07. Un nuevo comienzo
"En los momentos más adversos, solo las personas que realmente te quieren se mantendrán a tu lado".
Las palabras de la abuela de Taehyung resonaban en su mente como un eco lejano, recordándole tiempos más simples, cuando el amor se sentía tan puro como el aroma de sus platillos favoritos. De niño, no entendía el verdadero significado de querer a alguien; pensaba que era solo disfrutar de la comida y las risas en el lago mientras su abuelo lanzaba la caña para pescar.
Pero ahora, esos recuerdos se desvanecían en la bruma del dolor. Sus abuelos ya no estaban, y esa sensación de amor incondicional se había convertido en una sombra de desconfianza. Su abuelo había mentido, y Taehyung empezaba a cuestionar si su abuela también había sido parte de esa farsa.
La verdad era un laberinto oscuro.
La única luz que le quedaba era Jungkook, y un torbellino de preguntas girando en torno a él.
Taehyung lo apreciaba tanto que no podía permitir que nada le hiciera daño. Así que, cuando el hermoso crepúsculo teñía el cielo de tonos anaranjados y violetas, lo alzó sobre su espalda con determinación.
—¿A dónde se supone que iremos? —preguntó Taehyung, su voz baja, apenas audible entre los susurros del bosque.
"Sé de un lugar... Está cerca de donde nos encontramos justo ahora" respondió el cuervo a su lado.
—¿Y si nos siguen? Ese vampiro venía con Mingyu y Kai, cualquier otro puede interceptarnos, ya que la temporada de Luna de Sangre apenas empezó —refutó Taehyung, sintiendo cómo la desconfianza se apoderaba de él.
"No lo harán. Ese vampiro era un esclavo; había magia negra en él. Es probable que esos humanos lo tuvieran bajo algún hechizo".
El corazón de Taehyung se hundió al escuchar eso. Mingyu estaba relacionado con la brujería; eso lo convertía en alguien mucho más peligroso.
—Tiene lógica... Ningún vampiro se dejaría doblegar tan fácilmente por nuestra raza —murmuró mientras tensaba los brazos alrededor de Jungkook, atrayéndolo hacia su calor como si pudiera protegerlo del mundo exterior.
"Estamos fuera de peligro por ahora. Pero debemos recuperarnos para la próxima pelea" insistió el ave.
Taehyung estuvo de acuerdo y comenzó a caminar junto al cuervo. El bosque durante el día parecía un lugar completamente diferente: la tierra húmeda brillaba con gotas del sereno matutino, los pinos se alzaban majestuosos hacia el cielo y el canto de las aves llenaba el aire con melodías suaves. Era como si la naturaleza misma estuviera en calma, pero Taehyung sabía que esa calma era solo el preludio de una tormenta.
—¿Jungkook cómo se encontrará? Tiene tantas heridas, muchas de ellas profundas... Siento miedo de tocarlo y empeorarlo —confesó Taehyung, apesadumbrado por su propia impotencia. Se sentía culpable por no haber reaccionado a tiempo, por haberse dejado influenciar por la hipnosis de su naturaleza vampírica.
"Tranquilo. La transformación y la pelea lo han dejado en un pequeño lapso de inconsciencia. Es absolutamente normal" le explicó el cuervo con calma. "Cuando despierte, tendremos que cazar algún animal para alimentarlo".
—La sangre... Es cierto... —murmuró Taehyung, recordando cuán vital era para Jungkook recuperarse rápidamente.
"La sangre de animales ya no surtirá efecto en él; pero es todo lo que tenemos" añadió el cuervo, dejando entrever una preocupación compartida.
Mientras continuaban su camino entre los árboles densos, una idea empezó a formarse en la mente de Taehyung. Algo le decía que había otra alternativa para tomar.
"Ven, Taehyung. Es por aquí" instó el cuervo que lo guiaba, desviándose hacia un sendero menos transitado que bordeaba un acantilado rocoso.
Taehyung miró hacia el vacío; abajo, un río rugía con fuerza como si reclamara todo a su paso. El aire fresco golpeó su rostro y le robó momentáneamente el aliento.
—No entiendo... Estamos al borde del precipicio. No veo nada aquí —protestó Taehyung, sintiendo cómo crecía su ansiedad ante la idea de caer.
"Solo míralo más de cerca" dijo la voz del cuervo con firmeza.
—Pero caeremos si me acerco —respondió el castaño con nerviosismo evidente mientras retrocedía un paso.
"Confía en mí" le habló el cuervo suavemente.
Taehyung respiró hondo y sintió cómo sus piernas se resistían ante la duda. Sin embargo, sabía que tenía que ser valiente no solo por él mismo sino también por Jungkook.
Con cada zancada hacia el borde del precipicio, una mezcla de terror y adrenalina lo invadió; era una locura acercarse tanto al abismo.
Finalmente, llegó al filo y miró hacia abajo: el río rugiente parecía un espejo oscuro lleno de secretos esperando ser revelados. El viento soplaba fuerte y liberador; en ese instante supo que debía arriesgarse para encontrar respuestas y proteger a quien amaba.
Cuando Taehyung intentó mirar al cuervo nuevamente, este ya no estaba detrás de él. Un escalofrío recorrió su espalda al sentir la ausencia de aquel ser enigmático.
—Aquí, Taehyung —una voz resonó clara y firme.
El castaño dirigió su atención de inmediato hacia el origen de la voz, y su corazón se detuvo por un instante.
Frente a sus ojos se alzaba un espejismo distorsionado que revelaba una pequeña ciudad vibrante y pintoresca. El acantilado, con su imponente soledad, había sido reemplazado por un bullicioso lugar donde las personas iban y venían con rapidez. Las risas de los niños flotaban en el aire como melodías alegres, mientras el sonido de pasos apresurados creaba una sinfonía caótica que lo dejó sin aliento.
—Taehyung, ¿te atreverás a rechazar mi mano extendida? —preguntó el joven de largo cabello azabache, su tono teñido de una mezcla de urgencia y calidez.
Taehyung se volteó hacia su derecha, sus ojos chispeantes se encontraron con los del extraño, pero la confusión nublaba su mente. La intensidad de su mirada oscura era casi amenazante.
—Si me miras de esa manera... —continuó el joven con una sonrisa irónica— Parece que no me reconoces. Mi plumaje y mis graznidos deberían ser más familiares para ti, ¿no es así?
—¡¿Cuervo?! —exclamó Taehyung, la incredulidad surgiendo en su pecho como una ola desbordante.
El chico hizo una mueca con sus labios rellenos, luciendo como un pequeño pollito.
—Sí, soy yo, pero mi nombre real es Jimin. Te doy la bienvenida a mi hogar y al de Jungkook —respondió Jimin con una reverencia juguetona, sus ojos brillando con un destello travieso que contrastaba con la seriedad del momento.
Taehyung lo observó sin comprender del todo; la confusión se reflejaba en sus cejas fruncidas y su boca entreabierta.
—Te lo explicaré todo más tarde —dijo Jimin, mientras estiraba la mano hacia él con un gesto decidido—. Ahora entra. Mi magia puede ser rastreada si la expongo por mucho tiempo.
Con un leve temblor en sus dedos, Taehyung tomó la mano de Jimin. En ese instante, la barrera que los separaba desapareció como humo en el viento. El bosque que había sido su hogar se desvaneció ante sus ojos para siempre, dejando un vacío ensordecedor en su pecho.
—¿Q-qué es este lugar? —preguntó Taehyung, su voz entre el asombro y el miedo.
La expresión en su rostro reflejaba una mezcla de curiosidad y terror ante lo desconocido que se desplegaba ante él.
—Estamos en Aetherwyn, pueblo de magos y de criaturas místicas —contestó Jimin con una sonrisa que iluminaba su rostro.
—¿Magia? —Taehyung retrocedió un paso, su expresión se tornó de sorpresa a alerta
<<¿Y si busca hacernos daño?>>
Jimin levantó las manos en señal de paz, sus ojos dorados brillaban con una mezcla de emoción y tranquilidad.
—Sí, pero de la sana, no te asustes. Aquí somos magos buenos.
Taehyung entrecerró los ojos, tratando de procesar la información. Su curiosidad luchaba con su instinto de desconfianza.
—¿Por qué no me dijiste que este lugar existía? —averiguó extrañado.
—Tenía que asegurarme de que eras confiable —le explicó Jimin, mirando a Taehyung con seriedad—. No puedo soltar información de mi pueblo como si nada. Pero al ver cómo arriesgabas tu vida por Jungkook, supe de inmediato que eras de fiar.
Y Taehyung creyendo que era un simple cuervo parlanchín.
—¿Quedarnos? —repitió Taehyung, frunciendo el ceño.
—Sí —concretó Jimin, mirando hacia el horizonte lleno de campos de un verde brillante—. Tanto humanos como vampiros están buscando a Jungkook, pero bueno, eso es algo que te explicaré más adelante. Ahora sígueme.
Taehyung asintió lentamente y comenzó a seguir a Jimin. Durante el camino, guardó silencio, observando todo a su alrededor. Aetherwyn era un lugar mágico y encantador; el aire estaba impregnado de risas y murmullos alegres. Sin embargo, la multitud lo incomodaba; se preguntó cómo reaccionaría Jungkook al despertar en medio de tantas personas desconocidas.
Finalmente, Jimin se detuvo frente a una casa pequeña y colorida, alejada del bullicio del pueblo. Taehyung respiró aliviado; aquel lugar le daba paz.
Jimin extendió la mano y un resplandor dorado brotó de sus dedos. La puerta se abrió con un suave chirrido.
—¿Qué fue eso? —exclamó Taehyung, abriendo los ojos como platos.
—Un hechizo de protección —le detalló Jimin con una leve sonrisa—. Nadie puede entrar a excepción de nosotros tres. Tenemos que ser precavidos.
—¿Los vampiros pueden llegar hasta aquí?
Jimin se detuvo un momento; su postura se volvió tensa mientras pensaba en sus palabras.
—Hace años, una de nuestras hechiceras más poderosas conoció a un vampiro —dijo finalmente—. Fue imposible no caer en sus redes de hipnosis. Jungkook las usó contigo, ¿lo recuerdas?
Taehyung sintió un escalofrío recorrerle la espalda; había algo impreciso en esos recuerdos vagos y perdidos.
—Es confuso... como si hubiesen lagunas en mi cabeza —murmuró Taehyung abrumado.
Jimin asintió comprensivo y lo miró con tristeza.
—Ella era muy querida por los habitantes de Aetherwyn —continuó Jimin con la historia de antes—. Siempre alegre y caritativa con las personas, pero ese vampiro la fue apagando poco a poco bajo sus garras. La destruyó al punto de que no podía vivir sin estar a su lado, por lo que huyó con él.
—¿A dónde? —preguntó Taehyung con inquietud.
—A tierras de vampiros... Créeme que no quieres saber lo brutal que es ese lugar, Taehyung. —Jimin soltó un suspiro sonoro mientras abría la puerta y entraba en la casa— Bueno, la sopa que está en la mesa se va a enfriar; hay tiempo de sobra para contar historias. Además, creo que Jungkook no se las querrá perder.
Por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa genuina apareció en el rostro de Taehyung al entrar en la acogedora casita junto a Jimin. La calidez del lugar y el aroma reconfortante lo envolvieron como un abrazo familiar.
Aunque una pregunta seguía rondando su cabeza:
¿Podría Aetherwyn convertirse en su nuevo hogar, o las tinieblas le arrebatarían todo de nuevo?
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