Coincidencia
El chico de los ojos verdes sonrió traviesamente mientras se sentaba en una extraña posición sobre una piedra, lo encontré muy gracioso pero no lo mencioné porque estoy segura de que lo tomaría como un cumplido.
- ¿Has sido reclamada?- preguntó curioso mientras yo asentía- ¿Cuándo?
- A los doce como todo semidios ¿Tú no?-
- ¿Conoces a algún semidios que haya sido reclamado antes?-
Negué, los dioses, al menos cuando tenían poder, no solían reclamar a sus hijos hasta que estos morían o llegaban al campamento, lo que rara vez sucedía.
- Los dioses nunca han sido buenos padres-
-El mío sí- contestó poniéndose de pie- Será mejor que nos movamos
Asenti e intenté seguirle el paso pero el chico caminaba demasiado rápido.
Ahora que lo pienso, no creo que sea buena idea retrasarme, tengo la suposición de que nadie nos ha atacado porque han visto lo poderoso que puede ser este semidios, si me quedo atrás, me convertire en papilla de semidios antes de que pueda desenvainar mi daga.
- Tu padre es Poseidón- dije deteniendolo- ¡Eres un hijo de los tres grandes!
- ¿Qué me delató?¿Mi casa bajo el mar, que te hiciera respirar bajo el mar o el mapa con el tridente?-
Él sonrió sarcástico mientras se abría paso hacia una especie de cueva, genial, el chico que tiene pinta punk gótica intenta llevarme hacia un lugar oscuro y yo le sigo obedientemente.
- Tus sesos de alga fueron mucho mas obvios- contesté sonriendo- Estás diciéndome que tu padre...
- Sí- contestó de buen humor- Se quedó conmigo y con mi madre
- ¿Murió?- asintió restandole importancia- Entonces vas por ahí ayudando semidioses, es un buen plan
- No, no lo es-
Tiene razón, intentar ayudar a los demás en estos tiempos es como firmar tu sentencia de muerte.
- Annabeth-,dijo lentamente- Quizás no te reconocí en un inicio, pero sé quién eres
Este es el momento en el que la conversación se vuelve tensa en el que el joven y apuesto muchacho saca una espada y me asesina o peor, me entrega como un experimento al gobierno. Estas perdiendo tu toque, Annie.
- He estado cubriendote el rastro un buen tiempo y alejando a las personas curiosas del campamento mestizo, pero si tu estás dispuesta a mostrarle el campamento a cualquiera entonces...-
Fue como un balde de agua fría, saqué lo más rápido que pude mi daga e intenté atacarle pero él evadio mi estocada con un sutil movimiento.
- Ahora necesito que bajes esa daga y tomes mi mano- comentó como si fuera lo más normal del mundo- Viajaremos de nuevo
- ¿Por qué debo hacerte caso?-
No se dignó a contestarme, me tomó del brazo y desaparecimos de nuevo, tardé un buen rato en recuperar la respiracion, para cuando abrí los ojos muchas espadas apuntaban hacia nosotros, Perseus tenía una brillosa espada sobra los hombres en una posición un poco burlesca, como si las cuantiosas espadas que lo apuntaban fueran solo juguetes divirtiendolo.
Detrás de él, se encontraban el hombre con la señora y los demás chicos que vi junto a la fuente ayer o anteayer, no estoy segura realmente.
- Percy- dijo el hombre- Sé un poco mas amable
- Pero, papá...-
- Haz lo que te dice tu padre, Perseus- dijo la mujer-
- Bien- la espada se convirtió en un lapicero común y corriente- Tu ayuda no estaría demás, Annie
Yo iba a decir de que eran inofensivos, pero algo sucedió: el hombre junto a Perseus mostró su enorme y brillante tridente ante la estupefacción de todos los campistas.
- No sé si Quirón les ha enseñado lo suficiente pero por el tridente es muy obvio quien soy-
Los rumores iban desde «oh por los dioses» hasta «¿Él es Poseidón?».
Bien, ese es un enorme detalle que Perseus Jackson olvidó mencionar.
- Y ella es mi esposa- continuó abrazando a la mujer castaña- Mis hijos Percy y Rachel y mis sobrinos Bianca y Nico- les envío una mirada cómplice y añadió- Chicos, muestren lo que pueden hacer
Algo me dice que ellos no son simples niños mimados como pensé.
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