Ya son altas horas de la noche, Riku y yo seguímos en la misma posición cuando la luna llega a su punto más alto. Ni siquiera nos importa que el césped comienza a sentirse más frío.

Había empezado a dormitar en brazos de Riku cuando veo mi madre se acerca a nosotros.

-Chicos -su voz me devuelve a la realidad -. Vengan a descansar adentro, está haciendo frío.

-Claro, Ma -me levanto y ayudo a Riku a ponerse de pie. Ella se queda mirándome en silencio por un largo momento hasta que simplemente me abraza. La escucho sollozar -. Ma, ya no llores, por favor.

-Es solo que... No hice nada por ti.

Me duele pensar que se ha culpado por eso todos estos años.

-Dejé que te fueras, no te defendí, no te busqué. Yo... soy tu madre, debí protegerte de él. Pero...

-Le tenías miedo, lo sé. Todos le temíamos. Incluso James, aunque no quiera admitirlo -la abrazo con fuerza y beso su cabeza. Siento que mi corazón se romperá si no deja de llorar -. Pero ya no está, Ma. Quédate tranquila.

-No vas a quedarte ¿verdad? -me mira con una sonrisa triste.

-Bueno...

-No importa lo que James haya dicho, hijo. Esta también es tu casa. Desde siempre, desde que eras mi pequeño cachorro revoltoso. -oigo a Riku reír por lo bajo a mis espaldas.

-Discúlpame, pero tengo un trabajo importante que hacer -Riku me devuelve mi espada. Mi madre la mira con asombro. Claro que se iba a sorprender portando un arma -. Soy el Capitán de la guardia de Sulen desde hace seis años -coloco la espada frente a ella, ella se cubre la boca emocionada y sus ojos se llenan de lágrimas nuevamente, pero son unas lágrimas diferentes.

-Inu es bastante respetado en la ciudad, señora -dice Riku.

-Hijo mío, estoy tan orgullosa...

Bueno, fue casi imposible hacer que mi madre dejara de llorar. Pero, se calmó cuando le prometí que vendría a visitarla seguido. Solo en ese momento dejó de llorar y nos envióa dormir como si los dos fueramos sus hijos.

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Dalia dejó que durmieramos en su habitación mientras ella dormía con mamá. No puedo dejar de pensar en que fue buena idea hacerle caso a Riku.

-¿Qué tanto piensas? -pregunta Riku, acomodándose sobre mi pecho.

-Pienso en mi familia, la misión, la reunión en el palacio, en cuánto te amo por estar aquí conmigo... -ríe al escuchar eso último.

-¿Todo bien con la reunión?

-El Rey está enojado porque aún no hemos dado con el sujeto... -recuerdo ese lugar espantoso -. También me mostró el lugar en donde lo tenían prisionero, a Tireo.

-¿De verdad? -pregunta con la cabeza recostada en mi pecho -. ¿Cómo era?

-Horrible. Oscura, fría, apestosa... -siento un nudo en la garganta -. Sinceramente, sentí pena por el sujeto. Estar ahí en esas condiciones por tanto tiempo no es vida para nadie -comienza a acariciar mi pecho -. No lo culpo por haber huido de ese lugar. Y la verdad es, que si llegase a encontrarlo, no sé si sea capaz de entregarlo. Cumpliría con la misión, pero no cumpliría con el deber de proteger a los demás. Entregarlo sería condenarlo a volver a ese sitio.

-Eres muy bueno -se acomoda a mi alrededor -. Por eso te amo. Porque ves lo bueno en todo. Porque sé que puedo confiar en ti.

-Gracias por estar conmigo -murmuro antes de besar su frente

-Siempre fortachón. No quiero estar en ningún otro lugar ni con nadie más si no es contigo.

Al poco rato de que Riku cae dormido, caigo yo también. A pesar de que el día no inició tan bien, terminó siendo bastante agradable, junto a mi familia, y junto quien más amo en el mundo.

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Al llegar la mañana, me despierto completamente solo en la habitación y oigo las risas de mi madre y hermana junto a la de los pequeños.

-¿Riku? -no contesta.

Me levanto aun adormecido y camino hasta salir de la habitación. No puedo creer lo que estoy viendo.

-Buenos días -me saluda Riku con la voz un poco más grave.

Está sentado en una silla, transformado en licántropo, mientras los niños juegan con el esponjoso pelaje gris de su cuello y pecho.

-¿Dormiste bien? -pregunta mi madre.

-Sí, Ma -volteo a ver a mi hermana -. Gracias por prestarnos tu cama Dal.

-No hay problema, hermano -me abraza y empieza a picar mi abdomen con la punta del dedo -. ¿No crees que es demasiado? -me río a carcajadas.

-Se ejercita todos los días -comenta Riku -. Una vez que empieza, no hay quién lo detenga hasta que le da hambre -todos se carcajean.

-Eres un brabucón -me guiña un ojo y empieza a reír.

-Queremos ver tu forma de lobo -dicen los niños -. ¿Nos la muestras?

-Ah... Claro.

Me transformo para ellos. Ahora entiendo por qué Riku está transformado también. Es algo extraño.

Los niños se asombran con mi pelaje negro brillante y empiezan a acariciarlo como si fuera un perro o algo así. No puedo evitar verlos con curiosidad por su reacción.

-Bien, bien, suficiente niños -dice Dalia -. Déjenlo tranquilo, acaba de despertar. ¿Por qué no juegan afuera un rato? Vayan.

Ambos niños salen de la casa y nos quedamos en silencio mirando hacia la puerta.

-Ellos...

-Son humanos, Inu -se adelanta mi madre -. James los encontró cuando eran bebés y los trajo a casa. Los habían abandonado en alguna parte del camino.

-Ya veo... -supongo que me equivoqué con él -. ¿Dónde está James?

-Trabajando. Sale muy temprano y vuelve durante la tarde completamente cansado -ambas comparten miradas. Algo anda mal.

-¿A qué se dedica? -guardan silencio y solo atino a ponerme de pie -. ¿Ma? ¿Dalia?

-Hemos tenido varios problemas desde que tu padre murió. A James le ofrecieron un trabajo con buena paga y no dudó en aceptarla. Pero dice que lo tiene todo controlado.

Tanto misterio me pone nervioso.

-Pelea por dinero -confiesa Dalia.

-¿Dónde?-silencio -. Díganme dónde está James. Saben que las peleas clandestinas son castigadas. Lo que pasa si los atraparan.

-¿Vas a..?

-No, lo traeré a casa antes de que termine en la...

Los niños entran corriendo completamente asustados. Dos guardias se detienen en la puerta.

-Mierda -me acerco a ellos e inmediatamente me entregan una nota -. Gracias -se quedan viéndome un momento. Claramente saben quien soy -. Retírense.

-Sí, señor.

-¿Qué pasó? -pregunta mi hermana.

-Lo que tarde o temprano iba a pasar -dejo la nota sobre la mesa con fuerza y vuelvo a la habitación completamente molesto para comenzar a alistarme.

Riku me sigue un minuto después.

-Tienes que calmarte -dice Riku desde la entrada.

-No puedo calmarme con esto. No será tan fácil hacer que suelten a James. El capitán de esta zona no es más que un idiota del montón que hará de todo para joderme.

De la rabia acabo transformándome en licántropo y me siento de golpe en el borde de la cama. Por un momento creí que la había roto.

-¡Mierda! -llevo mis manos a la cabeza -. ¡Esto es mi culpa! ¡Debí venir antes, pero tenía miedo! ¡Mientras yo disfrutaba de mi vida en Sulen, mi familia la estaba pasando realmente mal aquí!

-Estás siendo injusto contigo mismo -toma mis manos y las aparta de mi rostro -. Ahora estás aquí y puedes ayudarlos -seca mis lágrimas -. No tiene caso que te culpes. Lo sabes.

-Aún así... -acuna mi rostro entre sus manos.

-Cálmate y verás que puedes resolverlo -me besa -¿Quieres que vaya contigo?

-No, quédate aquí. Estarán muy nerviosas hasta que regrese. Estaré bien.

-Está bien -me mira directo a los ojos -Inu, la vida no es fácil para nadie. Y nadie nace teniéndolo todo en la vida. Ni siquiera el mismísimo Rey. -me regala una sonrisa -. Por eso no debes desesperarte ante los problemas. Siempre encontrarás la forma de salir de ellos -no se qué decir, sus palabras me tranquilizan bastante y solo reacciono para besarlo y abrazarlo.

-Te amo -se me escapa un sollozo -. Te amo demasiado.

-Y yo a ti -acaricia mi mejilla -. Ahora date prisa. No hagas esperar tanto a tu hermano -me da un último beso y sale de la habitación.

Riku tiene razón en todo. Necesito estar calmado. De otro modo, será muy difícil convencer al idiota de Black para que libere a mi hermano.

A ver con qué mierda me va a salir el maldito Capitán de Zirka.