Capítulo 10 [Viaje]

—Dime que no va a morir otro de nosotros —. Cris se tapó la cara con las manos.

—¡Claro que no! —gritó Chuck —Tomen su dinero, y hagan una pequeña bolsa de ropa etc, nos vamos a esa biblioteca, pero primero, encontraremos a Gallo.

—Chicos, en el baño hay una cucaracha —dijo Gallo con una cara de puchero.

—Pensamos que habías desaparecido torpe —Matthew rodó los ojos.

—TENÍA QUE HACER PIPÍ IDIOTA —gritó Gallo.

—¡A quién le importa tu pipí! —respondió Matthew.

—¡A MI VEJIGA! —gritó Gallo enojada.

—¡Callense los dos! —gritó desesperada Dakota —

Dakota subió a hacer su maleta, y diez minutos después bajó ya con todo listo.

—Ahora vamos a casa de Matt, por el auto y vámonos de aquí —Chuck abrió la puerta y después de salir todos Dakota puso llave a la casa.

Llegaron a casa de Matt.

—Bonita casa galán —rió Chuck.

Entraron, y todo estaba muy ordenado, se veía muy común.

—Iré a mi habitación esperen aquí —dijo Matt y subió las escaleras.

—Matt debe de tener comida —murmuró Ely y fue directo al refrigerador —¡Yes!, ¡Chocolate con nuez! —tomó las barritas y las metió a sus bolsillos.

—Listo chicos—bajó rápidamente Matt.

—¿Sólo eso llevarás? —preguntó Cris al ver la ligera bolsa de Matt.

—Solo unos calcetines y... Ujum y audiculares es todo. Ah, y mi cargador —tomó las llaves del auto y salieron hacia el.

—Nos vamos ahora, y yo conduzcooo... ¿Este es tu auto? ¿¡La camioneta de tu madre acaso?!—dijo Chuck.

—¡Número uno yo conduzco y número dos, en mi defensa si fuera auto no cabríamos! —reclamó Matt.

—Si, y si Dakota se pone mal, te necesitarán allá atrás, y, tienes razón.—declaró Chuck

Chuck iba de Piloto, Nat de copiloto.
En el asiento trasero, Ely, Cris y Matt, y en los asientos del último Dakota.

—¿Pueden decirme por qué estoy acá sola? —preguntó Dakota.

—Si te pones mal eres peligrosa, y si te sientes sola, Matty, hazle compañía —dijo Chuck y rió —Vamos a sus casas, hoy estará fuerte.

Así fueron a las casas de todos, y tomaron sus maletas.

Una vez todos listos, se dirigieron hacia la biblioteca.

—Chicos, si quieren dormir háganlo, yo seguiré conduciendo, tardaremos toda esta noche y todo el día de mañana —les dijo Chuck.

Nadie dijo nada, todos estaban despiertos, pero Dakota iba a dormir.
Sacó un peluche del bolso, un búho negro con ojos brillantes. Se acostó en el asiento y se empezó a dormir.

—¿Dakota tiene un peluche? Jajaja —susurró Gallo.

—Si, y tu te llamas Gallo, creo que están igual, aparte no tiene nada de malo. —murmuró Cris.

Pasaron unas cuantas horas y llegaron a ser las 4 de la mañana, todos estaban dormidos, excepto Chuck y Matt.

—¿Tienes sueño? —preguntó Matt —Puedo conducir si quieres —sugirió.

—Te dejaré hacerlo porque no quiero que choquemos por mi culpa —Chuck y Matt intercambiaron asientos.

—Matt, antes de caer muerto, ¿Sientes algo por Dakota? —preguntó Chuck.

—Oh vamos hombre, ¿No puedes dejar eso en paz? —respondió Matt.

—Sólo suéltalo de una vez Matt.

—Primera vez en mucho tiempo que me llamas por mi nombre —bromeó Matt.

—No me cambies el tema chiquitín, y responde la pregunta —puso Chuck.

—Dakota es mi amiga, es una loca satánica, pero la quiero, no como novia. Sinceramente, prefiero estar solo, sin tener que comprometerme, no me gusta dejar heridas a las personas, soy ese lobo solitario —Matt dió su explicación.

—¿No le darías una oportunidad? —volvió a preguntar Chuck.

—Si lo hago, la pondré en riesgo, y a mí mismo, probablemente me mate por la noche —respondió de nuevo —Digamos que es un no por ahora.

Se dieron las 9 de la mañana y algunos empezaron a despertar.

—Buenos días chicos —les dijo Matt.

Fueron pasando el rato hasta dar las 2 de la tarde.

—Tengo hambre —dijo Nat.

—Por dos —replicó Cris.

—Por tres —dijo Chuck.

—Por cuatro —siguió Ely.

—Por cinco —Dijo Matt.

—Por seis —susurró Dakota para ella misma.

—Pararemos en el McDonald's más cercano lo juro —les dijo Matt.

—¡HAY UNO A DOS KILÓMETROS AHÍ DICE! —gritó Gallo apuntando el letrero.

Pararon a comer, y todo parecía estar bien, Dakota no había entrado en transes, ni matado a nadie, y Gallo no se había puesto histérica como siempre.

—Casi 18 horas sin problemas chicos, es un milagro —dijo Chuck mientras comía.

—No nos eches la mala suerte —lo miró Cris —¿No vas a comer Dakota?

—Eh, ah, no, no gracias ya comí —se excusó Dakota.

—Niña, no has comido desde ayer en la tarde, estuviste en el auto todas estas horas, no has comido —le dijo Cris.

—No me ha dado hambre —fijó Dakota.

—Se los dije, es anoréxica, probablemente hizo un pacto con su padre (el diablo) por algo y tuvo que estar así —bromeó Gallo.

—Gallo —dijo Nat.

—¿Qué? —preguntó Gallo.

—Cállate —le ordenó Nat.

—Si no quieres comer comida chatarra, puedes pedir una ensalada... —propuso Cris.

—Psst, Cris, es un McDonald's, todo aquí tiene grasa y es chatarra —susurró Matt.

—Puedes pedir un helado —le dijo Ely.

—Estoy bien así —aclaró Dakota.

Después de que todos acabaron de comer, pagaron y pusieron el viaje en marcha de nuevo.

Chuck conducía de nuevo, Matt de Copiloto, todas atrás y Dakota donde mismo.

—Estamos a 12 horas más de llegar, estaremos ahí a las 2 de la mañana, así que mejor duerman ahora o no tendrán ánimos de levantarse —les advirtió Chuck.

Nat, Gallo, Ely y Cris durmieron. Matt, Dakota y Chuck siguieron despiertos.

—¿No vas a dormir? —le preguntó Matt a Dakota.

—Dormí primero que todos ustedes, no tengo sueño. —respondió.

—¿Y tú Matt no dormirás? —cuestionó Chuck.

—El copiloto soy yo, y el copiloto no debe dormir, aparte esta es mi camioneta, y si algo le pasa mi madre me mata —rió Matt.

—Muy bien, pongamos algo de música —dijo Chuck y puso un disco que traía, empezó a sonar rock and roll viejo, como de los 90's, el y Matt movían su cabeza al ritmo de la música. Mientras que Dakota entró en shock, pero ellos no lo notaron.

Dakota recordó algo con esa música, algo familiar...

Mente de Dakota

—Las niñas buenas noches escuchan estos pecados de música —le dijo la hermana Ann a la pequeña Dakota.

—Pero... Tomás escucha esa música Ann y... —Dakota fue interrumpida.

—¡Cuántas veces te he dicho que ese niño Tomás no existe!, Padre nuestro dame paciencia. Y te hemos dicho que no nos llames por nuestros nombres, puedes decirnos hermana, pero es una falta de respeto llamarnos sólo por nuestro nombre —La hermana Ann regañó a Dakota —No habrá más radio para ti, y ponte tus vestidos de colores, ese negro ya está sucio —la hermana Ann tomó la radio y le quitó el vestido negro.

—¡Quiero mi vestido! —gritó Dakota.

—¡Las niñas buenas no responden mal a sus mayores! —habló la hermana.

—¡Quiero que me dejen ver a Tomás en paz, quiero salir de aislamiento, quiero irme de este lugar! —gritó Dakota con lágrimas en los ojos.

—¡Pues por haber respondido, no saldrás de aislamiento nunca, y no bajarás a comer con tus compañeros, olvídate de todo lo que había en tu habitación! —la hermana tiró sus dibujos, su peinador, y le quitó su peluche —Las niñas bue...

—¡ENTONCES NO QUIERO SER UNA NIÑA BUENA! —Dakota gritó con todas sus fuerzas y con solos sus impulsos mentales empujó a la hermana abruptamente hacia la puerta, haciéndola golpearse con ella.

Las hermanas y algunas enfermeras fueron a ayudar a la hermana Ann, y tiraron todo del cuarto de Dakota, dejándole únicamente la biblia y a ella en su cama, atada como siempre.

Dakota estaba amarrada a la cama de los pies, tenía puesta la camisa de fuerza y así mismo enganchada a la cama por un cordón. Ella no era violenta, pero sus "poderes" si lo eran.

Dakota tenía 7 años, y estaba en aislamiento desde los 6, desde que supieron de sus extraños arranques.

Dakota estaba en trance, no parpadeaba, no se movía. Sólo le salían esas lágrimas rojas por los ojos.
Hasta que empezó a moverse como si tuviera un espasmo en todo el cuerpo, como cuando le cortas la cola a una lagartija y entonces la cola empieza a moverse frenéticamente sola.

—Matt, está pasándole algo debo detenerme —advirtió Chuck.

Chuck orilló la camioneta, Matt y el bajaron y abrieron el asiento donde estaba ella por detrás. (Por la cajuela)

—¡Dakota!, ¡Hey, despierta! —le habló Matt.

La bajaron y cerraron la camioneta. La sentaron en el piso, a la orilla de la camioneta.

—¡Dakota reacciona! —le dijo Chuck.

—¡Tomás!, ¡Tomás!, ¡Niña buena! —decía Dakota con los ojos llorosos y aún en trance.

—¿Qué dice? ¿Tomás? —preguntó Chuck.

—Si, eso dice.

—Te está cambiando galán —dijo seriamente Chuck.

—¡Idiota no es tiempo para eso, tenemos que despertarla! —se enojó Matt.

Dakota parpadeaba rápidamente, y se movía frenéticamente. Estaba aún llorando esas lágrimas rojas, hasta que paró y de tendió en el piso viendo el cielo sin parpadear.

—Dakota —Matt se agachó junto con Chuck y la vió a los ojos —Hey.

—Matt, no creo que nos esté escuchando —le dijo Chuck.

—Sus ojos rojos pareciera que vas a estallar, y sus cruzes, sus ojos son demasiado intimidantes —declaró Matt.

WhatsApp.

Fantasma: Se acercan al mal, y si algo falla, uno de ustedes morirá.

Matt y Chuck, aún seguían viendo los ojos de Dakota, sus celulares estaban en la camioneta.
Dakota no estaba allí, no en ese momento, estaba simplemente perdida.

—Tomás, Tomás, Tomás —seguía repitiendo sin parar.

—Chuck tenemos que ayudarla —replicó Matt
—No sé qué hacer Matt —Chuck tomó su cabeza con las manos.

—Primero que nada volteala hacía un costado evitando que se pueda ahogar con su vómito o con sangre —explicó Matt a Chuck

—Y por qué no lo haces tú hombre —Chuck miró a Matt —No está vomitando, sólo está llorando.

—Yo buscaré agua—No importa es para prevenir

—Posesiones, diálogo trigésimo, magia negra, el maldito en la sangre, posesiones, diálogo trigésimo, magia negra, el maldito en la sangre —empezó a repetir Dakota aún con los ojos cristalizados.

Chuck la sentó, y ella lo miraba petrificada, sus ojos no respondían, sus labios se movían para repetir las mismas cosas, estaba fuera de este mundo.

—¡OIGAN! ¿que está haciendo? Rápido vengan —gritaba Matt desesperadamente.

—Están dormidas Matt —dijo Chuck.

Cris oye los gritos de Matt y se levanta, sólo que por estar tan somnolienta se cae del asiento.
Ese golpe sirvió para que pudiera levantarse completamente

—Necesitamos la mayor ayuda posible, Chuck —dijo indiferentemente Matt.

Dakota cierra los ojos y deja escurrir las pocas lágrimas que le quedaban.

—Estoy bien.. estoy bien... —dijo Dakota —Sólo fue un mal sueño, vámonos de aquí.

Cris, Matt y Chuck subieron a la camioneta.
Dakota iba atrás de nuevo.

—Tal vez estabas mal por no comer —le dijo Cris.

—No tengo hambre —respondió Dakota —Sólo fue una pesadilla.

—Sigamos hacia la biblioteca —dijo Chuck y se puso en marcha —Psst Matt —susurró —Creo que deberías ir allá atrás con ella, parece que está muy mal.

—Dakota, debes alimentarte —Dice Cris viendo a Dakota seria.

—Matt se sienta al lado de Dakota

—No tienes que estar aquí si no quieres —Dakota miraba sus pies.

—Tranquila estoy contigo —sonrió Matt

—Creo que voy a vomitar... —Dakota abre la ventana de atrás y empieza a vomitar.

_—¿¡Estás bien?! —Matt trata de que no caiga por allí.

—Si... Sólo un mareo... Yo... —Dakota vomita y sale algo de sangre de ella.

—Esta bien si necesitas ayuda me avisas —se sienta preocupado

—Ya... Terminé —Dakota se sentó de nuevo y abrazó a Matt.

—Bien — Matt acaricia su pelo

Matthew siente el abdomen de Dakota, sus huesos le calaban, ella estaba mal.

Notó que estaba más delgada, en unos dos días.

—No me gusta mi lugar —dijo Dakota.

—¿A qué te refieres? —Matt la miró sin entender.

—Todo esto, ser la marcada, la hija del demonio, la que culpan cada que un vaso sé cae —explicó Dakota.

— No te culpes por eso, la vida nos prepara cosas y se cruza con el destino — argumentó Matt

—La vida no me tenía nada preparado, y no tengo un destino, nací sin nacer, aparecí en medio de una carretera, y una anciana me recogió, no es una vida —Dakota agachó la cabeza.

—Lo es si estás rodeado de las personas que te aman y que te ayudan en tu vida hasta el final de esta — la miró al rostro

—No tengo a nadie que me amé, no tengo familia, y ustedes me odian, no se que se siente ser amado —le explicó Dakota.

—Si ninguno de nosotros te amara no estaríamos contigo... si, tenemos nuestros pros y contras pero en el fondo sos una persona muy amada —dijo Matt con vergüenza

—Todos ustedes me tratan bien por miedo, no es un sentimiento —Dakota cerró los ojos.

—Entonces te demostraremos lo contrario —dijo Matt

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