Capítulo 26

Veo la sangre correr por mi brazo mientras Tireo muerde cada vez con más fuerza. Pero la voz de Riku parece interesarle un poco más en este momento.

—R-Riku...

Su mirada es diferente.

"Eso es lo que pasa cuando reprimes un instinto", recuerdo las palabras de Claus. "Cuando al fin lo dejas salir, no es más que un animal salvaje que necesita ser adiestrado".

—Lo dejó salir —dice Tireo al soltarme —. Claro —sujeta mi cuello —. Debí pensar en que no lo dejaría salir para protegerse a sí mismo.

Tireo se levanta con una sonrisa triunfante mientras me sostiene del cuello como si nada.

—¿Esto es lo que quieres? —me mueve como si fuera un juguete. Me está asfixiando.

—R-Rik-ku... —él fija su mirada en mí. Sus ojos sin diferentes, pero sé que aun está ahí.

Comienzo a desesperarme por la falta de aire. Riku no hace más que mirarme como si estuviera debatiéndose algo en su interior. Y Tireo no hace más que solo provocarlo apretando cada vez más mi cuello.

Mi garganta esta tan cerrada que no puedo hablar. No puedo respirar.

¡Me va a romper el cuello!

La somnolencia comienza a apoderarse de mí mientras poso mis ojos en los de Riku. Estoy perdiendo la fuerza y mis brazos comienzan a ceder.

—Inu... —dice al fin.

Sus ojos comienzan a brillar.

Al fin me ve realmente.

—¿Qué pasa, Linus? ¿La cobardía se apoderó de ti otra vez?

—Ja... —ríe ligeramente —. Suéltalo y averigualo por ti mismo... Hermanito...

Tireo me suelta, dejándome caer contra el suelo como un costal y me patea haciéndome a un rincón. Me obligo a no desmayarme. Tengo que estar consciente para ayudar a Riku.

—Así no estorbará.

—Eres un maldito... —gruñe Riku.

—Apuesto a que ni siquiera puedes controlarte. Si tan solo hubieras sacado tu instinto antes, Acyor y los demás estarían vivitos y coleando. Pero no, siempre tenían que salvarte. Ellos te hicieron un cobarde, Linus. ¿Y cómo les pagaste el favor?

—Cállate...

—¿Pero quieres saber la mayor de las verdades? —Riku gruñe con rabia —. Ellos te temían más que a mí. Porque esa bestia que llevas dentro, es la misma que nuestro padre poseía.

—Eso no...

—¿Creíste que Lycaon cogía con quien se le cruzara en el camino solo por diversión? En parte así era. Pero lo que en realidad buscaba, era un hijo que mantuviera su escencia.

—Lo que dices son estupideces...

—Acyor sabía eso, Linus. ¿Por qué crees que te mantuvo alejado de nuestro padre todo el tiempo? ¡¿Quién crees que le dio muerte a Lycaon?!

—¡Lycaon murió por...!

—¡Él y su descendencia no pueden morir a menos que otro lo asesine! ¡Estamos aquí parados después de siglos! ¡Deja de ser tan estúpido! —la expresión de Riku demuestra confusión —. ¡Acyor sabía todo sobre Lycaon por ser el hijo mayor! ¡Por ser el primero en su descendencia!

—¡Mientes! ¡Mi hermano no...!

—¡¿Lastimaría ni a una mosca?! Siempre fuiste tan estúpido, Linus. Es lo que me enferma de ti, es lo que ha alimentado el odio que te tengo desde que estoy aquí. ¡La esencia de nuestro padre se desperdicia en ti!

—¡Deja de mencionarlo! ¡Deja de recordarme que tengo conexión con ese sujeto! ¡Te voy a cerrar boca de una puta vez!

Tireo deja que Riku lo ataque. No lo entiendo.

Intento levantarme, pero apenas puedo respirar y mi brazo está perdiendo mucha sangre.

Mierda. Tengo que detener a Riku.

Tireo lo está provocando. Quiere hacerlo pelear antes de matarlo.

Está buscando que él lo mate. O quizás...

—Rik... R-Riku —no puedo alzar la voz. Me levanto a duras penas y camino a tropezones.

—Eso... —dice Tireo —. ¿Lo ves? No era tan difícil ser valiente, ¿verdad? —saca una daga de su bolsillo —. Ahora morirás... ¡De la misma forma en que Acyor mató a mi padre!

Tireo se impulsa hacia adelante y clava la daga en el abdomen hasta lo más profundo. La sangre no tarda en brotar para comenzar a caer formando un hilo  delgado y espeso.

—Suerte que llegué a tiempo... —saco el collar de Acyor y lo clavo en el centro del pecho de Tireo. Tal y como me lo había indicado.

Logro ver a Riku volver a levantarse después de haberlo sujetado y apartado brúscamente.

—¿Qué hiciste? —pregunta Tireo mientras me mira confundido, para luego bajas la vista hacía la garra que ahora tiene incrustada en su pecho.

—Acyor solo protegía a su hermano, Tireo. Y lamento mucho el que hayas sufrido por su causa.

Tireo comienza a verse somnoliento mientras pierde el equilibrio. Yo lo sujeto para que no caiga de golpe y hago que se deslice por el muro hasta quedar sentado sin decir nada.

—Inu... —me quito la daga del abdomen antes de intentar voltearme, pero tropiezo en el intento —¡Inu! — me atrapa, aunque ambos caemos.

—Tranquilo —presiono mi herida —. Estoy... Estoy bien. Solo es una... No es nada.

—Perdón... —me abraza con fuerza —. Esto es mi culpa...

—¿Cómo está tú espalda? —intento sonar despreocupado.

—¡Deja de preocuparte por mí todo el tiempo! —grita entre lágrimas, molesto —. Tengo que... —mira hacia todas partes. Estoy tan cansado —. ¡Oye! ¡Fortachón, no te duermas! ¡Inu!

—Cla-Claus esta arriba...

—Voy por él —se levanta dejándome apoyado contra el muro y obligandone a presionar mi herida —. Solo espérame... —acuna mi rostro en sus manos ensangrentadas y me besa —. Solo espera un poco...

Riku corre escaleras arriba a toda prisa mientras lo espero sentado en el suelo haciendo las dos tareas que me pidió. Mantenerme despierto, y presionar la herida que no para de sangrar y que parte de la sangre se filtra entre mis dedos.

—De verdad es un cobarde...

—Claro que no —miro mi mano —. Riku es mucho más fuerte que tú y yo juntos...

—No me hagas reír... Lo único que Linus sabe hacer es llorar y esperar a que lo salven.

—¿Y eso qué? —lo miro —. Yo lo amo tal y como es... A todos nos toca vivir de forma diferente. Yo me habría rendido. Pero él no lo hizo.

Apoyo la cabeza en el muro mientras sonrío al pensar en Riku. Pienso en todos esos momentos felices que él me ha hecho pasar desde que lo conocí.

—Toma... —el collar cae sobre mis piernas —. Su efecto está hecho.

Me parece tan extraño tener una conversación tranquila con Tireo.

—La garra de Acyor estaba inyectada con toxina botulínica, una toxina no mortal que Lycaon guardaba para atrapar a los forasteros. Esto no va a matarme. Solo va a dejarme en un estado de letargo por mucho tiempo. Al no poder morir como todos los demás, solo estaré como un perro enfermo el resto de tu vida...

—Tú y Riku son parecidos después de todo —Tireo ríe por lo bajo —. Ambos lloran cuando se sienten frustrados —me mira sorprendido. Seguramente no había notado sus propias lágrimas. —. Tu objetivo nunca fue eliminar a Riku para deshacerte del pecado de Lycaon, ¿verdad? —guarda silencio —. Todo esto fue para vengarlo, y lo que ocurriera después solo iba a ser un daño colateral.

—Muy listo... Se nota que eres descendiente de Acyor. Te pareces a él.

—¿Por qué hiciste pelear a Riku antes de intentar matarlo?

—Porque yo no soy un cobarde como Acyor. Yo no iba a matar a alguien que no se defendió. Habría sido muy fácil...

—¡Inu! —escuchamos a Riku volver.

—¡¿Capitán?! —llama Claus.

Veo la sangre que ha caído junto a mí. Supongo que la charla con Tireo me distrajo de lo que sentía. Me siento mucho más cansado y siento frío.

Riku cae de rodillas frente a mí y sujeta mi rostro.

—Inu, vamos. Despierta, grandote —el sueño me vence y me rindo para cerrar mis ojos —. ¡Fortachón! ¡Inu! —su voz se va alejando al igual que la de Claus. Lo último que veo, es a Riku intentando reanimarme, y a Tireo aparentemente dormido del otro lado.

—Riku... —siento que toma mi mano —. Lo siento...


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