Capítulo 22
Mi escritorio queda hecho un completo desastre. Todo lo que estaba escima, ahora está tirado en el piso mientras Riku permanece recostado recibiendo mis besos por todo su cuerpo a medida que le doy suaves embestidas y oigo sus ligeros gemidos.
—Riku... —murmuró mientras lo veo disfrutando del momento.
—¿Qué pasa...? —pregunta en un jadeo.
—Nada... —me abstengo de tocar el tema por ahora, No quiero romper este momento —. Olvídalo... Olvídalo —lo envuelvo con mis brazos y me siento con él.
Riku se sujeta a mis hombros y comienza a besarme mientras se mueve de arriba hacia abajo cada vez con más rapidez.
Pero no estoy del todo concentrado.
—¿En qué piensas? —pregunta sin detenerse.
—En nada... —sostengo su rostro con suavidad y lo acaricio mientras lo miro antes de besarlo —. Oye... —poco a poco se va deteniendo y me mira extrañado —. Te amo. Mucho. Lo sabes, ¿verdad?
—Claro que sí —ríe con el ceño fruncido y pone su mano sobre la mía —. ¿Qué te pasa? ¿Por qué no quieres decirmelo?
—Yo...
—Inu, no te preocupes de lo que pueda pasar —acuna mi rostro en sus manos —. Lo lograremos. Entrenaré duro. Solo debemos estar juntos cuando llegue el momento —me abraza.
—Sí... juntos...
Riku retoma el movimiento y besa mi pecho entre gemidos. Pero aún así no puedo dejar de pensar en todo.
—Perdón... —acabo diciendo.
—Entiendo. No es el momento —finge sonreír y se levanta para colocarse su ropa.
—Riku...
—No importa. —se inclina hacia mí y me besa suavemente —dormiré en el sofá. No te desveles toda la noche, también debes descansar —me mira con esa sonrisa triste y abraza mi cabeza acariciando mi cabello —. Te amo, Inu. Nunca olvides eso.
—Yo también te amo.
Riku se recuesta en el sofá y me da la espalda.
No tengo cabeza para absolutamente nada. Al final, ordeno mi ropa y termino por recoger todo para luego acomodarme en el sofá junto a Riku, quien se medio despierta y se acomoda sobre mi pecho para volver a dormir mientras lo rodeo con mis brazos. El espacio es muy pequeño, pero suficiente para los dos.
Vamos, Inu. Tienes que decírselo.
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Al llegar la mañana, ambos nos despertamos de la forma más desagradable posible.
—¡Despierten maldita sea! —ambos damos un brinco en el lugar antes de terminar en el suelo cuando Claus voltea el sofá con fuerza.
Riku y yo terminamos en el suelo. O más bien, Yo termino en el suelo y Riku cae sobre mí. Ambos vemos a un rabioso Claus convertido en licántropo.
—¡¿Se puede saber qué te...?!
—¡Llevo una hora esperando a que se aparezcan en la arena para iniciar con el entrenamiento, par de idiotas! —está completamente furioso mirándonos mientras Beck permanece apoyado en la entrada levantando los hombros —. ¡Creí que el asunto era lo suficientemente importante como para hacer que por una vez en tu puta vida llegaras a tiempo a algún lugar, Inu!
—¡Está bien, lo siento! ¡Bajaremos de inmediato! ¡¿Quieres calmarte?!
—¡¿Calmarme?! —me mira con odio —. ¡El tiempo corre! ¡¿y quieres que me calmé?!
—Claus...
—¡Cierra la boca, Beck! —le enseña los colmillos. Luego nos mira y se acerca a nosotros —. Vuelvan a dejarme esperando y los mandaré a la mierda a ambos con todo esto.
Claus nos da la espalda y sale de mi despacho cerrando las puertas de tal forma que hace que me retumben los oídos.
Riku se pone de pie y me tiende la mano para ayudarme. Realmente nos puso nerviosos la reacción de Claus. Ese sujeto es bastante aterrador cuando quiere.
—Será mejor bajar ahora. Este sujeto es capaz de morder si se enoja lo suficiente.
—No lo dudo.
Ambos bajamos a la arena en donde Claus nos espera aun convertido en licántropo. Está realmente furioso.
Solo espero que no quiera rompernos los huesos como siempre lo hace.
Claus se pasó toda la mañana haciendo que Riku peleara contra él para "evitar" que el viejo llegara a mí.
—¿Enserio esto es lo único que haré? ¿quedarme sentado aquí fingiendo ser una damicela en peligro?
—Cállate —me gruñe.
Me sorprende ver que Riku se está controlando bastante bien al momento de enfrentarse con Claus. Se ve un poco asustado, pero aún así es capaz de seguir un ritmo. También me doy cuenta de que Claus se está conteniendo con él. Supongo que quiere hacerlo avanzar paso a paso.
—¡Capitán! —volteamos a ver a Beck.
Un grupo de soldados aparece en la arena. Claus y Riku se detienen mientras me pongo de pie.
—¡¿Qué es esto?! —pregunto con voz autoritaria mientras uno de los hombres pasa al frente.
—Capitán Inu. A nombre del rey, queda arrestado por el cargo de alta traición...
—¿Qué? —oigo a Riku. El hombre lo mira.
—Arréstenlo. Y encadenen al otro sujeto.
—¡¿Qué?! —veo que unos hombres se acercan a Riku colocando grilletes en sus manos —. K¡Hey!
No puedo evitar apartar a los soldados de Riku dándoles un golpe. En consecuencia, los demás se van sobre mí y me hacen caer, colocando dos espadas cruzadas en mi cuello para evitar que me levante.
—¡Inu! —un par de Soldados lo obligan a caminar.
—Riku, ¡¿qué hacen?! —veo que Claus se cubre la boca. Parece haberse dado cuanta de algo importante.
—Capitán Inu —vuelve a decir el soldado —Queda arrestado por alta traición. Por haber roto el pacto de silencio que le hizo al Rey. Y por ocultar al sujeto que se suponía debía entregar —siento cómo esposan mis manos a mi espalda.
—¡Inu! —Riku se transforma para intentar librarse; pero le colocan un bozal y lo encadenan.
—¡Déjenlo! ¡Él no ha hecho nada! ¡Él no es esa persona!
Claus y Beck se quedan de pie, como un par de espectadores de lo que ocurre. No les pido que intervengan, ya que si lo hacen, terminarán llevándoselos a ambos también.
—Claus —me mira y asiente para luego murmurarle algo a Beck y dirigirse lo más rápido posible fuera de la arena.
—¡Inu! —está aterrado.
—¡Tranquilo, Riku! Estarás bien...
Esto no era lo que había planeado. ¿En dónde mierda fue que me...?
Cierro los ojos al darme cuenta de en dónde cometí el error.
Claro, Key no solamente iba a hablar sobre mi traición con el secreto de la misión. Debí pensar que también hablaría sobre la identidad de Riku.
Soy un estúpido. Fue mi culpa por hablar de más en ese momento y no explicarle mi plan a Riku. Cometí un error que probablemente costará bastante caro.
Metí a Riku en graves problemas, y no sé si lograré sacarlo de él. Debí decírselo cuando pude.
—¡Riku...! —siento un duro golpe en la cabeza que me hace caer completamente aturdido. Veo que Riku intenta acercarse sin conseguirlo mientras me llama. Su voz parece alejarse cada vez más —. Riku... —mis parpados pesan mucho. Entonces todo se vuelve negro.
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