasta tal punto, de que explotó, salpicando órganos..., Vísceras..., Y 3 fragmentos de la gema, uno de ellos se quedó en Mihael, el otro, volvió a él de nuevo, y el otro, comenzó a volver a él, hasta que llegó. Mihael ahora, reunía los 3 fragmentos de la gema, comenzaba a levitar aún más, y la gema comenzaba a fusionarse en una sola.
...
Mello observaba el antiguo barrio donde él solía vivir...
-Mi tío me contó que mi padre evitaba que el Dios Del Infierno llegara hasta aquí volando, y que lo consiguió...-. Mello se adentraba en los escombros de su antigua casa. -Me dijo, que él Dios murió, causando una explosión que mató a mi padre en el proceso, y que solo sobreviví yo...-. Mello cogió polvo, y resto de aquellos escombros.
-Debo..., ¿Confiar en eso?-.
-Ey-. Mello se dio la vuelta. -¿Que tal?-. Era el hombre de aquel día.
-¿Todo bien?-. Comenzaba a acercarse a Mello, y al rubio, le parecía que los dos se parecían mucho entre ellos dos...-¿Es tu antigua casa?-. Mello no contestaba, y veía que Mihael no tenía el collar.
-¿Dónde está tu bonito collar?-. Preguntó curioso.
-No te voy a dar la gema, seas quién seas-. Aquel hombre rubio se rió.
-Será mejor que me digas todo lo que sabes-. A Mello se le encogió el cuello, es como si le estuvieran ahogando, pero aquel hombre no le estaba cogiendo del cuello. -¿Sorprendido?, No deberías-. Dijo este sonriendo, y comenzó a levitar.
-¿Sabías que..., No hay personas en un alrededor de 20 quilómetros?-. Preguntó sonriendo, y empujó a Mihael al suelo. -Y menos, debajo de tierra-. Mihael se ahogaba, no podía respirar, y estaba ejerciendo fuerza contra él suelo por culpa de aquel imbécil.
-¿Donde está la gema Mihael?-. Preguntó aflojando el agarre.
-Que..., Que te jodan-. Dijo este.
-Respuesta incorrecta-. El hombre, empujó a Mihael hasta que rompió el suelo, y cayó en la antigua y abandonada línea de metro.
El rubio bajó levitando hacia abajo, y Mello recuperaba un poco de aire.
-No te lo preguntaré más veces, ¿Donde están los fragmentos que me faltan?-. Mihael entonces supo que ya había robado el fragmento del museo.
-¡M-M...!-. El rubio se acercó para escuchar mejor a Mello. -M-Muérete-. Mello escupió al malvado, y este puso cara de cabreado. Se limpió con su manga, y después, lanzó a Mello contra las paredes, el techo y el suelo de todo aquel sitio, haciendo que muchos de sus huesos se llegaran a casi romper.
Siguió avanzando mientras hacía que se golpeara contra la pared y el techo, hasta que llegó a la línea de metro nueva, la gente vio todo aquello, y se quedó sorprendida.
-¿¡QUE!?-. La gente comenzó a grabarlo todo.
-¿¡COMO ES POSIBLE!?-.
-A-Aghj...-. Mello suponía que si aguantaba tanto era por sus superpoderes, aunque casi no podía ni respirar, y estaba lleno de sangre, y con los huesos apunto de reventar.
El tren comenzó a pasar, y Mello lo atravesó entero, chocándose con gente a gran velocidad, chocándose con ella, y de tan fuerte y rápido que iba Mello, literalmente, al chocarse con él, los trituraba al instante, matándolos, y haciendo que se llenara de su sangre.
El malvado rubio, lo elevó, haciendo que rompiera el techo del tren, y que volviera a salir a flote a la calle.
Ahora la gente de la calle lo podía ver, todavía no había mucha gente, pero había gente que lo grababa con el móvil y lo veía.
El rubio se acercó una última vez.
-Donde está la...-. El rubio se sorprendió, no sabía como no se había fijado antes en el mapa que tenía Mihael en el bolsillo. -Vaya vaya..., Que bien-. Acercó su mano al bolsillo, y se lo arrebató.
-M-M..ghhj...-. El malvado acercó su oreja a la boca de Mihael. El malvado estaba levitando, 10 metros sobre el suelo, haciendo que Mihael también estuviera levitando, ya que claro, estaba ejerciendo telequinesis contra él en su cuello. -¿Que dices?-. Preguntó.
-Vaya, es una pena..., Deberías haberte quedado con la ubicación, aquí-. Dijo, señalando el cerebro. Mihael comenzaba a enrojecerse mucho más, y se comenzó a desmayar. -Una pena que seas idiota..., H...-. Lo último, Mihael no lo pudo escuchar, ya que se desmayó.
-¡Joder, imbécil de mierda!-. El malvado, lo lanzó hacia el suelo con toda su rabia e impotencia, y dejó a Mihael medio moribundo, desmayado, en el suelo, mientras la gente lo grababa todo...
...
-¿Hola?-. Preguntó Nate, pero lo escuchó, era el contestador. -Maldita sea-. Colgó, y miró el colgante de Mihael en su escritorio, aquella mañana había ido a dejárselo, ya que Mello se arriesgó a confiar en Nate, además, que él mismo propuso la idea, y Mello pensó que estaba bien, ya que el malvado ni siquiera sabe que Mello tiene amigos.
-Estoy preocupado por ti..., Mihael-. Dijo, mirando el collar, y pensando en Mello...
-¿Donde te habrás metido?...
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