episodio 3 : "El Regreso de Síndrome y el Juicio de Superman"

Dos días después del incidente en la fábrica de juguetes...

Bob y Helen Parr, con sus trajes de superhéroes, se encuentran frente al edificio de la corte. Izuku, como Superman, está con ellos, también con su traje. Están nerviosos, pues la citación que han recibido es seria: el detective Naomasa los está demandando por los daños ocasionados por Superman.

Helen: (Mirando nerviosa a Bob)
—¿Realmente tenemos que hacer esto? No tenemos otra opción, ¿verdad?

Bob: (Asintiendo con seriedad)
—Lo siento, Helen. Si Naomasa está detrás de esto, no podemos evitarlo. Pero no te preocupes, todo saldrá bien.

Justo cuando están por entrar al edificio, una figura se acerca a ellos. Es un hombre con gafas oscuras, un traje negro y una actitud segura.

Matt Murdock: (Sonriendo)
—¿Helen y Bob Parr? Soy Matt Murdock, abogado especializado en defender a superhéroes. Sé que están pasando por una situación complicada, pero puedo ayudarlos.

Izuku (Superman): (Mirando a Matt con curiosidad)
—¿El mejor abogado de superhéroes en el país?

Matt Murdock: (Sonríe)
—Así es. He defendido a muchos como ustedes. No se preocupen, tienen un buen equipo a su lado.

La familia Parr mira a Matt con asombro. Izuku se ajusta los lentes de Clark Kent, buscando disimular su identidad secreta.

Helen: (Aliviada)
—¿Entonces, podremos ganar este juicio?

Matt Murdock:
—Tengo la experiencia para garantizarlo. Confíen en mí.

La familia Parr asiente, sintiendo una renovada esperanza.

Al entrar al tribunal, la sala está llena. En el centro, el detective Naomasa los espera con su rostro serio. El ambiente está tenso, pero Matt Murdock, con su habilidad de escuchar, sabe que debe mantener la calma. Todos se sientan, y el juicio comienza.

Naomasa: (Desde su escritorio, con tono acusador)
—¿Qué justificación tienen para permitir que un ser como Superman cause estragos en la ciudad? ¿Realmente creen que pueden manejar algo como eso?

Matt Murdock: (Con voz firme y tranquila)
—Superman es un héroe. No fue su culpa que los eventos se descontrolaran. Está aquí para proteger a los inocentes, y ustedes no pueden culparlo por intervenir en una situación tan peligrosa.

Naomasa: (Con desdén)
—¿Y qué hay de los daños materiales, las personas heridas, la destrucción? ¿Eso no cuenta?

Izuku (Superman): (Se levanta, mirando a Naomasa)
—Lo que pasó no fue intencional. Estaba haciendo lo que cualquier héroe haría. Hice todo lo que pude para minimizar los daños, pero a veces la situación se sale de control.

Helen: (Con voz firme, interrumpiendo)
—Mi esposo y yo, así como nuestro hijo, siempre hemos actuado con la intención de salvar vidas. Esto no es un juego para nosotros.

La sala se queda en silencio por un momento. Matt Murdock toma la palabra nuevamente, sus manos firmemente sobre la mesa.

Matt Murdock:
—Lo que realmente está en juego aquí es la percepción de un héroe. Los héroes hacen lo que es necesario, incluso cuando el mundo no los entiende. Y Superman no es diferente. Como su abogado, les pido que consideren la posibilidad de que no estamos tratando con alguien que quiere hacer daño, sino con alguien que tiene el corazón en el lugar correcto.

La escena se corta antes de que la corte llegue a un veredicto final, pero el ambiente es de tensión. Izuku se siente agradecido por la defensa de Matt Murdock, pero sabe que este juicio podría cambiar todo para él.

Izuku se encuentra junto a la familia Parr. El ambiente es tenso. Todos están esperando la decisión del tribunal. En un momento de decisión, Izuku se quita su ropa de civil, revelando su traje de Superman. Luego, saca una foto de Krypton, mostrando a los jueces la imagen de su planeta natal antes de su destrucción.

Izuku (Superman): (Con voz firme y seria)
—Este es mi hogar. Krypton. El lugar donde nací. Lo que ven aquí es lo que quedó de él. Un planeta destruido por una catástrofe. No elegí ser diferente. Pero vine aquí porque no podía dejar que esta historia se repitiera en la Tierra.

Los jueces miran la foto, tomando un momento para procesar lo que acaba de mostrarles. La sala está en silencio.

Juez Principal: (Mirando la foto)
—Este es un testimonio poderoso. Si lo que dice es cierto, su misión es proteger a la humanidad. Pero la pregunta sigue siendo: ¿es esto suficiente para excusar lo que ha sucedido aquí?

Juez 2:
—¿Realmente necesitamos justificar sus acciones por su origen? Todos hemos cometido errores, pero la intención es lo que importa. Lo que estamos viendo es un héroe, no un villano.

Juez 3: (En voz baja, pensativo)
—Debe haber una forma de equilibrar su deseo de proteger con la seguridad de la gente. Pero la pregunta es: ¿cómo controlamos lo que podría suceder si las cosas se salen de control?

Los jueces se miran entre sí, deliberando, mientras la tensión en el aire aumenta. La familia Parr observa en silencio.

Los jueces continúan deliberando mientras el detective Naomasa se pone de pie, mirando directamente hacia Superman.

Detective Naomasa:
—Aunque seas un ser de otro planeta, con poderes más allá de nuestra comprensión, necesitas aprender a coexistir con esta sociedad. Si realmente quieres proteger este mundo, debes integrarte a él, empezar desde la base. Por eso propongo que asistas a la UA High School, una institución donde otros jóvenes con habilidades aprenden a usarlas de manera responsable.

Un murmullo se extiende por la sala. Superman escucha las palabras de Naomasa con atención, pero antes de que pueda responder, Matt Murdock interviene.

Matt Murdock: (Con voz firme, pero calmada)
—Señor Naomasa, aunque respeto su propuesta, no olvidemos que mi cliente ya ha demostrado ser más que capaz de usar sus habilidades con responsabilidad. No estamos aquí para determinar si necesita "educación adicional", sino para juzgar su intención en el incidente reciente. Y esa intención fue salvar vidas.

Juez Principal:
—Eso es cierto, señor Murdock. Sin embargo, también debemos considerar que un ser con estos poderes necesita un control adecuado para evitar daños colaterales en el futuro.

Matt Murdock:
—Con el debido respeto, su señoría, Superman ya ha demostrado que su control es excepcional. Si no fuera así, la nave espacial que aterrizó de emergencia hace unos días habría resultado en un desastre mayor. Estamos hablando de un héroe que está aprendiendo, pero no de un peligro para la sociedad.

La atención de la sala recae sobre Superman, quien observa en silencio mientras escucha las discusiones. Finalmente, él mismo decide intervenir.

Superman (Izuku):
—Acepto las palabras del detective Naomasa. Si asistir a UA High School me ayuda a entender mejor a los demás y a ser el héroe que la Tierra necesita, entonces lo haré. Pero eso no significa que renuncie a mi misión de proteger este mundo con todas mis fuerzas.

Los jueces intercambian miradas antes de tomar una decisión preliminar.

Juez Principal:
—El tribunal tomará esta declaración en consideración mientras deliberamos. Por ahora, el caso queda en pausa hasta que emitamos una resolución final.

Justo cuando la sala vuelve a calmarse tras las palabras de Superman, un extraño zumbido se escucha a través de las ventanas. Las puertas del tribunal vibran ligeramente y todos giran la cabeza hacia el sonido. De repente, una figura voladora irrumpe en la sala, aterrizando con un estruendoso golpe frente al estrado.

Es Syndrome, flotando con sus Aero-Botas y luciendo su clásica sonrisa sarcástica mientras mira a su alrededor.

Syndrome: (con un tono burlón)
—¡Vaya, vaya! Menudo grupo tenemos aquí. Jueces, jurado, superhéroes y... (sus ojos se posan en Superman) tú.

Superman se pone en guardia de inmediato, dando un paso al frente mientras Syndrome lo observa con curiosidad.

Syndrome:
—Así que este es el "gran salvador alienígena" del que todos hablan. ¿Qué, creías que podías venir a mi mundo, robarte el protagonismo y nadie te iba a decir nada?

Bob (Mr. Increíble): (en voz baja hacia Helen)
—Esto no pinta nada bien.

El detective Naomasa retrocede ligeramente, evaluando la situación, mientras Matt Murdock mantiene la calma, aparentemente preparándose para cualquier eventualidad.

Superman (Izuku):
—No sé quién eres, pero no permitiré que pongas en peligro a las personas aquí.

Syndrome suelta una carcajada mientras da un par de pasos hacia el centro de la sala.

Syndrome:
—¿En peligro? Por favor, no he hecho nada... todavía. Pero tengo un mensaje para ti, extraterrestre: no eres el único con juguetes impresionantes.

Helen (Elastigirl):
—¡Bob, los niños!

Superman se mueve con rapidez, interponiéndose entre los drones y los civiles.

Superman:
—Esto termina ahora.

Syndrome:
—Ah, pero apenas está empezando, amigo.

La sala se convierte en un caos mientras Syndrome da órdenes a los drones, y Superman se prepara para enfrentarlos mientras protege a los presentes.

Superman y Dash corren a una velocidad impresionante, esquivando a los drones que los persiguen. Los láseres disparados por los robots apenas rozan el suelo mientras los dos velocistas trabajan juntos para alejarlos del tribunal y evitar daños colaterales.

Dash: (emocionado)
—¡Esto es increíble! Nunca pensé que podría correr con alguien más rápido que yo.

Superman: (con una sonrisa calmada mientras esquiva un rayo)
—Concéntrate, Dash. Nuestra prioridad es mantener a todos a salvo.

Superman utiliza su visión de calor para derribar a varios drones mientras Dash aprovecha para desviar a los restantes con movimientos ágiles. Ambos corren hacia un campo abierto, dejando a los drones sin opciones de ataque directo.

Syndrome camina lentamente frente a los Parr, disfrutando el momento de confrontación.

Syndrome:
—Ah, ¿ven lo que pasa cuando no me toman en serio? Pero, claro, ustedes creyeron que no sobreviviría. Déjenme refrescarles la memoria: la ala del cohete no fue mi final, sino mi renacer.

Helen lo observa con desconfianza mientras intenta proteger a Jack-Jack, que está inquieto en sus brazos.

Helen (Elastigirl):
—¿Qué quieres, Syndrome? ¿No fue suficiente con lo que hiciste?

Syndrome: (riendo)
—¿Suficiente? ¡Esto apenas comienza! Verán, sobrevivir a esa explosión me enseñó una valiosa lección: si no puedo ser un héroe, seré algo mucho mejor... ¡su peor pesadilla!

Bob da un paso adelante, furioso, pero Matt Murdock lo detiene colocando una mano en su hombro.

Matt Murdock (Daredevil):
—No juegues su juego, Bob. Quiere que pierdas el control.

Detective Naomasa: (interviniendo mientras observa a Syndrome)
—Todo esto solo confirma lo que ya sabemos: estos supers no tienen control sobre sus acciones ni sobre las consecuencias que causan.

Naomasa señala hacia Syndrome, utilizando su discurso para reforzar las acusaciones contra la familia Parr y Superman.

Detective Naomasa:
—Primero fue Superman atrayendo peligros alienígenas, ahora es este lunático con un ejército de drones. No importa cómo quieran verlo, los supers siempre son el origen del problema.

Syndrome sonríe ante el comentario del detective, claramente disfrutando el caos que ha causado.

Syndrome:
—Por una vez estoy de acuerdo con la ley. Tal vez deberían considerar colgar las capas para siempre.

Mientras Dash continúa corriendo a gran velocidad, esquivando a los drones y evitando que se acerquen al tribunal, Superman se detiene por un momento. Utilizando su visión del espectro electromagnético, enfoca su mirada en los drones que aún sobrevuelan el área. Sus ojos se agrandan al percatarse de algo que no había notado antes: rastros de kriptonita en los drones.

Superman (con un tono alarmado):
—¡Esto no es bueno...!

La visión del espectro electromagnético le permite a Superman identificar las pequeñas partículas de kriptonita incrustadas en la estructura de los drones. Su cuerpo comienza a reaccionar lentamente a la exposición a la radiación verde, debilitándolo progresivamente. Un sudor frío aparece en su frente, y sus movimientos se vuelven más lentos.

Dash (mirando a Superman con preocupación):
—¡Superman! ¿Estás bien?

Superman (jadeando, tratando de mantenerse en pie):
—No... algo no está bien. Los drones... están contaminados con kriptonita. Mi energía... está bajando.

Superman intenta seguir adelante, pero la kriptonita le está pasando factura. Su fuerza empieza a desvanecerse, y sus movimientos se tornan pesados, como si estuviera luchando por moverse bajo un peso invisible.

Dash (frunciendo el ceño, preocupado):
—¡Tenemos que hacer algo! ¡No puedes quedarte así!

Superman (intentando tranquilizarlo, a pesar de su debilidad):
—No te preocupes, Dash. Solo necesito... un momento.

Dash, viendo cómo su amigo se ve afectado por la kriptonita, se detiene un momento para pensar. La visión de Superman parece tambalear, y empieza a desorientarse.

Es en ese momento que la figura de Syndrome aparece de nuevo, observando desde lejos con una sonrisa maliciosa mientras los drones continúan atacando. Él sabe que ha dado en el clavo al utilizar la kriptonita, debilitando al hombre de acero.

Syndrome (con un tono burlón):
—Ah, parece que la situación se ha puesto interesante. No solo luchan contra drones... también están luchando contra la debilidad inherente de Superman. ¿Quién lo diría?

Detective Naomasa (observando desde su posición, levantando una ceja):
—Esto lo cambia todo. Si Superman no puede con esto... ¿qué será de él en el juicio?

Mientras tanto, Dash intenta encontrar una forma de contrarrestar el ataque, sabiendo que la debilidad de Superman podría poner en peligro la situación aún más. Pero el joven velocista está atrapado entre salvar a Superman o continuar protegiendo el área de los drones.

Dash (desesperado):
—¡No puedo dejar que esto pase! ¡Tengo que hacer algo!

En la distancia, los drones continúan acercándose, y el enfrentamiento con Syndrome parece inevitable. Superman, debilitado pero aún con una chispa de esperanza, se prepara para dar su último esfuerzo.

En la corte, Syndrome , utilizando la fuerza y velocidad sobrehumanas otorgadas por sus Guantes, lanza un poderoso golpe hacia Matt Murdock.  Este, sin embargo, da un giro inesperado . Con una agilidad y precisión que contradicen su aparente ceguera, Matt se inclina hacia un lado , esquivando el ataque por centímetros.

Syndrome s9nrie con arrogancia : –Así que no eres tan indefenso como aparentas,¿He , abogado ?

Matt, manteniéndose sereno, ajusta sus gafas oscuras y se quita la corbata lentamente : –siempre es interesante cuando un villano subestima aún abogado ciego.

Con un movimiento rápido, Matt Murdock revela su verdadera identidad como Daredevil,  adoptando una postura de combate. El tribunal estalla en murmullos sorprendidos mientras Helen y Bob intercambian miradas de preocupación,

–¿Cómo...? –Balbucea Syndrome, mientras Daredevil avanza hacia el.

–No hace falta para ver para reconocer el pel8gro–responde Daredevil con calma, esquivando otro golpe de Syndrome y contraatacando con un golpe directo a las costillas del villano, haciéndolo retroceder.

Mientras tanto, los guardias de seguridad intentan evacuar a los presentes , pero Syndrome activa un dispositivo que sella todas las salidas de la corte , declarando con una risa siniestra : –¡nadie sale hasta que termine mi Jucio !

En ese momento Superman , aún algo debilitado por los rastros de Kriptonita, se incorpora lentamente, observando la escena mientras los Parr se preparan para unirse a la lucha

–Esto acaba de complicarse–murmura Helen mientras Bob asiente .

–solo un poco más de acción familiar – responde Bob con una sonrisa tensa.

La Batalla esta lejos de terminar.

En medio del caos y viendo que Superman sigue debilitándose por los rastros de kriptonita, Bob toma una decisión audaz. Se gira hacia Helen, quien ya parece intuir sus intenciones.

—Helen, necesitamos llevarlo al sol. Es la única manera de que recupere su fuerza —dice Bob con determinación.

Helen asiente, moldeando su cuerpo con rapidez para formar un trampolín resistente y flexible.
—De acuerdo. Esto será arriesgado, pero confío en que él puede manejarlo.

Dash, quien estaba ayudando a distraer los drones restantes, se detiene al escuchar el plan.
—¿Lanzar a Superman al sol? ¡Eso es increíble!

—Y peligroso —le corta Violet, levantando un campo de fuerza para proteger al juez y a los jurados del ataque de Syndrome—. Papá, ¿estás seguro de esto?

Bob no duda un segundo.
—Es lo único que podemos hacer ahora.

Mientras Helen se posiciona, Bob toma a Izuku, quien apenas logra mantenerse en pie, debilitado pero consciente.
—Confío en ustedes —dice Izuku con voz débil pero firme, mirando a los Parr.

Bob corre con toda su fuerza, saltando sobre el trampolín que Helen ha creado. Con un impulso titánico, lanza a Izuku hacia el cielo. Superman comienza a ascender, atravesando las nubes y dirigiéndose hacia el sol con una velocidad cada vez mayor.

Syndrome observa la escena con incredulidad desde el estrado.
—¿De verdad creen que eso funcionará? Es solo cuestión de tiempo antes de que vuelva a caer.

Pero Helen, aún transformada, responde con una mirada desafiante:
—Entonces será el tiempo suficiente para que él vuelva a detenerte.

Mientras tanto, en el cielo, Superman siente cómo la energía del sol comienza a revitalizarlo. Su fuerza regresa lentamente mientras absorbe la radiación solar, sus heridas cerrándose y su cuerpo volviendo a brillar con poder.

Desde la corte, Dash exclama emocionado:
—¡Va a lograrlo!

Helen y Bob sonríen mientras esperan el regreso de Superman, sabiendo que su sacrificio ha encendido una chispa de esperanza.

En medio del caos en la corte, mientras los Parr y Daredevil se enfrentan a Syndrome, Jack-Jack observa todo desde los brazos de Violet. Aunque solo es un bebé, el peligro que rodea a su familia despierta algo dentro de él.

De repente, sus ojos brillan con un destello inusual, y un aura de energía comienza a emanar de su pequeño cuerpo. Violet, sorprendida, intenta sujetarlo, pero Jack-Jack flota fuera de su alcance y aterriza frente a Syndrome, quien lo mira con incredulidad.

—¿Qué se supone que es esto? ¿Un bebé? —dice Syndrome con tono burlón, sin sospechar lo que está a punto de suceder.

Jack-Jack, con una sonrisa traviesa, usa su telequinesis para levantar a Syndrome en el aire, haciéndolo girar como una peonza.

—¡Basta de tonterías! ¡Bájame ahora mismo! —grita Syndrome, perdiendo toda su compostura.

Mientras tanto, los drones restantes intentan atacar, pero Jack-Jack, usando sus habilidades de cambio de forma, se convierte en una masa de llamas y luego en metal puro, destruyendo los drones que se le acercan con facilidad. Acto seguido, dispara rayos de energía desde sus ojos, pulverizando a los drones que están más lejos.

—¡Es un monstruo! —exclama Syndrome mientras sigue siendo zarandeado por los poderes del bebé.

Helen y Bob observan con una mezcla de orgullo y asombro.
—Bueno... parece que nuestro pequeño tiene esto bajo control —dice Bob con una sonrisa nerviosa.

Frozono, que acababa de regresar, observa la escena boquiabierto.
—Ese bebé es más aterrador que cualquier villano que haya enfrentado.

Con un último movimiento, Jack-Jack lanza a Syndrome contra una pila de escombros y, con un chasquido de sus pequeños dedos, apaga cualquier rastro de energía restante en los drones. Cuando el polvo se asienta, Syndrome está completamente humillado, su traje desaliñado y su ego por los suelos.

Jack-Jack flota de regreso a los brazos de Violet, quien lo sostiene con cuidado.
—Y pensar que todo este tiempo solo quería su galleta —dice Dash, riendo.

Bob se acerca a Syndrome y lo mira con severidad.
—¿Sabes? Creo que acabas de aprender una valiosa lección: nunca subestimes a un Parr, ni siquiera al más pequeño.

Mientras tanto, en el cielo, Superman, revitalizado, comienza a descender, preparado para rematar la batalla y asegurarse de que la amenaza de Syndrome quede neutralizada de una vez por todas.

Mientras Superman flota cerca del sol, absorbiendo la energía que revitaliza cada célula de su cuerpo, un grito resuena en su oído superdesarrollado. Es Lois Lane, su voz cargada de miedo.

—¡Aléjate de mí! —exclama Lois, mientras Syndrome le apunta con uno de sus guantes energéticos, preparado para disparar.

Los ojos de Superman se abren de golpe. En un instante, su cuerpo se activa, y con una velocidad incomparable, atraviesa la atmósfera en dirección a la Tierra. Una estela ardiente lo sigue mientras se dirige directamente a la corte.

Dentro, todos quedan boquiabiertos cuando Superman irrumpe por el techo, aterrizando justo entre Syndrome y Lois.

—¡Eso es suficiente, Syndrome! —declara Superman con autoridad.

Syndrome intenta reaccionar, pero Superman, con un movimiento rápido, lo agarra de la capa y lo eleva del suelo con facilidad.

—¡Suéltame! —grita Syndrome, forcejeando inútilmente.

Superman lo mira con una mezcla de desdén y compasión.
—Ya has causado suficiente daño aquí. No voy a permitir que pongas en peligro más vidas.

Con un poderoso lanzamiento, Superman envía a Syndrome volando hacia su aeronave en piloto automático, programada para llevarlo de regreso a su isla.

Mientras el villano desaparece en el horizonte, grita:
—¡Esto no se acaba aquí, Superman! ¡Nos volveremos a ver!

Superman aterriza suavemente frente al estrado, mirando al juez, al jurado y al detective Naomasa, quien aún sostiene su caso contra los Parr. El silencio es sepulcral, roto solo por los pasos de Daredevil, quien se acerca lentamente.

—Señor juez —comienza Daredevil, su voz firme—, esa "S" que lleva en el pecho no es solo un símbolo. Es un mensaje. Representa esperanza, la clase de esperanza que todos necesitamos. ¿De verdad quieren ponerle límites al último hijo de Krypton?

El juez y el jurado intercambian miradas, reflexionando sobre lo que acaban de presenciar. Superman, con su porte noble y sus palabras siempre medidas, añade:

—No estoy aquí para ser una amenaza. Estoy aquí para proteger a este mundo, mi hogar adoptivo, y a su gente, mi familia.

Helen y Bob observan, conmovidos, mientras Violet y Dash sonríen orgullosos. Incluso Jack-Jack, en brazos de Violet, parece entender la magnitud de lo que está ocurriendo.

El juez finalmente habla:
—Se necesita tiempo para entender lo que significa convivir con alguien como usted, Superman. Pero creo que todos podemos aprender algo de lo que representa. El caso queda bajo revisión.

El salón de la corte estalla en murmullos mientras Superman mira a Lois Lane, quien le sonríe con admiración. Mientras el Hombre de Acero sale de la corte junto a los Parr y Daredevil, una nueva página en la historia de la esperanza y la justicia se comienza a escribir.

Afuera de la corte, la familia Parr y Superman caminan juntos mientras los periodistas intentan obtener alguna declaración. Dash, siempre inquieto, aprovecha el momento para preguntar:

—¿Otra vez hay que mudarse, papá? —dice con un tono de ligera frustración, mirando a Bob.

Bob suspira y coloca una mano en el hombro de su hijo.
—Parece que sí, hijo. No podemos arriesgarnos a quedarnos aquí después de todo esto.

Helen asiente, aunque su expresión refleja cierta preocupación.
—Lo importante es que estemos juntos. Sin importar dónde vivamos, somos una familia.

Superman, que camina al lado de ellos, escucha la conversación y sonríe ligeramente.
—Si la señorita Lois Lane viene desde Metrópolis para cubrir historias como estas —dice con tono pensativo—, tal vez todos deberíamos mudarnos allá.

Dash frunce el ceño, intrigado.
—¿Metrópolis? ¿Es como Nueva York?

Superman asiente, con una sonrisa cálida.
—Algo así. Es una ciudad vibrante, llena de oportunidades... y desafíos. Pero también es un lugar donde los héroes como ustedes pueden marcar una verdadera diferencia.

Helen intercambia una mirada con Bob, considerando la idea.
—Bueno, no suena tan mal. Quizá sea hora de un nuevo comienzo en un lugar como ese.

Bob sonríe, aunque sabe que la decisión no será fácil.
—Supongo que tendremos que ver qué opina el resto del equipo.

Dash, sin embargo, no parece convencido del todo.
—Espero que al menos tengan buenas hamburguesas allí.

Todos se ríen ante el comentario, aligerando el ambiente. Mientras tanto, Superman mira hacia el horizonte, su mirada firme y llena de determinación.

—Metrópolis puede ser el comienzo de algo nuevo para todos nosotros —dice, casi como una promesa.

La familia Parr y su nuevo amigo, el Hombre de Acero, se dirigen juntos hacia el próximo capítulo de sus vidas, con la esperanza de que, en Metrópolis, puedan encontrar no solo un hogar, sino también la inspiración para seguir siendo los héroes que el mundo necesita.

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