Capítulo 20
Realmente no he tenido una pelea cuerpo a cuerpo con Claus en años. Claramente no lo voy a subestimar.
—Mira con atención, "chico" —dice Claus antes de lanzar su primer golpe —. Esto se llama defensa —dice en cuanto lo bloqueo —. Te protege de un puño en la cara. Pero no de... —levanta su pie y me golpea en la entrepierna.
—¡Hijo de...! —caigo de rodillas.
—Doce años y no eres capaz de verlo venir. ¿En serio? ¿Y así quieres enseñarle a defenderse?
—¡Eres un...! —vuelve a golpearme y me tira de espaldas en la arena.
—Este es el claro ejemplo de por qué no hay que confiarse —me mira de cerca —. Y de por qué hay que entrenar a menudo.
—¡Inu! —Riku se acerca para ayudarme, pero Claus lo detiene —¡¿Qué demonios te pasa?!
—¿Qué pasa? —se ríe —. Descuida, no voy romperle los huevos a tu "macho".
—Estás loco.
—¿Estás molesto?
Riku se queda de pie mirando a Claus con suma seriedad. Yo me voy a quedar aquí unos segundos más.
Cuando al fin consigo levantarme, Claus saca su espada con la funda puesta y nos mira.
—Siempre tienes que ser tan hijo de perra para...
—¿Los combates? —me interrumpe sonriendo —. En la guerra y en el amor todo se vale ¿no? ¿Respetarías las reglas si supieras que tu vida o la de tu chico están en peligro? —guardo silencio —. Métanse eso en la cabeza, "jóvenes".
—¿En qué momento ibas a enseñarme algo? —pregunta Riku.
—Acabas de aprender algo, ¿no? —comienza a rodearnos —. Te enseñé a que debes estar atento a todo —le da una nalga con la parte plana de la espada.
—¡Hey...!
—Te enseñé a que no por conocer significa que puedes confiar del todo —me golpea en el estómago con el pomo de su espada.
—¡Maldito viejo...! —me arqueo y me sujeto al hombro de Riku.
—Inu puede ser el capitán de Sulen por su gran capacidad en combate, liderazgo, e ¿inteligencia? Eso es discutible —frunso el ceño —. Pero yo lo entrené. Él sabe todo lo que sabe gracias a mí. Y por eso no puede vencerme.
—Viejo egocéntrico... —murmuro.
—Inu puede ser muchas cosas. Pero un maestro no es —vuelve a su punto inicial —. Él no sabe cómo enseñar a los demás. De hecho, todo eso que te "enseñó" no sirve de nada. ¿Sabes por qué? —Riku niega —. Eres hijo directo de Lycaon. Tu sangre es mucho más pura que la de cualquiera de nosotros.
—Sigo sin entender...
—En nuestro cuerpo corre la sangre de una "bestia", un animal. No aprendemos a defendernos. Nos defendemos por instinto. "Motivación" ¿Qué te motivaría para pelear? —se apoya en la espada a la espera de una respuesta.
—Yo... Ya no quiero sentir miedo...
—El miedo lo tiene cualquiera, ¿qué haces cuando tienes miedo?
Veo a Riku por el rabillo del ojo. No contesta y sus ojos se llenan de lágrimas. Estoy a punto de hablar, pero Claus me hace callar con un ademán.
—Deja que él lo haga, tiene boca para hacerlo.
—Huyo... —dice con voz quebradiza —. Siempre corro y... Lloro a la espera de que alguien me salve —seca sus lágrimas —. Siempre he sido un cobarde. Siempre dependí de mis hermanos. Nunca los ayudé. Y... Solo los dejé morir...
—El mundo es bastante cruel. Pero, siempre se puede aspirar a ser mejor que el día anterior —palabras muy sabias viniendo de un hombre que no hace más que pelear por gusto y coger con lo que que se le cruce en el camino.
—¿Cómo? —se esfuerza por dejar de sollozar.
—Así.
El muy desgraciado me golpea con la parte plana de espada y me tira al suelo.
—¡¿Qué te...?! —vuelve a golpearme.
Intento colocarme de pie, pero Claus me continúa golpeando como si quisiera matarme. No me da tiempo de reaccionar. Entre golpes con su espada y patadas en el estómago que me quitan el aire, un gruñido llama mi atención.
Claus deja de atacarme.
—¡Ya déjalo! —escucho la voz de Riku, seguido de gruñidos.
El desgraciado de Claus me golpeó bastante duro y me cuesta levantarme. Lo único que logro hacer es quedar de pecho a tierra y mirar lo que pasa.
Riku y Claus están convertidos en licántropos peleando. Nunca había visto a Riku actuar de esa forma tan feroz. Parece una bestia.
—¡No dejaré que...! —gruñe mientras forcejea con Claus —. ¡No dejaré que le hagas daño! —se separa de Claus y se pone delante de mí. Me está protegiendo —. Descuida, fortachón... Yo te protegeré.
Es bastante impresionante, pero hay algo diferente en su mirada. Claus se sienta en el suelo con una sonrisa satisfactoria. Está herido en el brazo izquierdo.
—Yo no... —Riku sigue gruñendo a pesar de que Claus no está atacando —. Ya no más... —Riku salta sobre Claus con una clara intención de hacer más que solo "defender".
—¡Riku! —me impulso y caigo sobre él, evitando que siga avanzando —. Tranquilo —continúa luchando —. Riku, tranquilo. Estoy aquí... —sus gruñidos comienzan a bajar de intensidad hasta solo ser silencio —. Riku...
—Yo... —su mirada muestra desconcierto —. Yo no... —sus ojos vuelven a inundarse.
—Tranquilo... No pasa...
—Eso es lo que pasa cuando reprimes un instinto, "muchacho". Cuando al fin lo dejas salir, no es más que un animal salvaje que necesita ser adiestrado nuevamente.
Riku vuelve a ser humano y permanece en silencio mientras se obliga inútilmente a no llorar.
—¿Estás bien? —Beck ayuda a Claus a levantarse.
—Sí, sólo un rasguño. No voy a morir por esto —se para frente a nosotros —. No solamente es Riku el que debe entrenarse para esto. Tú también debes hacerlo. Eres bastante fuerte peleando sólo, Inu. Pero ¿qué tan fuerte eres peleando con alguien más? Piensa en eso.
Claus y Beck salen de la arena dejándonos completamente solos a Riku y a mí.
—Lo siento... —solloza sujetando sus manos temblorosas —. No quería... ¿O sí? —intenta secar sus lágrimas —. Solo quería protegerte...
—Lo hiciste. Solo debes aprender a controlarte —lo abrazo —. Aunque no lo creas, hay una criatura realmente valiente aquí dentro —doy suaves golpes en su pecho con mi puño.
—Es una bestia... Como Tireo... —se cubre el rostro —. Tengo miedo, Inu...
—No lo tengas... Verás que podrás controlarlo.
Seco sus lágrimas y beso su frente mientras le dedico una suave sonrisa.
—Ahora... ¿Me ayudas a levantarme? El infeliz ese me golpeó muy duro.
—Claro...
Riku me ayuda y me termino apoyando sobre su hombro para poder caminar.
Me duelen muchas partes del cuerpo a la vez. Costillas, brazos, cara, entrepierna... Maldito Claus, lo mandaría a la mierda si no fuera tan bueno en lo que hace.
—¿Cuál es tu relación con Claus? —pregunta una vez ya calmado.
—Auch. Bueno, fue mi maestro cuando apenas era un novato. Auch. Me enseñó a pelear cuando me decidí a ser alguien más fuerte. Auch.
—¿Seguro que no quieres ir a la enfermería? Podrías tener Costillas rotas —se muestra preocupado.
—Descuida. Estoy bien. Auch. Esto no es nada comparado con la primera vez —me mira sorprendido —. Sí, Claus me rompió huesos hasta que mejore mi defensa y mi ataque. Auch. Esas nalgadas que te dio fueron como el nivel menos diez de lo que puede llegar a hacer en un entrenamiento. Por eso tampoco lo dejo entrenar a los novatos.
—El sujeto realmente asusta...
—Y por eso es realmente bueno en lo que hace. Aunque, la verdad es que me tiene un poco de rencor, ya que se suponía que él sería el siguiente Capitán de Sulen, pero quedó descartado cuando se supo de su ligera demencia. Ya no era apto para el trabajo.
—¿Por qué no se retira?
—Me pidió que no lo retirara. Él quiere morir peleando como un guerrero. Y como no suelo tener trabajos peligrosos para él, simplemente lo dejé.
—Entiendo —veo que nos acercamos a los baños —. Detente aquí, quiero beber un poco de...
Apenas entramos, nos detenemos al oír los claros gemidos de un par de hombres.
Esto va a estar bueno.
—Supongo habrás ido a la enfermería antes de venir a coger con Beck.
—Hijo de... ¡Lárgate de aquí!
—Oye, Beck ¿lo hace bien para ser un cincuentón desquiciado?
—No te atrevas a responderle —se escucha desde el interior de uno de los baños, seguido de un golpe y un fuerte gemido por parte de Beck.
—No tan fuerte, lo vas a romper...
Apenas veo la hoja de una daga asomarse, levanto a Riku y salgo corriendo del lugar, soportando el dolor de todo mi cuerpo.
—Eso fue infantil —Riku me regaña.
—Auch. Valió la pena... —me rio entre quejidos.
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